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Francisco de Zurbarán

Francisco de Zurbarán (Fuente de Cantos, Badajoz, 7 de noviembre de 1598Madrid, 27 de agosto de 1664) fue un pintor del Siglo de Oro español.

Francisco de Zurbarán

Probable autorretrato de Zurbarán (detalle de su obra San Lucas como pintor, ante Cristo en la Cruz).
Información personal
Nacimiento 7 de noviembre de 1598
Fuente de Cantos, Imperio Español
Fallecimiento 27 de agosto de 1664 (65 años)
Madrid, Imperio Español
Nacionalidad Español
Familia
Cónyuge
  • María Páez
  • Beatriz de Morales
  • Leonor de Torder
Hijos Juan de Zurbarán
Información profesional
Área Pintura
Alumnos José de Sarabia
Movimiento Barroco

Contemporáneo y amigo de Velázquez, Zurbarán destacó en la pintura religiosa, en la que su arte revela una gran fuerza visual y un profundo misticismo. Fue un artista representativo de la Contrarreforma. Influido en sus comienzos por Caravaggio, su estilo fue evolucionando para aproximarse a los maestros manieristas italianos. Sus representaciones se alejan del realismo de Velázquez y sus composiciones se caracterizan por un modelado claroscuro con tonos más ácidos.

Biografía

Un genio precoz

 
Cristo en la Cruz, 1627 (290 x 168 cm), Art Institute, Chicago.

Francisco de Zurbarán nació el 7 de noviembre de 1598 en Fuente de Cantos (Badajoz). Sus padres fueron Luis de Zurbarán, un acomodado comerciante vasco establecido en Extremadura desde 1582,[1]​ e Isabel Márquez, quienes se habían casado en la localidad vecina de Monesterio el 10 de enero de 1588. Otros dos importantes pintores del Siglo de Oro nacerían poco después: Velázquez (1599-1660) y Alonso Cano (1601-1667).

Probablemente se iniciara en el arte pictórico en la escuela de Juan de Roelas, en su ciudad natal, antes de ingresar, en 1614, en el taller del pintor Pedro Díaz de Villanueva (1564-1654), en Sevilla, donde Alonso Cano lo conoció en 1616. Probablemente también trabó relación con Francisco Pacheco y sus alumnos, además de tener cierto influjo procedente de Sánchez Cotán tal cual puede observarse en la Naturaleza muerta que pintó Zurbarán hacia 1633.

Su aprendizaje se terminó en 1617, año en el que Zurbarán se casó con María Páez. El primer cuadro que se citaba como de los comienzos de su carrera es una Inmaculada creída de 1616 (colección de Plácido Arango), pero su fecha real es 1656[2]​ y, de hecho, delata influencias de Tiziano y Guido Reni, más propias de la última etapa del artista en Madrid.

En 1617 se estableció en Llerena, Extremadura, donde nacieron sus tres hijos: María, Juan (Llerena 1620-Sevilla 1649), (que fue pintor, como su padre, y murió durante la gran epidemia de peste ocurrida en Sevilla en 1649), e Isabel Paula.

Tras el fallecimiento de su esposa, se volvió a casar en 1625 con Beatriz de Morales, viuda y con una buena posición económica, aunque diez años mayor que él, como su primera esposa. En 1622 era ya un pintor reconocido, por lo que fue contratado para pintar un retablo para una iglesia de su ciudad natal.

En 1626 y ante un notario, firmó un nuevo contrato con la comunidad de predicadores de la orden dominica de San Pablo el Real, en Sevilla; tenía que pintar veintiún cuadros en ocho meses. Fue entonces, en 1627, cuando pintó el Cristo en la cruz (Art Institute de Chicago), obra que fue tan admirada por sus contemporáneos que el Consejo Municipal de Sevilla le propuso oficialmente, en 1629, que fijara su residencia en esta ciudad hispalense. En este cuadro la impresión de relieve es sorprendente; Cristo está clavado en una burda cruz de madera. El lienzo blanco, luminoso, que le ciñe la cintura, con un hábil drapeado —ya de estilo barroco—, contrasta dramáticamente con los músculos flexibles y bien formados de su cuerpo. Su cara se inclina sobre el hombro derecho. El sufrimiento, insoportable, da paso a un último deseo: la resurrección, último pensamiento hacia una vida prometida en la que el cuerpo, torturado hasta la extenuación pero ya glorioso, lo demuestra visualmente.

Igual que en el Cristo crucificado de Velázquez (pintado hacia 1630, más rígido y simétrico), los pies están clavados por separado. En esa época, las obras, en ocasiones monumentales, trataban de recrearse morbosamente en la crucifixión; de ahí el número de clavos. Por ejemplo, en las Revelaciones de Santa Brígida se habla de cuatro clavos. Por otra parte, y tras los decretos tridentinos, el espíritu de la Contrarreforma se opuso a las grandes escenificaciones, orientando especialmente a los artistas hacia las composiciones en las que se representara únicamente a Cristo. Muchos teólogos sostenían que tanto el cuerpo de Jesús como el de María tenían que ser unos cuerpos perfectos. Zurbarán aprendió bien estas lecciones, afirmándose, a los veintinueve años, como un maestro indiscutible.

El maestro sevillano

 
San Serapio, 1628 (120 x 103 cm.), Wadsworth Athenaeum (Connecticut).

Extremeño de nacimiento, es considerado un pintor de imaginería (artista de carácter religioso, especializado en imágenes y estatuas) Zurbarán firmó un nuevo contrato en 1628 con el convento de Nuestra Señora de la Merced Calzada, y se instaló, con su familia y los miembros de su taller, en Sevilla. Pintó entonces el cuadro de San Serapio, uno de los mártires de la Orden de la Merced, muerto en 1240 tras haber sido torturado, probablemente por los piratas sarracenos.

Los religiosos mercedarios (pertenecientes a la Orden de la Merced), además de los votos tradicionales de castidad, pobreza y obediencia, pronunciaban un voto de «redención o de sangre» por el que se comprometían a entregar su vida a cambio del rescate de los cautivos en peligro de perder su fe.

Zurbarán quiso representar el horror sin que en la composición apareciera ni una gota de sangre. Aquí no se intuye el ensueño divino que precede a la Resurrección. La boca entreabierta no deja escapar ni un grito de dolor, demuestra el abatimiento paroxístico; dice en un soplo, simple y terriblemente, que ya es demasiado para seguir viviendo.

La gran capa blanca, casi un trampantojo, ocupa la mayor parte del cuadro. Si se hace abstracción del rostro, la relación entre la superficie total y la de este vasto espacio blanco es, exactamente, el número áureo.

Nominándose a sí mismo como «maestro pintor de la ciudad de Sevilla», Zurbarán despertó los celos de algunos pintores como Alonso Cano, a quien Zurbarán desdeñó. Se negó a pasar los exámenes que le darían derecho a utilizar este título, pues consideraba que su obra y el reconocimiento de los grandes tenían más valor que el de algunos miembros, más o menos amargados, de la corporación de los pintores. Le llovían los encargos de las familias nobles y para los grandes conventos que los mecenas andaluces protegían, como los de los jesuitas.

La gloria nacional

 
Exposición del cuerpo de San Buenaventura, 1629 (250 x 225 cm.), Museo del Louvre, París.

En 1634 efectuó un viaje a Madrid. Su estancia en la capital resultó determinante para su evolución pictórica. Se encontró con su amigo Diego Velázquez, con el que analizó y meditó sobre sus obras. Pudo contemplar las obras de los pintores italianos que trabajaban en la corte de España, como las de Angelo Nardi y Guido Reni. Zurbarán renunció, desde ese momento, al tenebrismo de sus inicios, así como a las veleidades caravagistas (de las que se puede ver un ejemplo en el cuadro La Exposición del cuerpo de San Buenaventura, especialmente en las caras de los adolescentes situados en la parte derecha del cuadro). Sus cielos se hicieron más claros y los tonos menos contrastados.

Dotado con el título de «Pintor del Rey», volvió a Llerena, donde pintó, gratuitamente, un cuadro para la iglesia de Nuestra Señora de la Granada debido a la devoción que sentía por la Virgen María. Los encargos se le acumulaban: Nuestra Señora de la Defensión, la Cartuja de Jerez de la Frontera, la iglesia de San Román en Sevilla...

Esta última ciudad, a orillas del Guadalquivir, era uno de los grandes puertos europeos que vivía del comercio con las Américas. Los galeones llegaban cargados de oro y zarpaban con las bodegas llenas de productos españoles (entre otras cosas, obras de arte). Zurbarán empezó a producir pinturas religiosas para el mercado americano (en ocasiones, series de santos de diez y más obras) y ya en 1638 reclamaba el pago de una suma que le debía Lima. Ejemplo excepcional de la producción de Zurbarán para América es la serie de doce cuadros Las tribus de Israel,[3]​ actualmente en Auckland, en el condado de Durham (Inglaterra); se supone que no llegaron a su destino por un ataque pirata.[4]

En 1639 murió su segunda esposa, Beatriz, y en ese año Zurbarán pintó Cristo en Emaús (Museo Nacional de San Carlos, México) y San Francisco en éxtasis. En 1641 se casó su hijo Juan con Mariana de Cuadros (hija de un rico comerciante) que moriría poco después.

En enero de 1643 el Conde-Duque de Olivares, hasta ese momento favorito de Felipe IV de España, fue exiliado. Olivares era un gran protector de los pintores andaluces. Esta crisis política se unió a una desaceleración de la actividad comercial de Sevilla, lo que significó, asimismo, que disminuyera el número de encargos pictóricos. Zurbarán, altamente estimado, no se vio afectado por este percance. En 1644 se casó con Leonor de Tordera, hija de un orfebre. Ella tenía veintiocho años y Zurbarán cuarenta y seis. Tuvieron seis hijos.

 
Santa Dorotea.

Hacia 1636, Zurbarán intensificó la exportación a América del Sur. En 1647, un convento peruano le encargó treinta y ocho pinturas, veinticuatro de las cuales tenían que ser de Vírgenes a tamaño natural. En el mercado americano puso en venta, asimismo, algunos cuadros profanos, lo que le compensó de la disminución de la clientela andaluza[5]​ de la que otro pintor sevillano, Murillo, sería también víctima, y lo que explicaría, a su vez, la marcha de Alonso Cano a Madrid.

Los encargos que tenía Zurbarán eran muchos, y de ellos da cuenta un contrato encontrado según el cual Zurbarán vendió a Buenos Aires quince vírgenes mártires, quince reyes y hombres célebres, veinticuatro santos y patriarcas (todos ellos a tamaño natural) y también nueve paisajes holandeses. Zurbarán podía permitirse el mantener un taller importante con aprendices y asistentes. Su hijo Juan, conocido por ser un buen pintor de bodegones (escenas de cocina, mercados y naturalezas muertas), trabajó probablemente para su padre. Una hermosa naturaleza muerta de Juan de Zurbarán se encuentra en el museo de Kiev.

A principios de los años 1650 Zurbarán viajó de nuevo a Madrid. Pintó, entonces, en esfumado, el admirable rostro de la Virgen en la Anunciación (1638) que se encuentra en el Museo de Grenoble, y Cristo llevando la cruz de 1653 (catedral de Orleans). En 1658 los cuatro grandes pintores —Zurbarán, Velázquez, Alonso Cano y Murillo— se encontraban en Madrid. Zurbarán testificó durante la investigación llevada a cabo sobre Velázquez, lo que le permitió ingresar en la Orden de Santiago como él deseaba. De esa época datan El lienzo de la Verónica (Valladolid, Museo Nacional), El reposo durante la huida a Egipto (Museo de Budapest), San Francisco arrodillado con una calavera (Madrid, Prado; donación de Plácido Arango) y La Virgen con el Niño y san Juanito, su última obra fechada conocida (1662; Bilbao, Museo de Bellas Artes). Su fiel amigo Velázquez falleció en 1660.

El 27 de agosto de 1664 Francisco de Zurbarán murió en Madrid. Fue enterrado en el convento de Copacabana, destruido en el siglo XIX a raíz de la desamortización de Mendizábal, perdiéndose los restos del pintor.[6]

Casa Museo

Su casa natal en Fuente de Cantos ha sido rehabilitada y dispone de las más modernas tecnologías para trasladar al visitante a la época del genial pintor extremeño. Un museo que pertenece a la red de Museos de Identidad de Extremadura.[7]

Contexto histórico, encargos y temas. El genio en su diversidad

La estética y la vida conventual en Sevilla a principios del siglo XVII

 
San Francisco arrodillado con una calavera en las manos, 1658 (84 x 53 cm.), Alte Pinakothek, Múnich

En 1600 existían en Sevilla treinta y siete conventos. Durante los veinticinco años siguientes se fundaron otros quince. Los conventos fueron los grandes mecenas de los pintores, muy exigentes en cuanto a la composición y calidad de las obras: tanto es así que Zurbarán, por medio de un contrato, se comprometió a aceptar el que le fueran devueltos todos aquellos cuadros que no fueran del agrado de los religiosos.

