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Motín de Esquilache

El motín de Esquilache fue la revuelta que tuvo lugar en Madrid en marzo de 1766, siendo rey Carlos III.

Motín de Esquilache, atribuido a Francisco de Goya (ca. 1766, colección privada, París).[1]​ La torre del Ayuntamiento, a la izquierda, permite situar la escena en la puerta de Guadalajara (calle Mayor).[2]​ El fondo despejado de la calle marca la dirección hacia Palacio, a donde los amotinados pretenden dirigirse. El personaje con hábito y crucifijo, que intenta calmar o coordinar a la multitud es el padre Yecla o padre Cuenca, un fraile gilito (orden franciscana) de los que predicaban por las plazas. En señal de penitencia llevaba la cabeza encenizada, soga al cuello y corona de espinas.[3]​ Un personaje subido en una silla gesticula ante la multitud. Su vestidura (una lujosa casaca) le identifica como un personaje de alta posición social. Varios personajes, uno claramente vestido de manolo (con redecilla recogiendo el pelo), levantan un estandarte con una inscripción difícil de distinguir: se han propuesto las lecturas "Muera Esquilache" y "Muera el fantoche".[4]​ Varios personajes a la izquierda van vestidos contra la ordenanza: con chambergo y capa larga. A la derecha, un personaje arrodillado firma sobre las espaldas de otro la lista de peticiones que el fraile llevará hasta el rey.
Campomanes, con toga y golilla, ante una mesa atestada de libros y papeles. Francisco Bayeu, 1777.

La movilización popular fue masiva (un documento coetáneo cita la cifra de treinta mil participantes, posiblemente una exageración para una población de cincuenta mil habitantes[5]​), y llegó a considerarse amenazada la seguridad del propio rey. No obstante, a pesar de su espectacularidad y extensión o coincidencia de revueltas por causas semejantes en otros lugares de España, la más evidente consecuencia política del motín se limitó a un cambio de gobierno que incluía el destierro del marqués de Esquilache, el principal ministro del rey,[6]​ al que los amotinados culpaban de la carestía del pan, y que se había hecho extraordinariamente impopular como consecuencia de la prohibición de algunas vestimentas tradicionales.[7]​ Su condición de italiano contribuyó de forma importante a ese rechazo. Las iniciales medidas de apaciguamiento y el especial cuidado que a partir de entonces se puso en el abasto de Madrid fueron suficientes para garantizar el orden social en los años siguientes.

Se han identificado diferentes intereses y grupos de poder nobiliarios y eclesiásticos, tanto entre los acusados de instigar el motín (que según las conclusiones de la Pesquisa Secreta llevada a cabo por las autoridades desde el mes de abril de 1766 estuvo planificado por los jesuitas y personalidades afines, como el marqués de la Ensenadaensenadistas–)[8]​ como entre los beneficiados por la nueva situación (denominados albistas por el duque de Alba, aunque el personaje que alcanzó mayor poder fue el conde de Aranda –cabeza del partido aragonés–; junto con un equipo de burócratas ilustrados —Roda o Campomanes—). La historiografía actual lo interpreta como un movimiento popular espontáneo, pero con una instrumentalización política evidente en medio de una lucha por el poder entre dos facciones de la Corte, por lo que se ha calificado de motín de Corte para indicar que no se reduce al modelo de motín de subsistencias.[9]

Leopoldo de Gregorio, marqués de Esquilache, por Giuseppe Bonito, óleo sobre lienzo, 128 x 102,5 cm, Madrid, Museo del Prado.

