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Rebelión de las Alpujarras

La rebelión de las Alpujarras fue un conflicto acontecido en España entre 1568 y 1571 durante el reinado de Felipe II. La abundante población morisca del Reino de Granada se alzó en armas en protesta contra la Pragmática Sanción de 1567, que limitaba sus libertades culturales. Cuando el poder real consiguió vencer a los sublevados, se decidió deportar a los moriscos supervivientes a varios puntos del resto de la Corona de Castilla, cuya población morisca pasó de 20 000 a 100 000 personas.[2]​ Por la gravedad y la intensidad de sus combates también se le conoce como la Guerra de las Alpujarras. Felipe II quedó sobrecogido ante las masacres de sacerdotes llevadas a cabo por los rebeldes. Aparte de las muertes y de las expulsiones, miles fueron vendidos como esclavos dentro de España. En la Córdoba de 1573 había unos 1500 esclavos moriscos.[2]

Rebelión de las Alpujarras

Principales focos de la rebelión.
Fecha 1568-1571
Lugar Iniciado en Las Alpujarras, se extendió por todo el reino de Granada.
Casus belli Resistencia morisca a la Pragmática Sanción de 1567.
Resultado Victoria de la Corona
Consecuencias Más de 80 000 moriscos granadinos son dispersados por la península ibérica
Beligerantes
Comandantes
Fuerzas en combate
Ejército español
20 000 soldados
30 000 insurgentes
Bajas
21 000 muertos[1]

Antecedentes

Por iniciativa del arzobispo de Granada Pedro Guerrero, que estaba convencido de que los moriscos mientras mantuvieran sus costumbres y tradiciones no podrían llegar a ser verdaderos cristianos, se reunió en 1565 un sínodo provincial de los obispos del reino de Granada.[3]​ Estos acordaron cambiar la política de persuasión —se abandonaron los términos evangelización, predicación, catequización— para hablar exclusivamente de represión. Se reclamó la aplicación de las medidas que habían quedado en suspenso en 1526, lo que significaba la prohibición de todos los elementos distintivos de los moriscos como la lengua, los vestidos, los baños, las ceremonias de culto, los ritos que las acompañaban, las zambras, etc. Además los obispos pidieron al rey que se extremaran las medidas de control, proponiendo que en los lugares de moriscos se asentaran al menos una docena de familias de cristianos viejos, que sus casas fueran visitadas regularmente los viernes, sábados y días festivos, para asegurarse de que no seguían los preceptos coránicos, y que se vigilara estrechamente a los moriscos notables para que diesen ejemplo, y que a los hijos de estos «Vuestra Majestad los mandase llevar y criar en Castilla la Vieja a costa de sus padres para que cobrasen las costumbres y Cristiandad de allá y olvidasen las de acá hasta que fuesen hombres».[4]

 
"Vestidos de paseo de las mujeres moriscas en Granada". Dibujos de Christoph Weiditz (1529)

Estas propuestas fueron discutidas por una junta de juristas, teólogos y militares reunida en Madrid (en la que participó el duque de Alba) que acordó recomendar al rey que aplicara las prohibiciones acordadas por la junta reunida en Granada en 1526 y que el rey Carlos I había dejado en suspenso a cambio de los 80 000 ducados que le entregaron los moriscos granadinos. Inmediatamente después de la reunión de la junta fue nombrado Pedro de Deza presidente de la Chancillería de Granada, un personaje cuya actuación encrespará los ánimos de los moriscos, como reconoció don Juan de Austria en una carta enviada al rey en la que le dice que su «manera de proceder... con esta gente» «es cierto muy contraria á la que ha convenido y conviene llevar».[5]

Felipe II dio finalmente su aprobación y el resultado fue la pragmática de 1 de enero de 1567. Los moriscos intentaron negociar la suspensión, como ya lo hicieron en 1526, pero esta vez el rey se mostró inflexible y así se lo comunicó el cardenal Diego de Espinosa, presidente del Consejo de Castilla e Inquisidor General, a una delegación enviada a Madrid e integrada por el cristiano viejo Juan Enríquez, acompañado de dos notables moriscos, Hernando el Habaqui y Juan Hernández Modafal. También fracasaron las gestiones llevadas a cabo por Francisco Núñez Muley ante Pedro de Deza —quien le contestó que las razones que había expuesto «eran las antiguas y no bastantes para revocar la pragmática»—,[6]​ e incluso las del Capitán General de Granada, Íñigo López de Mendoza y Mendoza, III marqués de Mondéjar, ante el cardenal Espinosa.[7]​ "La voluntad de terminar de una vez para siempre con toda una estructura social, con toda una cultura, era clara y no había nada que hacer ante ella. Nada, salvo la guerra", afirma Julio Caro Baroja.[6]

 
"Moriscos del reino de Granada, dando un paseo por el campo con mujeres y niños". Dibujo de Christoph Weiditz (1529)

Francisco Núñez Muley, en el memorial que presentó protestando contra las injusticias que se cometían contra los moriscos, escribió:[2]

Paramos cada día peor y más maltratados en todo y por todas vías y modos, asní por las justicias seglares y sus oficiales como por las eclesiásticas; y esto es notorio y no tiene necesidad de se hacer información dello. ¿Cómo se de quitar a las gentes su lengua natural, con que nacieron y se criaron? Los egipcios, syrianos, malteses y otras gentes cristianas en arábigo hablan, leen y escriben, y son cristianos como nosotros.

En cuanto se conoció el fracaso de estas gestiones, los moriscos de Granada, como relató un cronista, «comenzaron a convocar rebelión». Hubo reuniones secretas en el Albaicín para prepararla y las autoridades empezaron a detener moriscos que creían implicados. E incluso se hicieron planes para expulsar a los moriscos del reino y reemplazarlos por cristianos viejos. Como han señalado Antonio Domínguez Ortiz y Bernard Vincent, «estamos ya muy lejos de la época en que se discutía sobre las modalidades de la asimilación; ahora se trataba de llegar a una asimilación inmediata y total (que implicaba la muerte de una civilización) o de la expulsión».[7]

Lo cierto es que las sospechas de Felipe II y la corte sobre la lealtad de los súbditos moriscos, unidas a la obsesión de la monarquía por la uniformidad religiosa, a cuyo fin funcionaba la inquisición, crearon un amplio malestar entre los moriscos. Tras un año de infructuosas negociaciones, la población morisca granadina decidió levantarse en armas en 1568.[8]

Desarrollo

Sobre el desarrollo de la guerra existen tres grandes relatos coetáneos de gran valor: el de Luis de Mármol Carvajal, el de Ginés Pérez de Hita y el de Diego Hurtado de Mendoza, quien participó en la campaña militar.[9]

Los preparativos

 
Elección de Aben Humeya como rey de los moriscos en la rebelión de las Alpujarras, según un grabado de la novela Los Monfíes de las Alpujarras (1859) de Manuel Fernández y González.

En los meses que siguieron a la publicación de la pragmática el 1 de enero de 1567 los moriscos prepararon a conciencia la sublevación. Así lo relata el cronista Pérez de Hita:[10]

Desta suerte fueron levantados otros muchos lugares, poblándose muchas cuevas seguras y ásperas, que jamás pudieron ser ganadas, y haciendo grandes apercibimientos de armas, de harina de trigo y cebada, aceite y otros diversos mantenimientos para más de seis años.

Los jefes principales, algunos llegados de la Alpujarra, mantuvieron reuniones en casas de familias conocidas del Albaicín y desde allí se fueron dando las órdenes. En la reunión celebrada el 27 de septiembre de 1568 se propuso que se eligiera un jefe, rey, jeque o capitán para que encabezara la revuelta. El día de San Miguel se nombró a Hernando de Córdoba y Válor como rey de los conjurados siguiendo el viejo ritual con que se entronizaban los reyes de Granada, «vistiéndole de púrpura, tendiendo cuatro banderas a sus pies, reverenciándoles y exhumando profecías». Según declaró más tarde la esposa de Hernando de Válor a la solemne ceremonia acudieron los moriscos ricos, «vestidos de negro y bien tratados» y tras ella se comieron «mazapanes y confituras y roscas y buñuelos».[11]​ Hernando de Válor fue escogido por ser descendiente del linaje de los califas de Córdoba, los Omeyas, y por ello tomó el nombre moro de Abén Humeya (o Abén Omeya).[12]

Los combates

La rebelión se inició la víspera de Navidad de 1568 en la aldea de Béznar (Valle de Lecrín), donde los moriscos insurgentes reconocieron como su rey a Aben Humeya, y a la que sumaron numerosas aldeas de las tahas de Órgiva, Poqueira y Juviles y los demás moriscos de las Alpujarras. El primer movimiento de los rebeldes fue encabezado por el "gran visir" de Aben Humeya, Farax Aben Farax, que penetró esa noche del 24 al 25 de diciembre en el barrio granadino del Albaicín con un grupo de monfíes para sublevar a los moriscos que vivían allí[13]​ pero al no conseguirlo lo abandonó —unos centenares de adeptos marcharon con él—. El fracaso de la sublevación en la capital[nota 1]​ se mostrará decisivo en el desenlace de la contienda[14]​ que afectó a todo el Reino de Granada, y cuyo desarrollo se suele dividir en cuatro fases.[15]

 
Degüello de cristianos en Cadiar, según un grabado de la novela Los Monfíes de las Alpujarras (1859) de Manuel Fernández y González.
Primera fase

La primera fase duró hasta marzo de 1569 y estuvo marcada por las campañas conducidas por el marqués de Mondéjar y el marqués de Los Vélez para acabar con la rebelión. El primero partió de Granada en dirección a la Alpujarra estableciendo su cuartel general en Órgiva (en enero de 1569 ocupó las poblaciones de Juviles y Paterna evitando la represión y el pillaje de la tropa contra la población morisca, acción que le concedió fama de contemporizador)[8]​ y el segundo salió de Vélez Blanco, situándose en Terque al este de las Alpujarras. Esta primera fase militar se encalló debido a la enemistad que mantenían los dos marqueses —alentada desde la Chancillería de Granada, que denunció en repetidas ocasiones a Mondéjar ante el rey— pero, además, la campaña fracasó y la insurrección cobró nueva fuerza a causa de los excesos cometidos por los soldados que se indisciplinaron en repetidas ocasiones.[16]​ Del lado morisco el estallido de la rebelión fue seguido de una oleada de actos de venganza contra los cristianos viejos.[8]