Los religiosos y religiosas eran muy sensibles a la dimensión estética de las representaciones, y estaban convencidos de que la belleza era más estimulante para la elevación del alma que la mediocridad. Estos abades y abadesas eran, normalmente, unas personas cultivadas, eruditas, refinadas, con un criterio muy seguro frente a las obras de arte.

En las iglesias siempre hubo un retablo en el que se representaban las escenas de la vida de Cristo. Además, durante el siglo XVII, las sacristías -lugar en el que se cambian las vestiduras sacerdotales—, se decoraban cada vez más ricamente. Asimismo se ponían cuadros en el claustro, en el refectorio, en las celdas (muchas de estas obras medievales fueron destruidas). En las bibliotecas y salas capitulares, se podían encontrar cuadros del fundador de la Orden y de las personalidades más importantes de la misma.

Estas exigencias eran propias de todos los conventos. Las pinturas de segundo orden podían estar hechas en serie, pero los maestros reconocidos se renovaban, profundizaban en su arte y recibían muchos más encargos.

Las órdenes religiosas mecenas de Zurbarán

La Orden de la Merced

La Orden de Nuestra Señora de la Merced fue fundada por san Pedro Nolasco en 1218 durante la Reconquista. Nolasco fue canonizado en 1628 y ese mismo año Zurbarán contrató la ejecución de veintidós lienzos para el claustro de los Bojes del convento de la Merced Calzada de Sevilla, aunque el pintor conservaba todavía su residencia en Llerena. La serie, en la que se sirvió de colaboradores y de las estampas de Jusepe Martínez, no debió de completarse, sin embargo Zurbarán trabajó en ella hasta 1634, cuando se fecha uno de los cuadros, el que representa la Rendición de Sevilla conservado en la colección del duque de Westminster.

 
Aparición de San Pedro a San Pedro Nolasco, 1629 (179 x 223 cm.), Museo del Prado, Madrid

De los diez que se han conservado seis corresponden a Zurbarán: la Visión de la Jerusalén Celeste y La aparición de San Pedro a San Pedro Nolasco, a quien se presentó diciéndole «He venido a ti, ya que tú no pudiste venir a mí», ambos en el Museo del Prado, la Partida de san Pedro Nolasco en el Museo Franz Mayer de México, la Aparición milagrosa de la Virgen del Puig en el Cincinnati Museum of Arte, el Nacimiento de San Pedro Nolasco en el Museo de Bellas Artes de Burdeos —de atribución dudosa— y el mencionado de la Rendición de Sevilla, atribuyéndose tradicionalmente a Francisco Reina los cuatro restantes, conservados en la catedral de Sevilla.[8]

Además de esta serie del claustro, Zurbarán pintó para los mercedarios sevillanos una serie de retratos ideales de miembros de la orden con destino a la biblioteca del convento, en parte conservados en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y el conmovedor San Serapio mártir del Wadsworth Atheneum fechado en 1626.

El colegio franciscano de San Buenaventura de Sevilla

El convento de los franciscanos era uno de los más importantes de Sevilla. Su colegio era el centro español de estudios teológicos de esta Orden. En 1629 Zurbarán inició el ciclo de representaciones de la vida de Buenaventura de Fidanza —el doctor seráfico—, junto con Francisco Herrera el Viejo y La visita de Santo Tomás de Aquino a San Buenaventura, cuadro destruido en Berlín en 1945, (y al que no hay que confundir con el de San Buenaventura recibiendo la visita de Santo Tomás de Aquino, que se encuentra en la iglesia de San Francisco el Grande de Madrid).

La Cartuja de Jerez de la Frontera

 
La Anunciación, 1638, (161 x 175 cm.) Museo de Grenoble

La Cartuja de Santa María de la Defensión de Jerez de la Frontera, fundada en 1476 debe su nombre a una aparición milagrosa de la Virgen en 1370 en la que María habría desvelado el lugar en el que los castellanos caerían en una emboscada tendida por los moros, librándoles, así de una muerte y derrota seguras.

Zurbarán pintó once cuadros para el retablo del altar mayor. La mayor parte de los mismos se encuentran actualmente en el Museo de Cádiz. Encargados en 1636, los terminó entre 1639 y 1640. Entre ellos se halla La Batalla de Jerez (Nueva York, Metropolitan Museum of Art). Cuatro cuadros se encuentran en el Museo de Grenoble La Anunciación (1638), La Circuncisión, La Adoración de los pastores, La Adoración de los magos.

El tenebrismo de los primeros años desaparece para dar paso a la fuerza del claroscuro y el colorido se vuelve más rico. En estas pinturas el arte de Zurbarán aparece ya plenamente configurado; se puede detectar en la extrema atención que Zurbarán puso en los objetos de la cesta recubierta con un paño blanco que se encuentra en primer término, a la izquierda, que es ya, de por sí, una verdadera naturaleza muerta. El velo transparente que rodea el cuello de María, constituye, por sí mismo, una gran lección de pintura.

Los Jerónimos de Guadalupe

 
San Jerónimo flagelado por los ángeles 1639 (235 x 290 cm.), Claustro de los Jerónimos Guadalupe

Según la leyenda, una estatua de María fue encontrada por un joven vaquero hacia 1300 junto al río Guadalupejo, en el mismo lugar en el que los cristianos visigodos la habían escondido para evitar su profanación. En ese sitio se edificó un santuario por orden del rey de Castilla Alfonso XI de Castilla que se convirtió, enseguida, en un lugar de peregrinaje. La invocación de la Virgen de Guadalupe obró milagrosamente, consiguiéndose la gran victoria de la Batalla del Salado (30 de octubre de 1340) contra los moros. En 1389, con la iglesia terminada, el rey Juan I de Castilla entregó el monasterio a los jerónimos. Fundada en el siglo XIV esta orden de San Jerónimo estuvo muy ligada al poder real, por lo que sus dotaciones fueron, con frecuencia, muy abundantes.

Por encargo de los frailes del Monasterio de Guadalupe, Zurbarán pintó entre 1639 y 1645 ocho cuadros para la sacristía y tres para la capilla adyacente. Estos cuadros se conservan aún en su emplazamiento original. En la Sacristía se aprecian obras relacionadas con monjes de la orden: Fray Diego de Orgaz ahuyentando las tentaciones; Aparición de Jesucristo a fray Andrés de Salmerón; Retrato de fray Gonzalo de Illescas, obispo de Córdoba, el más conocido de la serie; La Misa milagrosa de fray Pedro de Cabañuelas; Enrique III de Castilla ofreciendo a fray Fernando Yáñez el Arzobispado de Toledo; La Visión de fray Pedro de Salamanca; Fray Martín de Vizcaya distribuyendo limosna a los pobres; y Fray Juan de Carrión, despidiéndose de la Comunidad antes de morir. Los tres cuadros de la Capilla de San Jerónimo, alusivos a episodios de la vida del santo, están entre sus obras maestras: en el ático del retablo, La Apoteosis de San Jerónimo, una de sus obras más famosas, también llamada "la Perla" de Zurbarán; en el lado derecho, Las Tentaciones de San Jerónimo; y en la parte izquierda, San Jerónimo flagelado por los ángeles.

Los Dominicos de Sevilla

El colegio de Santo Tomás

Como muchas de las grandes órdenes del siglo XVII, los dominicos fundaron, en Sevilla, un colegio al lado del convento. El objetivo era el de contribuir a la propagación de las ideas aprobadas en el Concilio de Trento. Los dominicos españoles tenían ya varios colegios que habían sido fundados después de la Reconquista. Para el altar mayor, Zurbarán pintó su magnífico cuadro el Triunfo de Santo Tomás Aquino (5,20 m. x 3.46 m. que actualmente se halla en el Museo de Bellas Artes de Sevilla), cuadro que robó Soult para ofrecérselo al Museo Napoleón, reservándose el de San Andrés[9]​ (Budapest, Szépmüveszeti Muzeum) para su propia colección.

En este cuadro, sobre un fondo con un cielo tormentoso, San Andrés, detenido ante la cruz de su suplicio lee un libro santo. Su cara y su mano derecha están tratadas de manera muy realista. Tres rayos de luz iluminan, oblicuamente, el cuadro: la sien derecha del santo, la barba y el libro. Un gran manto ocre, de pliegues muy simples, cubre su cuerpo y consigue atemperar, con su suave tonalidad, los contrastes de la parte superior del cuadro.

El convento de San Pablo el Real

En 1626, el convento de San Pablo el Real, le encargó veintiún cuadros (catorce de ellos basados en la vida de Santo Domingo, séptimo de los Doctores de la Iglesia). Los cuatro primeros doctores eran: Ambrosio, Jerónimo de Estridón, Agustín de Hipona y Gregorio Magno; los Dominicos añadieron como tales a Domingo de Guzmán, Tomás de Aquino y Buenaventura. Solo se conservan cinco de estos cuadros. De este ciclo solamente dos lienzos están en el edificio para el que se realizaron, es decir, en la iglesia sevillana de La Magdalena, mientras que en el Museo de Sevilla se encuentran tres de los cuatro Padres de la Iglesia. Los lienzos que se conservan en la iglesia de La Magdalena tienen como temas la Aparición de la Virgen a los monjes de Soriano y la Curación milagrosa del beato Reginaldo de Orleáns.

Santo Domingo de Portacoeli

De este convento, destruido en el siglo XIX se conserva, en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, un Bienaventurado Henri Suso, dominico alemán. El discípulo de Meister Eckhart está en éxtasis, debajo, grabado sobre su pecho, con un estilete, el nombre de Jesús. Detrás de él, las escenas de su vida están situadas en un hermoso paisaje claro.

Los encargos reales

 
La defensa de Cádiz 1634 (302 x 323 cm.), Museo del Prado, Madrid

En 1634, Zurbarán se encontraba en Madrid, y fue invitado por el rey para que, en unión de otros pintores —entre ellos Velázquez—, decorara el Salón de Reinos del nuevo palacio real del Buen Retiro. De las doce victorias militares del reino, él pintó una; La Defensa de Cádiz contra los ingleses (Museo del Prado). Además ilustró diez episodios de la vida de Hércules (Museo del Prado), ancestro mítico de la rama española de los Habsburgo. Estos cuadros, pintados a la mayor gloria de Felipe IV y de Olivares, no constituyen, ciertamente, lo mejor de su obra, ya que el héroe debía representarse semidesnudo, y Zurbarán no dominaba la anatomía, por su mayoritaria producción religiosa.

Los particulares

Dejando aparte las representaciones de las Vírgenes mártires, de las que se hablará más adelante, es preciso constatar que las obras destinadas a los particulares son más repetitivas que las obras destinadas a los conventos. Jonathan Brown escribe, de forma un tanto irónica, que, a cuenta de su nombre, «el taller del artista era una especie de oficina de pinturas devotas». (Catálogo de la exposición de 1988 del Gran Palacio, p.36).

La teología mariana de Sevilla: la Inmaculada Concepción

 
La Inmaculada Concepción, 1630 (128 x 89), Museo del Prado Madrid

La Inmaculada Concepción era el tema preferido de los sevillanos de aquella época. Se discutía, todavía, acerca de este dogma mariano. El debate se centraba en si la Virgen María había sido concebida sin que pesara sobre ella el pecado original, o bien había sido concebida como todos los seres humanos, marcada, desde la concepción, con el pecado original, y habría sido purificada por Dios cuando todavía se encontraba en el seno de su madre. La doctrina de la Inmaculada Concepción se oponía a la doctrina de la santificación. En las calles de Sevilla se discutía sobre este punto, y casi se provocó un motín cuando un dominico predicaba la doctrina de la santificación. Los soberanos españoles pedían al papa que tomara partido a favor la doctrina de la Inmaculada Concepción. Las obras de Zurbarán, como la Inmaculada de Barcelona (1632) ilustran esta posición, que no fue dogma de fe para los católicos hasta el siglo XIX.

Suplicios y pudor: las Vírgenes mártires

En oposición a los pintores renanos, que sostenían que la vista de la sangre era necesaria para la exaltación del alma, Zurbarán no se complacía en la exhibición de las heridas y con mucho pudor trataba los tormentos con ellas relacionados. Consideraba que no era necesario estimular las turbias pasiones sádicas del espectador.