El bando de capas y sombreros

Leopoldo de Gregorio, marqués de Esquilache, ministro de absoluta confianza del rey, al que venía sirviendo desde su anterior reinado en Nápoles (1759), se había propuesto un programa de modernización de la villa de Madrid (cuya suciedad, insalubridad e inseguridad eran consideradas indignas de una Corte ilustrada) que incluía la limpieza, pavimentación y alumbrado público de las calles, la construcción de fosas sépticas (lo habitual hasta entonces era el agua va —es decir, arrojar las aguas sucias desde las ventanas a los arroyos que corrían por medio de las calles—) y la creación de paseos y jardines. Entre tales medidas se incluyó la renovación de una prohibición ya existente, pero cuya repetición era muestra de su incumplimiento (Reales Órdenes y bandos publicados en los años 1716, 1719, 1723, 1729, 1737, 1740... y especialmente la Real Orden... que se renovó en el año de 1745). Pretendía erradicar definitivamente de uso de la capa larga y el chambergo (sombrero de ala ancha, gacho, redondo, montera calada y otros modelos especificados) bajo el argumento de que el embozo permitía el anonimato y la facilidad de esconder armas, lo que fomentaba toda clase de delitos, violaciones y desórdenes.

Quiero y mando que toda la gente civil... y sus domésticos y criados que no traigan librea de las que se usan, usen precisamente de capa corta (que a lo menos les falta una cuarta para llegar al suelo) o de redingot o capingot y de peluquín o de pelo propio y sombrero de tres picos, de forma que de ningún modo vayan embozados ni oculten el rostro; y por lo que toca a los menestrales y todos los demás del pueblo (que no puedan vestirse de militar), aunque usen de la capa, sea precisamente con sombrero de tres picos o montera de las permitidas al pueblo ínfimo y más pobre y mendigo, bajo de la pena por la primera vez de seis ducados o doce días de cárcel, por la segunda doce ducados o veinticuatro días de cárcel... aplicadas las penas pecuniarias por mitad a los pobres de la cárcel y ministros que hicieren la aprehensión.
Bando de 10 de marzo de 1766.[10]

La medida fue vista como la imposición de una moda de procedencia extranjera. Paradójicamente, la castiza vestimenta origen de la polémica había sido introducida apenas cien años antes por las tropas del general Schömberg y popularizada en Madrid por la guardia de la reina Mariana de Austria, regente en la minoría de edad de Carlos II.[11]

El hambre, la verdadera causa

El motín de Esquilache fue una revuelta de carácter social con reivindicaciones políticas y económicas expresadas de forma bastante ingenua; pero en ningún caso se manifestó ningún sentimiento popular contra el poder real o contra los privilegios de la nobleza española (ni mucho menos del clero).[cita requerida] Más allá de la ofendida dignidad nacional ante el bando de capas y sombreros y la condición extranjera del ministro, la causa material del descontento era la subida de los precios de los alimentos de primera necesidad, que produjo una verdadera situación de hambre entre las capas populares, y que se atribuía a las medidas de reforma económica promovidas por Esquilache.

 
Un episodio del motín de Esquilache, una pintura de historia de José Martí y Monsó, que obtuvo mención honorífica en la Exposición Nacional de 1864.
 
Bodegón con pan, higos y cesto. Luis Egidio Meléndez (ca. 1773, Museo del Louvre).

El pan, elemento fundamental en la dieta, había duplicado su precio en cinco años, pasando de siete cuartos la libra -460 gramos- en 1761 a doce cuartos en 1766 y a un máximo de catorce en los días previos al motín.[12]​ El jornal diario podía ser, para distintos oficios y categorías, de entre dos y ocho reales.[13]​ Un ingreso medio de cuatro o cinco reales diarios (34 o 42,5 cuartos a 8,5 cuartos por real) llegaba apenas para comprar entre dos y tres libras de pan a ese precio máximo. Visto el proceso con mayor perspectiva temporal, se ha calificado de hundimiento el descenso de los salarios reales en la segunda mitad del siglo XVIII;[14]​ mientras que las periódicas crisis de subsistencias de carácter puntual habían ocurrido con parecida gravedad, y aún duraban en la memoria colectiva de los madrileños las terribles hambres de la crisis secular del XVII, cuando el nivel de los once y doce cuartos por libra de pan también se había alcanzado (el 25 de abril de 1677, cuando se produjeron protestas contra Juan José de Austria, y el 28 de abril de 1699, cuando se produjo el llamado motín de los Gatos o de Oropesa).