Como han destacado Antonio Domínguez Ortiz y Bernard Vincent, «la guerra, durante las primeras semanas, revistió un carácter fanático, que se tradujo en la muerte, acompañada de torturas, de los curas y sacristanes, la destrucción de iglesias, las profanaciones», en las que también participaron los bandoleros monfíes, que constituyeron las tropas de choque de los rebeldes y que estaban muy acostumbrados al uso de métodos expeditivos.[17]​ Se calcula que fueron asesinados entre 62 y 86 curas y frailes.[18]

Apenas quedó sacerdote, sacristán o fraile de la Apujarra y tierras vecinas libre de terribles crueldades. [...]. Mármol narra al por menor las circunstancias del martirio. A los curas y frailes les escarnecían recordándoles la severidad con que llevaban la cuenta de los que no asistían a misa y las penas que imponían por esto, las admoniciones que dirigían a las mujeres porque no se descubrían la cara o seguían practicando las antiguas costumbres. Una de las preocupaciones de los sublevados (como buenos musulmanes) era, sin embargo, la de hacer abjurar a los prisioneros, y en los casos de resistencia, que fueron todos, según los historiadores, era cuando iniciaban los tormentos. [...] Los lugares de culto fueron incendiados y saqueados de modo sistemático... Los moriscos expoliaban las sacristías, las casas de los curas y las de los cristianos en general. Como las iglesias sirvieron de refugio a los cristianos... a los asedios siempre se sumaron las rapiñas y profanaciones. [...] "Iuan a la Iglesia de cualquier lugar, derribauan los retablos, arrastrauan las imágenes, las despedaçauan y quebrauan las pilas del bautismo y sagradas Aras, vestíanse los ornamentos sacerdotales con irrisión y burla dellos" [cuenta un cronista].

Paralelamente los moriscos sublevados restauraron todos los aspectos de la civilización musulmana en las zonas que dominaban. Levantaron mezquitas, celebraron solemnemente los ritos islámicos, restablecieron la antigua etiqueta de la monarquía nazarí y la autoridad de los jefes de los antiguos linajes a los que concedieron los honores y atributos que les correspondían, y celebraron certámenes deportivos y juegos como en los tiempos de los Abencerrajes.[19]​ La mayor parte de los sublevados abandonaron los poblados donde vivían yéndose con sus familias y bienes a lugares montañosos fortificándose en ellos. Así surgieron los "peñones", famosos por su significado estratégico, como el de Frigiliana donde se refugiaron los moriscos de la sierra de Bentomiz.[20]

En cuanto al pillaje y la indisciplina de las tropas cristianas, este se debió al hecho de que en su mayoría eran milicias urbanas faltas de entrenamiento y de entusiasmo[21]​ —según el cronista Pérez de Hita la mitad de ellas constituían "los mayores ladrones del mundo, animados de la idea única de robar, saquear y destruir los pueblos de moriscos que se contenían sosegados"—[22]​ y la táctica de las emboscadas empleada por los sublevados que rehuían el combate en campo abierto y aprovechaban su mayor conocimiento de un terreno tan intrincado como el de las serranías, en las que dominaban los puntos elevados desde donde daban audaces golpes de mano. Además «trataban de provocar el hambre en las filas enemigas dejando tras ellos campos incendiados y molinos destruidos». Por otro lado, ambos bandos actuaron con gran ferocidad y crueldad. Así mientras el marqués de Mondéjar tras la dura toma del fuerte de Guajar ordenó que fueran ejecutados todos sus habitantes, mujeres incluidas, los moriscos tras la conquista de Serón, en la fase siguiente de la guerra, «redujeron a esclavitud a 80 mujeres y mataron a 150 hombres y 4 ancianos, a pesar de las promesas hechas anteriormente».[23]

Ambos bandos vendieron como esclavos a buena parte de los del bando contrario que apresaron y no mataron. Los moriscos vendieron cantidad de cautivos cristianos a los mercaderes llegados del norte de África a cambio de armas, llegándose a dar «un cristiano por una escopeta».[24]​ Por su parte los soldados de las tropas cristianas capturaban como botín de guerra a moriscos, especialmente mujeres, y el producto de su venta como esclavos o esclavas era para ellos, habiendo renunciado la Corona al "quinto" del precio pagado que debía haberle correspondido. Jefes y oficiales también se repartieron lotes de prisioneros, incluso niños —en un documento oficial se dice: «al capitán Gil de Andrada se le de María Hernández con dos niños suyos»—, y la propia Corona también se benefició de la venta de esclavos como sucedió con muchos de «los moros de Jubiles [que] fueron vendidos en pública almoneda en Granada, por cuenta del rey, y algunos murieron en cautiverio». La esclavización de los vencidos, incluidos mujeres y niños, fue una de las razones de que la resistencia morisca se prolongara.[25]

Segunda fase

La segunda fase de la guerra abarca de marzo de 1569 a enero de 1570 y durante la misma la iniciativa correspondió a los moriscos insurgentes que contaron con nuevos apoyos porque las aldeas del llano y de otros lugares se sumaron a la rebelión. En mayo atacaron Berja donde tenía en ese momento su campamento el marqués de los Vélez; el 11 de julio tomaron Serón después de un sitio de un mes; en septiembre sitiaron Vera y en noviembre Órgiva, aunque no lograron tomarlas. El 20 de octubre fue asesinado Aben Humeya por los suyos y Aben Aboo quedó al mando de la rebelión.[16]​ Aben Humeya «tenía muchos enemigos, pues se le consideraba codicioso, dado al vicio y al despotismo... Varios cabecillas, entre ellos Diego Alguacil, en relación con los turcos, decidieron deshacerse de él, y una noche, hacia el 20 de octubre de 1569, estando en Laujar, le prendieron y ahogaron».[26]

La rebelión fue apoyada militar y económicamente por Argelia (entonces, un protectorado del Imperio Otomano), con el objetivo de debilitar a Felipe II. Así de los 4000 insurgentes en 1569 se pasó a los 25 000 en 1570, incluyendo algunos elementos bereberes y turcos. La Armada Real mandada por Luis de Requesens y Gil de Andrade hubo de movilizarse para traer refuerzos al Ejército y proteger la costa granadina para evitar la llegada de refuerzos otomanos desde el norte de África.[8]​ No obstante, el auxilio otomano a la rebelión fue de poca consideración y nunca llegó a alcanzar un carácter decisivo.[nota 2]

Tercera fase

La tercera fase de la guerra se inicia en enero de 1570 cuando, ante el grave cariz que tomaba la revuelta, el rey Felipe II destituyó al marqués de Mondéjar como capitán general de Granada y nombró a su medio hermano don Juan de Austria para mandar a un ejército regular traído de Italia y del Levante, que sustituyó a la milicia local.[8]​ Don Juan de Austria conquista y ordena destruir Galera el 10 de febrero, después de un asedio de casi dos meses;[27]​ en marzo conquistó Serón dirigiéndose a continuación a la Alpujarra a finales de abril, instalando su cuartel general en el campo de los Padules, donde se le unió un segundo ejército al mando del duque de Sessa, Gonzalo Fernández de Córdoba, que había salido de Granada en febrero y había atravesado la Alpujarra de oeste a este. Al mismo tiempo, un tercer ejército al mando de Antonio de Luna y Enríquez de Almansa había salido de Antequera para alcanzar la sierra de Bentomiz, otro de los focos de la rebelión morisca, a principios de marzo.[28]

Cuarta fase

La cuarta fase de la guerra se extiende de abril de 1570 a la primavera de 1571. Don Juan de Austria entró a sangre y fuego en las Alpujarras, donde destruyó casas y cultivos, pasando a cuchillo a hombres y haciendo prisioneros a todos los niños, mujeres y ancianos moriscos que encontraron a su paso.[8]​ El avance de las tropas de la Corona abrió una brecha en el bando morisco entre los partidarios de continuar la lucha y los que defendían la necesidad de negociar la rendición. En mayo se produjo una entrevista en el Fondón de Andarax resultado de la cual muchos moriscos depusieron las armas o huyeron al norte de África. Poco después el líder de los partidarios de la negociación, Hernando El Habaqui fue detenido y ejecutado por orden de Aben Aboo. Los combates se desplazaron entonces a la Serranía de Ronda donde el 7 de julio los moriscos rebeldes saquearon Alozaina y concentraron sus fuerzas en la sierra de Arboto. De allí fueron desalojados el 20 de septiembre por el duque de Arcos. A partir de ese momento comenzó la expulsión de los moriscos de todo el Reino de Granada.[9]

Aunque a partir de octubre de 1570 las rendiciones de los moriscos fueron masivas, varios miles siguieron resistiendo. La mayoría se refugiaron en cuevas, tan abundantes en las Alpujarras, donde muchos de ellos murieron asfixiados, ahogados por el humo de las hogueras que prendieron las tropas cristianas en sus entradas para obligarles a salir. El cronista Mármol describe así estos episodios:[29]

En la cueva de Mecina de Bombaron se tomaron doscientas y sesenta personas, y se ahogaron de humo otras ciento y veinte. En otra cueva cerca de Bérchul se ahogaron sesenta personas, y entre ellas la mujer y dos hijas de Abenabó; y estando él dentro, se salió por un agujero secreto con sólo dos hombres que le pudieron seguir. En la cueva de Castares murieron treinta y siete personas, y en la de Tiar se tomaron vivas sesenta y dos, y en todas se hallaron muchas armas, vituallas y ropa. [...]
Por la costa ganáronseles seis cuevas muy grandes, que en solas dos dellas hubo al pie de ochocientas personas, y en la postrera que se rindió el 10 de octubre, que fue la de Détiar, había cien moros de la tierra y treinta de Berbería, y un turco, todos muy bien armados, y más de trescientas mujeres y niños; y en otra que estaba sobre el lugar de Murtas hacia el mar, se rindió don Francisco de Córdoba.