Zurbarán no era masoquista: el dolor no es, de por sí, un valor moral. Valga como ejemplo el cuadro de San Serapio.

El cuadro no representa la locura que convirtió en mártir al compañero inglés de Alfonso VIII de Castilla. El pintor trata de provocar la empatía. El San Serapio de Zurbarán nos ofrece la manifestación sensible de un alma que abandona la vida al mismo tiempo que él se abandona también, al no encontrar ya la razón por la que existir. Serapio, ¿confía todavía en ese ser más poderoso que él, en "eso" prometido que le espera? ¿Qué piensa? Si es que puede pensar todavía. Una obra sanguinolenta no nos habría mostrado más que el grado de maldad de los torturadores y su complacencia. La tentación del voyeurismo fue evitada.

Tratando de combinar armoniosamente sus investigaciones pictóricas y sus meditaciones espirituales, Zurbarán se consagró a este tema de las vírgenes mártires tan apreciado en Sevilla a principios del siglo. Las santas de Zurbarán no son el medio para representar los instrumentos de tortura a través de poses convencionales e insulsas. Todo lo contrario: la expresión de sus vírgenes denota, únicamente, el sufrimiento que debe sentirse en esos terribles momentos.

Sin duda no se ha querido representar nunca, en las artes plásticas, el sufrimiento psíquico de las mujeres que fueron, realmente, tan martirizadas como los hombres. Las pocas excepciones que se pueden encontrar en el estatuario medieval representan, más bien, el símbolo de la mujer pecadora (la lujuria castigada con el infierno, por ejemplo). Quizá el artista se plegaba a los deseos de las mujeres: el ser representadas con una imagen cuidada, dado que, en esos momentos, no podían cuidar de sí mismas.

Habría que realizar un estudio estético y psicológico acerca de la diferencia sexual en la iconografía del martirologio.

Santa Águeda
 
Santa Águeda, 1630-1633, (127 x 60 cm.), Museo Fabre Montpellier.

Después del Concilio de Trento el cardernal Paleotti encargó a los pintores los cuadros de siete santas, entre ellas Santa Águeda. Las leyes romanas prohibían matar a las jóvenes vírgenes; un prefecto siciliano, no pudiendo seducir ni violentar la virginidad milagrosamente protegida de santa Águeda, le hizo cortar los pechos y la encarceló. San Pedro se apareció a la joven y curó sus heridas.

Debido a la naturaleza de su suplicio esta santa solo aparece, en segundo plano, en tres cuadros del Siglo de Oro. Pero tanto la Orden de la Merced, como los conventos hospitalarios querían tener una imagen de ella: Santa Águeda, patrona de las nodrizas, piadosa auxiliadora de la lactancia, la que podía asegurar la subsistencia a los más débiles y a los más pobres.

Paul Valéry sentía gran admiración por esta Santa Águeda expuesta en el Museo Fabre (Montpellier) que, probablemente procedía del convento de la Merced Calzada. Rolliza, como las Madonas del siglo XVI francés, la joven presenta sus senos puestos sobre una bandeja, sin ostentación alguna, mostrándolos con un gesto sencillo y digno. Con mucho contraste y sin modelación, la obra puede pertenecer al período tenebrista de Zurbarán.

Santa Margarita
 
Santa Margarita, 1631 (149 x 112 cm.), The National Gallery, Londres.

Este cuadro es muy diferente al anterior, aunque los ojos y los trazos del rostro hicieron pensar a algunos críticos que se trataba de la misma modelo que se utilizó para pintar a Santa Águeda. Zurbarán representa a Santa Margarita con los trazos de una elegante pastora. El bastón que sostiene en la mano, que podría pasar por un báculo de no estar terminado por un gancho, y la presencia inquietante de un dragón, a la izquierda, nos inducen a pensar que se trata de una tragedia.

«Esta bella pastora, con una postura muy afectada, parece salida de una escena teatral. En efecto, en muchas de las procesiones o de los autos sacramentales llevados a cabo durante la semana del Corpus Christi, algunos historiadores hacen aparecer a esta santa, así como en las comedias de las santas representadas en las corralas (recinto en el que se representaban comedias) de Sevilla, y, tal vez, Zurbarán se inspirara en estas imágenes. Las heroínas son, siempre, muy jóvenes y hermosas, como la Santa Juana de Tirso de Molina, o la Santa Margarita de Diego Jiménez de Enciso. Su belleza es descrita como un don del cielo, un reflejo del alma que resplandece misteriosamente y atrae, irresistiblemente, a todos los corazones.» (Catálogo de la exposición de Zurbarán por Odile Delenda de 1988, p. 275).

Es reconfortante el ver a un artista del siglo XVII, donde algunos querrían hacer pasar la espiritualidad por santurronería, que nos ofrece esta María de Antioquía que anticipa a las otras pastoras que son, en ocasiones, vírgenes mártires del barroco bávaro tal y como pueden verse, por ejemplo, en las iglesias de las Vierzehnhiligen —aportando al tratamiento de las telas el mimo de un Memling en la obra El matrimonio místico de Santa Catalina (Museo Memling, antiguo Hospital Saint Jean).

El maestro de las naturalezas muertas

 
Agnus Dei, 1635- 1640, (38 x 62 cm.), Museo del Prado, Madrid.

El maestro de La sábana de la Verónica, de Estocolmo, no creyó rebajarse al pintar el simple cordero con las patas atadas del Agnus Dei, del que se conocen varias versiones (dos, en el Museo del Prado y en el museo de San Diego). Zurbarán se reveló como un gran pintor animalista.

De nuevo se puede apreciar la calidad de la textura de la lana, revelándose una vez más como un extraordinario maestro de las sensaciones táctiles. Remite este Agnus Dei a la simbología pascual, por lo que el sencillo cuadro cobraría una trascendencia religiosa, en su concepción humilde.

Los costureros de la Virgen

También destacó en las naturalezas muertas dando prueba del cuidado respetuoso (casi afectuoso) que ponía en el trato de los objetos modestos, dotados, no obstante, de un valor simbólico. Hasta tal punto era así que Antonio Bonet-Correa subrayó que «sus naturalezas muertas tienen una densidad, una plenitud tan vigorosa que, aunque sólo sean uno de los elementos de una composición, su presencia se impone del mismo modo que la escena principal» (q.v., Enciclopedia Universales, 1996 «Durante toda su carrera, Zurbarán puso un cuidado especial en la representación de los objetos. p. 271).

Desde el precioso platillo con una rosa que apareció en sus primeros cuadros: La curación milagrosa del bienaventurado Reginaldo de Poitiers (Sevilla, la Magdalena), hasta los últimos frutos de un plato de estaño de La Virgen, el Niño y San Juan, de 1662, (Bilbao, Museo de Bellas Artes)» (Odile Delenda, Catálogo de la exposición de Zurbarán de 1988).

Estas cestas pueden verse en L'Annonciation de Grenoble, La Virgen niña en éxtasis (Nueva York, Metropolitan Museum of Art), El Niño Jesús hiriéndose con la corona de espinas, titulado La maison de Nazareth (Cleveland, Museum of Art).

La mesa de los cartujos

 
Detalle

Los siete primeros cartujos, entre los que se encuentra san Bruno, fueron alimentados por san Hugo, por aquel entonces obispo de Grenoble. Un día, este último visitó a los monjes y, para comer, les pidió carne. Los monjes vacilaban entre contravenir sus reglas o aceptar esa comida y mientras debatían sobre esta cuestión, cayeron en un sueño extático. Cuarenta y cinco días más tarde, san Hugo les hizo saber, por medio de un mensajero, que iba a ir a visitarles. Cuando este regresó le dijo que los cartujos estaban sentados a la mesa comiendo carne. ¡Y estaban en plena Cuaresma!. San Hugo llegó al monasterio y pudo comprobar por sí mismo la infracción cometida. Los monjes se despertaron del sueño en que habían caído y san Hugo le preguntó a san Bruno si era consciente de la fecha en la que estaban y la liturgia correspondiente. San Bruno, ignorante de los cuarenta y cinco días transcurridos, le habló de la discusión mantenida acerca del asunto durante su visita. San Hugo, incrédulo, miró los platos y vio cómo la carne se convertía en ceniza. Los monjes, inmersos en la discusión que mantenían cuarenta y cinco días antes, decidieron que, en la regla que prohibía el comer carne, no cabían excepciones.

En la composición de Zurbarán, San Hugo en el refectorio de los Cartujos (Sevilla, Museo de Bellas Artes) el artista nos muestra una gran naturaleza muerta. Las verticales de los cuerpos de los cartujos, de san Hugo y del paje están cortados por una mesa en L, cubierta con un mantel que casi llega hasta al suelo. El paje está en el centro. El cuerpo encorvado del obispo, situado detrás de la mesa, a la derecha, y el ángulo que forma la L de la misma evitan ese sentimiento de rigidez que podría derivarse de la propia austeridad de la composición.

Delante de cada cartujo están dispuestas las escudillas de barro que contienen la comida y unos trozos de pan. Dos jarras de barro, un tazón boca abajo y unos cuchillos abandonados ayudan a romper una disposición que podría resultar monótona si no estuviera suavizada por el hecho de que los objetos presentan diversas distancias en relación al borde de la mesa. La composición tiene vida: son personas reales las que se plasman en el cuadro, no unos ángeles geométricos.

Los bodegones

El término "bodegón" (por extensión naturalezas muertas), acuñado en España por la literatura del siglo XVII, se utiliza para designar los cuadros de este género (escenas de taberna, mercado, etc.), como los bodegones de Velázquez. Por extensión se aplica a los cuadros sin personajes: animales, flores, frutos, y todo tipo de objetos inanimados.

Una verdadera naturaleza muerta, firmada y datada, es el Bodegón con cidras, naranjas y rosa, del Museo Norton Simon de Pasadena (EE. UU.): cuatro cidras en un plato, seis naranjas con sus hojas y flores, una taza sobre un plato metálico con una rosa en el borde.

Otras dos naturalezas muertas idénticas (Bodegón con cacharros, 1633), impresionan por su originalidad, con los elementos alineados de manera casi ceremonial; se conservan en el Prado de Madrid y el MNAC de Barcelona, y curiosamente ambas fueron donadas a dichos museos por el mismo coleccionista, Francesc Cambó.

 
Bodegón con cacharros, 1633 (46 x 84 cm.), Museo del Prado Madrid

Se ven cuatro jarras alineadas: dos de ellas, en ambos extremos, reposan sobre unas bandejas de estaño. Las otras tres son de barro. La jarra de la izquierda es de metal dorado. Los objetos están dispuestos en un mismo plano.

Se trata de una galería de formas, tamaños, materiales diversos. Cada uno de ellos trabajado con detenimiento, desde el tacto de la loza hasta la sensación del barro cocido pasando por el frío metal. También es un tratado de líneas curvas, volúmenes, el recorrido sutil de la luz y su distinto comportamiento en cada material.

Ninguna fantasía distrae la atención del espectador y ninguna simetría le fatiga. Aunque no hay nada detrás de los objetos, solo un fondo oscuro, la impresión de simplicidad, no de vacuidad, se desprende de la composición: ascetismo sin severidad, rigor sin rigidez.

La comida en Emaús

Es el momento en el que Cleofás y su compañero reconocen a Cristo. En este cuadro, bastante sombrío, todo está pensado para llamar la atención sobre esa simbólica comida. Sobre el mantel blanquísimo, los objetos (dos platos, una jarra, un trozo de pan) están casi alineados, como en la mesa de los cartujos —procedimiento que usaba Zurbarán para señalar el carácter hierático de una escena. Pero el blanco, más blanco aún que el del propio mantel, del trozo de pan que acaba de abrir Cristo atrae la mirada. Jesús se diluye en la sombra; su cuerpo resucitado, que solo se hace realidad frente a sus discípulos, deja paso al universal e intemporal efecto de la transubstanciación. Sobre la mesa, los objetos de la naturaleza muerta adquieren un tono intenso que procede de ese resplandor que relega la luz ambiental que proviene de la izquierda.

