Sofista
Los sofistas (del griego σοφία [sophía], «sabiduría», y σοφός [sophós], «sabio») eran pensadores y maestros de retórica que desarrollaron su actividad en la Atenas democrática del siglo V y IV a. C. Los filósofos de la naturaleza (physis), los presocráticos, habían elaborado diferentes teorías para explicar el cosmos. Los sofistas y Sócrates van a cambiar el objeto de la filosofía. Ahora, el tema de reflexión es el hombre (nomos) y la sociedad (polis).
Sus detractores (como Platón y Aristóteles) creen que, teniendo en cuenta sólo la persuasión de una audiencia, ya sea en asambleas políticas o durante juicios legales, los sofistas desarrollan el razonamiento cuyo objetivo es sólo la eficacia persuasiva, y no la verdad, y que como tales suelen contener "sofismas" o falacias. A pesar de las opiniones negativas, a partir del siglo XIX varios pensadores han tratado de reivindicar a los sofistas.[1]
Etimología
El término sofista es el nombre dado en la Grecia clásica al que hacía profesión de enseñar la sabiduría. Ya en la Odisea, Ulises es calificado de sophón como «ingenioso». Por el contrario, Eurípides llama a la sophía «listeza» y al sophón «sabiduría», tratando con ello de diferenciar la intensidad y grado de conocimiento de las cosas que tienen respectivamente los hombres y los dioses. Sophós y Sophía en sus orígenes denotaban una especial capacidad para realizar determinadas tareas como se refleja en la Ilíada (XV, 412). Más tarde se atribuiría a quien dispusiera de «inteligencia práctica» y era un experto y sabio en un sentido genérico. Sería Eurípides quien le añadiría un significado más preciso como «el arte práctico del buen gobierno» (Eur. I.Á.749) y que fue usado para señalar las cualidades de los Siete Sabios de Grecia. Sin embargo, al transcurrir el tiempo hubo diferencias en cuanto al significado de sophós: por una parte, Esquilo denomina así a los que dan utilidad a lo sabido, mientras que para otros es al contrario, siéndolo quien conoce por naturaleza. A partir de este momento se creará una corriente, que se aprecia ya en Píndaro,[2] que da un cariz despectivo al término sophós asimilándolo a «charlatán».
Historia
Los sofistas eran viajeros, conocían diferentes culturas, totalmente distintas a la griega. Por eso se plantearon problemas referidos a las costumbres y las leyes. ¿Son las costumbres y leyes un simple acuerdo, una convención, o son naturales? Así surgió la idea de relativismo. La verdad era lo que opinase la mayoría, por lo que pasaron de enseñar "sabiduría" a oratoria. La opinión como criterio de verdad, ya que afirmaban que la verdad objetiva no existía, postura criticada por contemporáneos como Sócrates.[3]
Los sofistas eran maestros que iban de ciudad en ciudad enseñando a ser buenos ciudadanos y a triunfar en la política. Los sofistas fueron los primeros en reflexionar acerca del lenguaje.[4] El arte de hablar en público, la retórica, era esencial en la democracia griega, donde los ciudadanos participaban constantemente. Las enseñanzas de los sofistas tenían un fin práctico, saber desenvolverse en los asuntos públicos. Fueron los primeros pensadores que cobraron dinero por sus enseñanzas. Unos de los principales sofistas fue Protágoras (480-410 a. C.).[5]
Sofistas
Entre los sofistas se destacaron ciertos personajes como Protágoras y Gorgias considerados como los padres del relativismo y escepticismo:
Protágoras (485-411 a. C) apareció en el diálogo Teeteto de Platón, donde se menciona la frase "El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto que son y de las que no son en cuanto que no son". Tal expresión habla de que la ley (nomos) es una convención y por esto puede ser cambiada según el interés de cada comunidad humana, mencionando que los únicos jueces en los que hay que creer son los hombres por mayoría. Protágoras, también opinaba sobre los dioses diciendo "Respecto a los dioses no puedo estar seguro de si existen o no, ni que aspecto tienen, porque hay muchas cosas que impiden el conocimiento seguro: la oscuridad del tema y la brevedad de la vida humana". Protágoras fue un defensor de las costumbres, aunque desconozca si realmente existen los dioses. Si defenderá que sean venerados como producto de la voluntad de la mayoría.