Juan de Austria lograría sofocar la revuelta en la zona de las Alpujarras hacia 1571. Los últimos rebeldes, tras perder el Fuerte de Juviles, fueron asediados en sus cuevas, donde murió Aben Aboo apuñalado el 13 de marzo por sus seguidores en una cueva de Bérchules.[8]

El alcance de la rebelión

 
Atardecer en las Alpujarras

En el momento de la rebelión la población total del Reino de Granada apenas alcanzaba los 150 000 habitantes, la mayoría de ellos moriscos. La cifra exacta de los que se sublevaron no se conoce, pero se suelen dar por válidas las estimaciones de los embajadores del Reino de Francia o de la República de Génova en la corte de Madrid, que hablan de 4000 insurgentes en enero de 1569 y de 25 000 en la primavera de 1570, de los cuales unos cuatro mil serían turcos y berberiscos llegados desde el norte de África para apoyar la rebelión. Frente a ellos el ejército real contó al principio con 2000 infantes y 200 caballeros al mando del marqués de Mondéjar, aunque los efectivos aumentaron notablemente cuando don Juan de Austria se hizo cargo de las operaciones (en el asedio de Galera dispuso de 12 000 hombres, mientras que el duque de Sessa comandaba en el mismo momento entre 8000 y 10 000 hombres).[30]

La rebelión se inició en las Alpujarras y después se fue extendiendo al llano y a otras zonas montañosas periféricas, mientras que los moriscos de las ciudades y de las llanuras estrechamente relacionadas con ellas, como los de la capital y su vega, o los de Almería, Málaga, Guadix, Baza o Motril, no se unieron al levantamiento aunque simpatizaran con él. El distinto comportamiento de las ciudades, según Antonio Domínguez Ortiz y Bernard Vincent, se explica por la mayor presencia de «cristianos viejos» y la mayor integración de los moriscos en ellas —en las Alpujarras y en otras áreas donde prendió la rebelión, por el contrario, había pueblos en los que el único «cristiano viejo» era el párroco—. Estos historiadores ponen como ejemplo el de los moriscos del Albaicín, que si cuando llegó Farax Aben Farax se hubieran sublevado «la guerra hubiese tomado otro aspecto», y que no lo hicieron «porque llevaban decenas de años conviviendo con los cristianos». «En este aspecto, el centro de Granada, alrededor de la plaza de Bibarrambla y, especialmente, la Alcaicería, era el elemento esencial. Había allí un mundo que bullía y donde se mezclaban cristianos y moriscos. Unos y otros tenían allí tiendas, entre ellos muchos moriscos del Albaicín... Parecidas observaciones podrían hacerse a propósito de Guadix, Baza, Almería o Motril».[31]​ También parece que los moriscos de los señoríos se sublevaron menos que los de realengo, debido a la protección que les dieron sus señores.[32]

 
Baños (hamman) moriscos de Ronda.

Este distinto comportamiento de las ciudades y sus hoyas y de la zonas rurales, especialmente las montañosas, se confirma cuando se examina la procedencia de los líderes de la rebelión, pues la mayoría de ellos eran de las Alpujarras, de las zonas montañosas o estaban vinculados a ellas, como es el caso de Abén Humeya, caballero veinticuatro del ayuntamiento de Granada, pero muy ligado a su pueblo de Válor. Por otro lado, prácticamente todos ellos eran miembros de linajes prestigiosos, lo que explica también el desarrollo de la revuelta. Bastó que cualquiera de ellos se decidiera a sumarse a la rebelión para que todo el pueblo lo siguiera. No ocurrió lo mismo en las ciudades donde «las grandes familias, aunque siempre respetadas, estaban menos unidas a la masa morisca por su aproximación a los vencedores cristianos».[33]​ Los vínculos del linaje no se rompieron durante la rebelión pues no hubo escisiones en su seno. «Cada linaje, en bloque, escogió la fidelidad al gobierno establecido o la revuelta... Aben Humeya tenía a su lado a su suegro, Miguel de Rojas, su tío Hernando el Zaguer, su hermano Luis de Válor, sus primos hermanos Aben Aboo y El Galipe. Todos desempeñaron papeles destacados». En cambio, el linaje de los Zegríes permaneció fiel a la Corona.[34]

En conclusión, según Domínguez Ortiz y Bernard Vincent,[35]

La complejidad de las causas que determinaron el levantamiento morisco no puede ocultar su carácter esencialmente rural... Fueron los medios rurales los que sufrieron a causa de la crisis de la seda y de las exacciones de las autoridades cristianas. Y, sobre todo, fue en ellos donde la aculturación hizo menores progresos. El sentimiento predominante entre ambas comunidades, lo mismo en las Alpujarras que en la sierra de Bentomiz, era el odio, alimentado durante decenios. El pueblo entero se alineó espontáneamente tras sus líderes recobrados. El movimiento, expresión de la desesperación de una minoría que quería conservar su identidad, cavó definitivamente el foso que separaba las dos civilizaciones.

La amenaza exterior

La principal preocupación de Felipe II fue que la rebelión de las Alpujarras se transformara en un levantamiento generalizado de todos los moriscos de sus estados, incluidos los de la Corona de Aragón —una preocupación que compartían los cristianos viejos de esos territorios—, concertada con una intervención del Imperio Otomano y de sus aliados del norte de África, lo que pondría en peligro a la propia Monarquía Hispánica, una amenaza que se sintió cercana durante la segunda mitad de 1569 y los inicios de 1570. Como comentó el embajador francés: «Dios quiera que antes de que ese perro [el sultán] pueda armarse los revoltosos de las Alpujarras hayan sido castigados».[36]

Los moriscos granadinos mantuvieron contactos con el sultán otomano y con los señores de Argel y de Tetuán —el hermano de Aben Humeya, Luis de Válor, viajó a Argel y después a Estambul para recabar apoyos—. El sultán Selim II les envió una carta de apoyo en su lucha contra los «malvados cristianos», y aunque estaba ocupado en la conquista de la isla de Chipre —de la que acabó apoderándose en el otoño de 1570— ordenó que recibieran ayuda desde Argel, aunque esta fue bastante limitada. Se enviaron armas y provisiones y unos 4000 turcos y berberiscos combatieron en las filas de los moriscos granadinos, apoyando siempre a los jefes partidarios de continuar la guerra y contrarios a la negociación.[37]

Es muy probable que los rebeldes granadinos también recabaran la ayuda de los moriscos de la Corona de Aragón —hay indicios de que algunos moriscos del Reino de Valencia fueron a combatir a Granada e incluso una aldea de ese reino se sublevó en marzo de 1570— pero estos no intervinieron en la revuelta, ni intentaron aprovechar la oportunidad para sublevarse. Además del «cordón sanitario» que establecieron las autoridades de los reinos de Aragón y de Valencia para evitar el «contagio», la razón fundamental del abstencionismo de los moriscos de la Corona de Aragón, según Domínguez Ortiz y Bernard Vincent, fue que «sin duda comprendieron que su intervención sólo conseguiría extender los males de una guerra que no podían ganar. Una España reconquistada para el islam era una quimera».[38]

Consecuencias

La deportación

 
Grabado de la novela Los monfíes de Las Alpujarras (1859) de Manuel Fernández y González, que representa la expulsión de los moriscos de Granada.

Los moriscos de Granada que sobrevivieron (se estiman unos 80 000) fueron deportados a partir del 1 de noviembre de 1570 hacia otros lugares de la Corona de Castilla, especialmente hacia Andalucía Occidental y las dos Castillas.[39]

Las primeras deportaciones tuvieron lugar durante la guerra, se realizaron para facilitar las operaciones militares en determinadas zonas y se calcula que pudieron afectar a unas 20 000 personas. Casi la mitad de ellas eran moriscos de la ciudad de Granada, quienes, a pesar de que no se había sumado a la sublevación, fueron obligados a abandonarla «porque sacar... enemigos de Granada... será de grandísimo efecto». Primero fueron deportados los hombres y luego las mujeres y los niños —la mayor parte fueron enviados a Andalucía Occidental—. El procedimiento que se siguió fue el que se utilizó luego para la deportación general iniciada el 1 de noviembre de 1570.[40]​ Así lo describe un subordinado de don Juan de Austria, Pedro López de Mesa:[41]

El Sr. don Juan de Austria me mandó encerrar todos los moriscos que habían quedado en esta ciudad [de Granada, tras la primera deportación decretada en junio de 1569] en cuatro iglesias para embiallos fuera del reino. Encerráronse dos mil y ochocientas personas; destos se enviaron fuera más de la mitad, y los otros quedaron por viejos y enfermos, y hasta ciento y cincuenta oficiales de panaderos y horneros y herreros y otros oficios, y otros quedaron por mercaderes y personas de mucho trato para que dispusieran de sus tiendas y bienes muebles, y para esto se les ha dado término de quince días, y todos empiezan a disponer de sus bienes para irse, y cada día se van...

La deportación general que se inició el 1 de noviembre de 1570 al parecer se decidió en marzo de ese año. Los afectados fueron no solamente los moriscos que se habían rebelado sino que la orden también se aplicó a los "moriscos de paz". Se justificó con el argumento de que era la única medida que podía aislar a los moriscos que seguían combatiendo en las zonas montañosas más inaccesibles. El procedimiento seguido fue el que ya se empleó para la expulsión de los moriscos de la capital. Los moriscos fueron primero reunidos en sus pueblos respectivos y luego conducidos a los centros de agrupamiento de las siete zonas en que fue dividido el reino para realizar la operación, siendo recluidos en el interior de hospitales o iglesias. Así lograron reunir a unos 50 000 moriscos distribuidos de la siguiente forma: 5000 entre Málaga y Ronda; 12 000 en Granada; 12 000 en Guadix; 6000 en Vera; 8500 en Almería; y más de 5000 en Baza. La cifra total de 50 000 concuerda con las dadas por los comisarios encargados de la deportación.[42]​ Uno de ellos escribió en una carta que envió al cardenal de Sigüenza:[43]

En otra carta dixe que los moros que desta vez se avian sacado deste Reyno serían más de treinta y cinco mil ánimas, y después acá se ha sabido que demás de la relación que entonces se tenía, que serían aquel número poco más o menos, se han sacado del río de Almanzora otras once mil personas, de manera que según esto y lo que de todo el Reyno se entiende habrían salido casi cincuenta mil ánimas...

