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Tradición apostólica

La Tradición apostólica o Sagrada Tradición (del latín traditio, entregar, de tradere) es el concepto religioso cristiano que indica que no toda la revelación divina se describe en la Biblia, si no que también fue enseñada de la voz de Jesús y transmitida oralmente por los Apóstoles.[1]

Según la definición de las iglesias católica y la ortodoxa; la parte de la Palabra revelada por Dios que no pasó a ser escrita en la Biblia pero que sigue viva en la Iglesia. Esa transmisión del mensaje de Cristo fue llevada a cabo, "desde los comienzos del cristianismo, por la predicación, el testimonio, y el culto. Los apóstoles transmitieron a sus sucesores, los obispos y, a través de estos, a todas las generaciones hasta el fin de los tiempos todo lo que habían recibido de Cristo y aprendido del Espíritu Santo".[2]

La Revelación divina se realiza de dos modos: con la transmisión viva, por las generaciones de fieles, de la Palabra de Dios (también llamada simplemente Tradición); y con la Sagrada Escritura, que es el mismo anuncio de la salvación puesto por escrito.[3]​ Ambas conjuntamente se denominan el depósito de la fe.

Concepto y división

La Tradición en su sentido teológico

Según fray Santiago Ramírez de Dulanto,[4]​ la Tradición siempre ha sido de importancia para la Iglesia, pero su estudio se hizo más importante durante la contrarreforma, y en tiempos contemporáneos ante el ataque de la herejía modernista. Tradición divina se define, primero, como «la revelación de una verdad, de un hecho o de una intuición hecha por Dios a los hombres, para que entre ellos se retransmita, se conserve y se perpetúe». La tradición escrita está en la Biblia y se denomina Sagrada Escritura, mientras que la que permanece oral no tiene un nombre específico, sino que recibe el nombre genérico de Tradición y es aquella parte de la Revelación que no está consignada por escrito en los libros canónicos. Así es como llega a distinguirse la Revelación en sus dos partes: la Escritura y la Tradición.

La Revelación, hecha por Dios en un momento concreto de la historia, debía, según la disposición divina, transmitirse de generación en generación, y para eso quiso Dios mismo disponer de un pueblo que realizara esa transmisión: Israel en el Antiguo Testamento; la Iglesia en el Nuevo. Conviene subrayar que, en este caso, aunque encontramos analogías con el fenómeno general humano de la tradición, hay diferencias netas: en primer lugar, porque lo que se transmite no es una simple adquisición humana, sino las verdades y la vida divina comunicadas por Dios; en segundo lugar, porque la transmisión misma no es un acontecimiento meramente humano, sino algo que se realiza bajo una peculiar asistencia divina, que libró a Israel y, de modo especialísimo, libra a la Iglesia de caer en deficiencias de transmisión. La Iglesia es indefectible: Dios puede permitir —y permite de hecho— que el cristiano singular caiga en el error o en el pecado; pero no permite que la Iglesia pierda la doctrina por Él revelada ni los medios de santificación por Él instituidos, sino que actúa constantemente en ella dándole vida y haciéndole trascender las limitaciones del espacio y del tiempo. Resumiendo lo dicho, podemos definir la Tradición, en sentido teológico, como la transmisión por parte de la Iglesia viva de la entera realidad cristiana.

La idea de tradición contiene tres elementos constitutivos, uno activo, el acto de Dios comunicándose a los apóstoles; uno pasivo u objetivo, o sea la cosa comunicada; y el tercer elemento es la oralidad. Estos tres elementos llevan a una segunda definición, más concreta y completa: «la Tradición es la divina revelación no consignada en las Sagradas Letras, sino enseñada de viva voz por Cristo o dictada por el Espíritu Santo a los apóstoles como fundadores de la Iglesia para que ella se conserve y perpetúe.»

Divisiones de la tradición

Ramírez Dulanto presenta dos clases de divisiones en la Tradición: esencial, por causas intrínsecas, o accidental, por causas extrínsecas.

La división esencial surge cuando hay diferencias en alguno de los tres elementos constitutivos. Por el principio activo -también llamado originario- se puede distinguir la tradición divina o tradición dominical que es la revelada por Cristo a viva voz, por otro lado está la tradición divino-apostólica que es la revelación del Espíritu Santo a los apóstoles; y finalmente se puede hacer una tercera distinción: la tradición eclesiástica, que no tiene una autoridad claramente menor, y es la que surge de los apóstoles pero no de Dios. Cabe un ejemplo para aclarar este último concepto, que puede tomarse del apóstol San Pablo: «A los casados, en cambio, les ordeno —y esto no es mandamiento mío, sino del Señor— que la esposa no se separe de su marido. Si se separa, que no vuelva a casarse, o que se reconcilie con su esposo. Y que tampoco el marido abandone a su mujer. En cuanto a las otras preguntas, les digo yo, no el Señor: Si un hombre creyente tiene una esposa que no cree, pero ella está dispuesta a convivir con él, que no la abandone.»[5]​ Como es obvio, esta última tiene una autoridad menor que la Tradición divino-apostólica; no debe, sin embargo, ser identificada con una tradición meramente humana: la Iglesia —no lo olvidemos— está asistida por el Espíritu Santo. Por lo demás, no siempre es fácil determinar cuándo estamos ante una Tradición meramente eclesiástica: en muchas ocasiones lo que a primera vista puede parecer tal, es en realidad la declaración o explicitación de una realidad de origen apostólico, y entra, por tanto, en el ámbito de la Tradición en sentido propio.

Atendiendo al segundo elemento, el principio objetivo, o sea el contenido, la Tradición suele dividirse por su relación a la Sagrada Escritura: en constitutiva, si lo que ella transmite no se halla en modo alguno en la Sagrada Escritura (v. gr. la Asunción de María); inhesiva o inherente, si, por el contrario, la doctrina transmitida está contenida también explícitamente en los libros sagrados; e interpretativa, si declara, explica o interpreta lo que, germinalmente, está contenido en la Biblia.

La división accidental, en cambio, depende de las circunstancias (o accidentes) del lugar, del tiempo, y de su fuerza normativa. Según el lugar observamos que la tradición puede ser universal, particular, o local. Según el tiempo puede ser perpetua o temporal. Y por su fuerza normativa puede ser necesaria (también llamada obligatoria) o libre. Que una tradición sea libre puede parecer al lector como contradictorio, así que cabe ejemplificar otra vez con una cita de San Pablo: «Acerca de los vírgenes, no tengo un precepto del Señor. Pero les daré un consejo (...) considero que lo mejor es vivir sin casarse».[6]

Definida así la Tradición, en lo que sigue analizaremos lo que al respecto nos dicen el propio Cristo y los Apóstoles y lo que luego ha enseñado la Iglesia, a fin de determinar con más detalle su realidad y naturaleza, para concluir con un estudio de los criterios que permiten discernirla.

La realidad de la Tradición en Cristo y los Apóstoles

El modo de actuar de Cristo

Jesucristo pudo escoger distintas formas de comunicar su palabra. El análisis de su modo de proceder pone de manifiesto una especial importancia concedida a la predicación oral. No solo los Evangelios lo muestran predicando y no escribiendo, sino que la misma forma precisa, y por consiguiente fácil de retener, que Jesús daba a sus palabras estaba destinada desde el principio a ser recibida en la predicación de los discípulos.[7]​ Al final del evangelio de Juan se nos dice que muchas otras cosas dijo Jesús, que si se escribieran en detalles, ni aun el mundo mismo podría contener los libros que se escribirían (Juan 21:25). Jesús usó los recursos del estilo oral: paralelismos, sentencias rítmicas fáciles de aprender de memoria, símiles y parábolas. Su modo de actuar con los Apóstoles demuestra una decisión de conceder especial relieve a la viva voz en la misión de conservar y transmitir su doctrina: les escoge para que estén con Él y para enviarlos a predicar;[8]​ les va formando personalmente y les va explicando el sentido de las parábolas; les da igualmente una interpretación normativa de las antiguas Escrituras;[9]​ y les envía a predicar e instruir a las gentes en todo lo que Él les había enseñado.[10]​ Estos hechos demuestran que Jesús quiere comunicar un espíritu nuevo, que expresa en palabras y que debe realizarse en vida. Para ello comunica a sus Apóstoles las fórmulas en las que condensa su enseñanza, y a la vez la recta interpretación de las mismas y la misión de transmitirlas.

En resumen podemos decir que Jesucristo, de una parte, manifiesta un mensaje divino dando el encargo de transmitirlo de generación en generación, fundando así la Tradición; de otra, instaura un medio de transmisión en el que el testimonio personal y vivo de los Apóstoles y la predicación oral tienen un papel decisivo.

El proceder de los Apóstoles

Los Apóstoles son conscientes de haber recibido el encargo de predicar y dar testimonio de la palabra recibida. El libro de los Hechos de los Apóstoles narra cómo se construye precisamente la Iglesia por la palabra de los Apóstoles, que comunica el misterio de Cristo y la fe de los fieles que aceptan y reciben este testimonio. Es significativo el hecho del Concilio de Jerusalén, narrado en Act 15,1 ss. Todos los allí presentes tienen en común el auténtico concepto de Tradición, o sea, la profunda persuasión de que es necesario conservar fielmente y transmitir inalterada la doctrina recibida y que los Apóstoles deben velar sobre ello. Y esa proclamación de la palabra se realiza bajo la acción del Espíritu Santo[11]​ El Espíritu les va comunicando a los Apóstoles una mayor comprensión del mensaje de Cristo, y del misterio de su persona. S. Juan, que recoge en su Evangelio la promesa del envío del Espíritu Santo,[12]​ intercala a lo largo de la narración diversos incisos en los que pone de manifiesto cómo ha sido Él quien ha hecho penetrar a los Apóstoles en la palabra de Cristo, haciéndoles advertir cómo en Jesús se ha dado cumplimiento a las Escrituras;[13]​ cuál es el sentido de sus parábolas,[14]​ de sus actos, de sus señales,[15][16]​ en una palabra, de todas las cosas que los discípulos no habían comprendido antes.[17]​ La Tradición, por consiguiente, en el Nuevo Testamento no es sino el Evangelio, la Palabra, el misterio de Cristo confiado oralmente a los Apóstoles, conservado fielmente por ellos y transmitido oralmente a los fieles.

Los Apóstoles insisten, por consiguiente, en la necesidad de ser fieles a lo recibido. Particularmente explícito es S. Pablo que hace de los actos correlativos de recibir, transmitir, conservar, es decir, del principio mismo de la Tradición, la ley constructiva de las comunidades cristianas. Escribiendo a los fieles de Corinto, emplea en dos ocasiones diversas palabras típicamente rabínicas para introducir fórmulas de la Tradición cristiana. «Porque yo recibí del Señor lo que os he transmitido»,[18]​ dice al comienzo del relato de la cena del Señor; y más adelante, al remitir a la fe en la Resurrección de Cristo, repite: «Porque os transmití... lo que a mi vez recibí».[19]​ Pablo apela en estos casos a una Tradición recibida y transmitida como algo fundamental en su argumentación. Lo que el Apóstol ha recibido y lo que por eso debe predicar debe ser firmemente retenido por los corintios, porque ha sido transmitido. El contenido de esta predicación de S. Pablo está formado por dos grupos de objetos: por una parte, el mensaje mismo de la fe, que es preciso recibir como palabra de Dios,[20][21][22]​ y cuyo centro lo ocupa el anuncio de la Muerte y Resurrección de Cristo; en segundo lugar, ciertas reglas que se refieren a su disciplina interna o a la conducta cristiana.[23][24][25][26]​ Por lo que se refiere a la autoridad de su Tradición, S. Pablo recurre al Señor: lo que transmite lo ha recibido él mismo del Señor,[27]​ o por medio de los Apóstoles que estuvieron con el Señor.[28]​ La acción siempre presente de Cristo y del Espíritu Santo se ejerce en relación a una transmisión apostólica.

Y como S. Pablo, los demás Apóstoles. Así, S. Pedro, en los discursos recogidos en el libro de los Hechos, y S. Juan, que declara que los fieles deben mantenerse firmes en el principio de la fe y de la predicación cristiana: «Lo que habéis oído al principio debe permanecer en vosotros».[29]​ Permanecer firmes en lo que era desde el principio y en lo que ha sido transmitido por el testimonio de los Apóstoles, es elemento esencial para que la comunidad tenga y mantenga comunión con el Apóstol y, mediante el Apóstol, con el Padre y con su Hijo Jesucristo.[30]​ Un rasgo, implícito en todo lo anterior, debe ser subrayado: la importancia del testimonio oral. Así lo manifiesta el hecho mismo del recurso a la predicación y el hecho de que los escritos surjan no en el primer momento, sino años después. Por lo demás, los escritos mismos remiten a una Tradición que les precede y en cuyo interior se sitúan. En lo que, probablemente, es el primer escrito del Nuevo Testamento, la epístola a la comunidad cristiana de Tesalónica, S. Pablo se expresa con estas palabras: «Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús a que viváis como conviene que viváis para agradar a Dios, según aprendisteis de nosotros... Sabéis, en efecto, las instrucciones que os dimos de parte del Señor Jesús».[31]​ Lo que S. Pablo les expone aquí forma parte de la Tradición transmitida de viva voz, como se lo dice abiertamente en la segunda epístola: «Así, pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta».[32]​ Y el evangelista S. Lucas comienza su Evangelio diciendo: «Muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado entre nosotros tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la Palabra».[33]

El tránsito a la generación posapostólica

Pero cabe preguntar, ¿Cómo se hace el paso de los Apóstoles a sus sucesores? Las epístolas pastorales son testimonio del modo y la forma como se lleva a cabo. Supuesto que quien transmite la verdad no es su fuente primera, y que debe transmitirse esta verdad inmutable por hombres llamados a desaparecer, la Tradición adquiere necesariamente el valor de un depósito. Por eso S. Pablo advierte a su discípulo Timoteo: «Guarda el depósito»;;[34]​ «Conserva el buen depósito mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros».[35]​ Este depósito, cuya custodia confía a Timoteo, ha de ser siempre la norma, la base, la sustancia de toda doctrina enseñada en la Iglesia: «Toma como norma las palabras santas que me has oído a mí».[36]​ El depósito es la norma para juzgar de la verdad, denunciar las herejías, propagar la santa doctrina. Como la palabra de Dios ha de transmitirse a otras generaciones, el Apóstol encarga a sus inmediatos sucesores que ellos, a su vez, confíen a hombres fieles todo cuanto le han oído, y que éstos a su vez sean capaces de instruir a otros.[37]​ No olvidemos que S. Pablo se dirige al ministro ordenado mediante la imposición de las manos y en presencia de muchos testigos.[38]​ Ello indica que se trata de un acto público y solemne, en el cual se transmiten al ordenado el poder de enseñar y la Tradición doctrinal. El puente que une la Iglesia apostólica y posapostólica es la Tradición de los Apóstoles convertida en depósito firme, inalterable. Esta Tradición se confía especialmente a aquellas personas que reciben el ministerio apostólico, a fin de que cuiden las comunidades, y a las que se les da además la misión de que transmitan luego su función a otros. La Tradición queda vinculada al hecho histórico de la sucesión apostólica. Mediante la imposición de manos, los Apóstoles confían a otros hombres la continuación de su ministerio y en él su palabra, su testimonio, su doctrina tal y como ellos la habían recibido de Cristo y del Espíritu.

También Pablo instruye a Timoteo: «Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros» (II Timoteo 2:2). A los FiLipenses les escribe: «Todo lo que también han aprendido y recibido y oído y visto en mí, esto practiquen, y el Dios de paz estará con ustedes.» (Filipenses 4:9). A los tesalonicenses advierte: Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra (2 Tesalonicenses 2:15). Y a los corintios los agasajaba diciendo: «Los felicito porque en todas las cosas se acuerdan de mí y se aferran a las tradiciones tal como se las transmití» (1 Corintios 11:2).