Conclusión

Su aprecio creció después de su fallecimiento y su renombre traspasó las fronteras de España. El hermano menor de Napoleón, el impopular José Bonaparte, al que los españoles llamaban, compasivamente, el rey intruso o, desdeñosamente, Pepe botella, hizo enviar a París, para el Museo Napoleón, algunas de las obras mayores de Zurbarán. Muchos generales del Imperio, e incluso el mariscal Soult se llevaron varios de esos cuadros sacados de Sevilla tras el cierre de los conventos:

 
San Andrés (1630-1632), 146 x 60 cm, Museo de Bellas Artes de Budapest.
Pero ¿por qué Zurbarán? Más que la avidez de los nuevos ricos, ¿podría pensarse que «esos hombres, en general procedentes del pueblo y sin cultura artística, sentían una atracción espontánea hacia esta pintura simple, cálida y directa que podía despertar, en algunos de los principales admiradores de Zurbarán (el mariscal Soult, el general Darmagnac), algunos recuerdos de su infancia languedociana o gascona?.» (Paul Guinard, Trésors de la peintre espagnole (Tesoros de la pintura española), París, Museo de las Artes Decorativas, (1963).

De 1835 a 1837, Luis Felipe envió a España al barón Isidore Taylor, comisario Real del Teatro Francés, para que reuniera una colección de obras de Zurbarán que se hallaban dispersas. Pese a sus 121 cuadros, Zurbarán fue, sin embargo, menos apreciado que Murillo. Solo se le juzgó desde un punto de vista romántico, considerándole, sobre todo, como el Caravaggio español, pintor de monjes. Su San Francisco arrodillado con una calavera, llamó poderosamente la atención.

«Moines de Zurbaran, blancs chartreux qui, dans l'ombre,
Glissez silencieux sur les dalles des morts,
Murmurant des Pater et des Ave sans nombre,
Quel crime expiez-vous par de si grands remords?
Fantômes tonsurés, bourreaux à face blême,
Pour le traiter ainsi, qu'a donc fait votre corps?»
«Monjes de Zurbarán, blancos cartujos que, en la sombra,
Pasáis silenciosos sobre las losas de los muertos,
Murmurando los Pater y las Ave sin nombre,
¿Qué crimen expiáis para tan gran remordimiento?
Fantasmas tonsurados, verdugos pálidos
Para tratarlo así ¿qué ha hecho vuestro cuerpo?»

Escrito por Théophile Gautier, en su selección España de 1845. Curiosamente, este Zurbarán, pintor tenebroso de atormentada fe, es también el de Élie Faure:

«La esterilidad de España es, en los claustros sepulcrales en los que la meditación se ejerce con las calaveras de los muertos y los libros recubiertos de piel. Las vestiduras grises o blancas, largas y tétricas como los sudarios. En derredor las bóvedas son espesas, las losas frías, la luz mortecina. Un tapiz rojo, o una colgadura azul animan, aquí o allá, esta aridez. La voluntad de pintar se revela en el pan duro, las raíces crudas de la comida tomada en silencio, una mano, la cara terrosa, cadavérica, una mantel mortuorio gris plateado. Pero esas caras espectrales, esas vestimentas mate, esa sobria madera, esos huesos desnudos, esas cruces de ébano sin brillo, esos libros ocres con una franja roja, ordenados y tristes como las horas que se volatilizan, perdidas en taciturnos ejercicios repetidos hasta el último momento, toman el aspecto de una arquitectura implacable que la misma fe impone a la plástica, prohibiendo todo aquello que no sea más que un línea rígida, una superficie desnuda, un volumen preciso y austero. Los que distribuyen o toman el alimento revisten la necesidad de vivir de una solemnidad que traspasa el mantel, los vasos, los cuchillos y el sustento. Aquellos que están en el lecho fúnebre imprimen a la vida que les rodea la rigidez de la muerte.» (El arte moderno, reedición de 1964, pp. 164-166).
 
Francisco de Zurbarán, Cristo crucificado con donante, 1640, Museo del Prado, óleo sobre lienzo, 244 x 167,5 cm.

Zurbarán conoció la celebridad antes de los treinta años, sobre todo después de pintar su ciclo de la Merced Calzada, encargo que Alonso Cano, maestro pintor desde 1626, había rechazado.

Afortunadamente otro en el siglo XX acerca del pintor extremeño. Olvidando el aspecto pietista, exageradamente subrayado, Christian Zervos (1889-1970), que fue director de los Cahiers d'art (Cuadernos de Arte) y un gran conocedor de la pintura de su tiempo —así como del Arte griego y del Arte prehistórico—, editor de un catálogo razonado de la obra de Pablo Picasso, reconoce que hay que atribuir a Zurbarán un lugar preponderante en el arte español:

«Exceptuando al El Greco, y quizá también a Velázquez, que es igual, sino superior, Zurbarán superó a todos los demás pintores españoles. Además su obra tiene mucha relación con las tendencias actuales de la pintura. Sin embargo su obra no es conocida ni apreciada en su justa medida, (…). La característica de la obra de Zurbarán es la de mostrar todo aquello que la pintura puede ofrecer respecto a la realidad humana, (…). Zurbarán presenta a sus santos y a sus monjes en la vida psíquica más concisa, pero a la vez más atormentada por las graves inquietudes espirituales provocadas por el deseo de aproximarse a Dios. No expresa, en sus cuadros, ningún sentimiento terrible. La muerte no tiene, para él, nada de espantoso.» (Citado en el Catálogo de la exposición de 1988, p. 53).

Zervos habla de la actualidad de la pintura de Zurbarán. Así es, si se analiza el tratamiento dado al ropaje de San Andrés (Budapest), al manto de San José (El paseo de San José y el Niño Jesús, obra maestra que se encuentra en la iglesia de San Medardo (París), y al hábito del Bienaventurado San Cirilo (Boston), se comprende que algunos críticos hablen de una «estilización buscada, premonitoria de la abstracción cubista». (Catálogo de la exposición de 1988, p. 156). Y la naturaleza muerta de los Discípulos de Emaús ¿no está más próxima, en su rigor, a la de la Naturaleza muerta de la cazuela de Cézanne (Museo de Orsay)?

 
Visión de San Pedro Nolasco, 1629 (179 × 223 cm.), Museo del Prado, Madrid.

Como todos los maestros, Zurbarán, no da la impresión de haberse conformado y limitado a las exigencias requeridas por los encargos. Los artistas de segundo orden dicen, alto y claro, que el genio reposa en la libertad de expresión y que ser libre es no obedecer a nadie. Lamentable explicación de la libertad que condena, de hecho, a ser el servidor de sus deseos, de sus pasiones e, incluso, de sus pulsiones. A todo esto hay que oponer el genio de un Zurbarán para el que la libertad real consiste en trascender las prohibiciones, las reglas (sin desdeñarlas), y transformar toda exigencia en la ocasión propicia para crear una obra maestra. Esta actitud de no esclavizarse a las reglas (esclavitud a la que se atienen los espíritus mediocres) es el germen de la creación, el que se encuentra, asimismo, en Jean Racine.

Pero, cuando uno ha llegado a la cumbre, no debería plantearse la cuestión de jerarquías entre los grandes pintores. ¡Para reconocer a los genios sería necesario creerse superior a ellos!. Lo mejor que se puede hacer es meditar sobre las obras, intentar comprender los problemas a los que se enfrentaron y reflexionar sobre la trascendencia que han podido tener sus obras en la historia del arte. El Greco, Zurbarán, Velázquez, Murillo, no son competidores, o están en competición, cada uno, a su manera, dispone del criterio particular que cada uno tiene acerca del arte, de las personas y de las cosas.

Sobre este particular hay que escuchar a Ives Bottineau, Inspector General de los Museos de Francia, encargado del Museo Nacional del Palacio de Versalles y del Trianón:

 
Monumento a Zurbarán. Fue realizado en 1929 para la Exposición Iberoamericana de Sevilla y estuvo situado en el Parque de María Luisa hasta los años 50, cuando fue trasladado a la Plaza de Pilatos de la localidad. El pedestal está decorado con relieves: el frontal del cuadro del pintor de Santa Casilda, y los tres lados restantes con la Puerta de la Macarena de la muralla sevillana: la Torre de Espantaperros de Badajoz y el escudo de la localidad de Fuente de Cantos.
«Actualmente, conforme a un balance habitual en la historia del arte, algunos comentaristas, por lo menos en privado, desdeñan a los admiradores de Zurbarán comparándole con la poética facilidad de Murillo. Pero la pintura española es tan rica que el reconocimiento otorgado a sus más grandes representantes no debe ajustarse a la clasificación mudable del gusto y la crítica; debería, más bien, seguir las vías de la prudencia ilustrativa y admirativa. Cada uno de ellos, de los grandes, merece que uno murmure, al respecto, el principio de los versos de John Keats en el Endimión:
A thing of beauty is a joy for ever:
Its loveliness increases; it will never
Pass into nothingness...»
(Lo hermoso es alegría para siempre:
Su encanto se acrecienta y nunca vuelve a la nada...)

(Catálogo de la exposición, 1988, p. 55).

Pinturas

Notas

  1. «Zurbarán, Francisco de - Museo Nacional del Prado». www.museodelprado.es. Consultado el 17 de marzo de 2017. 
  2. Artehistoria: Inmaculada Concepción niña
  3. El Correo (30 de marzo de 2011): «Al rescate del legado judío de Zurbarán en Inglaterra»
  4. El País (19 de febrero de 1995): «Zurbarán vuelve a España con su serie de Jacob»
  5. Tratar de desmerecer a Zurbarán (comparándolo con Velázquez, por ejemplo), clasificándolo como un simple ilustrador de hagiografías al uso y de acuerdo con la época, sería un tremendo error. Esto es tan cierto como el hecho de que la producción de su taller no fue siempre igual. Durante los años 1630 las costosas guerras, las revueltas provinciales y las desafortunadas tentativas llevadas a cabo para intentar enderezar la economía española empobrecieron a España. Los encargos andaluces disminuyeron y el taller de Zurbarán se dedicó a la exportación de sus cuadros a América del Sur. Se enviaron docenas y veintenas: Los doce hijos de Jacob (en los que, no se sabe bien porqué, querían ver a los ancestros de los autóctonos); Los doce césares, y numerosos cuadros de santos y fundadores de órdenes diversas. Los clientes no eran, ciertamente, unos estetas y de todas formas... ¡estaban lejos!
  6. Según M. L. Cartula (especialista en Zurbarán, redactora del catálogo de la exposición dedicada a Zurbarán en 1964 en Madrid), en Cartula (ver bibliografía), Francisco de Zurbarán hizo testamento ante un notario el 26 de agosto de 1664, para morir al día siguiente.
  7. Página oficial del Museo
  8. Pérez Sánchez, Alfonso E., Pintura barroca en España 1600-1750, Madrid, Ediciones Cátedra, 1992, ISBN 84-376-0994-1, pp.189-191; Fernández López, José, Programas iconográficos de la pintura sevillana del siglo XVII, Sevilla, Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 1991, ISBN 84-7405-589-X, pp. 186-199.
  9. San Andrés es uno de los dos primeros personajes (el otro es San Juan el Evangelista, que no se nombra en el texto), al que, San Juan Bautista, presentó a Jesús. Andrés llevó a su hermano Simón ante la presencia de Jesús que le dijo: «Tú te llamarás Képhas» (Piedra) (Juan I, 35-42). Redactado por el primer obispo de Babilonia el relato del martirio de San Andrés, rechazado por los protestantes, fue reconocido como auténtico por los teólogos de la Contrarreforma, lo que explica su importancia en la iconografía del Siglo de Oro español.

Véase también

Bibliografía

  • Jeannine Baticle, Conservador honorario de los Museos de Francia, Catálogo de la Exposition Zurbarán en el Gran Palacio, 1988, Ediciones de la RMN.
  • Antonio Bonet-Correa en la Enciclopedia Universal, Zurbarán, (Catedrático de historia del arte español, Universidad Complutense de Madrid).
  • M.L. Caturla, Fin y muerte de Francisco de Zurbarán. Documentos recogidos y comentados, Madrid 1964.
  • Léo Moulin, La vida cotidiana de los religiosos en la Edad Media (Hachette, 1978).
  • Emile Mâle, 'El arte religioso a finales de los siglos XVI, XVII y XVIII (Estudio sobre la iconografía después del Concilio de Trento: Italia, España, Flandes). París, 1932.
  • Lorite Cruz, Pablo Jesús. "La iconografía de San Pedro Pascual, el obispo olvidado en la diócesis de Baeza-Jaén y pintado por Zurbarán." El arte en tiempos de cambio y crisis.Sociedad Extremeña de Historia. Llerena, 2010, pp. 105-113.
  • Karin Hellwig,, "La pintura en el siglo XVII en Italia, en España y en Francia", en el arte del barroco de Rolf Toman, éd. Könemann.
  • Yves Bottineau, profesor de la Escuela del Louvre, en la Universidad de Yale, Friburgo et Nanterre, especialista en el arte español y portugués: El arte barroco, éd. Citadelles, 1986.
  • Étienne Gilson, La filosofía de la Edad Media, 1922 (Edición utilizada: Payot 1962, París). Indispensable para el conocimiento de los pensadores medievales.
  • Le Nuevo Testamento, éd. Gallimard, Biblioteca de la Pléyade, 1971.