Los moriscos fueron "sacados" del Reino en contingentes de 1500 personas escoltadas por unos 200 soldados y a los que seguían los carros con las pertenencias de los expulsados. Los comisarios que mandaban estas columnas tenían orden «decir todas las buenas palabras que supieren» con el fin convencer a los deportados de la necesidad y de la "bondad" de la medida. En una de las instrucciones que recibieron se decía: «Por no haber podido sembrar a causa de la inquietud que la guerra ha traído consigo como por la esterilidad del año, se ha reducido esta provincia a tanta penuria que es imposible poderse sustentar en ella, por lo cual... su magestad ha tomado resolución que por el presente los dichos cristianos nuevos se saquen de este reyno y se lleven a Castilla y a las otras provincias donde el año ha sido abundante y no han padescido a causa de las guerras y donde con gran comodidad podrán comer y sustentarse el año presente». A este engaño se añadía otro: que en el futuro «se podrá ir considerando para qué tiempo y cómo se podrán volver a sus casas».[44]

La marcha hacia sus lugares de destino se hizo en condiciones penosas y se calcula que uno de cada cinco moriscos murió en el camino, superándose esta proporción en algunos casos. Además los supervivientes llegaron extenuados y en un estado lamentable, por lo que se extendieron las enfermedades como el tifus, lo que no facilitó en absoluto que fueran bien acogidos. El propio don Juan de Austria se compadeció de ellos y un testigo relata desde Albacete:[45]

... es tanta lástima ver la mucha cantidad de niños muy chiquitos y mujeres, y la pobreza y desventura con que vienen, que no se puede acabar, y como el tiempo es tan recio y son tantos, por muy avisado que se tiene no es posible tener tan cumplido que se prevenga todo...

A Sevilla legaron unos 5500, 12 000 a Córdoba, 21 000 a Albacete y 6000 a Toledo, y desde estas cuatro ciudades fueron redistribuidos por los pueblos de los alrededores o llevados a otros lugares: 7000 de los de Córdoba acabaron en diversos pueblos de Extremadura; 7500 de los de Albacete fueron conducidos a Guadalajara o Talavera de la Reina; los 6000 de Toledo fueron llevados a los pueblos de Segovia, Valladolid, Palencia o Salamanca.[45]

Tras las expulsiones llevadas a cabo durante la guerra y la expulsión general iniciada el 1 de noviembre de 1570, hubo una tercera y última oleada de expulsiones. Como han señalado Domínguez Ortiz y Bernard Vincent, «es muy difícil saber con seguridad si sus víctimas pertenecían al grupo de los que permanecieron hasta entonces en sus pueblos de origen [especialmente en los lugares de señorío en los que los señores intentaron conservar a sus vasallos] o al de los irreductibles hechos prisioneros en fecha tardía o bien al de los moriscos que, después de expulsados, volvieron clandestinamente a sus tierras». Estos mismos historiadores estiman que el número de deportados en esta tercera oleada estaría cercano a los 10 000.[46]

La pragmática de 6 de octubre de 1572 promulgada por Felipe II estableció las normas por las que debían regirse los moriscos deportados y que debían hacerlas cumplir las autoridades de los lugares de la Corona de Castilla donde finalmente residieran.[47]

El Reino de Granada tras la deportación

La deportación provocó un gran vacío de población que no se pudo llenar durante décadas y que además trajo consigo el hundimiento de la economía, ya que los moriscos constituían su principal motor. A esto habría que sumar la destrucción de numerosos campos de cultivo, huertas y talleres artesanales durante la campaña militar.[8]

Los señores de moriscos ya advirtieron de las consecuencias que iba a tener para el reino la expulsión. Antes de que se decidiera el marqués de Mondéjar preguntó a los partidarios de la misma:[48]

cómo se había de despoblar un reino como aquél, donde se perderían los frutos de la tierra, que tan apropiada era para aquella nación, acostumbrada a vivir entre sierras, y a sustentarse con muy poco, y tan impropia para los cristianos.

El área más afectada por la deportación fue la Alpujarra. La repoblación con cristianos fue un fracaso porque, «en vez de atraer a la gente, ofreciendo tierras y casas a precios bajos, se pretendió sacar mucho dinero para el erario, arrendando aquellas tierras y casas en cifras muy altas y cargando a la nueva población con censos y contribuciones más pesadas que las que habían padecido sobre sus hombros los moriscos mismos». La consecuencia fue que «en 1593 el vecindario alpujarreño había disminuido de un modo alarmante. Los supervivientes vivían en la miseria y las tierras aparecían poco cuidadas. La decadencia continuó a lo largo de la primera mitad del siglo XVII».[49]

Sin embargo, según Julio Caro Baroja, algunas familias de moriscos se las ingeniaron para poder quedarse, «alegando varios pretextos para no marcharse. Unas decían que eran de cristianos viejos, otras alegaban que eran «mudéjares», otras que tenían que liquidar negocios de importancia [o resolver pleitos pendientes]. Mientras los alcaldes del crimen y otros empleados de la justicia aclaraban su situación y fallaban, pasaba el tiempo. Se sabe, por ejemplo, que en 1582 bastantes moriscos habían vuelto a Granada y que convivían con las quinientas o seiscientas familias de «mudéjares» que nunca habían dejado la ciudad, bajo el pretexto de que habían de resolver antes pleitos sobre sus haciendas. [...] Cabe imaginar que amistades, compadrazgos, sobornos, etc., se utilizaron para borrar en más de un caso el estatuto de una familia entera». Por otro lado, en este contexto es en el que sitúa Caro Baroja el famoso fraude de los plomos del Sacromonte.[50]

Cuando finalmente en 1609 Felipe III decretó la expulsión de los moriscos españoles, la medida apenas si afectó al Reino de Granada dado que apenas si quedaba algún morisco en este territorio después de 1571.[51]

En la literatura

Pedro Calderón de la Barca en 1659 escribió el drama histórico Amar después de la muerte, o El tuzaní de la Alpujarra dedicado a la rebelión.[52]

A mediados del siglo XIX el prolífico Manuel Fernández y González publicó una novela titulada Los monfíes de las Alpujarras ambientada en la revuelta y que contaba con numerosas ilustraciones.

En 2009, Ildefonso Falcones publicó la novela La Mano de Fátima, cuya trama tiene como entorno la rebelión de los moriscos y que se convirtió rápidamente en un gran éxito vendiendo cincuenta mil ejemplares el día de su estreno, el 10 % de la tirada inicial.[53]

Véase también

Notas

  1. Tras la fracasada Revuelta morisca del Albaicín de 1499, la ciudad de Granada se había fortificado y se había convertido en Capitanía General de Granada. En estas circunstancias, se había planteado como centro de respuesta ante cualquier sublevación de la población morisca del Reino de Granada.
  2. El centro de las operaciones navales entre el Imperio Español y el Imperio otomano se encontraba más en el Mediterráneo oriental, de la misma forma que los esfuerzos militares de los turcos se centraron en esta zona.

Referencias

  1. Clodfelter, 2017, p. 13.
  2. Kamen, 2011, p. 216.
  3. Caro Baroja, 2000, pp. 156-157.
  4. Domínguez Ortiz, 1993, p. 32.
  5. Caro Baroja, 2000, p. 157.
  6. Caro Baroja, 2000, p. 160.
  7. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, p. 33.
  8. García de Cortázar, s/f, p. 291.
  9. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, p. 37.
  10. Caro Baroja, 2000, p. 173.
  11. Caro Baroja, 2000, pp. 173-174; 180.
  12. Diario Ideal, lunes 9 de enero de 2012
  13. Caro Baroja, 2000, p. 175.
  14. Caro Baroja, 2000, p. 176.
  15. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, pp. 34-35.
  16. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, p. 36.
  17. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, p. 46.
  18. Caro Baroja, 2000, pp. 177-180.
  19. Caro Baroja, 2000, pp. 180-181.
  20. Caro Baroja, 2000, p. 183.
  21. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, p. 40.
  22. Caro Baroja, 2000, p. 194.
  23. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, pp. 37-38.
  24. Caro Baroja, 2000, p. 188.
  25. Caro Baroja, 2000, pp. 194-196.
  26. Caro Baroja, 2000, p. 197.
  27. Caro Baroja, 2000, p. 198.
  28. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, pp. 36-37.
  29. Caro Baroja y 2000, pp?200-201.
  30. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, pp. 39-40.
  31. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, pp. 41-44.
  32. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, p. 45.
  33. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, pp. 45-46.
  34. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, pp. 46-47.
  35. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, p. 47.
  36. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, p. 48.
  37. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, pp. 48-50.
  38. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, pp. 49-50.
  39. ALVAR, Carlos (director). A buen bocado. Volumen 1 de la Gran Enciclopedia Cervantina. 2005.
  40. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, pp. 54-55.
  41. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, p. 55.
  42. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, pp. 50-51.
  43. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, p. 51.
  44. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, pp. 51-52.
  45. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, p. 52.
  46. Domínguez Ortiz y Vincent, 1993, pp. 55-56.
  47. Caro Baroja, 2000, p. 206.
  48. Caro Baroja, 2000, p. 203.
  49. Caro Baroja, 2000, p. 205.
  50. Caro Baroja, 2000, pp. 206-208.
  51. García de Cortázar, s/f, pp. 324-325.
  52. Calderón de la Barca, 2008.
  53. «Ildefonso Falcones arrasa con 'La mano de Fátima'»