La doctrina sobre la Tradición en la Edad Patrística

Los tres primeros siglos

Durante el s. I es clara la actitud de la Iglesia ante la Tradición. Los primeros errores o desviaciones doctrinales y disciplinares que aparecen en algunos cristianos obligan a los Padres Apostólicos (S. Clemente Romano, S. Ignacio de Antioquía, S. Policarpo de Esmirna y otros) a establecer y recordar normas de vida y de acción a fin de conservar la pureza de la doctrina transmitida y recibida de los Apóstoles. Insisten en que es necesario cerrar filas en torno al Obispo de cada comunidad, porque él está en el lugar de Dios Padre y en lugar de los Apóstoles, y es garantía de la pureza de la fe transmitida. La enseñanza recibida de los Apóstoles es testimoniada por la predicación de los obispos que rigen legítimamente la comunidad cristiana, es decir, en el sentir unánime de todos los obispos de la Iglesia Católica.

San Ireneo, obispo de Lyon (ca. 180), asegura que el santo obispo de Esmirna, Policarpo, no hizo otra cosa sino «predicar lo que aprendió de los Apóstoles».[39]​ Su famoso viaje a Roma traduce en acto la convicción de un obispo que tiene necesidad de confrontar su predicación con la de las restantes iglesias. En los escritos de S. Ireneo la idea de Tradición aparece manifestada claramente y de un modo reflejo. Contra los gnósticos, que distorsionan las Escrituras y se precian de una tradición secreta, Ireneo se ve precisado a explicar ampliamente los medios a través de los cuales el Evangelio del Señor ha sido transmitido por los Apóstoles a la Iglesia: la Escritura y la Tradición. Ahora bien, esta Tradición se encuentra únicamente en la verdadera Iglesia de Cristo, es decir, en aquellos que en la Iglesia poseen la sucesión desde los Apóstoles y que han conservado la Palabra incorruptible y sin adulterar.[40]​ porque estos ministros han recibido con la sucesión del episcopado el carisma cierto de la verdad.[41]​ Todo el mensaje cristiano fue confiado por los Apóstoles a sus sucesores, por eso es absurdo hablar de tradiciones secretas conocidas solo por algunos (como dicen los gnósticos), porque si los Apóstoles hubiesen querido enseñar algún secreto especial, se lo hubieran confiado a aquellos a quienes entregaban el poder de enseñar en su lugar y no a otros.[42]​ La verdadera Tradición «es la que, viniendo de los Apóstoles, está conservada en la Iglesia por los sucesores de los presbíteros».[43]​ Esta es la razón por la que Ireneo tiene buen cuidado en mostrar los catálogos de Obispos que en una sucesión ininterrumpida se remontan hasta los Apóstoles, y especialmente el de la sede de Roma. Esta Tradición, esta acción de la Iglesia transmitiendo lo revelado, es de tal importancia que, aun en el caso de que los Apóstoles no nos hubiesen dejado las Escrituras, hubiera sido suficiente recurrir a ella para resolver las dudas y para conservar la fe, como lo demuestra la existencia de muchos pueblos bárbaros que creen en Cristo teniendo en sus corazones la salvación por medio del Espíritu sin escrito alguno y conservando con toda fidelidad la doctrina apostólica.[44]​ Esta Tradición es la que hace que, a pesar de la diversidad de lugares y de idiomas, los miembros de la Iglesia profesen una misma y única fe, la transmitida por los Apóstoles.[45]​ La razón última que garantiza la autenticidad de la Tradición es el Espíritu Santo. «Allí donde está la Iglesia, está el Espíritu de Dios, y allí donde está el Espíritu de Dios, allí está la Iglesia y toda la gracia. Ahora bien, el Espíritu es verdad».[46]

Semejante a la doctrina transmitida por S. Ireneo es la de Tertuliano; puede sintetizarse en estas palabras: «Si nuestro Señor Jesucristo envió a los Apóstoles a predicar, no podemos recibir otros predicadores que a los que Cristo constituyó como tales... Cuál sea la doctrina predicada, nos consta por las iglesias por ellos fundadas... Estas iglesias tienen sus credenciales en las listas de Obispos que se remontan hasta los Apóstoles en una sucesión ininterrumpida».[47]​ Según Tertuliano, la discusión con los herejes a base de las Escrituras no es suficiente; se trata ante todo de saber a quién le corresponde de pleno derecho la herencia apostólica de la fe y de las Escrituras, de saber «por mediación de quién y cómo la doctrina que hace cristianos ha llegado hasta nosotros». En esta línea se expresan todos los grandes escritores antenicenos.

Del siglo IV al final de este periodo

Durante los s. IV-VIII, las herejías cristológicas, pneumatológicas e iconoclastas obligan a los Padres y a los Concilios a recurrir con frecuencia a la Tradición. Su doctrina a este propósito es fundamentalmente idéntica a la de los Padres apostólicos. Una síntesis al respecto la constituyen estas palabras de S. Gregorio de Nisa: «Tenemos como garantía más que suficiente de la verdad de nuestra enseñanza en la Tradición, es decir, la verdad que ha llegado hasta nosotros desde los Apóstoles, por sucesión, como una herencia».[48]​ Coinciden con estas otras de S. Atanasio: «Veamos, asimismo, la Tradición que remonta al comienzo; la enseñanza y la fe de la Iglesia Católica (fe) que el Señor ha dado, que los Apóstoles han anunciado, que los Padres han conservado».[49]​ La existencia de una Tradición en la Iglesia, es decir, de una doctrina de origen apostólico con el mismo valor que la Escritura es un hecho claro y evidente.

Los Padres de esta época no solo dan testimonio explícito de la existencia de la Tradición, sino también de otro hecho: hay verdades no contenidas en la Escritura, pero a las que debemos prestar total asentimiento porque están transmitidas por la Tradición oral. Citemos a este propósito las palabras de S. Basilio: "Entre la doctrina y definiciones conservadas en la Iglesia, recibimos unas de la enseñanza escrita y hemos recibido otras transmitidas oralmente de la Tradición apostólica. Todas tienen la misma fuerza respecto de la piedad; nadie lo negará, por muy poca experiencia que tenga de las instituciones eclesiásticas: porque si tratamos de eliminar las costumbres no escritas con la excusa de que no tienen gran fuerza, atentaríamos contra el Evangelio, sin darnos cuenta, en sus puntos más esenciales".[50]​ Del mismo modo se expresa S. Epifanio: «Es también necesaria la Tradición porque no puede sacarse todo de la Escritura; por lo cual, los Santos Apóstoles nos dejaron unas cosas en las Escrituras, otras en las tradiciones».[51]S. Agustín afirma que el Bautismo de los niños es de origen apostólico, aunque no conste claramente por la Escritura.[52]​ De la misma forma asegura que la costumbre de no rebautizar a los herejes proviene de una costumbre apostólica: «Esta costumbre viene de la Tradición apostólica, como muchas cosas que no existen en sus escritos, ni en los Concilios posteriores y, sin embargo, al ser observadas por toda la Iglesia, hay que creer que han sido encomendadas y transmitidas por ellos».[53]​ Coincide con este pensamiento de S. Agustín S. Jerónimo; "Aunque no existiese la autoridad de la Escritura, tenemos el consentimiento de todo el orbe en esta parte como un mandato. Porque también otras muchas cosas que se observan en las iglesias por Tradición reciben la misma autoridad que la ley escrita".[54]

S. Juan Damasceno, el defensor del culto a las imágenes en la primera mitad del s. VIII, apeló más de una vez a la Tradición apostólica.[55][56]​ El Concilio II de Nicea nos ha legado una de las afirmaciones más rotundas del Magisterio sobre la Tradición: «Si alguno rechaza toda Tradición eclesiástica escrita o no escrita, sea anatema».[57]

¿Pero cómo y dónde reconocer esta Tradición? El criterio lo expresa de una vez para siempre S. Vicente de Leríns: la universalidad, la antigüedad, la unanimidad: «Id teneamus quod ubique, quod semper, quod ab omnibus creditum est». Criterio justo y acertado. No basta que la Iglesia entera crea una cosa para que pueda fundar una presencia válida de apostolicidad a no ser que sea completado por el de la antigüedad. En esa línea adquiere relieve la remisión no solo a los Concilios, sino a los grandes santos escritores, es decir, a los Padres. Ya en siglos anteriores se los ha invocado; a partir de los s. IV y V la remisión a ellos se hace más abundante. Así, en S. Atanasio, en la querella nestoriana, etc. En el Concilio de Éfeso se comienzan las sesiones conciliares por la lectura de textos de los Santos Padres y Obispos. Los Padres, en una palabra, son considerados testigos de la Tradición como intermediarios de la transmisión de la verdad después de Cristo y los Apóstoles.

La Tradición, por consiguiente, no es otra cosa que la misma predicación apostólica recibida oralmente de los Apóstoles, conservada y transmitida en la Iglesia, antes y después de escritos los libros sagrados, por la predicación magisterial de los sucesores de los Apóstoles y por la fe de todos los pueblos que forman la Iglesia una y única de Cristo. La Tradición es necesaria y suficiente para defender la fe frente a las herejías, para discernir los libros sagrados y para la recta interpretación de los mismos.

La enseñanza de la Escolástica

Durante el siglo de oro de la Escolástica, el libro que sirve de base a la enseñanza de los grandes maestros en las Universidades es la Biblia, porque ella es la norma infalible de la doctrina cristiana. A la vez son citados los Concilios y los Padres como auctoritates. Y, en cuestiones concretas, p. ej., la procesión del Espíritu Santo del Hijo, el origen y forma del sacramento de la Confirmación, y la veneración de las imágenes, se reconoce que «todo no ha sido escrito».[58]

En el s. XIV, incluso aquellos escolásticos reducen la Teología a pura especulación, y reconocen que la Escritura es la fuente en la que todo el que cultiva la Teología debe alimentarse. La conciencia de la riqueza de la Sagrada Escritura hace que todos remitan a ella y que falten declaraciones explícitas sobre la Tradición como canal original y propio; más aún, no faltan textos que señalan la Escritura como la única fuente de toda la doctrina. Sin embargo, Pedro de Aquila afirma rotundamente que muchas verdades nos han sido transmitidas sin que fuesen escritas en la Biblia;[59]​ lo mismo sucede con otros autores a propósito de ciertos temas sobre los sacramentos. Por otra parte, cuando remiten a lugares diversos de los libros sagrados no usan la palabra Tradición en el sentido actual, sino que emplean expresiones como «los Apóstoles por mandato de Cristo», «la Iglesia», «la costumbre general», «el sentido común de los fieles», etc. Jacobo de Viterbo enumera lo que él llama instituciones santas de la Iglesia tomadas o de la Escritura, o de la Tradición apostólica, o de los Concilios.[60]

A finales del s. XIV, Ockham plantea abiertamente la cuestión de la existencia de verdades católicas no consignadas en la Escritura,[61]​ punto que, como hemos visto, fue poco considerado por los escolásticos anteriores. De él parten los ensayos de clasificación de las verdades cristianas y que seguirán otros maestros durante el s. XV. Son importantes las declaraciones de Gérson, que reconoce que las verdades no escritas ocupan un lugar de gran importancia, aunque afirma que la Sagrada Escritura es la fuente fundamental de la doctrina cristiana y que las tradiciones apostólicas se remontan en cierto sentido a la Biblia; como criterio de discernimiento exige que las tradiciones no escritas lleguen hasta los Apóstoles por una Tradición ininterrumpida y que sean reconocidas por la Iglesia.[62]

Para la Escolástica, por consiguiente, la conservación y transmisión de la doctrina cristiana ha tenido lugar por la acción simultánea de dos factores: una carta fundamental, la Escritura, y otro elemento más fluido, la Tradición. No tratan expresamente el problema de la Tradición, quizá porque ellos mismos se encuentran como inmersos en ella, y agentes de la misma.[63]

Las definiciones del Concilio de Trento

La existencia y autoridad de las tradiciones apostólicas

La doctrina de la Tradición sufre un ataque virulento por parte de los autores protestantes. Lutero emplea poco la palabra Tradición y cuando lo hace le da un sentido despectivo. Las tradiciones son para él «tradiciones humanas», con todo lo que esta expresión tiene de despectivo. Todos los protestantes, con los matices propios de cada uno, elaboran una explicación de la Escritura como único principio de determinación de la existencia cristiana, excluyendo la Tradición: la Escritura, dicen, da testimonio a favor de sí misma, desarrolla por sí misma su propia autoridad, se explica a sí misma, se identifica absolutamente con la Palabra de Dios de manera que no hay Palabra de Dios fuera de ella. Este planteamiento equivalía a negar que la Iglesia estuviera animada por el Espíritu Santo y, por tanto, a destruir toda la eclesiología cristiana.

El Concilio de Trento quiso, frente a todo ello, reafirmar los principios que la Iglesia había vivido siempre. El resultado fue el decreto De canonicis Scripturis promulgado en la sesión 4.ª el 8 de abril de 1546. Su intención era «conservar la pureza del Evangelio, que prometido por los Profetas, predicado más tarde por Cristo el Hijo de Dios, el cual encomendó a sus Apóstoles predicarlo a toda criatura, como fuente de toda verdad salvífica y de toda disciplina de costumbres. Esta verdad salvífica y disciplina de costumbres están contenidas en los Libros santos y en las tradiciones no escritas, que recibidas por los Apóstoles de labios de Cristo o transmitidas por los mismos Apóstoles, bajo la inspiración del Espíritu Santo, llegaron hasta nosotros como si pasaran de mano en mano. Por eso el Concilio con igual afecto de piedad e igual reverencia recibe y venera a todos los libros... y también las tradiciones mismas que pertenecen a la fe y a las costumbres, como oralmente dictadas por Cristo o por el Espíritu Santo y conservadas en continua sucesión en la Iglesia Católica».[64]​ Lo primero que señala el Concilio es la unicidad de la fuente y el pleno valor fontal del Evangelio, entendiendo por Evangelio todo mensaje de Cristo, su Palabra comunicada a la Iglesia por los Apóstoles. En segundo lugar, este Evangelio desde los Apóstoles ha llegado a nosotros por medio de los libros escritos y por medio de las tradiciones no escritas que proceden de su predicación oral. Son dos canales, dos cauces por medio de los cuales nosotros nos ponemos en contacto con la única fuente que es el Evangelio del Señor.

Mientras la naturaleza del primer canal, la S. E., era clara, ya que sus características habían sido anteriormente muy consideradas y precisadas, no sucedía así con la del segundo: ¿qué son y significan esas tradiciones? A los Padres y teólogos les faltaba en el Concilio un concepto definido de Tradición y de las tradiciones no escritas, por eso en las discusiones que preceden a la publicación del Decreto pasan indistintamente del singular Tradición al plural tradiciones. El primer problema que hubo de dilucidar el Concilio fue si entre las tradiciones habría que considerar las tradiciones eclesiásticas o solamente las apostólicas. Los Legados, a pesar de la insistencia del cardenal Farnese,[65]​ acordaron tratar únicamente de las tradiciones apostólicas. «El orden exige, decían los Legados, que tratemos en primer lugar de los Libros Sagrados, después de las tradiciones apostólicas y, por último, de las tradiciones eclesiásticas. Los Libros y las tradiciones apostólicas tienen el mismo autor».[66]​ Otro punto que resolvió el Concilio fue la permanencia de las mismas: se trataba, en suma, de ocuparse de aquellas tradiciones apostólicas que -como dirá luego el texto del Decreto- «habían llegado hasta nosotros como si pasaron de mano en mano».[64]​ Ahora bien, esas tradiciones apostólicas eran de muy diversa categoría: las hay dogmáticas, litúrgicas, disciplinarias, etc. Era, pues, necesario esclarecer también este punto. Entre los Padres algunos se oponían a referirse a todas ellas en general sin hacer aclaraciones previas. El primero que se refirió a la diversidad que había en las tradiciones apostólicas fue el jesuita Jayo: unas, decía, pertenecen a la fe y por lo mismo tienen idéntica autoridad que el Evangelio; otras son simplemente de orden litúrgico, y ello hace que no deban ser recibidas en la misma línea de autoridad.[67]​ No obstante esa distinción hecha por Jayo y apoyada por otros Padres, los cardenales Legados fueron del parecer que se recibieran de un modo genérico, sin especificación de ninguna clase.[68]​ Sin embargo, en la segunda redacción del Decreto, la palabra «tradiciones» fue especificada con la expresión «pertenecientes a la fe y a las costumbres». El término «costumbres» se usaba, por consiguiente, para designar las tradiciones litúrgicas, institucionales o disciplinares como unidas a las pertenecientes a la fe. De esta forma el Concilio explicaba qué tradiciones recibía: eran unas tradiciones apostólicas conservadas sin interrupción en la Iglesia, de orden dogmático, litúrgico o disciplinar, no consignadas en la Escritura, y que los Apóstoles, después de recibirlas de Cristo y del Espíritu Santo, habían confiado a la Iglesia.