Siguiendo las clásicas pautas de los motines de subsistencia del Antiguo Régimen, la carestía del pan en todas esas crisis llegó a ser insoportable para los más humildes en la época del año en que justamente el trigo es más caro, antes de la cosecha y cuando se están agotando las reservas del año anterior, provocando un máximo de conflictividad coincidiendo con los meses de primavera (llamados tradicionalmente meses mayores a esos efectos). En esta ocasión, no fueron únicamente las malas cosechas las que estaban detrás de tal escalada de precios; sus efectos se intensificaron por la aplicación del decreto de 1765 (de supresión de la tasa de granos), que preveía la liberalización del comercio del trigo.[15]​ Dada la inexistencia de un mercado interior ágil ni de dimensiones nacionales (por razones tanto geográficas como tecnológicas y de estructura económica y social), no se produjeron los benéficos efectos que el programa reformador ilustrado preveía del libre juego de la oferta y la demanda. Los acaparadores de trigo (empezando por nobleza y clero, que perciben la mayoría de sus rentas en especie) no tenían ningún incentivo para vender barato, esperando a que el precio subiera al máximo.[16]

 
Imposición de la capa corta y el tricornio, litografía de la colección Origen del Motín de Esquilache, Eusebio Zarza (Historia de la Villa y Corte de Madrid, tomo 4º de 1864).[17]

El problema de la causa en las revueltas populares está extensamente tratado en la historiografía. Normalmente se utiliza la expresión «causas lejanas» o precondiciones y «causas próximas» o precipitantes (la pólvora y la chispa en una explosión).[18]​ Actuaron como precondiciones (como pólvora) la depauperación de las clases populares, pero sobre todo la percepción que tenían del abandono por parte de las autoridades de la misión que se les atribuía: garantizar el abasto barato de bienes de consumo (la denominada economía moral de la multitud[19]​), en un contexto de transición no completada del feudalismo al capitalismo. Como chispa actuó el bando de las capas, un precipitante más bien espontáneo, aunque sin duda se vio favorecido por intrigas socio-políticas de extraordinaria complejidad entre banderías nobiliarias (albistas y ensenadistas), distintas partes del clero, en el contexto de la ampliación del regalismo, y redes clientelares de origen universitario (los jesuitas apoyados por los colegiales golillas, enfrentados con las demás órdenes religiosas y los manteístas; y divisiones semejantes entre las mitras episcopales, a su vez enfrentadas con las togasletrados, tanto golillas como manteístas— y las corbatasmilitares—).[20]​ La xenofobia antiitaliana, como la antiflamenca de la guerra de las Comunidades dos siglos antes, fue un elemento movilizador de primer orden.

Muy significativa es la comparación del motín de Esquilache como movimiento social (tanto en la Corte como en su prolongación en las alteraciones en provincias que tuvieron lugar en los meses siguientes), con la contemporánea gestación de la Revolución francesa de 1789. Las turbas populares que asaltaron el palacio de Versalles y que trajeron de vuelta a París a la familia real, rebautizados como el Panadero y la Panadera, no eran muy distintos de las madrileñas de veintidós años antes, pero la gestión política y social de los acontecimientos fue abismalmente diferente. En Francia hubo un asalto al poder por parte de una nueva élite dirigente con conciencia de clase: la burguesía definida como Tercer Estado por Sieyes. En España no la había. No fue el motín de Esquilache una vacuna contra la revolución, sino una muestra evidente del atraso relativo de España; pero las élites ilustradas lo vieron precisamente así: el conde de Floridablanca, ante las noticias que iban llegando de los desórdenes de 1789, hizo un curioso análisis: que quizá servirían para restablecer el buen orden y el crédito en Francia, como había ocurrido en España con el motín contra Esquilache.[21]​ Ciertamente, el aprovechamiento de los desórdenes populares para incrementar el poder de la monarquía tenía precedentes, tanto en la monarquía francesa (la Fronda) como en la española (Alteraciones de Aragón), e incluso en el Gran Memorial del conde duque de Olivares a Felipe IV se planteó ese recurso como uno de los que se debían considerar.[22]