Enlaces externos

  •   Datos: Q209615
  •   Multimedia: Francisco de Zurbarán

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Francisco de Zurbaran Fuente de Cantos Badajoz 7 de noviembre de 1598 Madrid 27 de agosto de 1664 fue un pintor del Siglo de Oro espanol Francisco de ZurbaranProbable autorretrato de Zurbaran detalle de su obra San Lucas como pintor ante Cristo en la Cruz Informacion personalNacimiento7 de noviembre de 1598Fuente de Cantos Imperio EspanolFallecimiento27 de agosto de 1664 65 anos Madrid Imperio EspanolNacionalidadEspanolFamiliaConyugeMaria PaezBeatriz de MoralesLeonor de TorderHijosJuan de ZurbaranInformacion profesionalAreaPinturaAlumnosJose de SarabiaMovimientoBarroco editar datos en Wikidata Contemporaneo y amigo de Velazquez Zurbaran destaco en la pintura religiosa en la que su arte revela una gran fuerza visual y un profundo misticismo Fue un artista representativo de la Contrarreforma Influido en sus comienzos por Caravaggio su estilo fue evolucionando para aproximarse a los maestros manieristas italianos Sus representaciones se alejan del realismo de Velazquez y sus composiciones se caracterizan por un modelado claroscuro con tonos mas acidos Indice 1 Biografia 1 1 Un genio precoz 1 2 El maestro sevillano 1 3 La gloria nacional 2 Casa Museo 3 Contexto historico encargos y temas El genio en su diversidad 3 1 La estetica y la vida conventual en Sevilla a principios del siglo XVII 3 2 Las ordenes religiosas mecenas de Zurbaran 3 2 1 La Orden de la Merced 3 2 2 El colegio franciscano de San Buenaventura de Sevilla 3 2 3 La Cartuja de Jerez de la Frontera 3 2 4 Los Jeronimos de Guadalupe 3 2 5 Los Dominicos de Sevilla 3 2 5 1 El colegio de Santo Tomas 3 2 5 2 El convento de San Pablo el Real 3 2 5 3 Santo Domingo de Portacoeli 3 3 Los encargos reales 3 4 Los particulares 3 4 1 La teologia mariana de Sevilla la Inmaculada Concepcion 3 4 2 Suplicios y pudor las Virgenes martires 3 4 2 1 Santa Agueda 3 4 2 2 Santa Margarita 3 4 3 El maestro de las naturalezas muertas 3 4 3 1 Los costureros de la Virgen 3 4 4 La mesa de los cartujos 3 4 5 Los bodegones 3 4 6 La comida en Emaus 4 Conclusion 5 Pinturas 6 Notas 7 Vease tambien 8 Bibliografia 9 Enlaces externosBiografia EditarUn genio precoz Editar Cristo en la Cruz 1627 290 x 168 cm Art Institute Chicago Francisco de Zurbaran nacio el 7 de noviembre de 1598 en Fuente de Cantos Badajoz Sus padres fueron Luis de Zurbaran un acomodado comerciante vasco establecido en Extremadura desde 1582 1 e Isabel Marquez quienes se habian casado en la localidad vecina de Monesterio el 10 de enero de 1588 Otros dos importantes pintores del Siglo de Oro nacerian poco despues Velazquez 1599 1660 y Alonso Cano 1601 1667 Probablemente se iniciara en el arte pictorico en la escuela de Juan de Roelas en su ciudad natal antes de ingresar en 1614 en el taller del pintor Pedro Diaz de Villanueva 1564 1654 en Sevilla donde Alonso Cano lo conocio en 1616 Probablemente tambien trabo relacion con Francisco Pacheco y sus alumnos ademas de tener cierto influjo procedente de Sanchez Cotan tal cual puede observarse en la Naturaleza muerta que pinto Zurbaran hacia 1633 Su aprendizaje se termino en 1617 ano en el que Zurbaran se caso con Maria Paez El primer cuadro que se citaba como de los comienzos de su carrera es una Inmaculada creida de 1616 coleccion de Placido Arango pero su fecha real es 1656 2 y de hecho delata influencias de Tiziano y Guido Reni mas propias de la ultima etapa del artista en Madrid En 1617 se establecio en Llerena Extremadura donde nacieron sus tres hijos Maria Juan Llerena 1620 Sevilla 1649 que fue pintor como su padre y murio durante la gran epidemia de peste ocurrida en Sevilla en 1649 e Isabel Paula Tras el fallecimiento de su esposa se volvio a casar en 1625 con Beatriz de Morales viuda y con una buena posicion economica aunque diez anos mayor que el como su primera esposa En 1622 era ya un pintor reconocido por lo que fue contratado para pintar un retablo para una iglesia de su ciudad natal En 1626 y ante un notario firmo un nuevo contrato con la comunidad de predicadores de la orden dominica de San Pablo el Real en Sevilla tenia que pintar veintiun cuadros en ocho meses Fue entonces en 1627 cuando pinto el Cristo en la cruz Art Institute de Chicago obra que fue tan admirada por sus contemporaneos que el Consejo Municipal de Sevilla le propuso oficialmente en 1629 que fijara su residencia en esta ciudad hispalense En este cuadro la impresion de relieve es sorprendente Cristo esta clavado en una burda cruz de madera El lienzo blanco luminoso que le cine la cintura con un habil drapeado ya de estilo barroco contrasta dramaticamente con los musculos flexibles y bien formados de su cuerpo Su cara se inclina sobre el hombro derecho El sufrimiento insoportable da paso a un ultimo deseo la resurreccion ultimo pensamiento hacia una vida prometida en la que el cuerpo torturado hasta la extenuacion pero ya glorioso lo demuestra visualmente Igual que en el Cristo crucificado de Velazquez pintado hacia 1630 mas rigido y simetrico los pies estan clavados por separado En esa epoca las obras en ocasiones monumentales trataban de recrearse morbosamente en la crucifixion de ahi el numero de clavos Por ejemplo en las Revelaciones de Santa Brigida se habla de cuatro clavos Por otra parte y tras los decretos tridentinos el espiritu de la Contrarreforma se opuso a las grandes escenificaciones orientando especialmente a los artistas hacia las composiciones en las que se representara unicamente a Cristo Muchos teologos sostenian que tanto el cuerpo de Jesus como el de Maria tenian que ser unos cuerpos perfectos Zurbaran aprendio bien estas lecciones afirmandose a los veintinueve anos como un maestro indiscutible El maestro sevillano Editar San Serapio 1628 120 x 103 cm Wadsworth Athenaeum Connecticut Extremeno de nacimiento es considerado un pintor de imagineria artista de caracter religioso especializado en imagenes y estatuas Zurbaran firmo un nuevo contrato en 1628 con el convento de Nuestra Senora de la Merced Calzada y se instalo con su familia y los miembros de su taller en Sevilla Pinto entonces el cuadro de San Serapio uno de los martires de la Orden de la Merced muerto en 1240 tras haber sido torturado probablemente por los piratas sarracenos Los religiosos mercedarios pertenecientes a la Orden de la Merced ademas de los votos tradicionales de castidad pobreza y obediencia pronunciaban un voto de redencion o de sangre por el que se comprometian a entregar su vida a cambio del rescate de los cautivos en peligro de perder su fe Zurbaran quiso representar el horror sin que en la composicion apareciera ni una gota de sangre Aqui no se intuye el ensueno divino que precede a la Resurreccion La boca entreabierta no deja escapar ni un grito de dolor demuestra el abatimiento paroxistico dice en un soplo simple y terriblemente que ya es demasiado para seguir viviendo La gran capa blanca casi un trampantojo ocupa la mayor parte del cuadro Si se hace abstraccion del rostro la relacion entre la superficie total y la de este vasto espacio blanco es exactamente el numero aureo Nominandose a si mismo como maestro pintor de la ciudad de Sevilla Zurbaran desperto los celos de algunos pintores como Alonso Cano a quien Zurbaran desdeno Se nego a pasar los examenes que le darian derecho a utilizar este titulo pues consideraba que su obra y el reconocimiento de los grandes tenian mas valor que el de algunos miembros mas o menos amargados de la corporacion de los pintores Le llovian los encargos de las familias nobles y para los grandes conventos que los mecenas andaluces protegian como los de los jesuitas La gloria nacional Editar Exposicion del cuerpo de San Buenaventura 1629 250 x 225 cm Museo del Louvre Paris En 1634 efectuo un viaje a Madrid Su estancia en la capital resulto determinante para su evolucion pictorica Se encontro con su amigo Diego Velazquez con el que analizo y medito sobre sus obras Pudo contemplar las obras de los pintores italianos que trabajaban en la corte de Espana como las de Angelo Nardi y Guido Reni Zurbaran renuncio desde ese momento al tenebrismo de sus inicios asi como a las veleidades caravagistas de las que se puede ver un ejemplo en el cuadro La Exposicion del cuerpo de San Buenaventura especialmente en las caras de los adolescentes situados en la parte derecha del cuadro Sus cielos se hicieron mas claros y los tonos menos contrastados Dotado con el titulo de Pintor del Rey volvio a Llerena donde pinto gratuitamente un cuadro para la iglesia de Nuestra Senora de la Granada debido a la devocion que sentia por la Virgen Maria Los encargos se le acumulaban Nuestra Senora de la Defension la Cartuja de Jerez de la Frontera la iglesia de San Roman en Sevilla Esta ultima ciudad a orillas del Guadalquivir era uno de los grandes puertos europeos que vivia del comercio con las Americas Los galeones llegaban cargados de oro y zarpaban con las bodegas llenas de productos espanoles entre otras cosas obras de arte Zurbaran empezo a producir pinturas religiosas para el mercado americano en ocasiones series de santos de diez y mas obras y ya en 1638 reclamaba el pago de una suma que le debia Lima Ejemplo excepcional de la produccion de Zurbaran para America es la serie de doce cuadros Las tribus de Israel 3 actualmente en Auckland en el condado de Durham Inglaterra se supone que no llegaron a su destino por un ataque pirata 4 En 1639 murio su segunda esposa Beatriz y en ese ano Zurbaran pinto Cristo en Emaus Museo Nacional de San Carlos Mexico y San Francisco en extasis En 1641 se caso su hijo Juan con Mariana de Cuadros hija de un rico comerciante que moriria poco despues En enero de 1643 el Conde Duque de Olivares hasta ese momento favorito de Felipe IV de Espana fue exiliado Olivares era un gran protector de los pintores andaluces Esta crisis politica se unio a una desaceleracion de la actividad comercial de Sevilla lo que significo asimismo que disminuyera el numero de encargos pictoricos Zurbaran altamente estimado no se vio afectado por este percance En 1644 se caso con Leonor de Tordera hija de un orfebre Ella tenia veintiocho anos y Zurbaran cuarenta y seis Tuvieron seis hijos Santa Dorotea Hacia 1636 Zurbaran intensifico la exportacion a America del Sur En 1647 un convento peruano le encargo treinta y ocho pinturas veinticuatro de las cuales tenian que ser de Virgenes a tamano natural En el mercado americano puso en venta asimismo algunos cuadros profanos lo que le compenso de la disminucion de la clientela andaluza 5 de la que otro pintor sevillano Murillo seria tambien victima y lo que explicaria a su vez la marcha de Alonso Cano a Madrid Los encargos que tenia Zurbaran eran muchos y de ellos da cuenta un contrato encontrado segun el cual Zurbaran vendio a Buenos Aires quince virgenes martires quince reyes y hombres celebres veinticuatro santos y patriarcas todos ellos a tamano natural y tambien nueve paisajes holandeses Zurbaran podia permitirse el mantener un taller importante con aprendices y asistentes Su hijo Juan conocido por ser un buen pintor de bodegones escenas de cocina mercados y naturalezas muertas trabajo probablemente para su padre Una hermosa naturaleza muerta de Juan de Zurbaran se encuentra en el museo de Kiev A principios de los anos 1650 Zurbaran viajo de nuevo a Madrid Pinto entonces en esfumado el admirable rostro de la Virgen en la Anunciacion 1638 que se encuentra en el Museo de Grenoble y Cristo llevando la cruz de 1653 catedral de Orleans En 1658 los cuatro grandes pintores Zurbaran Velazquez Alonso Cano y Murillo se encontraban en Madrid Zurbaran testifico durante la investigacion llevada a cabo sobre Velazquez lo que le permitio ingresar en la Orden de Santiago como el deseaba De esa epoca datan El lienzo de la Veronica Valladolid Museo Nacional El reposo durante la huida a Egipto Museo de Budapest San Francisco arrodillado con una calavera Madrid Prado donacion de Placido Arango y La Virgen con el Nino y san Juanito su ultima obra fechada conocida 1662 Bilbao Museo de Bellas Artes Su fiel amigo Velazquez fallecio en 1660 El 27 de agosto de 1664 Francisco de Zurbaran murio en Madrid Fue enterrado en el convento de Copacabana destruido en el siglo XIX a raiz de la desamortizacion de Mendizabal perdiendose los restos del pintor 6 Casa Museo EditarSu