Bibliografía

Enlaces externos

  •   Datos: Q685757
  •   Multimedia: Rebellion of the Alpujarras (1568-1571)

rebelión, alpujarras, para, rebelión, precedente, véase, 1499, 1501, rebelión, alpujarras, conflicto, acontecido, españa, entre, 1568, 1571, durante, reinado, felipe, abundante, población, morisca, reino, granada, alzó, armas, protesta, contra, pragmática, san. Para la rebelion precedente vease Rebelion de las Alpujarras 1499 1501 La rebelion de las Alpujarras fue un conflicto acontecido en Espana entre 1568 y 1571 durante el reinado de Felipe II La abundante poblacion morisca del Reino de Granada se alzo en armas en protesta contra la Pragmatica Sancion de 1567 que limitaba sus libertades culturales Cuando el poder real consiguio vencer a los sublevados se decidio deportar a los moriscos supervivientes a varios puntos del resto de la Corona de Castilla cuya poblacion morisca paso de 20 000 a 100 000 personas 2 Por la gravedad y la intensidad de sus combates tambien se le conoce como la Guerra de las Alpujarras Felipe II quedo sobrecogido ante las masacres de sacerdotes llevadas a cabo por los rebeldes Aparte de las muertes y de las expulsiones miles fueron vendidos como esclavos dentro de Espana En la Cordoba de 1573 habia unos 1500 esclavos moriscos 2 Rebelion de las AlpujarrasPrincipales focos de la rebelion Fecha1568 1571LugarIniciado en Las Alpujarras se extendio por todo el reino de Granada Casus belliResistencia morisca a la Pragmatica Sancion de 1567 ResultadoVictoria de la CoronaConsecuenciasMas de 80 000 moriscos granadinos son dispersados por la peninsula ibericaBeligerantesMonarquia Espanola Moriscos sublevadosComandantesDon Juan de Austria Marques de Mondejar Marques de los Velez Luis de Requesens Aben Humeya Farax Aben Farax Aben Aboo Fuerzas en combateEjercito espanol 20 000 soldados 30 000 insurgentesBajas21 000 muertos 1 editar datos en Wikidata Indice 1 Antecedentes 2 Desarrollo 2 1 Los preparativos 2 2 Los combates 2 3 El alcance de la rebelion 2 4 La amenaza exterior 3 Consecuencias 3 1 La deportacion 3 2 El Reino de Granada tras la deportacion 4 En la literatura 5 Vease tambien 6 Notas 7 Referencias 8 Bibliografia 9 Enlaces externosAntecedentes EditarArticulo principal Historia de los moriscos Por iniciativa del arzobispo de Granada Pedro Guerrero que estaba convencido de que los moriscos mientras mantuvieran sus costumbres y tradiciones no podrian llegar a ser verdaderos cristianos se reunio en 1565 un sinodo provincial de los obispos del reino de Granada 3 Estos acordaron cambiar la politica de persuasion se abandonaron los terminos evangelizacion predicacion catequizacion para hablar exclusivamente de represion Se reclamo la aplicacion de las medidas que habian quedado en suspenso en 1526 lo que significaba la prohibicion de todos los elementos distintivos de los moriscos como la lengua los vestidos los banos las ceremonias de culto los ritos que las acompanaban las zambras etc Ademas los obispos pidieron al rey que se extremaran las medidas de control proponiendo que en los lugares de moriscos se asentaran al menos una docena de familias de cristianos viejos que sus casas fueran visitadas regularmente los viernes sabados y dias festivos para asegurarse de que no seguian los preceptos coranicos y que se vigilara estrechamente a los moriscos notables para que diesen ejemplo y que a los hijos de estos Vuestra Majestad los mandase llevar y criar en Castilla la Vieja a costa de sus padres para que cobrasen las costumbres y Cristiandad de alla y olvidasen las de aca hasta que fuesen hombres 4 Vestidos de paseo de las mujeres moriscas en Granada Dibujos de Christoph Weiditz 1529 Estas propuestas fueron discutidas por una junta de juristas teologos y militares reunida en Madrid en la que participo el duque de Alba que acordo recomendar al rey que aplicara las prohibiciones acordadas por la junta reunida en Granada en 1526 y que el rey Carlos I habia dejado en suspenso a cambio de los 80 000 ducados que le entregaron los moriscos granadinos Inmediatamente despues de la reunion de la junta fue nombrado Pedro de Deza presidente de la Chancilleria de Granada un personaje cuya actuacion encrespara los animos de los moriscos como reconocio don Juan de Austria en una carta enviada al rey en la que le dice que su manera de proceder con esta gente es cierto muy contraria a la que ha convenido y conviene llevar 5 Felipe II dio finalmente su aprobacion y el resultado fue la pragmatica de 1 de enero de 1567 Los moriscos intentaron negociar la suspension como ya lo hicieron en 1526 pero esta vez el rey se mostro inflexible y asi se lo comunico el cardenal Diego de Espinosa presidente del Consejo de Castilla e Inquisidor General a una delegacion enviada a Madrid e integrada por el cristiano viejo Juan Enriquez acompanado de dos notables moriscos Hernando el Habaqui y Juan Hernandez Modafal Tambien fracasaron las gestiones llevadas a cabo por Francisco Nunez Muley ante Pedro de Deza quien le contesto que las razones que habia expuesto eran las antiguas y no bastantes para revocar la pragmatica 6 e incluso las del Capitan General de Granada Inigo Lopez de Mendoza y Mendoza III marques de Mondejar ante el cardenal Espinosa 7 La voluntad de terminar de una vez para siempre con toda una estructura social con toda una cultura era clara y no habia nada que hacer ante ella Nada salvo la guerra afirma Julio Caro Baroja 6 Moriscos del reino de Granada dando un paseo por el campo con mujeres y ninos Dibujo de Christoph Weiditz 1529 Francisco Nunez Muley en el memorial que presento protestando contra las injusticias que se cometian contra los moriscos escribio 2 Paramos cada dia peor y mas maltratados en todo y por todas vias y modos asni por las justicias seglares y sus oficiales como por las eclesiasticas y esto es notorio y no tiene necesidad de se hacer informacion dello Como se de quitar a las gentes su lengua natural con que nacieron y se criaron Los egipcios syrianos malteses y otras gentes cristianas en arabigo hablan leen y escriben y son cristianos como nosotros En cuanto se conocio el fracaso de estas gestiones los moriscos de Granada como relato un cronista comenzaron a convocar rebelion Hubo reuniones secretas en el Albaicin para prepararla y las autoridades empezaron a detener moriscos que creian implicados E incluso se hicieron planes para expulsar a los moriscos del reino y reemplazarlos por cristianos viejos Como han senalado Antonio Dominguez Ortiz y Bernard Vincent estamos ya muy lejos de la epoca en que se discutia sobre las modalidades de la asimilacion ahora se trataba de llegar a una asimilacion inmediata y total que implicaba la muerte de una civilizacion o de la expulsion 7 Lo cierto es que las sospechas de Felipe II y la corte sobre la lealtad de los subditos moriscos unidas a la obsesion de la monarquia por la uniformidad religiosa a cuyo fin funcionaba la inquisicion crearon un amplio malestar entre los moriscos Tras un ano de infructuosas negociaciones la poblacion morisca granadina decidio levantarse en armas en 1568 8 Desarrollo EditarSobre el desarrollo de la guerra existen tres grandes relatos coetaneos de gran valor el de Luis de Marmol Carvajal el de Gines Perez de Hita y el de Diego Hurtado de Mendoza quien participo en la campana militar 9 Los preparativos Editar Eleccion de Aben Humeya como rey de los moriscos en la rebelion de las Alpujarras segun un grabado de la novela Los Monfies de las Alpujarras 1859 de Manuel Fernandez y Gonzalez En los meses que siguieron a la publicacion de la pragmatica el 1 de enero de 1567 los moriscos prepararon a conciencia la sublevacion Asi lo relata el cronista Perez de Hita 10 Desta suerte fueron levantados otros muchos lugares poblandose muchas cuevas seguras y asperas que jamas pudieron ser ganadas y haciendo grandes apercibimientos de armas de harina de trigo y cebada aceite y otros diversos mantenimientos para mas de seis anos Los jefes principales algunos llegados de la Alpujarra mantuvieron reuniones en casas de familias conocidas del Albaicin y desde alli se fueron dando las ordenes En la reunion celebrada el 27 de septiembre de 1568 se propuso que se eligiera un jefe rey jeque o capitan para que encabezara la revuelta El dia de San Miguel se nombro a Hernando de Cordoba y Valor como rey de los conjurados siguiendo el viejo ritual con que se entronizaban los reyes de Granada vistiendole de purpura tendiendo cuatro banderas a sus pies reverenciandoles y exhumando profecias Segun declaro mas tarde la esposa de Hernando de Valor a la solemne ceremonia acudieron los moriscos ricos vestidos de negro y bien tratados y tras ella se comieron mazapanes y confituras y roscas y bunuelos 11 Hernando de Valor fue escogido por ser descendiente del linaje de los califas de Cordoba los Omeyas y por ello tomo el nombre moro de Aben Humeya o Aben Omeya 12 Los combates Editar La rebelion se inicio la vispera de Navidad de 1568 en la aldea de Beznar Valle de Lecrin donde los moriscos insurgentes reconocieron como su rey a Aben Humeya y a la que sumaron numerosas aldeas de las tahas de orgiva Poqueira y Juviles y los demas moriscos de las Alpujarras El primer movimiento de los rebeldes fue encabezado por el gran visir de Aben Humeya Farax Aben Farax que penetro esa noche del 24 al 25 de diciembre en el barrio granadino del Albaicin con un grupo de monfies para sublevar a los moriscos que vivian alli 13 pero al no conseguirlo lo abandono unos centenares de adeptos marcharon con el El fracaso de la sublevacion en la capital nota 1 se mostrara decisivo en el desenlace de la contienda 14 que afecto a todo el Reino de Granada y cuyo desarrollo se suele dividir en cuatro fases 15 Deguello de cristianos en Cadiar segun un grabado de la novela Los Monfies de las Alpujarras 1859 de Manuel Fernandez y Gonzalez Primera faseLa primera fase duro hasta marzo de 1569 y estuvo marcada por las campanas conducidas por el marques de Mondejar y el marques de Los Velez para acabar con la rebelion El primero partio de Granada en direccion a la Alpujarra estableciendo su cuartel general en orgiva en enero de 1569 ocupo las poblaciones de Juviles y