Buena muestra del concepto paternalista que el despotismo ilustrado tenía de su relación con el pueblo es la frase, atribuida al propio rey, y que glosa aquí José María Pemán:

El rey Carlos III se burlaba de buena fe de esta especie de resistencia pasiva que advertía en el pueblo frente a sus mejoras, y solía decir que sus súbditos españoles eran como los niños, "que lloran cuando se les lava y se les peina"[23]

El motín

 
La maja y los embozados, uno de los cartones para tapices de Goya, 1777. Los personajes masculinos aparecen ataviados con las prendas prohibidas por el bando de Esquilache. En cualquier caso, el entorno en el que se encuentran (algún lugar de Andalucía, por lo que se indica en el título original), no se incluye entre los lugares sujetos a la prohibición: «ningún parage, sitio ni arrabal de esta Corte de Madrid y Reales Sitios, ni en sus paseos o campos fuera de su cerca».

Publicado el edicto, la reacción popular fue sustituir los bandos por pasquines vejatorios contra el italiano, cuya redacción culta no podía atribuirse al vulgo iletrado. Un ejemplo:

Yo el gran Leopoldo Primero

Marqués de Esquilache Augusto

Rijo la España a mi gusto

Y mando en Carlos Tercero.

Hago en todo lo que quiero

Nada consulto ni informo

A capricho hago y reformo

A los pueblos aniquilo

Y el buen Carlos, mi pupilo

Dice a todo: "¡Me conformo!"

Esquilache, lejos de amedrentarse, ordenó a los soldados que ayudaran a las autoridades municipales en el cumplimiento de la orden, y las multas comienzan a producirse, con lo que el descontento crece, sucediéndose pequeños conatos violentos. Los alguaciles acortaban en plena calle las capas de los díscolos y a veces trataban de cobrar las multas en su propio beneficio. Algunos enigmáticos personajes estimulaban el descontento en ambientes marginales (uno era conocido con el nombre de "tío Paco", que en Lavapiés —un barrio popular, del que salió la figura del manolopagaba a los chicos por gritar).[24]

El Rey Carlos, bonitatis,

el Gobernador,[25]​ tontitis,

el Confesor,[26]​ chilindritis,

pero el Ministro,[27]​ agarrantis.[28]

Los Grandes serán gratis

cabrones[29]​ sin ton ni son,

Madrid, Datán y Abirón,[30]

y si no hay quien nos socorra

también Sodoma y Gomorra,[31]

excepto la Inquisición.[32]

 
Carlos III comiendo ante su corte, por Luis Paret, 1775.

Pero no fue hasta las cuatro de la tarde del Domingo de Ramos (23 de marzo) cuando se desencadenó el motín. En la plazuela de Antón Martín, un embozado con capa larga y chambergo se acercó provocadoramente al cuartelillo allí existente, llamado de Inválidos (también era lugar de mercado y repeso, donde los alguaciles habitualmente vigilaban el cumplimiento del bando de capas y sombreros, que preveía que unos sastres cortaran y cosieran las ropas que lo contravinieran). Un sorprendido oficial le dio el alto; tras un breve intercambio de recriminaciones, el embozado sacó de entre sus ropas una espada y avisó, silbando, a un grupo más numeroso que estaba prevenido, y al que se juntaron espontáneamente muchos transeúntes. Los agentes del orden se vieron obligados a huir, permitiendo al grupo de revoltosos asaltar el cuartelillo y apoderarse de sables y fusiles. Comenzaron a marchar por la calle de Atocha, donde se les fueron sumando cada vez más personas, quizá unas dos mil. Sus gritos eran: ¡Viva el Rey! ¡Viva España! ¡Muera Esquilache! Llegados a la plazuela del Ángel, los amotinados se encontraron con un enigmático personaje, dentro de una berlina de dos mulas, que se detuvo ante ellos el tiempo suficiente para animarles (les dijo: Vosotros seguid la liebre, que ella se cansará) y darles un escrito (redactado con anterioridad, el 12 de marzo) titulado Estatutos del cuerpo erigido por el amor español en defensa de la patria para quitar y sacudir la opresión de los que intentaban violar sus dominios, que además de justificar la revuelta y señalar como objetivo a Esquilache, contenía instrucciones que detallaban el modo en que habían de comportarse los amotinados, incluso en el caso de ser apresados. El tumulto continuó por la Plaza Mayor, donde se congregó una verdadera multitud. En la puerta de Guadalajara detuvieron el carruaje del duque de Medinaceli, Caballerizo mayor, que acababa de dejar al rey en el cercano Palacio, tras volver precipitadamente de su cacería en la Casa de Campo al tener noticia del alboroto. Al ser abordado, el duque se comprometió a transmitir al rey su descontento y peticiones. Efectivamente, fue a Palacio a informar, y al poco tiempo volvió acompañado del Duque de Arcos, confiando ambos en que su buena fama entre el pueblo les haría receptivos a sus razones y depondrían su actitud.[33]