casa natal en Fuente de Cantos ha sido rehabilitada y dispone de las mas modernas tecnologias para trasladar al visitante a la epoca del genial pintor extremeno Un museo que pertenece a la red de Museos de Identidad de Extremadura 7 Contexto historico encargos y temas El genio en su diversidad EditarLa estetica y la vida conventual en Sevilla a principios del siglo XVII Editar San Francisco arrodillado con una calavera en las manos 1658 84 x 53 cm Alte Pinakothek Munich En 1600 existian en Sevilla treinta y siete conventos Durante los veinticinco anos siguientes se fundaron otros quince Los conventos fueron los grandes mecenas de los pintores muy exigentes en cuanto a la composicion y calidad de las obras tanto es asi que Zurbaran por medio de un contrato se comprometio a aceptar el que le fueran devueltos todos aquellos cuadros que no fueran del agrado de los religiosos Los religiosos y religiosas eran muy sensibles a la dimension estetica de las representaciones y estaban convencidos de que la belleza era mas estimulante para la elevacion del alma que la mediocridad Estos abades y abadesas eran normalmente unas personas cultivadas eruditas refinadas con un criterio muy seguro frente a las obras de arte En las iglesias siempre hubo un retablo en el que se representaban las escenas de la vida de Cristo Ademas durante el siglo XVII las sacristias lugar en el que se cambian las vestiduras sacerdotales se decoraban cada vez mas ricamente Asimismo se ponian cuadros en el claustro en el refectorio en las celdas muchas de estas obras medievales fueron destruidas En las bibliotecas y salas capitulares se podian encontrar cuadros del fundador de la Orden y de las personalidades mas importantes de la misma Estas exigencias eran propias de todos los conventos Las pinturas de segundo orden podian estar hechas en serie pero los maestros reconocidos se renovaban profundizaban en su arte y recibian muchos mas encargos Las ordenes religiosas mecenas de Zurbaran Editar La Orden de la Merced Editar La Orden de Nuestra Senora de la Merced fue fundada por san Pedro Nolasco en 1218 durante la Reconquista Nolasco fue canonizado en 1628 y ese mismo ano Zurbaran contrato la ejecucion de veintidos lienzos para el claustro de los Bojes del convento de la Merced Calzada de Sevilla aunque el pintor conservaba todavia su residencia en Llerena La serie en la que se sirvio de colaboradores y de las estampas de Jusepe Martinez no debio de completarse sin embargo Zurbaran trabajo en ella hasta 1634 cuando se fecha uno de los cuadros el que representa la Rendicion de Sevilla conservado en la coleccion del duque de Westminster Aparicion de San Pedro a San Pedro Nolasco 1629 179 x 223 cm Museo del Prado Madrid De los diez que se han conservado seis corresponden a Zurbaran la Vision de la Jerusalen Celeste y La aparicion de San Pedro a San Pedro Nolasco a quien se presento diciendole He venido a ti ya que tu no pudiste venir a mi ambos en el Museo del Prado la Partida de san Pedro Nolasco en el Museo Franz Mayer de Mexico la Aparicion milagrosa de la Virgen del Puig en el Cincinnati Museum of Arte el Nacimiento de San Pedro Nolasco en el Museo de Bellas Artes de Burdeos de atribucion dudosa y el mencionado de la Rendicion de Sevilla atribuyendose tradicionalmente a Francisco Reina los cuatro restantes conservados en la catedral de Sevilla 8 Ademas de esta serie del claustro Zurbaran pinto para los mercedarios sevillanos una serie de retratos ideales de miembros de la orden con destino a la biblioteca del convento en parte conservados en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y el conmovedor San Serapio martir del Wadsworth Atheneum fechado en 1626 El colegio franciscano de San Buenaventura de Sevilla Editar El convento de los franciscanos era uno de los mas importantes de Sevilla Su colegio era el centro espanol de estudios teologicos de esta Orden En 1629 Zurbaran inicio el ciclo de representaciones de la vida de Buenaventura de Fidanza el doctor serafico junto con Francisco Herrera el Viejo y La visita de Santo Tomas de Aquino a San Buenaventura cuadro destruido en Berlin en 1945 y al que no hay que confundir con el de San Buenaventura recibiendo la visita de Santo Tomas de Aquino que se encuentra en la iglesia de San Francisco el Grande de Madrid La Cartuja de Jerez de la Frontera Editar La Anunciacion 1638 161 x 175 cm Museo de Grenoble La Cartuja de Santa Maria de la Defension de Jerez de la Frontera fundada en 1476 debe su nombre a una aparicion milagrosa de la Virgen en 1370 en la que Maria habria desvelado el lugar en el que los castellanos caerian en una emboscada tendida por los moros librandoles asi de una muerte y derrota seguras Zurbaran pinto once cuadros para el retablo del altar mayor La mayor parte de los mismos se encuentran actualmente en el Museo de Cadiz Encargados en 1636 los termino entre 1639 y 1640 Entre ellos se halla La Batalla de Jerez Nueva York Metropolitan Museum of Art Cuatro cuadros se encuentran en el Museo de Grenoble La Anunciacion 1638 La Circuncision La Adoracion de los pastores La Adoracion de los magos El tenebrismo de los primeros anos desaparece para dar paso a la fuerza del claroscuro y el colorido se vuelve mas rico En estas pinturas el arte de Zurbaran aparece ya plenamente configurado se puede detectar en la extrema atencion que Zurbaran puso en los objetos de la cesta recubierta con un pano blanco que se encuentra en primer termino a la izquierda que es ya de por si una verdadera naturaleza muerta El velo transparente que rodea el cuello de Maria constituye por si mismo una gran leccion de pintura Los Jeronimos de Guadalupe Editar San Jeronimo flagelado por los angeles 1639 235 x 290 cm Claustro de los Jeronimos Guadalupe Segun la leyenda una estatua de Maria fue encontrada por un joven vaquero hacia 1300 junto al rio Guadalupejo en el mismo lugar en el que los cristianos visigodos la habian escondido para evitar su profanacion En ese sitio se edifico un santuario por orden del rey de Castilla Alfonso XI de Castilla que se convirtio enseguida en un lugar de peregrinaje La invocacion de la Virgen de Guadalupe obro milagrosamente consiguiendose la gran victoria de la Batalla del Salado 30 de octubre de 1340 contra los moros En 1389 con la iglesia terminada el rey Juan I de Castilla entrego el monasterio a los jeronimos Fundada en el siglo XIV esta orden de San Jeronimo estuvo muy ligada al poder real por lo que sus dotaciones fueron con frecuencia muy abundantes Por encargo de los frailes del Monasterio de Guadalupe Zurbaran pinto entre 1639 y 1645 ocho cuadros para la sacristia y tres para la capilla adyacente Estos cuadros se conservan aun en su emplazamiento original En la Sacristia se aprecian obras relacionadas con monjes de la orden Fray Diego de Orgaz ahuyentando las tentaciones Aparicion de Jesucristo a fray Andres de Salmeron Retrato de fray Gonzalo de Illescas obispo de Cordoba el mas conocido de la serie La Misa milagrosa de fray Pedro de Cabanuelas Enrique III de Castilla ofreciendo a fray Fernando Yanez el Arzobispado de Toledo La Vision de fray Pedro de Salamanca Fray Martin de Vizcaya distribuyendo limosna a los pobres y Fray Juan de Carrion despidiendose de la Comunidad antes de morir Los tres cuadros de la Capilla de San Jeronimo alusivos a episodios de la vida del santo estan entre sus obras maestras en el atico del retablo La Apoteosis de San Jeronimo una de sus obras mas famosas tambien llamada la Perla de Zurbaran en el lado derecho Las Tentaciones de San Jeronimo y en la parte izquierda San Jeronimo flagelado por los angeles Los Dominicos de Sevilla Editar Santo Domingo en Soriano Iglesia del antiguo convento de San Pablo el Real Sevilla El colegio de Santo Tomas Editar Como muchas de las grandes ordenes del siglo XVII los dominicos fundaron en Sevilla un colegio al lado del convento El objetivo era el de contribuir a la propagacion de las ideas aprobadas en el Concilio de Trento Los dominicos espanoles tenian ya varios colegios que habian sido fundados despues de la Reconquista Para el altar mayor Zurbaran pinto su magnifico cuadro el Triunfo de Santo Tomas Aquino 5 20 m x 3 46 m que actualmente se halla en el Museo de Bellas Artes de Sevilla cuadro que robo Soult para ofrecerselo al Museo Napoleon reservandose el de San Andres 9 Budapest Szepmuveszeti Muzeum para su propia coleccion En este cuadro sobre un fondo con un cielo tormentoso San Andres detenido ante la cruz de su suplicio lee un libro santo Su cara y su mano derecha estan tratadas de manera muy realista Tres rayos de luz iluminan oblicuamente el cuadro la sien derecha del santo la barba y el libro Un gran manto ocre de pliegues muy simples cubre su cuerpo y consigue atemperar con su suave tonalidad los contrastes de la parte superior del cuadro El convento de San Pablo el Real Editar En 1626 el convento de San Pablo el Real le encargo veintiun cuadros catorce de ellos basados en la vida de Santo Domingo septimo de los Doctores de la Iglesia Los cuatro primeros doctores eran Ambrosio Jeronimo de Estridon Agustin de Hipona y Gregorio Magno los Dominicos anadieron como tales a Domingo de Guzman Tomas de Aquino y Buenaventura Solo se conservan cinco de estos cuadros De este ciclo solamente dos lienzos estan en el edificio para el que se realizaron es decir en la iglesia sevillana de La Magdalena mientras que en el Museo de Sevilla se encuentran tres de los cuatro Padres de la Iglesia Los lienzos que se conservan en la iglesia de La Magdalena tienen como temas la Aparicion de la Virgen a los monjes de Soriano y la Curacion milagrosa del beato Reginaldo de Orleans Santo Domingo de Portacoeli Editar De este convento destruido en el siglo XIX se conserva en el Museo de Bellas Artes de Sevilla un Bienaventurado Henri Suso dominico aleman El discipulo de Meister Eckhart esta en extasis debajo grabado sobre su pecho con un estilete el nombre de Jesus Detras de el las escenas de su vida estan situadas en un hermoso paisaje claro Los encargos reales Editar La defensa de Cadiz 1634 302 x 323 cm Museo del Prado Madrid En 1634 Zurbaran se encontraba en Madrid y fue invitado por el rey para que en union de otros pintores entre ellos Velazquez decorara el Salon de Reinos del nuevo palacio real del Buen Retiro De las doce victorias militares del reino el pinto una La Defensa de Cadiz contra los ingleses Museo del Prado Ademas ilustro diez episodios de la vida de Hercules Museo del Prado ancestro mitico de la rama espanola de los Habsburgo Estos cuadros pintados a la mayor gloria de Felipe IV y de Olivares no constituyen ciertamente lo mejor de su obra ya que el heroe debia representarse semidesnudo y Zurbaran no dominaba la anatomia por su mayoritaria produccion religiosa Los particulares Editar Dejando aparte las representaciones de las Virgenes martires de las que se hablara mas adelante es preciso constatar que las obras destinadas a los particulares son mas repetitivas que las obras destinadas a los conventos Jonathan Brown escribe de forma un tanto ironica que a cuenta de su nombre el taller del artista era una especie de oficina de pinturas devotas Catalogo de la exposicion de 1988 del Gran Palacio p 36 La teologia mariana de Sevilla la Inmaculada Concepcion Editar La Inmaculada Concepcion 1630 128 x 89 Museo del Prado Madrid La Inmaculada Concepcion era el tema preferido de los sevillanos de aquella epoca Se discutia todavia acerca de este dogma mariano El debate se centraba en si la Virgen Maria habia sido concebida sin que pesara sobre ella el pecado original o bien habia sido concebida como todos los seres humanos marcada desde la concepcion con el pecado original y habria sido purificada por Dios cuando todavia se encontraba en el seno de su madre La doctrina de la Inmaculada Concepcion se oponia a la doctrina de la santificacion En las calles de Sevilla se discutia sobre este punto y casi se provoco un motin cuando un dominico predicaba la doctrina de la santificacion Los soberanos espanoles pedian al papa que tomara partido a favor la doctrina de la Inmaculada Concepcion Las obras de Zurbaran como la Inmaculada de Barcelona 1632 ilustran esta posicion que no fue dogma de fe para los catolicos hasta el siglo XIX Suplicios y pudor las Virgenes martires Editar En oposicion a los pintores renanos que sostenian que la vista de la sangre era necesaria