Relaciones entre la Escritura y la Tradición

En el proyecto de Decreto se decía que el Evangelio estaba contenido parte en los libros escritos y parte en las tradiciones no escritas; sin embargo, la víspera misma de su aprobación final, las dos partículas parte-parte fueron sustituidas por la partícula «y», y así fue aprobado el texto. ¿A qué se debió este cambio? Resulta casi imposible explicarlo por falta de testimonios. Durante las discusiones habidas en el Concilio para la elaboración del Decreto, los Legados defendieron una y otra vez la existencia de unas tradiciones no escritas con la misma autoridad que los libros sagrados. No obstante, el obispo Nachianti se opuso a esta doctrina, ya que, decía, todo lo necesario para la salvación estaba contenido en los libros sagrados;[69]​ aún con mayor energía defendió esta doctrina el general de los servitas Ángel Bonucio, el cual afirmó que toda la verdad evangélica estaba escrita por entero y no solo en parte.[70]​ Esta doctrina tenía, sin duda alguna, sus partidarios, pero también es cierto que escandalizó a no pocos Padres y que se la consideró novedosa. El cardenal Cervino, uno de los Legados pontificios, escribiendo a Farnese afirma que el obispo Nachianti «no dice más que extravagancias y sobre todo con una de ellas esta mañana ha conmovido a todo el Concilio al considerar como impía la expresión igual afecto de piedad aplicada a las tradiciones».[71]​ La discusión sobre este punto continuó, y al final los Legados introdujeron pequeñas modificaciones en el texto del proyecto del Decreto, modificaciones que, según dijo Cervino, no afectaban a la sustancia del contenido. ¿Se encontraba entre estas modificaciones la que nos ocupa? No sabemos. Si así fuera la partícula «y» no habría cambiado sustancialmente el parte-parte, y por ello el obispo Nachianti en la votación final se limitó a decir obedeceré en lugar del placet pronunciado por todos los Padres.

Por último, conviene señalar que el Concilio fundamenta la autoridad de las tradiciones en dos puntos: uno es la sucesión apostólica y otro la acción del Espíritu Santo. Si el Concilio acepta las tradiciones es que tienen el mismo origen que las Escrituras, el Espíritu Santo. Ahí está, en su raíz, el núcleo de la doctrina católica al respecto, a partir del cual cabe desarrollar amplias consecuencias. El Concilio de Trento, sin embargo, no se extendió en ello. De acuerdo con su criterio general de ir a lo esencial de la doctrina católica frente al peligro del oscurecimiento nacido de Lutero, el Concilio se limita a poner de manifiesto que son dos las formas en las que el Evangelio de Jesucristo, fuente de toda verdad salvífica y disciplina cristiana, se nos comunica en toda su pureza, y a subrayar que ambas formas han de ser recibidas con igual afecto de piedad, pero no entra a precisar más sus relaciones.

Del Concilio de Trento al Concilio Vaticano II

Los teólogos de la época tridentina

La realidad de una Tradición unida a la Escritura, pero diversa de ésta y con un mismo valor normativo de la fe cristiana, es una verdad sentada en Trento que los teólogos contemporáneos y posteriores comentan y desarrollan. Cristo no escribió ni mandó escribir a sus Apóstoles, sino predicar. Los Apóstoles, a su vez, se acomodan a este precepto del Señor fundando las iglesias de viva voz, al menos en los primeros años. Y una vez que los Apóstoles y los varones apostólicos deciden escribir y lo hacen bajo la acción del Espíritu Santo, la Iglesia no renuncia a la predicación apostólica, que continúa viva y presente en la voz, en los oídos y en los corazones de los fieles. Los teólogos de la época ponen de manifiesto que la Tradición en su sentido amplio comprende todo dogma recibido por la fe de los fieles y por la Iglesia de la enseñanza de los Apóstoles, y en ocasiones identifican con la vida misma de la Iglesia, con su fe, con el consentimiento unánime de todas las iglesias a través de los siglos. No obstante, en la mayoría de los casos usan la palabra en su sentido restringido, entendiendo por Tradición la doctrina que la Iglesia ha conservado sin consignar en los libros sagrados. La Tradición queda así definida por oposición a la Escritura y constituida por el conjunto de verdades reveladas, transmitidas y conservadas en la Iglesia por un medio distinto a la Sagrada Escritura, es decir, de viva voz. «En su sentido estricto y formal, dice Pérez de Ayala, la palabra tradición significa la verdad conservada y retransmitida de corazón a corazón por los antepasados a sus descendientes de viva voz». Conviene aclarar que aunque hablen especialmente de la doctrina como contenido de la Tradición, no la restringen a ello: la Tradición comprende igualmente hechos, costumbres y otras realidades reveladas por Dios.

Entrando a explicar las relaciones entre Sagrada Escritura y Tradición, afirman que las tradiciones apostólicas son de tres clases: unas, a través de las cuales nos ha llegado la Escritura; otras, que explican y exponen el texto sagrado, y otras, que ayudan a la Iglesia a resolver las dificultades que se presentan en torno a la fe. Existen en la Iglesia, por consiguiente, unas tradiciones dogmáticas que constituyen el fundamento de nuestra fe, en las que se incluyen dogmas no escritos, es decir, verdades reveladas, transmitidas oralmente y tan necesarias a la salvación de los hombres como lo son las que nos han llegado por medio de la Escritura. Estas tradiciones se transmiten y conservan en la Iglesia en razón de dos principios: la sucesión apostólica y la acción asistencial del Espíritu Santo. Una verdad fundamental muy comentada por la teología de esta época es, en efecto, la de la identidad de la Iglesia actual con la Iglesia del tiempo de los Apóstoles: la Iglesia es siempre la misma porque su doctrina concuerda con la de la Iglesia original de los Apóstoles, que a su vez recibieron la doctrina de Cristo, y Cristo de Dios. Y además porque no solo los Apóstoles sino la Iglesia en toda su historia cuenta con la asistencia del Espíritu Santo. Si el Espíritu Santo habla por la Escritura, lo hace también por las tradiciones y por la Iglesia misma. Como consecuencia de todo ello, explican que la Tradición tiene el mismo valor que la Escritura, ya que ambas son Palabra de Dios. No se puede, pues, limitar nuestra fe a la Escritura de modo que solo se reciba lo escrito, ya que la Tradición y la Escritura son palabra del Espíritu Santo. Una y otra tienen un origen común, una y otra se encuentran dentro de la Iglesia, una y otra tienen su primer principio en Cristo y en el Espíritu Santo; y por lo mismo, una y otra tienen la misma autoridad.

Una vez analizadas la existencia y la naturaleza de la Tradición, los teólogos postridentinos consideran las relaciones existentes entre la Escritura y la Tradición, tema que sintetizan en estas palabras: la Tradición es «más antigua», «más clara», «más común», «más abundante» que la Escritura. El aspecto más importante es el de la abundancia. ¿Qué sentido tiene? ¿Existe en la Tradición un contenido distinto al de la Escritura? Para los teólogos de esta época existen verdades relativas a la fe contenidas en las tradiciones que no están en la Escritura. Es éste un principio repetido una y mil veces en sus obras. Sin embargo, una y otra vez repiten también que en la Escritura está contenida toda la Revelación «de un modo genérico», «en cierto sentido», «en general», «implícitamente», «de modo mediato», «radicalmente», «en semilla», lo que significa que la Escritura testifica la infalibilidad de la Iglesia, la asistencia del Espíritu Santo y el hecho de unas tradiciones no escritas. En este sentido radicalmente todo queda vinculado a la Escritura. Insisten mucho también en otro aspecto fundamental: la Tradición explica la Escritura. La Escritura, en algunos puntos, es oscura y necesita por lo mismo una inteligencia, una comprensión. El sentido que Dios ha colocado bajo sus palabras necesita ser descubierto de una manera progresiva. Este sentido e inteligencia, que viene del Espíritu Santo, constituye un aspecto de la Revelación divina y la Iglesia lo conserva en sus tradiciones, en su fe, en el corazón de los fieles, en su misma vida, en una palabra, en su Tradición. (Para documentar todo lo expuesto, cfr. V. Proaño Gil, Tradición, Escritura e Iglesia, o. c. en bibl.).

La Teología y el Magisterio posteriores

A partir del s. XVIII, el acento de los estudios sobre la Tradición deja de estar centrado en el análisis de la Tradición como depósito, es decir, en una descripción de su contenido, para trasladarse al de la Tradición como órgano transmisor. En la Escuela de Tubinga se interioriza la Tradición hasta casi identificarla con el consenso de los fieles. En la escuela que se desarrolla en torno al Colegio Romano, cuyo nombre más destacado es Franzelin, aun sin desconocer la parte que corresponde a los fieles en la conservación del depósito, se insiste sobre todo en la transmisión objetiva por el Magisterio.[72]​ Teólogos posteriores de esta línea explican el papel de la Tradición como consistente en rendir testimonio en favor del Magisterio. La fuente cognoscitiva es el Magisterio, la Tradición es la referencia por la que se justifica (así, con matices diversos, Bainvel, Billot, Deneffe, Filograsi, Michel).

El Concilio Vaticano I vuelve a ocuparse del tema, usando términos muy parecidos a los de Trento. Ya en el comienzo de la Constitución Dei Filius, afirman los Padres conciliares que exponen la doctrina «fundados en la Palabra de Dios escrita o transmitida».[73]​ Al mismo tiempo[74]​ recuerda que es a la Iglesia a quien corresponde juzgar auténticamente el contenido de la palabra divina, y subraya la autoridad del Magisterio a ese respecto. Al Magisterio le corresponde conservar, guardar y declarar el depósito contenido en la Escritura y en la Tradición.

En los años posteriores, y especialmente ya en el s. XX, el tema de la Tradición ha sido considerado desde dos perspectivas: 1) Con respecto a la orientación de la investigación teológica, lo que motiva las aclaraciones hechas por Pío XII en la Encíclica Humani generis, de 1950: el Magisterio es regla próxima de la labor teológica; debe, pues, acudirse a las fuentes no para sustituir lo definido por el Magisterio con expresiones menos precisas, sino al contrario, explicando lo oscuro a partir de lo claro. En toda la exposición Pío XII se refiere al depósito de la fe como contenido «en las Sagrada Escritura y la divina Tradición».[75]

Con respecto al movimiento ecuménico

En algunos ambientes protestantes se advierte un cierto reconocimiento de la Tradición, aunque limitado (así ocurre con Oscar Cullmann, con los ambientes relacionados con la abadía de Taizé, en la conferencia del movimiento «Fe y Constitución» celebrada en Montreal en 1963...). Entre algunos teólogos católicos se realiza un intento de facilitación del diálogo interconfesional, lo que les lleva a insistir en la íntima unidad que existe entre Escritura y Tradición, y, en algún caso, a adoptar posiciones minimistas con respecto a esta última.

La enseñanza del Concilio Vaticano II

Naturaleza de la Tradición

El Concilio Vaticano II ha dedicado uno de sus principales documentos, la Constitución dogmática Dei Verbum, al tema de la Revelación y su transmisión. El Concilio parte ante todo del hecho base: Cristo ha escogido como medio de la transmisión viva de la Revelación el ministerio de sus Apóstoles y de sus sucesores. Esta transmisión viva incluye amplitud de medios. No se limita a la predicación oral, sino que comprende también ejemplos e instituciones, del mismo modo que los Apóstoles recibieron la Revelación no solo de las enseñanzas orales de Jesús, sino también de su vida y de sus obras. Los mismos Apóstoles u otros de su generación pusieron por escrito, bajo la inspiración del Espíritu Santo, el mensaje cristiano de salvación. Finalmente, los Apóstoles eligieron a otros sucesores suyos a los que confiaron su cargo de Magisterio, ya que por voluntad de Dios el Evangelio había que conservarlo íntegro y vivo. De esta forma el Concilio vincula la conservación y transmisión de la Revelación divina al hecho de la sucesión apostólica. Los Obispos, sucesores de los Apóstoles, han sido instituidos para conservar y transmitir fielmente la predicación apostólica.[76]​ La función conservadora de la Tradición no se realiza solamente por medio de los Obispos, corresponde también a toda la Iglesia, por lo que los Apóstoles amonestan a los fieles que conserven las tradiciones que han recibido de palabra o por escrito.[77]​ El Concilio viene así a decir que, en el fondo, la Tradición no es otra cosa que la misma Iglesia, que en su doctrina, en su vida y en su culto perpetúa y transmite a todas las generaciones todo lo que ella es y todo lo que ella cree.[77]

Siendo la Tradición por naturaleza algo vital, hay que admitir en ella un incremento o desarrollo homogéneo correspondiente a su propia naturaleza. El Concilio, más que demostrar el hecho de este crecimiento, explica su sentido. El crecimiento radica en la comprensión de las cosas y de las palabras transmitidas. No se trata lógicamente de un aumento cuantitativo, pero tampoco se reduce a un simple cambio en los vocablos, sino del progreso interno propio de toda realidad viva que va caminando hacia la plenitud de la verdad. La garantía de la verdad de este desarrollo radica en la asistencia del Espíritu Santo, el cual vivifica toda la vida de la Iglesia y conduce hacia la verdad completa a todos y a cada uno bajo la guía y enseñanza de los sucesores de los Apóstoles.[77]

Escritura, Tradición y Magisterio

Pasando a explicar la función de la Tradición con respecto a la Palabra escrita de Dios, el Concilio la concreta afirmando que ambas constituyen el depósito sagrado de la Palabra de Dios, confiado a la Iglesia.[78]​ Precisando más, subraya tres puntos. En primer lugar deja constancia de que es la Tradición quien nos da a conocer el Canon íntegro de los libros sagrados, pues el hecho de la inspiración de los libros solo es cognoscible por el testimonio de quien es testigo autorizado, es decir, la Tradición. En segundo lugar, pone de manifiesto cómo la Tradición hace comprender más profundamente la Palabra de Dios, en cuanto que Dios, presente en la Iglesia, hace que en ella resuene siempre la voz de Cristo, de manera que la Tradición transmite la verdad divina y hace comprender más profundamente la Sagrada Escritura. Por último, afirma que la Tradición hace incesantemente operativa a la Escritura, pues la palabra escrita necesita ser aplicada a la realidad concreta de los hombres y esto le corresponde a la Tradición y especialísimamente al Magisterio de los sucesores de los Apóstoles, por lo que se refiere a la aplicación de modo autorizado y auténtico. La Tradición y la Escritura se enlazan y comunican estrechamente entre sí, porque una y otra son Palabra de Dios, «manan de la misma fuente, se unen en un mismo caudal, corren hacia el mismo fin».[79]

La Escritura evidentemente no solo transmite la Palabra de Dios, sino que ella misma es formalmente Palabra de Dios. La Tradición, a su vez, aunque palabra humana, transmite la Palabra de Dios en cuanto comunica la predicación oral de los Apóstoles y la misma palabra escrita, presentando los libros sagrados como tales y haciendo operante su contenido. De toda esta doctrina saca el Concilio dos conclusiones prácticas. La primera es la siguiente: «La Iglesia no deriva solamente de la Escritura su certeza de todas las verdades reveladas». La segunda es que la Sagrada Escritura y la Tradición han de recibirse con idéntico espíritu de piedad y reverencia, como había enseñado el Concilio de Trento.[79]​ Como se ve, el Concilio quiere dejar claro la insuficiencia del principio protestante de la sola Scriptura, pero no decide algunas cuestiones debatidas entre los autores católicos sobre la mutua interconexión entre Tradición y Escritura.