Los amotinados ignoraron tales consejos y comenzaron un recorrido por las calles de la ciudad en el que, además de obligar a desapuntar el sombrero a todos los que lo llevaban de tres picos (o sea, deshacer las puntadas que lo mantenían conforme al bando), fueron destrozando cuantos faroles encontraron a su paso (desde 1765 había 4000 en todo Madrid —su coste de instalación había sido astronómico: 900 000 reales—, y se les denominaba popularmente esquilaches, porque su existencia provenía de una orden de Esquilache de obligado cumplimiento para los vecinos, que eran quienes los debían mantener a su costa, lo que produjo el encarecimiento del aceite y las velas de sebo, haciendo que los más pobres vivieran a oscuras en sus casas mientras las calles estaban iluminadas[34]​). Al llegar a la casa de Esquilache (llamada de las siete chimeneas) la asaltaron, matando a cuchilladas a un servidor que trató de ofrecer resistencia. El ministro no estaba allí (había huido a San Fernando de Henares, mientras su mujer había salvado las joyas y se había refugiado en el lugar donde estudiaban sus hijas, el Colegio de las Niñas de Leganés); con lo que, tras vaciar la despensa, optaron por dirigirse a las casas de otros dos ministros italianos: Grimaldi y Sabatini. El día terminó con la quema de un retrato de Esquilache en la plaza Mayor.

 
Balcón de palacio sobre la plaza de la Armería. El Palacio Real de Madrid (levantado sobre el antiguo alcázar de Madrid, incendiado en 1734) había sido inaugurado hacía bien poco tiempo, en 1764.

El Lunes Santo (24 de marzo) se extendió la noticia de que Esquilache se encontraba en Palacio junto al rey, y una muchedumbre, en la que había un significativo número de mujeres y niños, se fue congregando a sus puertas, en el Arco de la Armería. A diferencia de la guardia española que no hizo el menor asomo de defenderse,[35]​ la guardia valona, un cuerpo militar compuesto por extranjeros y muy mal visto por los madrileños,[36]​ se mantuvo firme frente a la masa de manifestantes; terminando por abrir fuego y matar a una mujer. Los amotinados, aún más enardecidos, coreaban consignas contra Esquilache y contra los valones; en el forcejeo cuerpo a cuerpo con los guardias valones aumentaron las bajas entre los amotinados, pero éstos consiguieron atrapar y matar a diez de los guardias, uno en ese mismo lugar y otros que fueron sorprendidos en otros puntos de la ciudad; cuyos cadáveres mutilados fueron arrastrados por las calles, quemando dos de ellos.[37]​ La temeridad de los amotinados, y el hecho de que los heridos rehusaran ser oídos en confesión, fueron interpretados posteriormente como una prueba de que habían sido aleccionados por clérigos que les habían convencido de la santidad de su causa, y de que no debían temer por la salvación de sus almas. También parecían estar convencidos de que los heridos o presos y sus familias serían apoyados económicamente.[38]

En ese momento, un fraile franciscano (el padre Yecla o padre Cuenca) llegó a la zona pretendiendo calmar los ánimos; aunque lo que consiguió fue actuar como mediador y recibir una lista de exigencias redactada allí mismo «por uno en traje de clérigo».[39]​ Escoltado por las tropas, se abrió paso entre la multitud hasta Palacio, donde fue recibido por el propio rey, que leyó él mismo el documento:

  1. Que se destierre de los dominios españoles al marqués de Esquilache y a toda su familia.
  2. Que no haya sino ministros españoles en el Gobierno.
  3. Que se extinga la Guardia Valona.
  4. Que bajen los precios de los comestibles.
  5. Que sean suprimidas las Juntas de Abastos.
  6. Que se retiren inmediatamente todas las tropas a sus respectivos cuarteles.
  7. Que sea conservado el uso de la capa larga y el sombrero redondo.
  8. Que Su Majestad se digne salir a la vista de todos para que puedan escuchar por boca suya la palabra de cumplir y satisfacer las peticiones.[40]

La lista incluía amenazas gravísimas («si no se accede, treinta mil hombres harán astillas en dos horas el nuevo Palacio») y acababa con una advertencia: «de no hacerlo así arderá Madrid entero». El rey, animado por el fraile (que le ofreció su propia vida en garantía si hay el menor desorden), parecía dispuesto a presentarse físicamente ante los amotinados, creyendo que con su mera presencia les calmaría; pero antes de tomar personalmente ningún tipo de decisión, convocó con urgencia una reunión de consejeros en su misma antecámara. La mayor parte de los consejeros militares (duque de Arcos, marqués de Priego —francés— y conde de Gazzola —italiano—) aconsejaron responder con máxima violencia para restablecer el orden, excepto el mariscal Francisco Rubio y el conde de Revillagigedo (que votaba el último por ser más anciano y reprochó que «alguno de estos señores ha propugnado la fuerza porque no ha tenido el suelo español por cuna»); los consejeros civiles (marqués de Casa-Sarria, conde de Oñate) eran claramente partidarios de que «al pueblo se le de gusto en todo lo que pide, mayormente cuando todo lo que pide es justo», y culpaban de todo a Esquilache. El rey aceptó el criterio de este segundo grupo, y con mayor o menor convicción, salió acompañado del Padre Eleta (su confesor, también fraile gilito)[41]​ y el conde de Fernán Núñez a un balcón que daba a la plaza de la Armería. Allí, entre la multitud, un calesero llamado Bernardo "el Malagueño" resumió a gritos las reivindicaciones: «fuera Esquilache, fuera guardias valones... y que baje el pan». El rey asintió con gestos y pretendió retirarse, pero tuvo que volver a salir ante la insistencia de los congregados, que sólo se dieron por satisfechos cuando la guardia valona se replegó al interior de Palacio, momento en que se lanzaron sombreros e incluso algunos disparos al aire. Cuando la multitud se dispersó, la calma parecía reinar de nuevo en la ciudad.[42]

El Martes Santo (25 de marzo) amaneció tranquilo, con la confianza del pueblo en el cumplimiento de la palabra real. Enseguida se divulga la noticia de que Carlos III, que se había sentido muy afectado en su dignidad y estaba fuertemente asustado, había partido hacia el palacio de Aranjuez llevando consigo a toda su familia. El miedo de las élites al pueblo era una constante del Antiguo Régimen.[43]​ El miedo popular a la ausencia de la figura del monarca también lo era, buen testimonio del paternalismo que legitimaba las relaciones sociales y políticas. Ambos miedos volverán a manifestarse de forma evidente en la jornada del 2 de mayo de 1808 que abría la Guerra de Independencia.

 
Puerta del Cuartel de la Guardia Española en Aranjuez.
 
El cacharrero, uno de los cartones de Goya, 1779. Aparece un carruaje y un grupo de personajes populares. El protagonismo de los caleseros en el motín fue notable (Bernardo "el Malagueño" y Diego de Avendaño).