Paterna evitando la represion y el pillaje de la tropa contra la poblacion morisca accion que le concedio fama de contemporizador 8 y el segundo salio de Velez Blanco situandose en Terque al este de las Alpujarras Esta primera fase militar se encallo debido a la enemistad que mantenian los dos marqueses alentada desde la Chancilleria de Granada que denuncio en repetidas ocasiones a Mondejar ante el rey pero ademas la campana fracaso y la insurreccion cobro nueva fuerza a causa de los excesos cometidos por los soldados que se indisciplinaron en repetidas ocasiones 16 Del lado morisco el estallido de la rebelion fue seguido de una oleada de actos de venganza contra los cristianos viejos 8 Como han destacado Antonio Dominguez Ortiz y Bernard Vincent la guerra durante las primeras semanas revistio un caracter fanatico que se tradujo en la muerte acompanada de torturas de los curas y sacristanes la destruccion de iglesias las profanaciones en las que tambien participaron los bandoleros monfies que constituyeron las tropas de choque de los rebeldes y que estaban muy acostumbrados al uso de metodos expeditivos 17 Se calcula que fueron asesinados entre 62 y 86 curas y frailes 18 Apenas quedo sacerdote sacristan o fraile de la Apujarra y tierras vecinas libre de terribles crueldades Marmol narra al por menor las circunstancias del martirio A los curas y frailes les escarnecian recordandoles la severidad con que llevaban la cuenta de los que no asistian a misa y las penas que imponian por esto las admoniciones que dirigian a las mujeres porque no se descubrian la cara o seguian practicando las antiguas costumbres Una de las preocupaciones de los sublevados como buenos musulmanes era sin embargo la de hacer abjurar a los prisioneros y en los casos de resistencia que fueron todos segun los historiadores era cuando iniciaban los tormentos Los lugares de culto fueron incendiados y saqueados de modo sistematico Los moriscos expoliaban las sacristias las casas de los curas y las de los cristianos en general Como las iglesias sirvieron de refugio a los cristianos a los asedios siempre se sumaron las rapinas y profanaciones Iuan a la Iglesia de cualquier lugar derribauan los retablos arrastrauan las imagenes las despedacauan y quebrauan las pilas del bautismo y sagradas Aras vestianse los ornamentos sacerdotales con irrision y burla dellos cuenta un cronista Paralelamente los moriscos sublevados restauraron todos los aspectos de la civilizacion musulmana en las zonas que dominaban Levantaron mezquitas celebraron solemnemente los ritos islamicos restablecieron la antigua etiqueta de la monarquia nazari y la autoridad de los jefes de los antiguos linajes a los que concedieron los honores y atributos que les correspondian y celebraron certamenes deportivos y juegos como en los tiempos de los Abencerrajes 19 La mayor parte de los sublevados abandonaron los poblados donde vivian yendose con sus familias y bienes a lugares montanosos fortificandose en ellos Asi surgieron los penones famosos por su significado estrategico como el de Frigiliana donde se refugiaron los moriscos de la sierra de Bentomiz 20 En cuanto al pillaje y la indisciplina de las tropas cristianas este se debio al hecho de que en su mayoria eran milicias urbanas faltas de entrenamiento y de entusiasmo 21 segun el cronista Perez de Hita la mitad de ellas constituian los mayores ladrones del mundo animados de la idea unica de robar saquear y destruir los pueblos de moriscos que se contenian sosegados 22 y la tactica de las emboscadas empleada por los sublevados que rehuian el combate en campo abierto y aprovechaban su mayor conocimiento de un terreno tan intrincado como el de las serranias en las que dominaban los puntos elevados desde donde daban audaces golpes de mano Ademas trataban de provocar el hambre en las filas enemigas dejando tras ellos campos incendiados y molinos destruidos Por otro lado ambos bandos actuaron con gran ferocidad y crueldad Asi mientras el marques de Mondejar tras la dura toma del fuerte de Guajar ordeno que fueran ejecutados todos sus habitantes mujeres incluidas los moriscos tras la conquista de Seron en la fase siguiente de la guerra redujeron a esclavitud a 80 mujeres y mataron a 150 hombres y 4 ancianos a pesar de las promesas hechas anteriormente 23 Ambos bandos vendieron como esclavos a buena parte de los del bando contrario que apresaron y no mataron Los moriscos vendieron cantidad de cautivos cristianos a los mercaderes llegados del norte de Africa a cambio de armas llegandose a dar un cristiano por una escopeta 24 Por su parte los soldados de las tropas cristianas capturaban como botin de guerra a moriscos especialmente mujeres y el producto de su venta como esclavos o esclavas era para ellos habiendo renunciado la Corona al quinto del precio pagado que debia haberle correspondido Jefes y oficiales tambien se repartieron lotes de prisioneros incluso ninos en un documento oficial se dice al capitan Gil de Andrada se le de Maria Hernandez con dos ninos suyos y la propia Corona tambien se beneficio de la venta de esclavos como sucedio con muchos de los moros de Jubiles que fueron vendidos en publica almoneda en Granada por cuenta del rey y algunos murieron en cautiverio La esclavizacion de los vencidos incluidos mujeres y ninos fue una de las razones de que la resistencia morisca se prolongara 25 Segunda faseLa segunda fase de la guerra abarca de marzo de 1569 a enero de 1570 y durante la misma la iniciativa correspondio a los moriscos insurgentes que contaron con nuevos apoyos porque las aldeas del llano y de otros lugares se sumaron a la rebelion En mayo atacaron Berja donde tenia en ese momento su campamento el marques de los Velez el 11 de julio tomaron Seron despues de un sitio de un mes en septiembre sitiaron Vera y en noviembre orgiva aunque no lograron tomarlas El 20 de octubre fue asesinado Aben Humeya por los suyos y Aben Aboo quedo al mando de la rebelion 16 Aben Humeya tenia muchos enemigos pues se le consideraba codicioso dado al vicio y al despotismo Varios cabecillas entre ellos Diego Alguacil en relacion con los turcos decidieron deshacerse de el y una noche hacia el 20 de octubre de 1569 estando en Laujar le prendieron y ahogaron 26 La rebelion fue apoyada militar y economicamente por Argelia entonces un protectorado del Imperio Otomano con el objetivo de debilitar a Felipe II Asi de los 4000 insurgentes en 1569 se paso a los 25 000 en 1570 incluyendo algunos elementos bereberes y turcos La Armada Real mandada por Luis de Requesens y Gil de Andrade hubo de movilizarse para traer refuerzos al Ejercito y proteger la costa granadina para evitar la llegada de refuerzos otomanos desde el norte de Africa 8 No obstante el auxilio otomano a la rebelion fue de poca consideracion y nunca llego a alcanzar un caracter decisivo nota 2 Don Juan de Austria Tercera faseLa tercera fase de la guerra se inicia en enero de 1570 cuando ante el grave cariz que tomaba la revuelta el rey Felipe II destituyo al marques de Mondejar como capitan general de Granada y nombro a su medio hermano don Juan de Austria para mandar a un ejercito regular traido de Italia y del Levante que sustituyo a la milicia local 8 Don Juan de Austria conquista y ordena destruir Galera el 10 de febrero despues de un asedio de casi dos meses 27 en marzo conquisto Seron dirigiendose a continuacion a la Alpujarra a finales de abril instalando su cuartel general en el campo de los Padules donde se le unio un segundo ejercito al mando del duque de Sessa Gonzalo Fernandez de Cordoba que habia salido de Granada en febrero y habia atravesado la Alpujarra de oeste a este Al mismo tiempo un tercer ejercito al mando de Antonio de Luna y Enriquez de Almansa habia salido de Antequera para alcanzar la sierra de Bentomiz otro de los focos de la rebelion morisca a principios de marzo 28 Cuarta faseLa cuarta fase de la guerra se extiende de abril de 1570 a la primavera de 1571 Don Juan de Austria entro a sangre y fuego en las Alpujarras donde destruyo casas y cultivos pasando a cuchillo a hombres y haciendo prisioneros a todos los ninos mujeres y ancianos moriscos que encontraron a su paso 8 El avance de las tropas de la Corona abrio una brecha en el bando morisco entre los partidarios de continuar la lucha y los que defendian la necesidad de negociar la rendicion En mayo se produjo una entrevista en el Fondon de Andarax resultado de la cual muchos moriscos depusieron las armas o huyeron al norte de Africa Poco despues el lider de los partidarios de la negociacion Hernando El Habaqui fue detenido y ejecutado por orden de Aben Aboo Los combates se desplazaron entonces a la Serrania de Ronda donde el 7 de julio los moriscos rebeldes saquearon Alozaina y concentraron sus fuerzas en la sierra de Arboto De alli fueron desalojados el 20 de septiembre por el duque de Arcos A partir de ese momento comenzo la expulsion de los moriscos de todo el Reino de Granada 9 Aunque a partir de octubre de 1570 las rendiciones de los moriscos fueron masivas varios miles siguieron resistiendo La mayoria se refugiaron en cuevas tan abundantes en las Alpujarras donde muchos de ellos murieron asfixiados ahogados por el humo de las hogueras que prendieron las tropas cristianas en sus entradas para obligarles a salir El cronista Marmol describe asi estos episodios 29 En la cueva de Mecina de Bombaron se tomaron doscientas y sesenta personas y se ahogaron de humo otras ciento y veinte En otra cueva cerca de Berchul se ahogaron sesenta personas y entre ellas la mujer y dos hijas de Abenabo y estando el dentro se salio por un agujero secreto con solo dos hombres que le pudieron seguir En la cueva de Castares murieron treinta y siete personas y en la de Tiar se tomaron vivas sesenta y dos y en todas se hallaron muchas armas vituallas y ropa Por la costa ganaronseles seis cuevas muy grandes que en solas dos dellas hubo al pie de ochocientas personas y en la postrera que se rindio el 10 de octubre que fue la de Detiar habia cien moros de la tierra y treinta de Berberia y un turco todos muy bien armados y mas de trescientas mujeres y ninos y en otra que estaba sobre el lugar de Murtas hacia el mar