Concluye el Concilio señalando las relaciones de la Sagrada Escritura y la Tradición con el Magisterio. Cristo, afirma, ordenó a los Apóstoles que la Buena Nueva se transmitiese en primer lugar por la predicación, o sea, por la transmisión oral, y que los Apóstoles traspasaran ese mandato a sus mismos sucesores. En cumplimiento de este mandato, los Apóstoles confiaron a los obispos, sucesores suyos, no solo un depósito de doctrina, sino su propio cargo del Magisterio. Ahora bien, esta misión importaba dos cosas: por una parte, la tarea de transmitir materialmente la Revelación, y por otra, la de explicarla auténticamente. Al Magisterio vivo le corresponde, por consiguiente, conservar, transmitir y explicar auténticamente la doctrina recibida de los Apóstoles. Si en la Tradición existe un crecimiento gracias a la predicación de los Pastores, este crecimiento no significa otra cosa que la plena conservación de la Palabra de Dios en su pureza. Así, el Magisterio sirve fielmente a la Tradición, como Palabra de Dios transmitida. Toda esta tarea del Magisterio se realiza por mandato de Cristo y con la asistencia del Espíritu Santo.[78]

Criterios de la Tradición

La exposición histórica que acabamos de hacer pone de manifiesto la naturaleza de la Tradición y el papel insustituible que, por institución divina, tiene en la transmisión de la Palabra de Dios. Ahora bien, ¿Cómo conocer la Tradición?, ¿dónde consta?, ¿cuáles son los criterios que permiten discernirla? ¿Dónde se la encuentra? Analicemos a continuación los principales.

La autoridad más importante, más idónea, y más segura para saber si una costumbre o precepto surge de la tradición, es el magisterio de la Iglesia. En palabras de Ramírez Dulanto: «Siendo, pues, las verdades reveladas el objeto propio de ese magisterio, la naturaleza de las cosas exige que a él se le atribuya esa facultad discretiva».[80]​ El Magisterio es, en efecto, a la vez intérprete autorizado de la Sagrada Escritura y de la Tradición, y testigo y eco de esta última, que es recogida en sus declaraciones y definiciones. Habiendo ya sido estudiadas las propiedades y modo de ejercicio del Magisterio en la voz correspondiente, no es necesario extendernos más aquí.

Afirma Melchor Cano en De locis Theologicis III, que hay otras maneras de intuir si algo viene de la Tradición: especialmente si está atestiguado en la actitud universal de la Iglesia, de los fieles, o de los primeros autores cristianos.

La actitud universal de la Iglesia

Si un artículo de fe es creído, o si una costumbre es observada, en todas partes, en todos los tiempos, y por todos los fieles, aunque nunca jamás haya sido instituido formalmente por un Papa, ni por un Concilio, ni esté expresamente escrito en la Biblia, queda en evidencia que ese dogma o esa costumbre proviene de la Tradición. Abundan ejemplos: el ayuno cuaresmal, el uso de lámparas en los templos, el bautismo de los niños, la veneración de los santos.

El sentir unánime de los fieles

Otro criterio de excepcional importancia es «el sentido de la fe» de todo el pueblo cristiano. Se trata de un don de Dios que afecta a la realidad subjetiva de la fe y que da a toda la Iglesia la seguridad de una fe indefectible. Ya desde la antigüedad se considera este sentido de la fe como un criterio de Tradición. S. Ireneo habla de «la salvación que muchos pueblos bárbaros poseen escrita sin tinta ni papel por el Espíritu Santo en su corazón y así guardan la tradición antigua con cuidado creyendo en un solo Dios».[81]​ Según Tertuliano, el Espíritu de verdad no puede dejar que el pueblo crea otra cosa que lo que Cristo predicaba.[82]S. Agustín invoca la fe de la Iglesia a propósito de la necesidad de la gracia, atestiguada por el sentido que dan los fieles a la oración y a propósito de la necesidad y eficacia del Bautismo, especialmente de los niños pequeños.[83]​ El Concilio Tridentino al comienzo de algunas sesiones recurre a la fe de toda la Iglesia.[84]​ Entre los teólogos inmediatamente posteriores a Trento, es frecuente el uso de la expresión: «El Evangelio quedó escrito en los corazones de los fieles» para justificar la conservación de las tradiciones escritas. Los papas Pío IX y Pío XII se refirieron en la definición de los dogmas de la Inmaculada y de la Asunción de la Virgen al perpetuo sentir del pueblo fiel.

El Concilio Vaticano II sintetiza esa enseñanza. La Tradición, dice, conserva la predicación de los Apóstoles, es decir, la doctrina transmitida oralmente, y este quehacer corresponde a los sucesores de los Apóstoles y a los fieles todos, a cada uno según la misión que le ha sido confiada. De esta forma, no solo los Obispos, sino los fieles todos se constituyen en órganos de la Tradición, ya que en su fe conservan la predicación apostólica. Así lo enseñan las palabras de S. Pablo cuando amonesta a los fieles a que conserven las tradiciones que han aprendido de palabra o por escrito, y las de S. Judas cuando invita a combatir por la fe que se les ha transmitido.[77]​ Corrobora esta misma doctrina el Concilio cuando hace ver que la Tradición se identifica con la misma Iglesia, que, en su vida y en su culto, perpetúa y transmite a través de las generaciones su fe su gracia, su caridad y todo lo que ella es, y cuando al hablar igualmente del continuo progreso de la Tradición y señalar los factores determinantes, cita en primer lugar «la reflexión y el estudio de los creyentes».[77]​ Por su parte, la Const. Lumen gentium declara que mediante el sentido de la fe, los fieles «se adhieren indefectiblemente a la fe transmitida a los santos una vez para siempre, penetran más profundamente en ella mediante un juicio recto y la aplican más plenamente a la vida»[85]

Toda esta acción la realiza el Pueblo de Dios con dos condicionantes:

  • la acción asistencial del Espíritu Santo y
  • la subordinación al Magisterio.

El Espíritu Santo está presente en toda la Iglesia y la instruye en todo;[86]​ y así el Concilio Vaticano II declara que si los fieles no pueden engañarse en su creencia cuando manifiestan un asentimiento universal en las cosas de fe y costumbres, ello es debido a la unción del Espíritu Santo.[87]​ Aun cuando se trate de un don del Espíritu Santo concedido a todo el pueblo, no queda desvinculado de la autoridad docente de la Iglesia, a la que corresponde proponer autoritativamente la palabra de Dios.[88]​ De esa forma «prelados y fieles colaboran estrechamente en la conservación, en el ejercicio y en la profesión de la fe recibida».[89]

Los Santos Padres

Criterio fundamental son las palabras y escritos de los Santos Padres, que «atestiguan la presencia viva de esta Tradición».[90]​ Ya en la antigüedad los Concilios ecuménicos recurren al consentimiento de los Padres para conocer la doctrina tradicional de la Iglesia; así, Éfeso para la maternidad divina de María,[91]Calcedonia para las dos naturalezas de Cristo,[92]​ el segundo de Nicea para las imágenes,[93]​ etc. Ahora bien, ¿quiénes son los Padres? En el primitivo cristianismo recibían el apelativo de «Padre» aquellos que instruían a otros en la fe, y como el oficio de enseñar incumbía a los obispos, éstos recibían de modo especial el nombre de Padres.[94]​ Posteriormente, S. Agustín designa con este nombre a S. Jerónimo, que no era obispo, teniendo en cuenta su doctrina y santidad.[95]​ Entre los teólogos católicos actuales se conocen comúnmente con el nombre de «Padre» a aquellos escritores eclesiásticos que reúnen las cuatro notas distintivas siguientes:

  1. doctrina ortodoxa,
  2. santidad de vida,
  3. antigüedad y
  4. aprobación de la Iglesia.

Aquellos autores antiguos a los que no les cuadra alguna de estas notas reciben el nombre de escritores eclesiásticos, p. ej., Tertuliano y Orígenes.

Para que los Padres constituyan verdadero criterio de Tradición es necesario:

  • que propongan una doctrina como perteneciente a la fe o a las costumbres, no solo objetivamente, sino también subjetivamente considerada;
  • que la propongan como testigos de la fe o como doctores auténticos de una manera cierta y segura;
  • que exista un consentimiento moralmente unánime entre los Padres acerca de una materia. El problema radica en señalar cuándo existe ese sentir unánime de los Padres, pues pueden darse casos especiales en que el consentimiento de unos pocos, por la gran autoridad que tuvieron en la Iglesia, equivalga al de una mayoría. Más aún, puede suceder que el testimonio de un solo Padre sea un criterio cierto de Tradición, sobre todo si ese Padre es altamente significativo en la materia que trata, p. ej., S. Atanasio en materia trinitaria, S. Agustín en la gracia y S. Cirilo de Alejandría en cristología. Por lo que se refiere a la interpretación de la Sagrada Escritura, para que el consentimiento unánime de los Padres sea criterio cierto de Tradición se requiere no solo el sentir unánime en una determinada interpretación, sino que además la propongan como el sentido que le fue inspirado al autor sagrado, es decir, que no se trate de una interpretación acomodada con un fin puramente espiritual.

La Liturgia

El relator de la Const. Dei Verbum, al presentar la doctrina contenida en el n.º 8 de la misma, afirmó que la Liturgia es un testimonio privilegiado de la Tradición viva, y citó un texto de Pío XII según el cual «con dificultad se hallará una verdad de la fe cristiana que no esté de alguna manera expresada en la Liturgia». Esta importancia de la Liturgia como criterio y testimonio de la Tradición es subrayado desde la antigüedad. Lo usó S. Agustín para defender la necesidad de la gracia y antes que él lo usaron Tertuliano y S. Cipriano. En la época contemporánea el papa Pío XI habló de la «Liturgia como didascalia de la Iglesia..., como el órgano más importante del Magisterio ordinario». Con bastante frecuencia se ha repetido la venerable fórmula de Próspero de Aquitania «legem credendi lex ex statuat suplicandi», como síntesis de esta doctrina, cuyo sentido explica Pío XII en la Encíclica Mediator Dei. Las doxologías y los símbolos usados en el culto han sido siempre lugares destacados en los que se reflejaba la verdad de la fe, ya sea afirmándose contra los ataques, ya sea consignando los avances conseguidos. Por otra parte, nadie puede negar cuán preciosas enseñanzas se derivan de la praxis litúrgica, p. ej., en la veneración de las imágenes y en la administración concreta de los sacramentos. La disciplina penitencial está llena de informaciones sobre la teología de este sacramento. Por eso Pío XII pudo llamar a la Liturgia «el espejo fiel de la doctrina transmitida por los antiguos».

La razón por la cual la Liturgia constituye un criterio de Tradición es porque ella es la voz de la Iglesia que expresa su fe, la canta, la practica en una celebración viviente. La Liturgia, igualmente, es una acción sagrada, una acción que incorpora una convicción, la expresa, y, por lo mismo, la desarrolla. Por otra parte, la Liturgia, siendo ritual, tiene gran poder de conservación, porque el rito es fijo, se transmite y practica como tal. A esto hay que añadir que el sujeto responsable de sus afirmaciones es siempre la Iglesia. La Liturgia se desarrolla a partir de un fondo común que se remonta hasta los Apóstoles. Los mismos ritos y fórmulas, aunque nazcan de una iniciativa particular, para que penetren en la Liturgia han de ser aceptados por la Iglesia y aprobados por la autoridad guardiana de la Tradición apostólica. Esto no obstante, hay que reconocer que es un criterio difícil de usar. La Liturgia, testigo privilegiado de la creencia de una Iglesia, no tiene otra autoridad que la del Magisterio que la ha aprobado. Por eso, antes de examinar la fuerza que pueda tener una doctrina extraída de la Liturgia, es preciso analizar qué antigüedad, universalidad y aprobación tiene dicha Liturgia.

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  6. 1 Cor. 7.25-26
  7. cfr. Lc 10,1-16
  8. Mc 3,13
  9. Mt 5,20-48
  10. Mt 28,18-20
  11. Act 4,8
  12. Io 16,7 ss.
  13. Io 5,39
  14. Io 2,19
  15. Io 16,13
  16. I Io 2,20 ss.
  17. Io 2,22; 12,16; 13,7; 20,9
  18. I Cor 11,23
  19. I Cor 15,3
  20. 1 Tes 4,1-15
  21. 2 Tes 2,15 3,6
  22. 1 Cor 7,40; 11,2.23-25
  23. 1 Tes 2,13
  24. 1 Cor 15,1-11
  25. Gal 1,11-12
  26. Col 2,6-8
  27. I Cor 2,23
  28. 1 Cor 11
  29. 1 Io 2,24
  30. 1 Io 1,3
  31. 1 Tes 4,1-2
  32. 2 Tes 2,15
  33. Lc 1,1-3
  34. 1 Tim 6,20
  35. 2 Tim 1,14
  36. 2 Tim 1,13
  37. 2 Tim 2,2
  38. cfr. 1 Tim 4,14; 2 Tim 1,6; 2,2
  39. Adversus Haereses, 3.4: PG 7,852
  40. Adv. Haer. 4, 26, 6: PG 7,1053
  41. Adv. Haer. 4, 26, 2: PG 7,1053
  42. Adv. Haer. 3, 3, 1: PG 7,848
  43. Adv. Haer. 3, 2, 1: PG 844
  44. Adv. Haer. 3,4: PG 7,855-856
  45. Adv. Haer. 1, 10, 1: PG 7,549
  46. Adv. Haer. 3, 24,1
  47. De praescriptione haereticorum, cap. 32: PL 2,52
  48. Contra Eunomium, cap. 4: PG 45,653
  49. Ep. ad Serapionem, 28: PG 26, 593
  50. De Spiritu Santo, 27,66: PG 32,188
  51. Panarion, 61,1: RI 1098
  52. De Gen. ad litteram, 10, 23,39: PL 34,426; De Bapt. contra Donatistas, 1, 24,31: PL 43,174
  53. De Bapt. contra Donatistas, 2, 7,12; PL 43,133; cfr. 5, 23,31: PL 43,192
  54. Dial. contra Luciferum, 8: PL 23,163
  55. De Imaginibus Or., 1,23: PG 94,1256
  56. cfr. De fide ortodoxa, 4,12: PG 94,1136
  57. Denz. Sch. 609
  58. cfr. S. Buenaventura, In 1 Sent. disp. 11 al ad5; In 3 Sent. disp. 9 al q2 ad6; S. Tomás: In 4 Sent. disp. 7 q1 a3; Sum Th. 3 q25 a3 ad4; Escoto: In 1 Sent. Proe. q2
  59. Libros hos sententiarum quatuor, I.l, d.11
  60. H. X. Arquilliers, Le plus ancien tracté de l'Église: Jacques de Viterbe, «De Regimine christiano» (1301-1302), París 1926, 32
  61. De potestate ecclesiastica et politica, 1. 2, cap. 2, en Opera omnia, Francfort 1614, t. 11, 411-412
  62. cfr. Declaratio veritatum quae credenda sunt de necesitate salutis, en Opera omnia, 1, cap. 22
  63. cfr. P. de Vooght, Les sources de la doctrine chrétienne, Versalles 1954, 262-64
  64. Denz. Sch. 1501
  65. Concilium Tridentinum, ed. Societatis Gocrresianae, Friburgo 1900, 10,406
  66. ib. 5,77
  67. ib. 1,492
  68. ib. 1,492; 5,14
  69. ib. 5,19; 1,33
  70. ib. 1,525
  71. ib. 10,433
  72. cfr. Franzelin, De divina Traditione et Scriptura, Roma 1870
  73. Denz. Sch. 3000; expresión que reaparece en Denz. Sch. 3006 y 3011, en el primero de esos lugares reproduciendo palabras textuales del Decreto tridentino
  74. cfr. Denz. Sch., 3000, 3012, 3020, 3069
  75. Denz. Sch., 3884 y 3886
  76. Const. Dei Verbum, n.º 7
  77. Const. Dei Verbum, n.º 8 Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «ref_duplicada_2» está definido varias veces con contenidos diferentes Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «ref_duplicada_2» está definido varias veces con contenidos diferentes Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «ref_duplicada_2» está definido varias veces con contenidos diferentes
  78. Const. Dei Verbum, nº 10
  79. Const. Dei Verbum, nº 9
  80. Ramírez Dulanto, Op. cit, p. 374
  81. Adv. Haer. 4,1 y 2: PG 7,855
  82. cfr. De praescrip. haeret. 28: PL 2,40
  83. De dono persev. 23,63: PL 45,1031; Serm. 294, c.17: PL 38,1346
  84. Denz. Sch., 1507, 1510, 1520, 1635
  85. Const. Lumen Gentium, nº 12
  86. 1 Io 2,20. 27
  87. Lumen gentium, 12
  88. Lumen gentium, 12 y 25
  89. Dei Verbum, 10
  90. Const. Dei Verbum, 8
  91. Denz. Sch., 251
  92. ib. 5561
  93. ib. 602-603
  94. cfr. Martyrium Policarpi, 12,2; Cipriano, Epist. 30, 31,36
  95. Contra Jul. 1,7