La población se inquietó ante los rumores y el miedo de que esa marcha pudiera significar que el monarca tuviera la intención de doblegar a la ciudad utilizando al ejército. Aumentó la agitación en las calles y se produjeron desórdenes y saqueos peores que los de la jornada anterior. Fueron asaltados almacenes de comestibles, cárceles y cuarteles. Diego de Rojas, obispo de Cartagena y presidente del Consejo de Castilla, fue tomado prisionero en su propia casa y obligado a redactar una carta destinada al rey en la que se detallaba el estado de cosas;[44]​ o al menos eso es lo que él sostuvo, puesto que la Pesquisa posterior le atribuyó (junto a otros, también ex-colegiales en puestos clave, como el corregidor Alonso Pérez Delgado y el presidente de la Sala de Alcaldes Francisco Mata Linares) alguna responsabilidad en el propio motín, y fue apartado (como éstos) de sus cargos políticos.[45]​ La carta también contó para su redacción con la colaboración de Luis Velázquez, marqués de Valdeflores, y fue enviada a Aranjuez mediante otro calesero llamado Diego de Avendaño que actuaba en condición de diputado del pueblo.[46]

Carlos III, consciente ahora de la torpeza que supuso su marcha de la ciudad, hizo redactar a Roda una carta que el mismo Avendaño llevó al Consejo de Castilla, donde se recibió el día 26 a mediodía. El grupo organizado que había mandado la primera carta, ya había enviado otra, esta vez con el calesero Bernardo el Malagueño (o Juan "el Malagueño"), que se cruzó con la traída por Avendaño.[47]​ La actividad escrita de este grupo incluyó textos para su difusión más amplia, como unas Ordenanzas que se deben y han de observar indispensablemente y bajo de las penas que es expresarán, por todos los sujetos de que se compone el cuerpo de españoles de esta corte, que ansiosamente solicitan ver a su amado Monarca y Señor Don Carlos Tercero (que Dios guarde), fechadas ese mismo día de 25 de marzo de 1766 y que, por su forma elogiosa de referirse al obispo Rojas, sirvieron posteriormente como pruebas de su implicación en el motín.[48]

La carta del rey se hizo pregonar en las calles de Madrid. En ella, explicando su ausencia por una indisposición, ratificaba su promesa de respetar las peticiones populares (especialmente la bajada de cuatro cuartos en todos los precios de alimentos, y más aún en el pan, que pasaba a valer ocho cuartos la libra);[49]​ pero advirtiendo que, al contrario de lo que indicaba una de las peticiones, no se presentaría ante su pueblo hasta que los ánimos se hubieran calmado. La reacción generalizada entre la multitud que escuchaba el pregón fue volver a sus casas lanzando vivas al rey. Las armas que habían sido capturadas por los amotinados fueron devueltas a sus depósitos. No obstante, siguieron apareciendo pasquines.[50]

 
El ciego de la guitarra, uno de los cartones de Goya, 1778.
Ya falleció de repente

el gran monstruo Esquilache,

y aunque el entierro se le hace,

no está de cuerpo presente.

Mucho llora su gente,

Parayuelo[51]​ e Ibarrola,[52]

Santa Gadea y Gazola,

no siendo cosa ynhumana [sic]

que quien mandó a la italiana

sea servido a la española.

Requiescat: Murió Squilace,

in pace ha quedado el Reino.

Amén dice toda España,

Jesús, y a qué lindo tiempo!

En una fecha no determinada, pero contemporánea al motín, los ciegos pregonaron por las calles hojas impresas por el librero Bartolomé de Ulloa que reproducían los vaticinios de Diego de Torres Villarroel (cuya fama de Gran Piscator Salmantino provenía de haber pronosticado la muerte de Luis I), previamente publicados (en 1765) como almanaque para 1766. Allí se pronosticaba, para el mes de marzo, del 11 al 18: «un juez se descuida en los procedimientos justos: levántase un motín en su pueblo», y del 27 al 31 de marzo: «un poderoso de cierta corte vive en trabajos y persecuciones de los que se habría librado si hubiera sabido gobernar». La indefinición de lo predicho se podía adaptar con facilidad a los hechos sucedidos; y ante la credulidad de la gente las autoridades se inquietaron. Se obtuvieron explicaciones y disculpas sumisas del propio Torres, que incluyó en su siguiente publicación una advertencia contra la manipulación de sus predicciones.[53]