Gorgias (483-375 a. C) fue un defensor del escepticismo totalmente. Este escribió sobre la naturaleza o el no ser, mencionando tres frases: "Nada existe", "Si existiese no se podría conocer" y "Si se pudiese conocer no se podría comunicar". Las mismas se convirtieron en un ataque directo para Parménides de Elea, como el "Nada existe" contra "El ser es y no puede no ser". Este se daba ya que Gorgias logró demostrar que lo que decía Parménides no tenía sentido.
Evolución del término
El verbo sophídsesthai, «practicar la sophía», sufrió una evolución similar al terminar por entenderse como «embaucar». La derivación sophistés[6] se dio a los Siete Sabios[7] en el sentido de «filósofos» y así llama Heródoto a Pitágoras, a Solón, y a quienes fundaron el culto dionisiaco. También se llamaba así a los mousike y a los poetas[8] y, en general, a todos los que ejercían una función educadora. El uso peyorativo empezó a tomar forma en el siglo V a. C., coincidiendo con la extensión del uso del término a los prosistas. El momento coincide con un incremento de las suspicacias de los atenienses hacia los que mostraban una mayor inteligencia.[9] Isócrates denostaba que el término «hubiera caído en deshonor» y Sófocles lo atribuye al hecho de que los educadores y maestros recibieran una remuneración por su trabajo.[10] Esta es la tesis más extendida en la actualidad.
No obstante, era aceptado en la Grecia Antigua que los poetas cobrasen por sus servicios. El desprecio con el que los sofistas eran tratados en ocasiones no nacía del hecho mismo de recibir remuneración,[11] sino de hacerlo, sobre todo, por la formación en la llamada areté, el arte de la política y la ciudadanía, que incluía todas las técnicas persuasivas para hacerse un lugar en la administración de la polis.
Críticas
Platón criticaba a los sofistas por su formalismo y sus trampas dialécticas, pretendiendo enseñar la virtud y a ser hombre, cuando nadie desde un saber puramente sectorial, como el del discurso retórico, puede arrogarse tal derecho.
La primera exigencia de esa areté era el dominio de las palabras para ser capaz de persuadir a otros. «Poder convertir en sólidos y fuertes los argumentos más débiles», dice Protágoras. Gorgias dice que con las palabras se puede envenenar y embelesar. Se trata, pues, de adquirir el dominio de razonamientos engañosos. El arte de la persuasión no está al servicio de la verdad sino de los intereses del que habla. Llamaban a ese arte «conducción de almas». Platón dirá más tarde que era «captura» de almas.
Según algunos autores, no eran, pues, propiamente filósofos. Para quienes son de esa opinión, tenían sin embargo en común con los filósofos una actitud que sí puede llamarse filosófica: el escepticismo y relativismo. No creían que el ser humano fuese capaz de conocer una verdad válida para todos. Cada quien tiene «su» verdad.
Por el contrario, hay quien sostiene que sí lo eran, y que las ácidas críticas de Platón corresponden a una disputa por un mismo grupo de potenciales discípulos y a sus diferencias políticas y filosóficas.
De Aristóteles provendrá también el sentido peyorativo: sofista es quien utiliza del sofisma para razonar. Los más destacados miembros de la sofística fueron: Protágoras, Gorgias, Hipias, Pródico, Trasímaco, Critias y Calicles.