para la exaltacion del alma Zurbaran no se complacia en la exhibicion de las heridas y con mucho pudor trataba los tormentos con ellas relacionados Consideraba que no era necesario estimular las turbias pasiones sadicas del espectador Zurbaran no era masoquista el dolor no es de por si un valor moral Valga como ejemplo el cuadro de San Serapio El cuadro no representa la locura que convirtio en martir al companero ingles de Alfonso VIII de Castilla El pintor trata de provocar la empatia El San Serapio de Zurbaran nos ofrece la manifestacion sensible de un alma que abandona la vida al mismo tiempo que el se abandona tambien al no encontrar ya la razon por la que existir Serapio confia todavia en ese ser mas poderoso que el en eso prometido que le espera Que piensa Si es que puede pensar todavia Una obra sanguinolenta no nos habria mostrado mas que el grado de maldad de los torturadores y su complacencia La tentacion del voyeurismo fue evitada Tratando de combinar armoniosamente sus investigaciones pictoricas y sus meditaciones espirituales Zurbaran se consagro a este tema de las virgenes martires tan apreciado en Sevilla a principios del siglo Las santas de Zurbaran no son el medio para representar los instrumentos de tortura a traves de poses convencionales e insulsas Todo lo contrario la expresion de sus virgenes denota unicamente el sufrimiento que debe sentirse en esos terribles momentos Sin duda no se ha querido representar nunca en las artes plasticas el sufrimiento psiquico de las mujeres que fueron realmente tan martirizadas como los hombres Las pocas excepciones que se pueden encontrar en el estatuario medieval representan mas bien el simbolo de la mujer pecadora la lujuria castigada con el infierno por ejemplo Quiza el artista se plegaba a los deseos de las mujeres el ser representadas con una imagen cuidada dado que en esos momentos no podian cuidar de si mismas Habria que realizar un estudio estetico y psicologico acerca de la diferencia sexual en la iconografia del martirologio Santa Agueda Editar Santa Agueda 1630 1633 127 x 60 cm Museo Fabre Montpellier Despues del Concilio de Trento el cardernal Paleotti encargo a los pintores los cuadros de siete santas entre ellas Santa Agueda Las leyes romanas prohibian matar a las jovenes virgenes un prefecto siciliano no pudiendo seducir ni violentar la virginidad milagrosamente protegida de santa Agueda le hizo cortar los pechos y la encarcelo San Pedro se aparecio a la joven y curo sus heridas Debido a la naturaleza de su suplicio esta santa solo aparece en segundo plano en tres cuadros del Siglo de Oro Pero tanto la Orden de la Merced como los conventos hospitalarios querian tener una imagen de ella Santa Agueda patrona de las nodrizas piadosa auxiliadora de la lactancia la que podia asegurar la subsistencia a los mas debiles y a los mas pobres Paul Valery sentia gran admiracion por esta Santa Agueda expuesta en el Museo Fabre Montpellier que probablemente procedia del convento de la Merced Calzada Rolliza como las Madonas del siglo XVI frances la joven presenta sus senos puestos sobre una bandeja sin ostentacion alguna mostrandolos con un gesto sencillo y digno Con mucho contraste y sin modelacion la obra puede pertenecer al periodo tenebrista de Zurbaran Santa Margarita Editar Santa Margarita 1631 149 x 112 cm The National Gallery Londres Este cuadro es muy diferente al anterior aunque los ojos y los trazos del rostro hicieron pensar a algunos criticos que se trataba de la misma modelo que se utilizo para pintar a Santa Agueda Zurbaran representa a Santa Margarita con los trazos de una elegante pastora El baston que sostiene en la mano que podria pasar por un baculo de no estar terminado por un gancho y la presencia inquietante de un dragon a la izquierda nos inducen a pensar que se trata de una tragedia Esta bella pastora con una postura muy afectada parece salida de una escena teatral En efecto en muchas de las procesiones o de los autos sacramentales llevados a cabo durante la semana del Corpus Christi algunos historiadores hacen aparecer a esta santa asi como en las comedias de las santas representadas en las corralas recinto en el que se representaban comedias de Sevilla y tal vez Zurbaran se inspirara en estas imagenes Las heroinas son siempre muy jovenes y hermosas como la Santa Juana de Tirso de Molina o la Santa Margarita de Diego Jimenez de Enciso Su belleza es descrita como un don del cielo un reflejo del alma que resplandece misteriosamente y atrae irresistiblemente a todos los corazones Catalogo de la exposicion de Zurbaran por Odile Delenda de 1988 p 275 Es reconfortante el ver a un artista del siglo XVII donde algunos querrian hacer pasar la espiritualidad por santurroneria que nos ofrece esta Maria de Antioquia que anticipa a las otras pastoras que son en ocasiones virgenes martires del barroco bavaro tal y como pueden verse por ejemplo en las iglesias de las Vierzehnhiligen aportando al tratamiento de las telas el mimo de un Memling en la obra El matrimonio mistico de Santa Catalina Museo Memling antiguo Hospital Saint Jean El maestro de las naturalezas muertas Editar Agnus Dei 1635 1640 38 x 62 cm Museo del Prado Madrid El maestro de La sabana de la Veronica de Estocolmo no creyo rebajarse al pintar el simple cordero con las patas atadas del Agnus Dei del que se conocen varias versiones dos en el Museo del Prado y en el museo de San Diego Zurbaran se revelo como un gran pintor animalista De nuevo se puede apreciar la calidad de la textura de la lana revelandose una vez mas como un extraordinario maestro de las sensaciones tactiles Remite este Agnus Dei a la simbologia pascual por lo que el sencillo cuadro cobraria una trascendencia religiosa en su concepcion humilde Los costureros de la Virgen Editar Tambien destaco en las naturalezas muertas dando prueba del cuidado respetuoso casi afectuoso que ponia en el trato de los objetos modestos dotados no obstante de un valor simbolico Hasta tal punto era asi que Antonio Bonet Correa subrayo que sus naturalezas muertas tienen una densidad una plenitud tan vigorosa que aunque solo sean uno de los elementos de una composicion su presencia se impone del mismo modo que la escena principal q v Enciclopedia Universales 1996 Durante toda su carrera Zurbaran puso un cuidado especial en la representacion de los objetos p 271 Desde el precioso platillo con una rosa que aparecio en sus primeros cuadros La curacion milagrosa del bienaventurado Reginaldo de Poitiers Sevilla la Magdalena hasta los ultimos frutos de un plato de estano de La Virgen el Nino y San Juan de 1662 Bilbao Museo de Bellas Artes Odile Delenda Catalogo de la exposicion de Zurbaran de 1988 Estas cestas pueden verse en L Annonciation de Grenoble La Virgen nina en extasis Nueva York Metropolitan Museum of Art El Nino Jesus hiriendose con la corona de espinas titulado La maison de Nazareth Cleveland Museum of Art Detalle de La virgen nina en extasis 1630 Detalle de La casa de Nazareth 1630 Detalle de La Anunciacion 1638La mesa de los cartujos Editar Articulo principal San Hugo en el refectorio de los Cartujos San Hugo en el refectorio de los Cartujos 1630 1635 262 x 307 cm Museo de Bellas Artes Sevilla Detalle Los siete primeros cartujos entre los que se encuentra san Bruno fueron alimentados por san Hugo por aquel entonces obispo de Grenoble Un dia este ultimo visito a los monjes y para comer les pidio carne Los monjes vacilaban entre contravenir sus reglas o aceptar esa comida y mientras debatian sobre esta cuestion cayeron en un sueno extatico Cuarenta y cinco dias mas tarde san Hugo les hizo saber por medio de un mensajero que iba a ir a visitarles Cuando este regreso le dijo que los cartujos estaban sentados a la mesa comiendo carne Y estaban en plena Cuaresma San Hugo llego al monasterio y pudo comprobar por si mismo la infraccion cometida Los monjes se despertaron del sueno en que habian caido y san Hugo le pregunto a san Bruno si era consciente de la fecha en la que estaban y la liturgia correspondiente San Bruno ignorante de los cuarenta y cinco dias transcurridos le hablo de la discusion mantenida acerca del asunto durante su visita San Hugo incredulo miro los platos y vio como la carne se convertia en ceniza Los monjes inmersos en la discusion que mantenian cuarenta y cinco dias antes decidieron que en la regla que prohibia el comer carne no cabian excepciones En la composicion de Zurbaran San Hugo en el refectorio de los Cartujos Sevilla Museo de Bellas Artes el artista nos muestra una gran naturaleza muerta Las verticales de los cuerpos de los cartujos de san Hugo y del paje estan cortados por una mesa en L cubierta con un mantel que casi llega hasta al suelo El paje esta en el centro El cuerpo encorvado del obispo situado detras de la mesa a la derecha y el angulo que forma la L de la misma evitan ese sentimiento de rigidez que podria derivarse de la propia austeridad de la composicion Delante de cada cartujo estan dispuestas las escudillas de barro que contienen la comida y unos trozos de pan Dos jarras de barro un tazon boca abajo y unos cuchillos abandonados ayudan a romper una disposicion que podria resultar monotona si no estuviera suavizada por el hecho de que los objetos presentan diversas distancias en relacion al borde de la mesa La composicion tiene vida son personas reales las que se plasman en el cuadro no unos angeles geometricos Los bodegones Editar Bodegon con cidras naranjas y rosa 1633 60 x 107 cm Museo Norton Simon Los Angeles El termino bodegon por extension naturalezas muertas acunado en Espana por la literatura del siglo XVII se utiliza para designar los cuadros de este genero escenas de taberna mercado etc como los bodegones de Velazquez Por extension se aplica a los cuadros sin personajes animales flores frutos y todo tipo de objetos inanimados Una verdadera naturaleza muerta firmada y datada es el Bodegon con cidras naranjas y rosa del Museo Norton Simon de Pasadena EE UU cuatro cidras en un plato seis naranjas con sus hojas y flores una taza sobre un plato metalico con una rosa en el borde Otras dos naturalezas muertas identicas Bodegon con cacharros 1633 impresionan por su originalidad con los elementos alineados de manera casi ceremonial se conservan en el Prado de Madrid y el MNAC de Barcelona y curiosamente ambas fueron donadas a dichos museos por el mismo coleccionista Francesc Cambo Bodegon con cacharros 1633 46 x 84 cm Museo del Prado MadridSe ven cuatro jarras alineadas dos de ellas en ambos extremos reposan sobre unas bandejas de estano Las otras tres son de barro La jarra de la izquierda es de metal dorado Los objetos estan dispuestos en un mismo plano Se trata de una galeria de formas tamanos materiales diversos Cada uno de ellos trabajado con detenimiento desde el tacto de la loza hasta la sensacion del barro cocido pasando por el frio metal Tambien es un tratado de lineas curvas volumenes el recorrido sutil de la luz y su distinto comportamiento en cada material Ninguna fantasia distrae la atencion del espectador y ninguna simetria le fatiga Aunque no hay nada detras de los objetos solo un fondo oscuro la impresion de simplicidad no de vacuidad se desprende de la composicion ascetismo sin severidad rigor sin rigidez La comida en Emaus Editar Es el momento en el que Cleofas y su companero reconocen a Cristo En este cuadro bastante sombrio todo esta pensado para llamar la atencion sobre esa simbolica comida Sobre el mantel blanquisimo los objetos dos platos una jarra un trozo de pan estan casi alineados como en la mesa de los cartujos procedimiento que usaba Zurbaran para senalar el caracter hieratico de una escena Pero el blanco mas blanco aun que el del propio mantel del trozo de pan que acaba de abrir Cristo atrae la mirada Jesus se diluye en la sombra su cuerpo resucitado que solo se hace realidad frente a sus discipulos deja paso al universal e intemporal efecto de la transubstanciacion Sobre la mesa los objetos de la naturaleza muerta adquieren un tono intenso que procede de ese resplandor que relega la luz ambiental que proviene de la izquierda Conclusion EditarSu aprecio crecio despues de su fallecimiento y su renombre traspaso las fronteras de Espana El hermano menor de Napoleon el impopular Jose Bonaparte al que los espanoles llamaban compasivamente el rey intruso o desdenosamente Pepe botella hizo enviar a