Véase también

Enlaces externos

  • Constitución Dei Verbum sobre la divina Revelación (en español)
  • Constitución Lumen Gentium sobre la Iglesia (en español)
  • (en español)
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tradición, apostólica, sagrada, tradición, latín, traditio, entregar, tradere, concepto, religioso, cristiano, indica, toda, revelación, divina, describe, biblia, también, enseñada, jesús, transmitida, oralmente, apóstoles, según, definición, iglesias, católic. La Tradicion apostolica o Sagrada Tradicion del latin traditio entregar de tradere es el concepto religioso cristiano que indica que no toda la revelacion divina se describe en la Biblia si no que tambien fue ensenada de la voz de Jesus y transmitida oralmente por los Apostoles 1 Segun la definicion de las iglesias catolica y la ortodoxa la parte de la Palabra revelada por Dios que no paso a ser escrita en la Biblia pero que sigue viva en la Iglesia Esa transmision del mensaje de Cristo fue llevada a cabo desde los comienzos del cristianismo por la predicacion el testimonio y el culto Los apostoles transmitieron a sus sucesores los obispos y a traves de estos a todas las generaciones hasta el fin de los tiempos todo lo que habian recibido de Cristo y aprendido del Espiritu Santo 2 La Revelacion divina se realiza de dos modos con la transmision viva por las generaciones de fieles de la Palabra de Dios tambien llamada simplemente Tradicion y con la Sagrada Escritura que es el mismo anuncio de la salvacion puesto por escrito 3 Ambas conjuntamente se denominan el deposito de la fe San Juan Crisostomo y San Gregorio Nacianceno Indice 1 Concepto y division 1 1 La Tradicion en su sentido teologico 1 2 Divisiones de la tradicion 2 La realidad de la Tradicion en Cristo y los Apostoles 2 1 El modo de actuar de Cristo 2 2 El proceder de los Apostoles 2 3 El transito a la generacion posapostolica 3 La doctrina sobre la Tradicion en la Edad Patristica 3 1 Los tres primeros siglos 3 2 Del siglo IV al final de este periodo 4 La ensenanza de la Escolastica 5 Las definiciones del Concilio de Trento 5 1 La existencia y autoridad de las tradiciones apostolicas 5 2 Relaciones entre la Escritura y la Tradicion 6 Del Concilio de Trento al Concilio Vaticano II 6 1 Los teologos de la epoca tridentina 6 2 La Teologia y el Magisterio posteriores 6 3 Con respecto al movimiento ecumenico 7 La ensenanza del Concilio Vaticano II 7 1 Naturaleza de la Tradicion 7 2 Escritura Tradicion y Magisterio 8 Criterios de la Tradicion 8 1 La actitud universal de la Iglesia 8 2 El sentir unanime de los fieles 8 3 Los Santos Padres 8 4 La Liturgia 9 Bibliografia 10 Referencias 11 Vease tambien 12 Enlaces externosConcepto y division EditarLa Tradicion en su sentido teologico Editar Segun fray Santiago Ramirez de Dulanto 4 la Tradicion siempre ha sido de importancia para la Iglesia pero su estudio se hizo mas importante durante la contrarreforma y en tiempos contemporaneos ante el ataque de la herejia modernista Tradicion divina se define primero como la revelacion de una verdad de un hecho o de una intuicion hecha por Dios a los hombres para que entre ellos se retransmita se conserve y se perpetue La tradicion escrita esta en la Biblia y se denomina Sagrada Escritura mientras que la que permanece oral no tiene un nombre especifico sino que recibe el nombre generico de Tradicion y es aquella parte de la Revelacion que no esta consignada por escrito en los libros canonicos Asi es como llega a distinguirse la Revelacion en sus dos partes la Escritura y la Tradicion La Revelacion hecha por Dios en un momento concreto de la historia debia segun la disposicion divina transmitirse de generacion en generacion y para eso quiso Dios mismo disponer de un pueblo que realizara esa transmision Israel en el Antiguo Testamento la Iglesia en el Nuevo Conviene subrayar que en este caso aunque encontramos analogias con el fenomeno general humano de la tradicion hay diferencias netas en primer lugar porque lo que se transmite no es una simple adquisicion humana sino las verdades y la vida divina comunicadas por Dios en segundo lugar porque la transmision misma no es un acontecimiento meramente humano sino algo que se realiza bajo una peculiar asistencia divina que libro a Israel y de modo especialisimo libra a la Iglesia de caer en deficiencias de transmision La Iglesia es indefectible Dios puede permitir y permite de hecho que el cristiano singular caiga en el error o en el pecado pero no permite que la Iglesia pierda la doctrina por El revelada ni los medios de santificacion por El instituidos sino que actua constantemente en ella dandole vida y haciendole trascender las limitaciones del espacio y del tiempo Resumiendo lo dicho podemos definir la Tradicion en sentido teologico como la transmision por parte de la Iglesia viva de la entera realidad cristiana La idea de tradicion contiene tres elementos constitutivos uno activo el acto de Dios comunicandose a los apostoles uno pasivo u objetivo o sea la cosa comunicada y el tercer elemento es la oralidad Estos tres elementos llevan a una segunda definicion mas concreta y completa la Tradicion es la divina revelacion no consignada en las Sagradas Letras sino ensenada de viva voz por Cristo o dictada por el Espiritu Santo a los apostoles como fundadores de la Iglesia para que ella se conserve y perpetue Divisiones de la tradicion Editar Ramirez Dulanto presenta dos clases de divisiones en la Tradicion esencial por causas intrinsecas o accidental por causas extrinsecas La division esencial surge cuando hay diferencias en alguno de los tres elementos constitutivos Por el principio activo tambien llamado originario se puede distinguir la tradicion divina o tradicion dominical que es la revelada por Cristo a viva voz por otro lado esta la tradicion divino apostolica que es la revelacion del Espiritu Santo a los apostoles y finalmente se puede hacer una tercera distincion la tradicion eclesiastica que no tiene una autoridad claramente menor y es la que surge de los apostoles pero no de Dios Cabe un ejemplo para aclarar este ultimo concepto que puede tomarse del apostol San Pablo A los casados en cambio les ordeno y esto no es mandamiento mio sino del Senor que la esposa no se separe de su marido Si se separa que no vuelva a casarse o que se reconcilie con su esposo Y que tampoco el marido abandone a su mujer En cuanto a las otras preguntas les digo yo no el Senor Si un hombre creyente tiene una esposa que no cree pero ella esta dispuesta a convivir con el que no la abandone 5 Como es obvio esta ultima tiene una autoridad menor que la Tradicion divino apostolica no debe sin embargo ser identificada con una tradicion meramente humana la Iglesia no lo olvidemos esta asistida por el Espiritu Santo Por lo demas no siempre es facil determinar cuando estamos ante una Tradicion meramente eclesiastica en muchas ocasiones lo que a primera vista puede parecer tal es en realidad la declaracion o explicitacion de una realidad de origen apostolico y entra por tanto en el ambito de la Tradicion en sentido propio Atendiendo al segundo elemento el principio objetivo o sea el contenido la Tradicion suele dividirse por su relacion a la Sagrada Escritura en constitutiva si lo que ella transmite no se halla en modo alguno en la Sagrada Escritura v gr la Asuncion de Maria inhesiva o inherente si por el contrario la doctrina transmitida esta contenida tambien explicitamente en los libros sagrados e interpretativa si declara explica o interpreta lo que germinalmente esta contenido en la Biblia La division accidental en cambio depende de las circunstancias o accidentes del lugar del tiempo y de su fuerza normativa Segun el lugar observamos que la tradicion puede ser universal particular o local Segun el tiempo puede ser perpetua o temporal Y por su fuerza normativa puede ser necesaria tambien llamada obligatoria o libre Que una tradicion sea libre puede parecer al lector como contradictorio asi que cabe ejemplificar otra vez con una cita de San Pablo Acerca de los virgenes no tengo un precepto del Senor Pero les dare un consejo considero que lo mejor es vivir sin casarse 6 Definida asi la Tradicion en lo que sigue analizaremos lo que al respecto nos dicen el propio Cristo y los Apostoles y lo que luego ha ensenado la Iglesia a fin de determinar con mas detalle su realidad y naturaleza para concluir con un estudio de los criterios que permiten discernirla La realidad de la Tradicion en Cristo y los Apostoles EditarEl modo de actuar de Cristo Editar Jesucristo pudo escoger distintas formas de comunicar su palabra El analisis de su modo de proceder pone de manifiesto una especial importancia concedida a la predicacion oral No solo los Evangelios lo muestran predicando y no escribiendo sino que la misma forma precisa y por consiguiente facil de retener que Jesus daba a sus palabras estaba destinada desde el principio a ser recibida en la predicacion de los discipulos 7 Al final del evangelio de Juan se nos dice que muchas otras cosas dijo Jesus que si se escribieran en detalles ni aun el mundo mismo podria contener los libros que se escribirian Juan 21 25 Jesus uso los recursos del estilo oral paralelismos sentencias ritmicas faciles de aprender de memoria similes y parabolas Su modo de actuar con los Apostoles demuestra una decision de conceder especial relieve a la viva voz en la mision de conservar y transmitir su doctrina les escoge para que esten con El y para enviarlos a predicar 8 les va formando personalmente y les va explicando el sentido de las parabolas les da igualmente una interpretacion normativa de las antiguas Escrituras 9 y les envia a predicar e instruir a las gentes en todo lo que El les habia ensenado 10 Estos hechos demuestran que Jesus quiere comunicar un espiritu nuevo que expresa en palabras y que debe realizarse en vida Para ello comunica a sus Apostoles las formulas en las que condensa su ensenanza y a la vez la recta interpretacion de las mismas y la mision de transmitirlas En resumen podemos decir que Jesucristo de una parte manifiesta un mensaje divino dando el encargo de transmitirlo de generacion en generacion fundando asi la Tradicion de otra instaura un medio de transmision en el que el testimonio personal y vivo de los Apostoles y la predicacion oral tienen un papel decisivo El proceder de los Apostoles Editar Los Apostoles son conscientes de haber recibido el encargo de predicar y dar testimonio de la palabra recibida El libro de los Hechos de los Apostoles narra como se construye precisamente la Iglesia por la palabra de los Apostoles que comunica el misterio de Cristo y la fe de los fieles que aceptan y reciben este testimonio Es significativo el hecho del Concilio de Jerusalen narrado en Act 15 1 ss Todos los alli presentes tienen en comun el autentico concepto de Tradicion o sea la profunda persuasion de que es necesario conservar fielmente y transmitir inalterada la doctrina recibida y que los Apostoles deben velar sobre ello Y esa proclamacion de la palabra se realiza bajo la accion del Espiritu Santo 11 El Espiritu les va comunicando a los Apostoles una mayor comprension del mensaje de Cristo y del misterio de su persona S Juan que recoge en su Evangelio la promesa del envio del Espiritu Santo 12 intercala a lo largo de la narracion diversos incisos en los que pone de manifiesto como ha sido El quien ha hecho penetrar a los Apostoles en la palabra de Cristo haciendoles advertir como en Jesus se ha dado cumplimiento a las Escrituras 13 cual es el sentido de sus parabolas 14 de sus actos de sus senales 15 16 en una palabra de todas las cosas que los discipulos no habian comprendido antes 17 La Tradicion por consiguiente en el Nuevo Testamento no es sino el Evangelio la Palabra el misterio de Cristo confiado oralmente a los Apostoles conservado fielmente por ellos y transmitido oralmente a los fieles Los Apostoles insisten por consiguiente en la necesidad de ser fieles a lo recibido Particularmente explicito es S Pablo que hace de los actos correlativos de recibir transmitir conservar es decir del principio mismo de la Tradicion la ley constructiva de las comunidades cristianas Escribiendo a los fieles de Corinto emplea en dos ocasiones diversas palabras tipicamente rabinicas para introducir formulas de la Tradicion cristiana Porque yo recibi del Senor lo que os he transmitido 18 dice al comienzo del relato de la cena del Senor y mas adelante al remitir a la fe en la Resurreccion de Cristo repite Porque os transmiti lo que a mi vez recibi 19 Pablo apela en estos casos a una Tradicion recibida y transmitida como algo fundamental en su argumentacion Lo que el Apostol ha recibido y lo que por eso debe predicar debe ser firmemente retenido por los corintios porque ha sido transmitido El contenido de esta predicacion de S Pablo esta formado por dos grupos de objetos por una parte el mensaje mismo de la fe que es preciso recibir como palabra de Dios 20 21 22 y cuyo centro lo ocupa el anuncio de la Muerte y Resurreccion de Cristo en segundo lugar ciertas reglas que se refieren a su disciplina interna o a la conducta cristiana 23 24 25 26 Por lo que se refiere a la autoridad de su Tradicion S Pablo recurre al Senor lo que transmite lo ha recibido el mismo del Senor 27 o por medio de los Apostoles que estuvieron con el Senor 28 La accion siempre presente de Cristo y del Espiritu Santo se ejerce en relacion a una transmision apostolica Y como S Pablo los demas Apostoles Asi S Pedro en los discursos recogidos en el libro de los Hechos y S Juan que declara que los fieles deben mantenerse firmes en el principio de la fe y de la predicacion cristiana Lo que habeis oido al principio debe permanecer en vosotros 29 Permanecer firmes en lo que era desde el principio y en lo que ha sido transmitido por el testimonio de los Apostoles es elemento esencial para que la comunidad tenga y mantenga comunion con el Apostol y mediante el Apostol con el Padre y con su Hijo Jesucristo 30 Un rasgo implicito en todo lo anterior debe ser subrayado la importancia del testimonio oral Asi lo manifiesta el hecho mismo del recurso a la predicacion y el hecho de que los escritos surjan no en el primer momento sino anos despues Por lo demas los escritos mismos remiten a una Tradicion que les precede y en cuyo interior se situan En lo que probablemente es el primer escrito del Nuevo Testamento la epistola a la comunidad cristiana de Tesalonica S Pablo se expresa con estas palabras Por lo demas hermanos os rogamos y exhortamos en el Senor Jesus a que vivais como conviene que vivais para agradar a Dios segun aprendisteis de nosotros Sabeis en efecto las instrucciones que os dimos de parte del Senor Jesus 31 Lo que S Pablo les expone aqui forma parte de la Tradicion transmitida de viva voz como se lo dice abiertamente en la segunda epistola Asi pues hermanos manteneos firmes y conservad las tradiciones que habeis aprendido de nosotros de viva voz o por carta 32 Y el evangelista S Lucas comienza su Evangelio diciendo Muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado entre nosotros tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la Palabra 33 El transito a la generacion posapostolica Editar Pero cabe preguntar Como se hace el paso de los Apostoles a sus sucesores Las epistolas pastorales son testimonio del modo y la forma como se lleva a cabo Supuesto que quien transmite la verdad no es su fuente primera y que debe transmitirse esta verdad inmutable por hombres llamados a desaparecer la Tradicion adquiere necesariamente el valor de un deposito Por eso S Pablo advierte a su discipulo Timoteo Guarda el deposito 34 Conserva el buen deposito mediante el Espiritu Santo que habita en nosotros 35 Este deposito cuya custodia confia a Timoteo ha de ser siempre la norma la base la sustancia de toda doctrina ensenada en la Iglesia Toma como norma las palabras santas que me has oido a mi 36 El deposito es la norma para juzgar de la verdad denunciar las herejias propagar la santa doctrina Como la palabra de Dios ha de transmitirse a otras generaciones el Apostol encarga a sus inmediatos sucesores que ellos a su vez confien a hombres fieles todo cuanto le han oido y que estos a su vez sean capaces de instruir a otros 37 No olvidemos que S Pablo se