se rindio don Francisco de Cordoba Juan de Austria lograria sofocar la revuelta en la zona de las Alpujarras hacia 1571 Los ultimos rebeldes tras perder el Fuerte de Juviles fueron asediados en sus cuevas donde murio Aben Aboo apunalado el 13 de marzo por sus seguidores en una cueva de Berchules 8 El alcance de la rebelion Editar Atardecer en las Alpujarras En el momento de la rebelion la poblacion total del Reino de Granada apenas alcanzaba los 150 000 habitantes la mayoria de ellos moriscos La cifra exacta de los que se sublevaron no se conoce pero se suelen dar por validas las estimaciones de los embajadores del Reino de Francia o de la Republica de Genova en la corte de Madrid que hablan de 4000 insurgentes en enero de 1569 y de 25 000 en la primavera de 1570 de los cuales unos cuatro mil serian turcos y berberiscos llegados desde el norte de Africa para apoyar la rebelion Frente a ellos el ejercito real conto al principio con 2000 infantes y 200 caballeros al mando del marques de Mondejar aunque los efectivos aumentaron notablemente cuando don Juan de Austria se hizo cargo de las operaciones en el asedio de Galera dispuso de 12 000 hombres mientras que el duque de Sessa comandaba en el mismo momento entre 8000 y 10 000 hombres 30 La rebelion se inicio en las Alpujarras y despues se fue extendiendo al llano y a otras zonas montanosas perifericas mientras que los moriscos de las ciudades y de las llanuras estrechamente relacionadas con ellas como los de la capital y su vega o los de Almeria Malaga Guadix Baza o Motril no se unieron al levantamiento aunque simpatizaran con el El distinto comportamiento de las ciudades segun Antonio Dominguez Ortiz y Bernard Vincent se explica por la mayor presencia de cristianos viejos y la mayor integracion de los moriscos en ellas en las Alpujarras y en otras areas donde prendio la rebelion por el contrario habia pueblos en los que el unico cristiano viejo era el parroco Estos historiadores ponen como ejemplo el de los moriscos del Albaicin que si cuando llego Farax Aben Farax se hubieran sublevado la guerra hubiese tomado otro aspecto y que no lo hicieron porque llevaban decenas de anos conviviendo con los cristianos En este aspecto el centro de Granada alrededor de la plaza de Bibarrambla y especialmente la Alcaiceria era el elemento esencial Habia alli un mundo que bullia y donde se mezclaban cristianos y moriscos Unos y otros tenian alli tiendas entre ellos muchos moriscos del Albaicin Parecidas observaciones podrian hacerse a proposito de Guadix Baza Almeria o Motril 31 Tambien parece que los moriscos de los senorios se sublevaron menos que los de realengo debido a la proteccion que les dieron sus senores 32 Banos hamman moriscos de Ronda Este distinto comportamiento de las ciudades y sus hoyas y de la zonas rurales especialmente las montanosas se confirma cuando se examina la procedencia de los lideres de la rebelion pues la mayoria de ellos eran de las Alpujarras de las zonas montanosas o estaban vinculados a ellas como es el caso de Aben Humeya caballero veinticuatro del ayuntamiento de Granada pero muy ligado a su pueblo de Valor Por otro lado practicamente todos ellos eran miembros de linajes prestigiosos lo que explica tambien el desarrollo de la revuelta Basto que cualquiera de ellos se decidiera a sumarse a la rebelion para que todo el pueblo lo siguiera No ocurrio lo mismo en las ciudades donde las grandes familias aunque siempre respetadas estaban menos unidas a la masa morisca por su aproximacion a los vencedores cristianos 33 Los vinculos del linaje no se rompieron durante la rebelion pues no hubo escisiones en su seno Cada linaje en bloque escogio la fidelidad al gobierno establecido o la revuelta Aben Humeya tenia a su lado a su suegro Miguel de Rojas su tio Hernando el Zaguer su hermano Luis de Valor sus primos hermanos Aben Aboo y El Galipe Todos desempenaron papeles destacados En cambio el linaje de los Zegries permanecio fiel a la Corona 34 En conclusion segun Dominguez Ortiz y Bernard Vincent 35 La complejidad de las causas que determinaron el levantamiento morisco no puede ocultar su caracter esencialmente rural Fueron los medios rurales los que sufrieron a causa de la crisis de la seda y de las exacciones de las autoridades cristianas Y sobre todo fue en ellos donde la aculturacion hizo menores progresos El sentimiento predominante entre ambas comunidades lo mismo en las Alpujarras que en la sierra de Bentomiz era el odio alimentado durante decenios El pueblo entero se alineo espontaneamente tras sus lideres recobrados El movimiento expresion de la desesperacion de una minoria que queria conservar su identidad cavo definitivamente el foso que separaba las dos civilizaciones La amenaza exterior Editar La principal preocupacion de Felipe II fue que la rebelion de las Alpujarras se transformara en un levantamiento generalizado de todos los moriscos de sus estados incluidos los de la Corona de Aragon una preocupacion que compartian los cristianos viejos de esos territorios concertada con una intervencion del Imperio Otomano y de sus aliados del norte de Africa lo que pondria en peligro a la propia Monarquia Hispanica una amenaza que se sintio cercana durante la segunda mitad de 1569 y los inicios de 1570 Como comento el embajador frances Dios quiera que antes de que ese perro el sultan pueda armarse los revoltosos de las Alpujarras hayan sido castigados 36 Los moriscos granadinos mantuvieron contactos con el sultan otomano y con los senores de Argel y de Tetuan el hermano de Aben Humeya Luis de Valor viajo a Argel y despues a Estambul para recabar apoyos El sultan Selim II les envio una carta de apoyo en su lucha contra los malvados cristianos y aunque estaba ocupado en la conquista de la isla de Chipre de la que acabo apoderandose en el otono de 1570 ordeno que recibieran ayuda desde Argel aunque esta fue bastante limitada Se enviaron armas y provisiones y unos 4000 turcos y berberiscos combatieron en las filas de los moriscos granadinos apoyando siempre a los jefes partidarios de continuar la guerra y contrarios a la negociacion 37 Es muy probable que los rebeldes granadinos tambien recabaran la ayuda de los moriscos de la Corona de Aragon hay indicios de que algunos moriscos del Reino de Valencia fueron a combatir a Granada e incluso una aldea de ese reino se sublevo en marzo de 1570 pero estos no intervinieron en la revuelta ni intentaron aprovechar la oportunidad para sublevarse Ademas del cordon sanitario que establecieron las autoridades de los reinos de Aragon y de Valencia para evitar el contagio la razon fundamental del abstencionismo de los moriscos de la Corona de Aragon segun Dominguez Ortiz y Bernard Vincent fue que sin duda comprendieron que su intervencion solo conseguiria extender los males de una guerra que no podian ganar Una Espana reconquistada para el islam era una quimera 38 Consecuencias EditarLa deportacion Editar Grabado de la novela Los monfies de Las Alpujarras 1859 de Manuel Fernandez y Gonzalez que representa la expulsion de los moriscos de Granada Los moriscos de Granada que sobrevivieron se estiman unos 80 000 fueron deportados a partir del 1 de noviembre de 1570 hacia otros lugares de la Corona de Castilla especialmente hacia Andalucia Occidental y las dos Castillas 39 Las primeras deportaciones tuvieron lugar durante la guerra se realizaron para facilitar las operaciones militares en determinadas zonas y se calcula que pudieron afectar a unas 20 000 personas Casi la mitad de ellas eran moriscos de la ciudad de Granada quienes a pesar de que no se habia sumado a la sublevacion fueron obligados a abandonarla porque sacar enemigos de Granada sera de grandisimo efecto Primero fueron deportados los hombres y luego las mujeres y los ninos la mayor parte fueron enviados a Andalucia Occidental El procedimiento que se siguio fue el que se utilizo luego para la deportacion general iniciada el 1 de noviembre de 1570 40 Asi lo describe un subordinado de don Juan de Austria Pedro Lopez de Mesa 41 El Sr don Juan de Austria me mando encerrar todos los moriscos que habian quedado en esta ciudad de Granada tras la primera deportacion decretada en junio de 1569 en cuatro iglesias para embiallos fuera del reino Encerraronse dos mil y ochocientas personas destos se enviaron fuera mas de la mitad y los otros quedaron por viejos y enfermos y hasta ciento y cincuenta oficiales de panaderos y horneros y herreros y otros oficios y otros quedaron por mercaderes y personas de mucho trato para que dispusieran de sus tiendas y bienes muebles y para esto se les ha dado termino de quince dias y todos empiezan a disponer de sus bienes para irse y cada dia se van La deportacion general que se inicio el 1 de noviembre de 1570 al parecer se decidio en marzo de ese ano Los afectados fueron no solamente los moriscos que se habian rebelado sino que la orden tambien se aplico a los moriscos de paz Se justifico con el argumento de que era la unica medida que podia aislar a los moriscos que seguian combatiendo en las zonas montanosas mas inaccesibles El procedimiento seguido fue el que ya se empleo para la expulsion de los moriscos de la capital Los moriscos fueron primero reunidos en sus pueblos respectivos y luego conducidos a los centros de agrupamiento de las siete zonas en que fue dividido el reino para realizar la operacion siendo recluidos en el interior de hospitales o iglesias Asi lograron reunir a unos 50 000 moriscos distribuidos de la siguiente forma 5000 entre Malaga y Ronda 12 000 en Granada 12 000 en Guadix 6000 en Vera 8500 en Almeria y mas de 5000 en Baza La cifra total de 50 000 concuerda con las dadas por los comisarios encargados de la deportacion 42 Uno de ellos escribio en una carta que envio al cardenal de Siguenza 43 En otra carta dixe que los moros que desta vez se avian sacado deste Reyno serian mas de treinta y cinco mil animas y despues aca se ha sabido que demas de la relacion que entonces se tenia que serian aquel numero poco mas o menos se han sacado del rio de Almanzora otras once mil personas de manera que segun esto y lo que de todo el Reyno se entiende habrian salido casi cincuenta mil animas Los