Paris para el Museo Napoleon algunas de las obras mayores de Zurbaran Muchos generales del Imperio e incluso el mariscal Soult se llevaron varios de esos cuadros sacados de Sevilla tras el cierre de los conventos San Andres 1630 1632 146 x 60 cm Museo de Bellas Artes de Budapest Pero por que Zurbaran Mas que la avidez de los nuevos ricos podria pensarse que esos hombres en general procedentes del pueblo y sin cultura artistica sentian una atraccion espontanea hacia esta pintura simple calida y directa que podia despertar en algunos de los principales admiradores de Zurbaran el mariscal Soult el general Darmagnac algunos recuerdos de su infancia languedociana o gascona Paul Guinard Tresors de la peintre espagnole Tesoros de la pintura espanola Paris Museo de las Artes Decorativas 1963 De 1835 a 1837 Luis Felipe envio a Espana al baron Isidore Taylor comisario Real del Teatro Frances para que reuniera una coleccion de obras de Zurbaran que se hallaban dispersas Pese a sus 121 cuadros Zurbaran fue sin embargo menos apreciado que Murillo Solo se le juzgo desde un punto de vista romantico considerandole sobre todo como el Caravaggio espanol pintor de monjes Su San Francisco arrodillado con una calavera llamo poderosamente la atencion Moines de Zurbaran blancs chartreux qui dans l ombre Glissez silencieux sur les dalles des morts Murmurant desPateret desAvesans nombre dd Quel crime expiez vous par de si grands remords Fantomes tonsures bourreaux a face bleme Pour le traiter ainsi qu a donc fait votre corps dd Monjes de Zurbaran blancos cartujos que en la sombra Pasais silenciosos sobre las losas de los muertos Murmurando los Pater y las Ave sin nombre dd Que crimen expiais para tan gran remordimiento Fantasmas tonsurados verdugos palidos Para tratarlo asi que ha hecho vuestro cuerpo dd Escrito por Theophile Gautier en su seleccion Espana de 1845 Curiosamente este Zurbaran pintor tenebroso de atormentada fe es tambien el de Elie Faure La esterilidad de Espana es en los claustros sepulcrales en los que la meditacion se ejerce con las calaveras de los muertos y los libros recubiertos de piel Las vestiduras grises o blancas largas y tetricas como los sudarios En derredor las bovedas son espesas las losas frias la luz mortecina Un tapiz rojo o una colgadura azul animan aqui o alla esta aridez La voluntad de pintar se revela en el pan duro las raices crudas de la comida tomada en silencio una mano la cara terrosa cadaverica una mantel mortuorio gris plateado Pero esas caras espectrales esas vestimentas mate esa sobria madera esos huesos desnudos esas cruces de ebano sin brillo esos libros ocres con una franja roja ordenados y tristes como las horas que se volatilizan perdidas en taciturnos ejercicios repetidos hasta el ultimo momento toman el aspecto de una arquitectura implacable que la misma fe impone a la plastica prohibiendo todo aquello que no sea mas que un linea rigida una superficie desnuda un volumen preciso y austero Los que distribuyen o toman el alimento revisten la necesidad de vivir de una solemnidad que traspasa el mantel los vasos los cuchillos y el sustento Aquellos que estan en el lecho funebre imprimen a la vida que les rodea la rigidez de la muerte El arte moderno reedicion de 1964 pp 164 166 Francisco de Zurbaran Cristo crucificado con donante 1640 Museo del Prado oleo sobre lienzo 244 x 167 5 cm Zurbaran conocio la celebridad antes de los treinta anos sobre todo despues de pintar su ciclo de la Merced Calzada encargo que Alonso Cano maestro pintor desde 1626 habia rechazado Afortunadamente otro en el siglo XX acerca del pintor extremeno Olvidando el aspecto pietista exageradamente subrayado Christian Zervos 1889 1970 que fue director de los Cahiers d art Cuadernos de Arte y un gran conocedor de la pintura de su tiempo asi como del Arte griego y del Arte prehistorico editor de un catalogo razonado de la obra de Pablo Picasso reconoce que hay que atribuir a Zurbaran un lugar preponderante en el arte espanol Exceptuando al El Greco y quiza tambien a Velazquez que es igual sino superior Zurbaran supero a todos los demas pintores espanoles Ademas su obra tiene mucha relacion con las tendencias actuales de la pintura Sin embargo su obra no es conocida ni apreciada en su justa medida La caracteristica de la obra de Zurbaran es la de mostrar todo aquello que la pintura puede ofrecer respecto a la realidad humana Zurbaran presenta a sus santos y a sus monjes en la vida psiquica mas concisa pero a la vez mas atormentada por las graves inquietudes espirituales provocadas por el deseo de aproximarse a Dios No expresa en sus cuadros ningun sentimiento terrible La muerte no tiene para el nada de espantoso Citado en el Catalogo de la exposicion de 1988 p 53 Zervos habla de la actualidad de la pintura de Zurbaran Asi es si se analiza el tratamiento dado al ropaje de San Andres Budapest al manto de San Jose El paseo de San Jose y el Nino Jesus obra maestra que se encuentra en la iglesia de San Medardo Paris y al habito del Bienaventurado San Cirilo Boston se comprende que algunos criticos hablen de una estilizacion buscada premonitoria de la abstraccion cubista Catalogo de la exposicion de 1988 p 156 Y la naturaleza muerta de los Discipulos de Emaus no esta mas proxima en su rigor a la de la Naturaleza muerta de la cazuela de Cezanne Museo de Orsay Vision de San Pedro Nolasco 1629 179 223 cm Museo del Prado Madrid Como todos los maestros Zurbaran no da la impresion de haberse conformado y limitado a las exigencias requeridas por los encargos Los artistas de segundo orden dicen alto y claro que el genio reposa en la libertad de expresion y que ser libre es no obedecer a nadie Lamentable explicacion de la libertad que condena de hecho a ser el servidor de sus deseos de sus pasiones e incluso de sus pulsiones A todo esto hay que oponer el genio de un Zurbaran para el que la libertad real consiste en trascender las prohibiciones las reglas sin desdenarlas y transformar toda exigencia en la ocasion propicia para crear una obra maestra Esta actitud de no esclavizarse a las reglas esclavitud a la que se atienen los espiritus mediocres es el germen de la creacion el que se encuentra asimismo en Jean Racine Pero cuando uno ha llegado a la cumbre no deberia plantearse la cuestion de jerarquias entre los grandes pintores Para reconocer a los genios seria necesario creerse superior a ellos Lo mejor que se puede hacer es meditar sobre las obras intentar comprender los problemas a los que se enfrentaron y reflexionar sobre la trascendencia que han podido tener sus obras en la historia del arte El Greco Zurbaran Velazquez Murillo no son competidores o estan en competicion cada uno a su manera dispone del criterio particular que cada uno tiene acerca del arte de las personas y de las cosas Sobre este particular hay que escuchar a Ives Bottineau Inspector General de los Museos de Francia encargado del Museo Nacional del Palacio de Versalles y del Trianon Monumento a Zurbaran Fue realizado en 1929 para la Exposicion Iberoamericana de Sevilla y estuvo situado en el Parque de Maria Luisa hasta los anos 50 cuando fue trasladado a la Plaza de Pilatos de la localidad El pedestal esta decorado con relieves el frontal del cuadro del pintor de Santa Casilda y los tres lados restantes con la Puerta de la Macarena de la muralla sevillana la Torre de Espantaperros de Badajoz y el escudo de la localidad de Fuente de Cantos Actualmente conforme a un balance habitual en la historia del arte algunos comentaristas por lo menos en privado desdenan a los admiradores de Zurbaran comparandole con la poetica facilidad de Murillo Pero la pintura espanola es tan rica que el reconocimiento otorgado a sus mas grandes representantes no debe ajustarse a la clasificacion mudable del gusto y la critica deberia mas bien seguir las vias de la prudencia ilustrativa y admirativa Cada uno de ellos de los grandes merece que uno murmure al respecto el principio de los versos de John Keats en el Endimion A thing of beauty is a joy for ever Its loveliness increases it will never Pass into nothingness dd Lo hermoso es alegria para siempre Su encanto se acrecienta y nunca vuelve a la nada dd Catalogo de la exposicion 1988 p 55 Pinturas EditarArticulo principal Anexo Cuadros de Zurbaran Vease tambien Categoria Cuadros de Francisco de ZurbaranNotas Editar Zurbaran Francisco de Museo Nacional del Prado www museodelprado es Consultado el 17 de marzo de 2017 Artehistoria Inmaculada Concepcion nina El Correo 30 de marzo de 2011 Al rescate del legado judio de Zurbaran en Inglaterra El Pais 19 de febrero de 1995 Zurbaran vuelve a Espana con su serie de Jacob Tratar de desmerecer a Zurbaran comparandolo con Velazquez por ejemplo clasificandolo como un simple ilustrador de hagiografias al uso y de acuerdo con la epoca seria un tremendo error Esto es tan cierto como el hecho de que la produccion de su taller no fue siempre igual Durante los anos 1630 las costosas guerras las revueltas provinciales y las desafortunadas tentativas llevadas a cabo para intentar enderezar la economia espanola empobrecieron a Espana Los encargos andaluces disminuyeron y el taller de Zurbaran se dedico a la exportacion de sus cuadros a America del Sur Se enviaron docenas y veintenas Los doce hijos de Jacob en los que no se sabe bien porque querian ver a los ancestros de los autoctonos Los doce cesares y numerosos cuadros de santos y fundadores de ordenes diversas Los clientes no eran ciertamente unos estetas y de todas formas estaban lejos Segun M L Cartula especialista en Zurbaran redactora del catalogo de la exposicion dedicada a Zurbaran en 1964 en Madrid en Cartula ver bibliografia Francisco de Zurbaran hizo testamento ante un notario el 26 de agosto de 1664 para morir al dia siguiente Pagina oficial del Museo Perez Sanchez Alfonso E Pintura barroca en Espana 1600 1750 Madrid Ediciones Catedra 1992 ISBN 84 376 0994 1 pp 189 191 Fernandez Lopez Jose Programas iconograficos de la pintura sevillana del siglo XVII Sevilla Publicaciones de la Universidad de Sevilla 1991 ISBN 84 7405 589 X pp 186 199 San Andres es uno de los dos primeros personajes el otro es San Juan el Evangelista que no se nombra en el texto al que San Juan Bautista presento a Jesus Andres llevo a su hermano Simon ante la presencia de Jesus que le dijo Tu te llamaras Kephas Piedra Juan I 35 42 Redactado por el primer obispo de Babilonia el relato del martirio de San Andres rechazado por los protestantes fue reconocido como autentico por los teologos de la Contrarreforma lo que explica su importancia en la iconografia del Siglo de Oro espanol Vease tambien EditarLista de cuadros de ZurbaranBibliografia EditarJeannine Baticle Conservador honorario de los Museos de Francia Catalogo de la Exposition Zurbaran en el Gran Palacio 1988 Ediciones de la RMN Antonio Bonet Correa en la Enciclopedia Universal Zurbaran Catedratico de historia del arte espanol Universidad Complutense de Madrid M L Caturla Fin y muerte de Francisco de Zurbaran Documentos recogidos y comentados Madrid 1964 Leo Moulin La vida cotidiana de los religiosos en la Edad Media Hachette 1978 Emile Male El arte religioso a finales de los siglos XVI XVII y XVIII Estudio sobre la iconografia despues del Concilio de Trento Italia Espana Flandes Paris 1932 Lorite Cruz Pablo Jesus La iconografia de San Pedro Pascual el obispo olvidado en la diocesis de Baeza Jaen y pintado por Zurbaran El arte en tiempos de cambio y crisis Sociedad Extremena de Historia Llerena 2010 pp 105 113 Karin Hellwig La pintura en el siglo XVII en Italia en Espana y en Francia en el arte del barroco de Rolf Toman ed Konemann Yves Bottineau profesor de la Escuela del Louvre en la Universidad de Yale Friburgo et Nanterre especialista en el arte espanol y portugues El arte barroco ed Citadelles 1986 Etienne Gilson La filosofia de la Edad Media 1922 Edicion utilizada Payot 1962 Paris Indispensable para el conocimiento de los pensadores medievales Le Nuevo Testamento ed Gallimard Biblioteca de la Pleyade 1971 Enlaces externos Editar Wikimedia Commons alberga una galeria multimedia sobre Francisco de Zurbaran Datos Q209615 Multimedia Francisco de Zurbaran Obtenido de https es wikipedia org w index php title Francisco de Zurbaran amp oldid 140082557, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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