dirige al ministro ordenado mediante la imposicion de las manos y en presencia de muchos testigos 38 Ello indica que se trata de un acto publico y solemne en el cual se transmiten al ordenado el poder de ensenar y la Tradicion doctrinal El puente que une la Iglesia apostolica y posapostolica es la Tradicion de los Apostoles convertida en deposito firme inalterable Esta Tradicion se confia especialmente a aquellas personas que reciben el ministerio apostolico a fin de que cuiden las comunidades y a las que se les da ademas la mision de que transmitan luego su funcion a otros La Tradicion queda vinculada al hecho historico de la sucesion apostolica Mediante la imposicion de manos los Apostoles confian a otros hombres la continuacion de su ministerio y en el su palabra su testimonio su doctrina tal y como ellos la habian recibido de Cristo y del Espiritu Tambien Pablo instruye a Timoteo Lo que has oido de mi ante muchos testigos esto encarga a hombres fieles que sean idoneos para ensenar tambien a otros II Timoteo 2 2 A los FiLipenses les escribe Todo lo que tambien han aprendido y recibido y oido y visto en mi esto practiquen y el Dios de paz estara con ustedes Filipenses 4 9 A los tesalonicenses advierte Asi que hermanos estad firmes y retened la doctrina que habeis aprendido sea por palabra o por carta nuestra 2 Tesalonicenses 2 15 Y a los corintios los agasajaba diciendo Los felicito porque en todas las cosas se acuerdan de mi y se aferran a las tradiciones tal como se las transmiti 1 Corintios 11 2 La doctrina sobre la Tradicion en la Edad Patristica EditarLos tres primeros siglos Editar Durante el s I es clara la actitud de la Iglesia ante la Tradicion Los primeros errores o desviaciones doctrinales y disciplinares que aparecen en algunos cristianos obligan a los Padres Apostolicos S Clemente Romano S Ignacio de Antioquia S Policarpo de Esmirna y otros a establecer y recordar normas de vida y de accion a fin de conservar la pureza de la doctrina transmitida y recibida de los Apostoles Insisten en que es necesario cerrar filas en torno al Obispo de cada comunidad porque el esta en el lugar de Dios Padre y en lugar de los Apostoles y es garantia de la pureza de la fe transmitida La ensenanza recibida de los Apostoles es testimoniada por la predicacion de los obispos que rigen legitimamente la comunidad cristiana es decir en el sentir unanime de todos los obispos de la Iglesia Catolica San Ireneo obispo de Lyon ca 180 asegura que el santo obispo de Esmirna Policarpo no hizo otra cosa sino predicar lo que aprendio de los Apostoles 39 Su famoso viaje a Roma traduce en acto la conviccion de un obispo que tiene necesidad de confrontar su predicacion con la de las restantes iglesias En los escritos de S Ireneo la idea de Tradicion aparece manifestada claramente y de un modo reflejo Contra los gnosticos que distorsionan las Escrituras y se precian de una tradicion secreta Ireneo se ve precisado a explicar ampliamente los medios a traves de los cuales el Evangelio del Senor ha sido transmitido por los Apostoles a la Iglesia la Escritura y la Tradicion Ahora bien esta Tradicion se encuentra unicamente en la verdadera Iglesia de Cristo es decir en aquellos que en la Iglesia poseen la sucesion desde los Apostoles y que han conservado la Palabra incorruptible y sin adulterar 40 porque estos ministros han recibido con la sucesion del episcopado el carisma cierto de la verdad 41 Todo el mensaje cristiano fue confiado por los Apostoles a sus sucesores por eso es absurdo hablar de tradiciones secretas conocidas solo por algunos como dicen los gnosticos porque si los Apostoles hubiesen querido ensenar algun secreto especial se lo hubieran confiado a aquellos a quienes entregaban el poder de ensenar en su lugar y no a otros 42 La verdadera Tradicion es la que viniendo de los Apostoles esta conservada en la Iglesia por los sucesores de los presbiteros 43 Esta es la razon por la que Ireneo tiene buen cuidado en mostrar los catalogos de Obispos que en una sucesion ininterrumpida se remontan hasta los Apostoles y especialmente el de la sede de Roma Esta Tradicion esta accion de la Iglesia transmitiendo lo revelado es de tal importancia que aun en el caso de que los Apostoles no nos hubiesen dejado las Escrituras hubiera sido suficiente recurrir a ella para resolver las dudas y para conservar la fe como lo demuestra la existencia de muchos pueblos barbaros que creen en Cristo teniendo en sus corazones la salvacion por medio del Espiritu sin escrito alguno y conservando con toda fidelidad la doctrina apostolica 44 Esta Tradicion es la que hace que a pesar de la diversidad de lugares y de idiomas los miembros de la Iglesia profesen una misma y unica fe la transmitida por los Apostoles 45 La razon ultima que garantiza la autenticidad de la Tradicion es el Espiritu Santo Alli donde esta la Iglesia esta el Espiritu de Dios y alli donde esta el Espiritu de Dios alli esta la Iglesia y toda la gracia Ahora bien el Espiritu es verdad 46 Semejante a la doctrina transmitida por S Ireneo es la de Tertuliano puede sintetizarse en estas palabras Si nuestro Senor Jesucristo envio a los Apostoles a predicar no podemos recibir otros predicadores que a los que Cristo constituyo como tales Cual sea la doctrina predicada nos consta por las iglesias por ellos fundadas Estas iglesias tienen sus credenciales en las listas de Obispos que se remontan hasta los Apostoles en una sucesion ininterrumpida 47 Segun Tertuliano la discusion con los herejes a base de las Escrituras no es suficiente se trata ante todo de saber a quien le corresponde de pleno derecho la herencia apostolica de la fe y de las Escrituras de saber por mediacion de quien y como la doctrina que hace cristianos ha llegado hasta nosotros En esta linea se expresan todos los grandes escritores antenicenos Del siglo IV al final de este periodo Editar Durante los s IV VIII las herejias cristologicas pneumatologicas e iconoclastas obligan a los Padres y a los Concilios a recurrir con frecuencia a la Tradicion Su doctrina a este proposito es fundamentalmente identica a la de los Padres apostolicos Una sintesis al respecto la constituyen estas palabras de S Gregorio de Nisa Tenemos como garantia mas que suficiente de la verdad de nuestra ensenanza en la Tradicion es decir la verdad que ha llegado hasta nosotros desde los Apostoles por sucesion como una herencia 48 Coinciden con estas otras de S Atanasio Veamos asimismo la Tradicion que remonta al comienzo la ensenanza y la fe de la Iglesia Catolica fe que el Senor ha dado que los Apostoles han anunciado que los Padres han conservado 49 La existencia de una Tradicion en la Iglesia es decir de una doctrina de origen apostolico con el mismo valor que la Escritura es un hecho claro y evidente Los Padres de esta epoca no solo dan testimonio explicito de la existencia de la Tradicion sino tambien de otro hecho hay verdades no contenidas en la Escritura pero a las que debemos prestar total asentimiento porque estan transmitidas por la Tradicion oral Citemos a este proposito las palabras de S Basilio Entre la doctrina y definiciones conservadas en la Iglesia recibimos unas de la ensenanza escrita y hemos recibido otras transmitidas oralmente de la Tradicion apostolica Todas tienen la misma fuerza respecto de la piedad nadie lo negara por muy poca experiencia que tenga de las instituciones eclesiasticas porque si tratamos de eliminar las costumbres no escritas con la excusa de que no tienen gran fuerza atentariamos contra el Evangelio sin darnos cuenta en sus puntos mas esenciales 50 Del mismo modo se expresa S Epifanio Es tambien necesaria la Tradicion porque no puede sacarse todo de la Escritura por lo cual los Santos Apostoles nos dejaron unas cosas en las Escrituras otras en las tradiciones 51 S Agustin afirma que el Bautismo de los ninos es de origen apostolico aunque no conste claramente por la Escritura 52 De la misma forma asegura que la costumbre de no rebautizar a los herejes proviene de una costumbre apostolica Esta costumbre viene de la Tradicion apostolica como muchas cosas que no existen en sus escritos ni en los Concilios posteriores y sin embargo al ser observadas por toda la Iglesia hay que creer que han sido encomendadas y transmitidas por ellos 53 Coincide con este pensamiento de S Agustin S Jeronimo Aunque no existiese la autoridad de la Escritura tenemos el consentimiento de todo el orbe en esta parte como un mandato Porque tambien otras muchas cosas que se observan en las iglesias por Tradicion reciben la misma autoridad que la ley escrita 54 S Juan Damasceno el defensor del culto a las imagenes en la primera mitad del s VIII apelo mas de una vez a la Tradicion apostolica 55 56 El Concilio II de Nicea nos ha legado una de las afirmaciones mas rotundas del Magisterio sobre la Tradicion Si alguno rechaza toda Tradicion eclesiastica escrita o no escrita sea anatema 57 Pero como y donde reconocer esta Tradicion El criterio lo expresa de una vez para siempre S Vicente de Lerins la universalidad la antiguedad la unanimidad Id teneamus quod ubique quod semper quod ab omnibus creditum est Criterio justo y acertado No basta que la Iglesia entera crea una cosa para que pueda fundar una presencia valida de apostolicidad a no ser que sea completado por el de la antiguedad En esa linea adquiere relieve la remision no solo a los Concilios sino a los grandes santos escritores es decir a los Padres Ya en siglos anteriores se los ha invocado a partir de los s IV y V la remision a ellos se hace mas abundante Asi en S Atanasio en la querella nestoriana etc En el Concilio de Efeso se comienzan las sesiones conciliares por la lectura de textos de los Santos Padres y Obispos Los Padres en una palabra son considerados testigos de la Tradicion como intermediarios de la transmision de la verdad despues de Cristo y los Apostoles La Tradicion por consiguiente no es otra cosa que la misma predicacion apostolica recibida oralmente de los Apostoles conservada y transmitida en la Iglesia antes y despues de escritos los libros sagrados por la predicacion magisterial de los sucesores de los Apostoles y por la fe de todos los pueblos que forman la Iglesia una y unica de Cristo La Tradicion es necesaria y suficiente para defender la fe frente a las herejias para discernir los libros sagrados y para la recta interpretacion de los mismos La ensenanza de la Escolastica EditarDurante el siglo de oro de la Escolastica el libro que sirve de base a la ensenanza de los grandes maestros en las Universidades es la Biblia porque ella es la norma infalible de la doctrina cristiana A la vez son citados los Concilios y los Padres como auctoritates Y en cuestiones concretas p ej la procesion del Espiritu Santo del Hijo el origen y forma del sacramento de la Confirmacion y la veneracion de las imagenes se reconoce que todo no ha sido escrito 58 En el s XIV incluso aquellos escolasticos reducen la Teologia a pura especulacion y reconocen que la Escritura es la fuente en la que todo el que cultiva la Teologia debe alimentarse La conciencia de la riqueza de la Sagrada Escritura hace que todos remitan a ella y que falten declaraciones explicitas sobre la Tradicion como canal original y propio mas aun no faltan textos que senalan la Escritura como la unica fuente de toda la doctrina Sin embargo Pedro de Aquila afirma rotundamente que muchas verdades nos han sido transmitidas sin que fuesen escritas en la Biblia 59 lo mismo sucede con otros autores a proposito de ciertos temas sobre los sacramentos Por otra parte cuando remiten a lugares diversos de los libros sagrados no usan la palabra Tradicion en el sentido actual sino que emplean expresiones como los Apostoles por mandato de Cristo la Iglesia la costumbre general el sentido comun de los fieles etc Jacobo de Viterbo enumera lo que el llama instituciones santas de la Iglesia tomadas o de la Escritura o de la Tradicion apostolica o de los Concilios 60 A finales del s XIV Ockham plantea abiertamente la cuestion de la existencia de verdades catolicas no consignadas en la Escritura 61 punto que como hemos visto fue poco considerado por los escolasticos anteriores De el parten los ensayos de clasificacion de las verdades cristianas y que seguiran otros maestros durante el s XV Son importantes las declaraciones de Gerson que reconoce que las verdades no escritas ocupan un lugar de gran importancia aunque afirma que la Sagrada Escritura es la fuente fundamental de la doctrina cristiana y que las tradiciones apostolicas se remontan en cierto sentido a la Biblia como criterio de discernimiento exige que las tradiciones no escritas lleguen hasta los Apostoles por una Tradicion ininterrumpida y que sean reconocidas por la Iglesia 62 Para la Escolastica por consiguiente la conservacion y transmision de la doctrina cristiana ha tenido lugar por la accion simultanea de dos factores una carta fundamental la Escritura y otro elemento mas fluido la Tradicion No tratan expresamente el problema de la Tradicion quiza porque ellos mismos se encuentran como inmersos en ella y agentes de la misma 63 Las definiciones del Concilio de Trento EditarLa existencia y autoridad de las tradiciones apostolicas Editar La doctrina de la Tradicion sufre un ataque virulento por parte de los autores protestantes Lutero emplea poco la palabra Tradicion y cuando lo hace le da un sentido despectivo Las tradiciones son para el tradiciones humanas con todo lo que esta expresion tiene de despectivo Todos los protestantes con los matices propios de cada uno elaboran una explicacion de la Escritura como unico principio de determinacion de la existencia cristiana excluyendo la Tradicion la Escritura dicen da testimonio a favor de si misma desarrolla por si misma su propia autoridad se explica a si misma se identifica absolutamente con la Palabra de Dios de manera que no hay Palabra de Dios fuera de ella Este planteamiento equivalia a negar que la Iglesia estuviera animada por el Espiritu Santo y por tanto a destruir toda la eclesiologia cristiana El Concilio de Trento quiso frente a todo ello reafirmar los principios que la Iglesia habia vivido siempre El resultado fue el decreto De canonicis Scripturis promulgado en la sesion 4 ª el 8 de abril de 1546 Su intencion era conservar la pureza del Evangelio que prometido por los Profetas predicado mas tarde por Cristo el Hijo de Dios el cual encomendo a sus Apostoles predicarlo a toda criatura como fuente de toda verdad salvifica y de toda disciplina de costumbres Esta verdad salvifica y disciplina de costumbres estan contenidas en los Libros santos y en las tradiciones no escritas que recibidas por los Apostoles de labios de Cristo o transmitidas por los mismos Apostoles bajo la inspiracion del Espiritu Santo llegaron hasta nosotros como si pasaran de mano en mano Por eso el Concilio con igual afecto de piedad e igual reverencia recibe y venera a todos los libros y tambien las tradiciones mismas que pertenecen a la fe y a las costumbres como oralmente dictadas por Cristo o por el Espiritu Santo y conservadas en continua sucesion en la Iglesia Catolica 64 Lo primero que senala el Concilio es la unicidad de la fuente y el pleno valor fontal del Evangelio entendiendo por Evangelio todo mensaje de Cristo su Palabra comunicada a la Iglesia por los Apostoles En segundo lugar este Evangelio desde los Apostoles ha llegado a nosotros por medio de los libros escritos y por medio de las tradiciones no escritas que proceden de su predicacion oral Son dos canales dos cauces por medio de los cuales nosotros nos ponemos en contacto con la unica fuente que es el Evangelio del Senor Mientras la naturaleza del primer canal la S E era clara ya que sus caracteristicas habian sido anteriormente muy consideradas y precisadas no sucedia asi con la del segundo que son y significan esas tradiciones A los Padres y teologos les faltaba en el Concilio un concepto definido de Tradicion y de las tradiciones no escritas por eso en las discusiones que preceden a la publicacion del Decreto pasan indistintamente del singular Tradicion al plural tradiciones El primer problema que hubo de dilucidar el Concilio fue si entre las tradiciones habria que considerar las tradiciones eclesiasticas o solamente las apostolicas Los Legados a pesar de