moriscos fueron sacados del Reino en contingentes de 1500 personas escoltadas por unos 200 soldados y a los que seguian los carros con las pertenencias de los expulsados Los comisarios que mandaban estas columnas tenian orden decir todas las buenas palabras que supieren con el fin convencer a los deportados de la necesidad y de la bondad de la medida En una de las instrucciones que recibieron se decia Por no haber podido sembrar a causa de la inquietud que la guerra ha traido consigo como por la esterilidad del ano se ha reducido esta provincia a tanta penuria que es imposible poderse sustentar en ella por lo cual su magestad ha tomado resolucion que por el presente los dichos cristianos nuevos se saquen de este reyno y se lleven a Castilla y a las otras provincias donde el ano ha sido abundante y no han padescido a causa de las guerras y donde con gran comodidad podran comer y sustentarse el ano presente A este engano se anadia otro que en el futuro se podra ir considerando para que tiempo y como se podran volver a sus casas 44 La marcha hacia sus lugares de destino se hizo en condiciones penosas y se calcula que uno de cada cinco moriscos murio en el camino superandose esta proporcion en algunos casos Ademas los supervivientes llegaron extenuados y en un estado lamentable por lo que se extendieron las enfermedades como el tifus lo que no facilito en absoluto que fueran bien acogidos El propio don Juan de Austria se compadecio de ellos y un testigo relata desde Albacete 45 es tanta lastima ver la mucha cantidad de ninos muy chiquitos y mujeres y la pobreza y desventura con que vienen que no se puede acabar y como el tiempo es tan recio y son tantos por muy avisado que se tiene no es posible tener tan cumplido que se prevenga todo A Sevilla legaron unos 5500 12 000 a Cordoba 21 000 a Albacete y 6000 a Toledo y desde estas cuatro ciudades fueron redistribuidos por los pueblos de los alrededores o llevados a otros lugares 7000 de los de Cordoba acabaron en diversos pueblos de Extremadura 7500 de los de Albacete fueron conducidos a Guadalajara o Talavera de la Reina los 6000 de Toledo fueron llevados a los pueblos de Segovia Valladolid Palencia o Salamanca 45 Tras las expulsiones llevadas a cabo durante la guerra y la expulsion general iniciada el 1 de noviembre de 1570 hubo una tercera y ultima oleada de expulsiones Como han senalado Dominguez Ortiz y Bernard Vincent es muy dificil saber con seguridad si sus victimas pertenecian al grupo de los que permanecieron hasta entonces en sus pueblos de origen especialmente en los lugares de senorio en los que los senores intentaron conservar a sus vasallos o al de los irreductibles hechos prisioneros en fecha tardia o bien al de los moriscos que despues de expulsados volvieron clandestinamente a sus tierras Estos mismos historiadores estiman que el numero de deportados en esta tercera oleada estaria cercano a los 10 000 46 La pragmatica de 6 de octubre de 1572 promulgada por Felipe II establecio las normas por las que debian regirse los moriscos deportados y que debian hacerlas cumplir las autoridades de los lugares de la Corona de Castilla donde finalmente residieran 47 El Reino de Granada tras la deportacion Editar La deportacion provoco un gran vacio de poblacion que no se pudo llenar durante decadas y que ademas trajo consigo el hundimiento de la economia ya que los moriscos constituian su principal motor A esto habria que sumar la destruccion de numerosos campos de cultivo huertas y talleres artesanales durante la campana militar 8 Los senores de moriscos ya advirtieron de las consecuencias que iba a tener para el reino la expulsion Antes de que se decidiera el marques de Mondejar pregunto a los partidarios de la misma 48 como se habia de despoblar un reino como aquel donde se perderian los frutos de la tierra que tan apropiada era para aquella nacion acostumbrada a vivir entre sierras y a sustentarse con muy poco y tan impropia para los cristianos El area mas afectada por la deportacion fue la Alpujarra La repoblacion con cristianos fue un fracaso porque en vez de atraer a la gente ofreciendo tierras y casas a precios bajos se pretendio sacar mucho dinero para el erario arrendando aquellas tierras y casas en cifras muy altas y cargando a la nueva poblacion con censos y contribuciones mas pesadas que las que habian padecido sobre sus hombros los moriscos mismos La consecuencia fue que en 1593 el vecindario alpujarreno habia disminuido de un modo alarmante Los supervivientes vivian en la miseria y las tierras aparecian poco cuidadas La decadencia continuo a lo largo de la primera mitad del siglo XVII 49 Sin embargo segun Julio Caro Baroja algunas familias de moriscos se las ingeniaron para poder quedarse alegando varios pretextos para no marcharse Unas decian que eran de cristianos viejos otras alegaban que eran mudejares otras que tenian que liquidar negocios de importancia o resolver pleitos pendientes Mientras los alcaldes del crimen y otros empleados de la justicia aclaraban su situacion y fallaban pasaba el tiempo Se sabe por ejemplo que en 1582 bastantes moriscos habian vuelto a Granada y que convivian con las quinientas o seiscientas familias de mudejares que nunca habian dejado la ciudad bajo el pretexto de que habian de resolver antes pleitos sobre sus haciendas Cabe imaginar que amistades compadrazgos sobornos etc se utilizaron para borrar en mas de un caso el estatuto de una familia entera Por otro lado en este contexto es en el que situa Caro Baroja el famoso fraude de los plomos del Sacromonte 50 Cuando finalmente en 1609 Felipe III decreto la expulsion de los moriscos espanoles la medida apenas si afecto al Reino de Granada dado que apenas si quedaba algun morisco en este territorio despues de 1571 51 En la literatura EditarPedro Calderon de la Barca en 1659 escribio el drama historico Amar despues de la muerte o El tuzani de la Alpujarra dedicado a la rebelion 52 A mediados del siglo XIX el prolifico Manuel Fernandez y Gonzalez publico una novela titulada Los monfies de las Alpujarras ambientada en la revuelta y que contaba con numerosas ilustraciones En 2009 Ildefonso Falcones publico la novela La Mano de Fatima cuya trama tiene como entorno la rebelion de los moriscos y que se convirtio rapidamente en un gran exito vendiendo cincuenta mil ejemplares el dia de su estreno el 10 de la tirada inicial 53 Vease tambien EditarHistoria de los moriscos Rebelion de Espadan Expulsion de los moriscosNotas Editar Tras la fracasada Revuelta morisca del Albaicin de 1499 la ciudad de Granada se habia fortificado y se habia convertido en Capitania General de Granada En estas circunstancias se habia planteado como centro de respuesta ante cualquier sublevacion de la poblacion morisca del Reino de Granada El centro de las operaciones navales entre el Imperio Espanol y el Imperio otomano se encontraba mas en el Mediterraneo oriental de la misma forma que los esfuerzos militares de los turcos se centraron en esta zona Referencias Editar Clodfelter 2017 p 13 a b c Kamen 2011 p 216 Caro Baroja 2000 pp 156 157 Dominguez Ortiz 1993 p 32 Caro Baroja 2000 p 157 a b Caro Baroja 2000 p 160 a b Dominguez Ortiz y Vincent 1993 p 33 a b c d e f g h Garcia de Cortazar s f p 291 a b Dominguez Ortiz y Vincent 1993 p 37 Caro Baroja 2000 p 173 Caro Baroja 2000 pp 173 174 180 Diario Ideal lunes 9 de enero de 2012 Caro Baroja 2000 p 175 Caro Baroja 2000 p 176 Dominguez Ortiz y Vincent 1993 pp 34 35 a b Dominguez Ortiz y Vincent 1993 p 36 Dominguez Ortiz y Vincent 1993 p 46 Caro Baroja 2000 pp 177 180 Caro Baroja 2000 pp 180 181 Caro Baroja 2000 p 183 Dominguez Ortiz y Vincent 1993 p 40 Caro Baroja 2000 p 194 Dominguez Ortiz y Vincent 1993 pp 37 38 Caro Baroja 2000 p 188 Caro Baroja 2000 pp 194 196 Caro Baroja 2000 p 197 Caro Baroja 2000 p 198 Dominguez Ortiz y Vincent 1993 pp 36 37 Caro Baroja y 2000 pp 200 201 Dominguez Ortiz y Vincent 1993 pp 39 40 Dominguez Ortiz y Vincent 1993 pp 41 44 Dominguez Ortiz y Vincent 1993 p 45 Dominguez Ortiz y Vincent 1993 pp 45 46 Dominguez Ortiz y Vincent 1993 pp 46 47 Dominguez Ortiz y Vincent 1993 p 47 Dominguez Ortiz y Vincent 1993 p 48 Dominguez Ortiz y Vincent 1993 pp 48 50 Dominguez Ortiz y Vincent 1993 pp 49 50 ALVAR Carlos director A buen bocado Volumen 1 de la Gran Enciclopedia Cervantina 2005 Dominguez Ortiz y Vincent 1993 pp 54 55 Dominguez Ortiz y Vincent 1993 p 55 Dominguez Ortiz y Vincent 1993 pp 50 51 Dominguez Ortiz y Vincent 1993 p 51 Dominguez Ortiz y Vincent 1993 pp 51 52 a b Dominguez Ortiz y Vincent 1993 p 52 Dominguez Ortiz y Vincent 1993 pp 55 56 Caro Baroja 2000 p 206 Caro Baroja 2000 p 203 Caro Baroja 2000 p 205 Caro Baroja 2000 pp 206 208 Garcia de Cortazar s f pp 324 325 Calderon de la Barca 2008 Ildefonso Falcones arrasa con La mano de Fatima Bibliografia EditarCalderon de la Barca Pedro 2008 Amar despues de la muerte o El tuzani de la Alpujarra Catedra ISBN 978 84 376 2465 5 Caro Baroja Julio 2000 1976 Los moriscos del Reino de Granada Ensayo de historia social 5ª edicion Madrid Itsmo ISBN 84 7090 076 5 Clodfelter Michael 2017 Warfare and Armed Conflicts A Statistical Encyclopedia of Casualty and Other Figures 1492 2015 4th ed en ingles McFarland ISBN 978 0786474707 Dominguez Ortiz Antonio Vincent Bernard 1993 1979 Historia de los moriscos Vida y tragedia de una minoria Madrid Alianza Editorial ISBN 84 206 2415 2 Garcia de Cortazar Fernando s f Atlas de Historia de Espana Kamen Henry 2011 1999 La Inquisicion Espanola Una revision historica 3ª edicion Barcelona Critica ISBN 978 84 9892 198 4 Sanchez Holgado Jose Ramon 2019 La puesta en valor del paisaje de la Sierra de Los Guajares en la memoria de la rebelion de las Alpujarras Revista Espacio Tiempo y Forma Serie VI Geografia pp 241 264 ISSN 1130 2968 eISSN 2340 146X Enlaces externos EditarHistoria de la rebelion y castigo de los moriscos del reino de Granada de Luis de Marmol Carvajal 1600 Datos Q685757 Multimedia Rebellion of the Alpujarras 1568 1571 Obtenido de https es wikipedia org w index php title Rebelion de las Alpujarras amp oldid 136980655, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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