Reivindicación en la actualidad
Frente a la tradición filosófica, algunos autores a partir del siglo XIX y XX han tratado de reivindicar la importancia filosófica de los sofistas. Por ejemplo, Nietzsche los consideró como auténticos filósofos frente a Sócrates y el platonismo. George Grote hizo una defensa apasionada de dicho movimiento en su Historia de Grecia.[1] Giorgio Colli ha destacado que no es menor el rigor lógico de Gorgias de Leontinos que el de Platón. Además, plantea la hipótesis de que tal vez el sofista fuera el creador de la refutación por reducción al absurdo.[12] También Michel Onfray ha tratado de destacar el papel de los sofistas en la filosofía griega.[13]
Véase también
Notas y referencias
- ↑ «Sofistas, los - Encyclopaedia Herder». encyclopaedia.herdereditorial.com. Consultado el 25 de agosto de 2021.
- Olímpicas, II, 86.
- «Los sofistas y Sócrates». www.filosofia.net. Consultado el 15 de noviembre de 2019.
- Mosterín, Jesús (2006). Aristóteles: historia del pensamiento. Alianza Editorial. p. 142. ISBN 84-206-5836-7. OCLC 434349812.
- González García, Juan Carlos; Diccionario de filosofía; pp.357-358
- Aparece por vez primera escrita en una oda a Píndaro.
- Isócrates y un breve fragmento de un escrito de Aristóteles son las únicas fuentes para esta afirmación.
- Estos cumplían la función de maestros en la sociedad griega.
- Demóstenes se lamenta de haber sido llamado «embaucador y sofista».
- «Aquellos que venden su sabiduría por dinero a todo el que lo desea, son llamados sofistas», dirá Sócrates.
- Aunque Platón citó en más de treinta ocasiones esta circunstancia económica de modo irónico en sus obras.
- Colli, G. (2009), El nacimiento de la filosofía, Barcelona Tusquets.
- Onfray, M. (2007), Las sabidurías de la antigüedad. Contrahistoria de la Filosofía I, Barcelona, Anagrama.
Bibliografía
- Intr., trad. y notas de A. Melero Bellido. Rev.: A. A. González Terriza y R. Herrera Montero (1996). Sofistas. Testimonios y fragmentos. Madrid: Editorial Gredos. ISBN 978-84-249-1806-4.
- Filóstrato (1998). Vidas de los sofistas. Madrid: Editorial Gredos. ISBN 978-84-249-0854-6.
- González García, Juan Carlos (2000). Diccionario de Filosofía. Madrid: Editorial Edaf. ISBN 84-414-0790-8.
- Colli, Giorgio (2009). El nacimiento de la filosofía. Barcelona: Tusquets Editores. ISBN 9788483107027.
- La Travesía (2020). Los sofistas - Protágoras y Gorgias.
Enlaces externos
- , en el de México Filosofía.
- Diferencias entre Sócrates y los Sofístas, en alcoberro.info
- EUNAPIO: Vidas de los filósofos y de los sofistas.
- DIELS, Hermann Alexander: Fragmentos de los presocráticos (Die Fragmente der Vorsokratiker). La primera edición se hizo en 1903 en Berlín, y fue dirigida por el propio Diels. A partir de la 5ª, sustituiría a Diels Walther Kranz.
- IV: Ältere Sophistik (Los sofistas antiguos).
- Texto griego: 1.ª ed., de 1903, en facsímil electrónico en Internet Archive.
- Texto griego de la 2.ª ed., de 1906, en el sitio de Philippe Remacle.
- IV: Ältere Sophistik (Los sofistas antiguos).
- MARTIN, Thomas R.: An Overview of Classical Greek History from Mycenae to Alexander (Panorama de la historia de la Grecia Antigua desde la época micénica hasta la de Alejandro); texto inglés, con índice electrónico, en el Proyecto Perseus.
- Véanse este apartado y los siguientes: Protagoras (Protágoras).
- NAGY, Gregory: Homer the Classic in the Age of Pheidias (Homero el clásico en la época de Fidias), en Homer the Classic (Homero el clásico), 2008.
- Texto, en inglés, en el sitio del Centro de Estudios Helénicos (CHS o Center for Hellenic Studies), institución de Washington afiliada a la Universidad de Harvard y dirigida por el propio G. Nagy; véanse los apartados 1, 4 y 5, y 8 y ss.