la insistencia del cardenal Farnese 65 acordaron tratar unicamente de las tradiciones apostolicas El orden exige decian los Legados que tratemos en primer lugar de los Libros Sagrados despues de las tradiciones apostolicas y por ultimo de las tradiciones eclesiasticas Los Libros y las tradiciones apostolicas tienen el mismo autor 66 Otro punto que resolvio el Concilio fue la permanencia de las mismas se trataba en suma de ocuparse de aquellas tradiciones apostolicas que como dira luego el texto del Decreto habian llegado hasta nosotros como si pasaron de mano en mano 64 Ahora bien esas tradiciones apostolicas eran de muy diversa categoria las hay dogmaticas liturgicas disciplinarias etc Era pues necesario esclarecer tambien este punto Entre los Padres algunos se oponian a referirse a todas ellas en general sin hacer aclaraciones previas El primero que se refirio a la diversidad que habia en las tradiciones apostolicas fue el jesuita Jayo unas decia pertenecen a la fe y por lo mismo tienen identica autoridad que el Evangelio otras son simplemente de orden liturgico y ello hace que no deban ser recibidas en la misma linea de autoridad 67 No obstante esa distincion hecha por Jayo y apoyada por otros Padres los cardenales Legados fueron del parecer que se recibieran de un modo generico sin especificacion de ninguna clase 68 Sin embargo en la segunda redaccion del Decreto la palabra tradiciones fue especificada con la expresion pertenecientes a la fe y a las costumbres El termino costumbres se usaba por consiguiente para designar las tradiciones liturgicas institucionales o disciplinares como unidas a las pertenecientes a la fe De esta forma el Concilio explicaba que tradiciones recibia eran unas tradiciones apostolicas conservadas sin interrupcion en la Iglesia de orden dogmatico liturgico o disciplinar no consignadas en la Escritura y que los Apostoles despues de recibirlas de Cristo y del Espiritu Santo habian confiado a la Iglesia Relaciones entre la Escritura y la Tradicion Editar En el proyecto de Decreto se decia que el Evangelio estaba contenido parte en los libros escritos y parte en las tradiciones no escritas sin embargo la vispera misma de su aprobacion final las dos particulas parte parte fueron sustituidas por la particula y y asi fue aprobado el texto A que se debio este cambio Resulta casi imposible explicarlo por falta de testimonios Durante las discusiones habidas en el Concilio para la elaboracion del Decreto los Legados defendieron una y otra vez la existencia de unas tradiciones no escritas con la misma autoridad que los libros sagrados No obstante el obispo Nachianti se opuso a esta doctrina ya que decia todo lo necesario para la salvacion estaba contenido en los libros sagrados 69 aun con mayor energia defendio esta doctrina el general de los servitas Angel Bonucio el cual afirmo que toda la verdad evangelica estaba escrita por entero y no solo en parte 70 Esta doctrina tenia sin duda alguna sus partidarios pero tambien es cierto que escandalizo a no pocos Padres y que se la considero novedosa El cardenal Cervino uno de los Legados pontificios escribiendo a Farnese afirma que el obispo Nachianti no dice mas que extravagancias y sobre todo con una de ellas esta manana ha conmovido a todo el Concilio al considerar como impia la expresion igual afecto de piedad aplicada a las tradiciones 71 La discusion sobre este punto continuo y al final los Legados introdujeron pequenas modificaciones en el texto del proyecto del Decreto modificaciones que segun dijo Cervino no afectaban a la sustancia del contenido Se encontraba entre estas modificaciones la que nos ocupa No sabemos Si asi fuera la particula y no habria cambiado sustancialmente el parte parte y por ello el obispo Nachianti en la votacion final se limito a decir obedecere en lugar del placet pronunciado por todos los Padres Por ultimo conviene senalar que el Concilio fundamenta la autoridad de las tradiciones en dos puntos uno es la sucesion apostolica y otro la accion del Espiritu Santo Si el Concilio acepta las tradiciones es que tienen el mismo origen que las Escrituras el Espiritu Santo Ahi esta en su raiz el nucleo de la doctrina catolica al respecto a partir del cual cabe desarrollar amplias consecuencias El Concilio de Trento sin embargo no se extendio en ello De acuerdo con su criterio general de ir a lo esencial de la doctrina catolica frente al peligro del oscurecimiento nacido de Lutero el Concilio se limita a poner de manifiesto que son dos las formas en las que el Evangelio de Jesucristo fuente de toda verdad salvifica y disciplina cristiana se nos comunica en toda su pureza y a subrayar que ambas formas han de ser recibidas con igual afecto de piedad pero no entra a precisar mas sus relaciones Del Concilio de Trento al Concilio Vaticano II EditarLos teologos de la epoca tridentina Editar La realidad de una Tradicion unida a la Escritura pero diversa de esta y con un mismo valor normativo de la fe cristiana es una verdad sentada en Trento que los teologos contemporaneos y posteriores comentan y desarrollan Cristo no escribio ni mando escribir a sus Apostoles sino predicar Los Apostoles a su vez se acomodan a este precepto del Senor fundando las iglesias de viva voz al menos en los primeros anos Y una vez que los Apostoles y los varones apostolicos deciden escribir y lo hacen bajo la accion del Espiritu Santo la Iglesia no renuncia a la predicacion apostolica que continua viva y presente en la voz en los oidos y en los corazones de los fieles Los teologos de la epoca ponen de manifiesto que la Tradicion en su sentido amplio comprende todo dogma recibido por la fe de los fieles y por la Iglesia de la ensenanza de los Apostoles y en ocasiones identifican con la vida misma de la Iglesia con su fe con el consentimiento unanime de todas las iglesias a traves de los siglos No obstante en la mayoria de los casos usan la palabra en su sentido restringido entendiendo por Tradicion la doctrina que la Iglesia ha conservado sin consignar en los libros sagrados La Tradicion queda asi definida por oposicion a la Escritura y constituida por el conjunto de verdades reveladas transmitidas y conservadas en la Iglesia por un medio distinto a la Sagrada Escritura es decir de viva voz En su sentido estricto y formal dice Perez de Ayala la palabra tradicion significa la verdad conservada y retransmitida de corazon a corazon por los antepasados a sus descendientes de viva voz Conviene aclarar que aunque hablen especialmente de la doctrina como contenido de la Tradicion no la restringen a ello la Tradicion comprende igualmente hechos costumbres y otras realidades reveladas por Dios Entrando a explicar las relaciones entre Sagrada Escritura y Tradicion afirman que las tradiciones apostolicas son de tres clases unas a traves de las cuales nos ha llegado la Escritura otras que explican y exponen el texto sagrado y otras que ayudan a la Iglesia a resolver las dificultades que se presentan en torno a la fe Existen en la Iglesia por consiguiente unas tradiciones dogmaticas que constituyen el fundamento de nuestra fe en las que se incluyen dogmas no escritos es decir verdades reveladas transmitidas oralmente y tan necesarias a la salvacion de los hombres como lo son las que nos han llegado por medio de la Escritura Estas tradiciones se transmiten y conservan en la Iglesia en razon de dos principios la sucesion apostolica y la accion asistencial del Espiritu Santo Una verdad fundamental muy comentada por la teologia de esta epoca es en efecto la de la identidad de la Iglesia actual con la Iglesia del tiempo de los Apostoles la Iglesia es siempre la misma porque su doctrina concuerda con la de la Iglesia original de los Apostoles que a su vez recibieron la doctrina de Cristo y Cristo de Dios Y ademas porque no solo los Apostoles sino la Iglesia en toda su historia cuenta con la asistencia del Espiritu Santo Si el Espiritu Santo habla por la Escritura lo hace tambien por las tradiciones y por la Iglesia misma Como consecuencia de todo ello explican que la Tradicion tiene el mismo valor que la Escritura ya que ambas son Palabra de Dios No se puede pues limitar nuestra fe a la Escritura de modo que solo se reciba lo escrito ya que la Tradicion y la Escritura son palabra del Espiritu Santo Una y otra tienen un origen comun una y otra se encuentran dentro de la Iglesia una y otra tienen su primer principio en Cristo y en el Espiritu Santo y por lo mismo una y otra tienen la misma autoridad Una vez analizadas la existencia y la naturaleza de la Tradicion los teologos postridentinos consideran las relaciones existentes entre la Escritura y la Tradicion tema que sintetizan en estas palabras la Tradicion es mas antigua mas clara mas comun mas abundante que la Escritura El aspecto mas importante es el de la abundancia Que sentido tiene Existe en la Tradicion un contenido distinto al de la Escritura Para los teologos de esta epoca existen verdades relativas a la fe contenidas en las tradiciones que no estan en la Escritura Es este un principio repetido una y mil veces en sus obras Sin embargo una y otra vez repiten tambien que en la Escritura esta contenida toda la Revelacion de un modo generico en cierto sentido en general implicitamente de modo mediato radicalmente en semilla lo que significa que la Escritura testifica la infalibilidad de la Iglesia la asistencia del Espiritu Santo y el hecho de unas tradiciones no escritas En este sentido radicalmente todo queda vinculado a la Escritura Insisten mucho tambien en otro aspecto fundamental la Tradicion explica la Escritura La Escritura en algunos puntos es oscura y necesita por lo mismo una inteligencia una comprension El sentido que Dios ha colocado bajo sus palabras necesita ser descubierto de una manera progresiva Este sentido e inteligencia que viene del Espiritu Santo constituye un aspecto de la Revelacion divina y la Iglesia lo conserva en sus tradiciones en su fe en el corazon de los fieles en su misma vida en una palabra en su Tradicion Para documentar todo lo expuesto cfr V Proano Gil Tradicion Escritura e Iglesia o c en bibl La Teologia y el Magisterio posteriores Editar A partir del s XVIII el acento de los estudios sobre la Tradicion deja de estar centrado en el analisis de la Tradicion como deposito es decir en una descripcion de su contenido para trasladarse al de la Tradicion como organo transmisor En la Escuela de Tubinga se interioriza la Tradicion hasta casi identificarla con el consenso de los fieles En la escuela que se desarrolla en torno al Colegio Romano cuyo nombre mas destacado es Franzelin aun sin desconocer la parte que corresponde a los fieles en la conservacion del deposito se insiste sobre todo en la transmision objetiva por el Magisterio 72 Teologos posteriores de esta linea explican el papel de la Tradicion como consistente en rendir testimonio en favor del Magisterio La fuente cognoscitiva es el Magisterio la Tradicion es la referencia por la que se justifica asi con matices diversos Bainvel Billot Deneffe Filograsi Michel El Concilio Vaticano I vuelve a ocuparse del tema usando terminos muy parecidos a los de Trento Ya en el comienzo de la Constitucion Dei Filius afirman los Padres conciliares que exponen la doctrina fundados en la Palabra de Dios escrita o transmitida 73 Al mismo tiempo 74 recuerda que es a la Iglesia a quien corresponde juzgar autenticamente el contenido de la palabra divina y subraya la autoridad del Magisterio a ese respecto Al Magisterio le corresponde conservar guardar y declarar el deposito contenido en la Escritura y en la Tradicion En los anos posteriores y especialmente ya en el s XX el tema de la Tradicion ha sido considerado desde dos perspectivas 1 Con respecto a la orientacion de la investigacion teologica lo que motiva las aclaraciones hechas por Pio XII en la Enciclica Humani generis de 1950 el Magisterio es regla proxima de la labor teologica debe pues acudirse a las fuentes no para sustituir lo definido por el Magisterio con expresiones menos precisas sino al contrario explicando lo oscuro a partir de lo claro En toda la exposicion Pio XII se refiere al deposito de la fe como contenido en las Sagrada Escritura y la divina Tradicion 75 Con respecto al movimiento ecumenico Editar En algunos ambientes protestantes se advierte un cierto reconocimiento de la Tradicion aunque limitado asi ocurre con Oscar Cullmann con los ambientes relacionados con la abadia de Taize en la conferencia del movimiento Fe y Constitucion celebrada en Montreal en 1963 Entre algunos teologos catolicos se realiza un intento de facilitacion del dialogo interconfesional lo que les lleva a insistir en la intima unidad que existe entre Escritura y Tradicion y en algun caso a adoptar posiciones minimistas con respecto a esta ultima La ensenanza del Concilio Vaticano II EditarNaturaleza de la Tradicion Editar El Concilio Vaticano II ha dedicado uno de sus principales documentos la Constitucion dogmatica Dei Verbum al tema de la Revelacion y su transmision El Concilio parte ante todo del hecho base Cristo ha escogido como medio de la transmision viva de la Revelacion el ministerio de sus Apostoles y de sus sucesores Esta transmision viva incluye amplitud de medios No se limita a la predicacion oral sino que comprende tambien ejemplos e instituciones del mismo modo que los Apostoles recibieron la Revelacion no solo de las ensenanzas orales de Jesus sino tambien de su vida y de sus obras Los mismos Apostoles u otros de su generacion pusieron por escrito bajo la inspiracion del Espiritu Santo el mensaje cristiano de salvacion Finalmente los Apostoles eligieron a otros sucesores suyos a los que confiaron su cargo de Magisterio ya que por voluntad de Dios el Evangelio habia que conservarlo integro y vivo De esta forma el Concilio vincula la conservacion y transmision de la Revelacion divina al hecho de la sucesion apostolica Los Obispos sucesores de los Apostoles han sido instituidos para conservar y transmitir fielmente la predicacion apostolica 76 La funcion conservadora de la Tradicion no se realiza solamente por medio de los Obispos corresponde tambien a toda la Iglesia por lo que los Apostoles amonestan a los fieles que conserven las tradiciones que han recibido de palabra o por escrito 77 El Concilio viene asi a decir que en el fondo la Tradicion no es otra cosa que la misma Iglesia que en su doctrina en su vida y en su culto perpetua y transmite a todas las generaciones todo lo que ella es y todo lo que ella cree 77 Siendo la Tradicion por naturaleza algo vital hay que admitir en ella un incremento o desarrollo homogeneo correspondiente a su propia naturaleza El Concilio mas que demostrar el hecho de este crecimiento explica su sentido El crecimiento radica en la comprension de las cosas y de las palabras transmitidas No se trata logicamente de un aumento cuantitativo pero tampoco se reduce a un simple cambio en los vocablos sino del progreso interno propio de toda realidad viva que va caminando hacia la plenitud de la verdad La garantia de la verdad de este desarrollo radica en la asistencia del Espiritu Santo el cual vivifica toda la vida de la Iglesia y conduce hacia la verdad completa a todos y a cada uno bajo la guia y ensenanza de los sucesores de los Apostoles 77 Escritura Tradicion y Magisterio Editar Pasando a explicar la funcion de la Tradicion con respecto a la Palabra escrita de Dios el Concilio la concreta afirmando que ambas constituyen el deposito sagrado de la Palabra de Dios confiado a la Iglesia 78 Precisando mas subraya tres puntos En primer lugar deja constancia de que es la Tradicion quien nos da a conocer el Canon integro de los libros sagrados pues el hecho de la inspiracion de los libros solo es cognoscible por el testimonio de quien es testigo autorizado es decir la Tradicion En segundo lugar pone de manifiesto como la Tradicion hace comprender mas profundamente la Palabra de Dios en cuanto que Dios presente en la Iglesia hace que en ella resuene siempre la voz de Cristo de manera que la Tradicion transmite la verdad divina y hace comprender mas profundamente la Sagrada Escritura Por ultimo afirma que la Tradicion hace incesantemente operativa a la Escritura pues la palabra escrita necesita ser aplicada a la realidad concreta de los hombres y esto le corresponde a la Tradicion y especialisimamente al Magisterio de los sucesores de los Apostoles por lo que se refiere a la aplicacion de modo autorizado y autentico La Tradicion y la Escritura se enlazan y comunican estrechamente entre si porque una y otra son Palabra de Dios manan de la misma fuente se unen en un mismo caudal corren hacia el mismo fin 79 La Escritura evidentemente no solo transmite la Palabra de Dios sino que ella misma es formalmente Palabra de Dios La Tradicion a su vez aunque palabra humana transmite la Palabra de Dios en cuanto comunica la predicacion oral de los Apostoles y la misma palabra escrita presentando los libros sagrados como tales y haciendo operante su contenido De toda esta doctrina saca el Concilio dos conclusiones practicas La primera es la siguiente La Iglesia no deriva solamente de la Escritura su certeza de todas las verdades reveladas La segunda es que la Sagrada Escritura y la Tradicion han de recibirse con identico espiritu de piedad y reverencia como habia ensenado el Concilio de Trento 79 Como se ve el Concilio quiere dejar claro la insuficiencia del principio protestante de la sola Scriptura pero no decide algunas cuestiones debatidas entre los autores catolicos sobre la mutua interconexion entre Tradicion y Escritura Concluye el Concilio senalando las relaciones de la Sagrada Escritura y la Tradicion con el Magisterio Cristo afirma ordeno a los Apostoles que la Buena Nueva se transmitiese en primer lugar por la predicacion o sea por la transmision oral y que los Apostoles traspasaran ese mandato a sus mismos sucesores En cumplimiento de este mandato los Apostoles confiaron a los obispos sucesores suyos no solo un deposito de doctrina sino su propio cargo del Magisterio Ahora bien esta mision importaba dos cosas por una parte la tarea de transmitir materialmente la Revelacion y por otra la de explicarla autenticamente Al Magisterio vivo le corresponde por consiguiente conservar transmitir y explicar autenticamente la doctrina recibida de los Apostoles Si en la Tradicion existe un crecimiento gracias a la predicacion de los Pastores este crecimiento no significa otra cosa que la plena conservacion de la Palabra de Dios en su pureza Asi el Magisterio sirve fielmente a la Tradicion como Palabra de Dios transmitida Toda esta tarea del Magisterio se realiza por mandato de Cristo y con la asistencia del Espiritu Santo 78 Criterios de la Tradicion EditarLa exposicion historica que acabamos de hacer pone de manifiesto la naturaleza de la Tradicion y el papel insustituible que por institucion divina tiene en la transmision de la Palabra de Dios Ahora bien Como conocer la Tradicion donde consta cuales son los criterios que permiten discernirla Donde se la encuentra Analicemos a continuacion los principales La autoridad mas importante mas idonea y mas segura para saber si una costumbre o precepto surge de la tradicion es el magisterio de la Iglesia En palabras de Ramirez Dulanto Siendo pues las verdades reveladas el objeto propio de ese magisterio la naturaleza de las cosas exige que a el se le atribuya esa facultad discretiva 80 El Magisterio es en efecto a la vez interprete autorizado de la Sagrada Escritura y de la Tradicion y testigo y eco de esta ultima que es recogida en sus declaraciones y definiciones Habiendo ya sido estudiadas las propiedades y modo de ejercicio del Magisterio en la voz correspondiente no es necesario extendernos mas aqui Afirma Melchor Cano en De locis Theologicis III que hay otras maneras de intuir si algo viene de la Tradicion especialmente si esta atestiguado en la actitud universal de la Iglesia de los fieles o de los primeros autores cristianos La actitud universal de la Iglesia Editar Si un articulo de fe es creido o si una costumbre es observada en todas partes en todos los tiempos y por todos los fieles aunque nunca jamas haya sido instituido formalmente por un Papa ni por un Concilio ni este expresamente escrito en la Biblia queda en evidencia que ese dogma o esa costumbre proviene de la Tradicion Abundan ejemplos el ayuno cuaresmal el uso de lamparas en los templos el bautismo de los ninos la veneracion de los santos El sentir unanime de los fieles Editar Otro criterio de excepcional importancia es el sentido de la fe de todo el pueblo cristiano Se trata de un don de Dios que afecta a la realidad subjetiva de la fe y que da a toda la Iglesia la seguridad de una fe indefectible Ya desde la antiguedad se considera este sentido de la fe como un criterio de Tradicion S Ireneo habla de la salvacion que muchos pueblos barbaros poseen escrita sin tinta ni papel por el Espiritu Santo en su corazon y asi guardan la tradicion antigua con cuidado creyendo en un solo Dios 81 Segun Tertuliano el Espiritu de verdad no puede dejar que el pueblo crea otra cosa que lo que Cristo predicaba 82 S Agustin invoca la fe de la Iglesia a proposito de la necesidad de la gracia atestiguada por el sentido que dan los fieles a la oracion y a proposito de la necesidad y eficacia del Bautismo especialmente de los ninos pequenos 83 El Concilio Tridentino al comienzo de algunas sesiones recurre a la fe de toda la Iglesia 84 Entre los teologos inmediatamente posteriores a Trento es frecuente el uso de la expresion El Evangelio quedo escrito en los corazones de los fieles para justificar la conservacion de las tradiciones escritas Los papas Pio IX y Pio XII se refirieron en la definicion de los dogmas de la Inmaculada y de la Asuncion de la Virgen al perpetuo sentir del pueblo fiel El Concilio Vaticano II sintetiza esa ensenanza La Tradicion dice conserva la predicacion de los Apostoles es decir la doctrina transmitida oralmente y este quehacer corresponde a los sucesores de los Apostoles y a los fieles todos a cada uno segun la mision que le ha sido confiada De esta forma no solo los Obispos sino los fieles todos se constituyen en organos de la Tradicion ya que en su fe conservan la predicacion apostolica Asi lo ensenan las palabras de S Pablo cuando amonesta a los fieles a que conserven las tradiciones que han aprendido de palabra o por escrito y las de S Judas cuando invita a combatir por la fe que se les ha transmitido 77 Corrobora esta misma doctrina el Concilio cuando hace ver que la Tradicion se identifica con la misma Iglesia que en su vida y en su culto perpetua y transmite a traves de las generaciones su fe su gracia su caridad y todo lo que ella es y cuando al hablar igualmente del continuo progreso de la Tradicion y senalar los factores determinantes cita en primer lugar la reflexion y el estudio de los creyentes 77 Por su parte la Const Lumen gentium declara que mediante el sentido de la fe los fieles se adhieren indefectiblemente a la fe transmitida a los santos una vez para siempre penetran mas profundamente en ella mediante un juicio recto y la aplican mas plenamente a la vida 85 Toda esta accion la realiza el Pueblo de Dios con dos condicionantes la accion asistencial del Espiritu Santo y la subordinacion al Magisterio El Espiritu Santo esta presente en toda la Iglesia y la instruye en todo 86 y asi el Concilio Vaticano II declara que si los fieles no pueden enganarse en su creencia cuando manifiestan un asentimiento universal en las cosas de fe y costumbres ello es debido a la uncion del Espiritu Santo 87 Aun cuando se trate de un don del Espiritu Santo concedido a todo el pueblo no queda desvinculado de la autoridad docente de la Iglesia a la que corresponde proponer autoritativamente la palabra de Dios 88 De esa forma prelados y fieles colaboran estrechamente en la conservacion en el ejercicio y en la profesion de la fe recibida 89 Los Santos Padres Editar Criterio fundamental son las palabras y escritos de los Santos Padres que atestiguan la presencia viva de esta Tradicion 90 Ya en la antiguedad los Concilios ecumenicos recurren al consentimiento de los Padres para conocer la doctrina tradicional de la Iglesia asi Efeso para la maternidad divina de Maria 91 Calcedonia para las dos naturalezas de Cristo 92 el segundo de Nicea para las imagenes 93 etc Ahora bien quienes son los Padres En el primitivo cristianismo recibian el apelativo de Padre aquellos que instruian a otros en la fe y como el oficio de ensenar incumbia a los obispos estos recibian de modo especial el nombre de Padres 94 Posteriormente S Agustin designa con este nombre a S Jeronimo que no era obispo teniendo en cuenta su doctrina y santidad 95 Entre los teologos catolicos actuales se conocen comunmente con el nombre de Padre a aquellos escritores eclesiasticos que reunen las cuatro notas distintivas siguientes doctrina ortodoxa santidad de vida antiguedad y aprobacion de la Iglesia Aquellos autores antiguos a los que no les cuadra alguna de estas notas reciben el nombre de escritores eclesiasticos p ej Tertuliano y Origenes Para que los Padres constituyan verdadero criterio de Tradicion es necesario que propongan una doctrina como perteneciente a la fe o a las costumbres no solo objetivamente sino tambien subjetivamente considerada que la propongan como testigos de la fe o como doctores autenticos de una manera cierta y segura que exista un consentimiento moralmente unanime entre los Padres acerca de una materia El problema radica en senalar cuando existe ese sentir unanime de los Padres pues pueden darse casos especiales en que el consentimiento de unos pocos por la gran autoridad que tuvieron en la Iglesia equivalga al de una mayoria Mas aun puede suceder que el testimonio de un solo Padre sea un criterio cierto de Tradicion sobre todo si ese Padre es altamente significativo en la materia que trata p ej S Atanasio en materia trinitaria S Agustin en la gracia y S Cirilo de Alejandria en cristologia Por lo que se refiere a la interpretacion de la Sagrada Escritura para que el consentimiento unanime de los Padres sea criterio cierto de Tradicion se requiere no solo el sentir unanime en una determinada interpretacion sino que ademas la propongan como el sentido que le fue inspirado al autor sagrado es decir que no se trate de una interpretacion acomodada con un fin puramente espiritual La Liturgia Editar El relator de la Const Dei Verbum al presentar la doctrina contenida en el n º 8 de la misma afirmo que la Liturgia es un testimonio privilegiado de la Tradicion viva y cito un texto de Pio XII segun el cual con dificultad se hallara una verdad de la fe cristiana que no este de alguna manera expresada en la Liturgia Esta importancia de la Liturgia como criterio y testimonio de la Tradicion es subrayado desde la antiguedad Lo uso S Agustin para defender la necesidad de la gracia y antes que el lo usaron Tertuliano y S Cipriano En la epoca contemporanea el papa Pio XI hablo de la Liturgia como didascalia de la Iglesia como el organo mas importante del Magisterio ordinario Con bastante frecuencia se ha repetido la venerable formula de Prospero de Aquitania legem credendi lex ex statuat suplicandi como sintesis de esta doctrina cuyo sentido explica Pio XII en la Enciclica Mediator Dei Las doxologias y los simbolos usados en el culto han sido siempre lugares destacados en los que se reflejaba la verdad de la fe ya sea afirmandose contra los ataques ya sea consignando los avances conseguidos Por otra parte nadie puede negar cuan preciosas ensenanzas se derivan de la praxis liturgica p ej en la veneracion de las imagenes y en la administracion concreta de los sacramentos La disciplina penitencial esta llena de informaciones sobre la teologia de este sacramento Por eso Pio XII pudo llamar a la Liturgia el espejo fiel de la doctrina transmitida por los antiguos La razon por la cual la Liturgia constituye un criterio de Tradicion es porque ella es la voz de la Iglesia que expresa su fe la canta la practica en una celebracion viviente La Liturgia igualmente es una accion sagrada una accion que incorpora una conviccion la expresa y por lo mismo la desarrolla Por otra parte la Liturgia siendo ritual tiene gran poder de conservacion porque el rito es fijo se transmite y practica como tal A esto hay que anadir que el sujeto responsable de sus afirmaciones es siempre la Iglesia La Liturgia se desarrolla a partir de un fondo comun que se remonta hasta los Apostoles Los mismos ritos y formulas aunque nazcan de una iniciativa particular para que penetren en la Liturgia han de ser aceptados por la Iglesia y aprobados por la autoridad guardiana de la Tradicion apostolica Esto no obstante hay que reconocer que es un criterio dificil de usar La Liturgia testigo privilegiado de la creencia de una Iglesia no tiene otra autoridad que la del Magisterio que la ha aprobado Por eso antes de examinar la fuerza que pueda tener una doctrina extraida de la Liturgia es preciso analizar que antiguedad universalidad y aprobacion tiene dicha Liturgia Bibliografia EditarJ V BAINVEL De Magisterio vivo et Traditione Paris 1905 A BEA La doctrina del Concilio Vaticano II sobre la Revelacion Madrid 1968 119 166 L BILLOT De Sacra Traditione Paris 1904 ID De inmutabilitate Traditionis 4 ed Paris 1929 L CERFAUX La tradition selon S Paul Vie Spirituelle Suppl 1953 176 188 Y M CONGAR La Tradicion y las tradiciones San Sebastian 1964 J H DALMAIS La liturgia y el deposito de la fe en A G MARTIMORT La Iglesia en oracion Barcelona 1967 259 267 J DANIELOU Ecriture et tradition dans le dialogue entre les chretiens separes La Documentation Catholique 54 1957 283 J FILOGRASSI Tradizione 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De fide ortodoxa 4 12 PG 94 1136 Denz Sch 609 cfr S Buenaventura In 1 Sent disp 11 al ad5 In 3 Sent disp 9 al q2 ad6 S Tomas In 4 Sent disp 7 q1 a3 Sum Th 3 q25 a3 ad4 Escoto In 1 Sent Proe q2 Libros hos sententiarum quatuor I l d 11 H X Arquilliers Le plus ancien tracte de l Eglise Jacques de Viterbe De Regimine christiano 1301 1302 Paris 1926 32 De potestate ecclesiastica et politica 1 2 cap 2 en Opera omnia Francfort 1614 t 11 411 412 cfr Declaratio veritatum quae credenda sunt de necesitate salutis en Opera omnia 1 cap 22 cfr P de Vooght Les sources de la doctrine chretienne Versalles 1954 262 64 a b Denz Sch 1501 Concilium Tridentinum ed Societatis Gocrresianae Friburgo 1900 10 406 ib 5 77 ib 1 492 ib 1 492 5 14 ib 5 19 1 33 ib 1 525 ib 10 433 cfr Franzelin De divina Traditione et Scriptura Roma 1870 Denz Sch 3000 expresion que reaparece en Denz Sch 3006 y 3011 en el primero de esos lugares reproduciendo palabras textuales del Decreto tridentino cfr Denz Sch 3000 3012 3020 3069 Denz Sch 3884 y 3886 Const Dei Verbum n º 7 a b c d e Const Dei Verbum n º 8 Error en la cita Etiqueta lt ref gt no valida el nombre ref duplicada 2 esta definido varias veces con contenidos diferentes Error en la cita Etiqueta lt ref gt no valida el nombre ref duplicada 2 esta definido varias veces con contenidos diferentes Error en la cita Etiqueta lt ref gt no valida el nombre ref duplicada 2 esta definido varias veces con contenidos diferentes a b Const Dei Verbum nº 10 a b Const Dei Verbum nº 9 Ramirez Dulanto Op cit p 374 Adv Haer 4 1 y 2 PG 7 855 cfr De praescrip haeret 28 PL 2 40 De dono persev 23 63 PL 45 1031 Serm 294 c 17 PL 38 1346 Denz Sch 1507 1510 1520 1635 Const Lumen Gentium nº 12 1 Io 2 20 27 Lumen gentium 12 Lumen gentium 12 y 25 Dei Verbum 10 Const Dei Verbum 8 Denz Sch 251 ib 5561 ib 602 603 cfr Martyrium Policarpi 12 2 Cipriano Epist 30 31 36 Contra Jul 1 7Vease tambien Editar Portal Iglesia catolica Contenido relacionado con Iglesia catolica Sagrada Escritura Magisterio de la Iglesia Santos Padres Liturgia cristiana Revelacion divina Enchiridion Symbolorum Compendio del Catecismo Prima scripturaEnlaces externos EditarConstitucion Dei Verbum sobre la divina Revelacion en espanol Constitucion Lumen Gentium sobre la Iglesia en espanol Quienes eran los primeros cristianos en espanol El contenido de este articulo incorpora material de laGran Enciclopedia Rialpque mediante una autorizacion permitio agregar contenidos y publicarlos bajo licencia GFDL La autorizacion fue revocada en abril de 2008 asi que no se debe anadir mas contenido de esta enciclopedia Datos Q1055765 Obtenido de https es wikipedia org w index php title Tradicion apostolica amp oldid 139024537, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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