La guardia valona fue retirada discretamente, y no volvió a desplegarse en Madrid. Cuando en el mes de mayo un pequeño número de guardias realizaron un movimiento de persecución de unos desertores, que podía interpretarse como un intento de comprobar cómo eran recibidos por los madrileños, volvieron a aparecer pasquines de protesta:[50]

Si volvieran los walones, no reinarán los Borbones

Consecuencias

Extensión del motín por España

 
Colegio Imperial de la Compañía de Jesús, en la Calle de Toledo, situado entre los puntos neurálgicos del motín (a la izquierda, la Plaza Mayor, a la derecha, la bajada a Lavapiés, detrás, la Cárcel de Corte y la calle Atocha, que va a la plazuela de Antón Martín). Campomanes anotaba cuidadosamente todos los rumores que implicaron a los jesuitas en el motín: cómo se vio a ocho o nueve padres de la compañía en la portería de su colegio, celebrando lo que ocurría a sus mismas puertas; o en el mismo lugar una mujer gritaba "¡Tumulto!".[54]

Las noticias del motín de Madrid provocaron una oleada de emulación en otras ciudades, como Cuenca, Zaragoza, Barcelona, Sevilla, Cádiz, Lorca, Cartagena, Elche, La Coruña, Oviedo, Santander y poblaciones de Vizcaya y Guipúzcoa (donde se les dio la denominación local tradicional de machinadas); en las que, con muy distintas particularidades, por lo general se hacían peticiones de proteccionismo hacia el consumidor, el modelo clásico de motín de subsistencia. No había ninguna coordinación entre ellas, ni hubo ninguna continuidad. No se aprovechó tampoco, como durante la crisis de 1640, para movimientos políticos de más calado por parte de ninguna oposición organizada realmente peligrosa.[55]

Cambios políticos

Muy a disgusto del monarca, Esquilache partió al destierro. El conde de Aranda, capitán general de Valencia, que con sus tropas desplazadas a Aranjuez había tranquilizado al amedrentado monarca, se convirtió en el hombre fuerte del nuevo gobierno, que posteriormente se identificaría con la etiqueta de partido aragonés (personalidades próximas a Aranda, vinieran de Aragón o no, militares y manteístas -letrados plebeyos-) desplazando a los italianos y a los golillas (que se habían formado en los aristocráticos colegios mayores, mecanismo clásico de formación de las élites); no obstante, golillas y ministros italianos, como el genovés Grimaldi, siguieron ostentando cargos de la confianza real. Otras figuras emergentes fueron personajes de la talla política de Pedro Rodríguez de Campomanes, y el conde de Floridablanca, que terminarían consiguiendo la caída de Aranda (desplazado a la embajada de París en 1773).[56]

Expulsión de los jesuitas

La atribución a posteriori de la culpa no tardó en sustanciarse en la Pesquisa Secreta promovida desde finales de abril por Aranda y Campomanes. Tenía todo el sentido de la oportunidad de encontrar chivos expiatorios, lógicamente, entre los enemigos del partido que ocupaba ahora la confianza del soberano: el marqués de la Ensenada fue desterrado de la Corte; también fueron castigados Isidoro López (procurador general de la provincia de Castilla de la Compañía de Jesús) como inspirador del motín, y como sus cómplices, el abate Miguel Antonio de la Gándara, Lorenzo Hermoso de Mendoza y Luis Velázquez, marqués de Valdeflores.[57]

La Compañía de Jesús fue expulsada de todos los reinos de la Monarquía Hispánica al año siguiente, 1767. La expulsión de los jesuitas no fue exactamente un signo de anticlericalismo (aunque la masonería se ha asociado con la figura de Aranda), pues la medida tuvo el acuerdo de la mayor parte del clero, tanto secular como regular (sus principales enemigos eran las otras órdenes religiosas).

Vuelta al paternalismo en los abastos

 
Casa de la Panadería de la Plaza Mayor de Madrid, donde también residía el Repeso Mayor.

El abasto y el consumo alimentario en Madrid fueron, en lo sucesivo, vigilados especialmente a través de las instituciones tradicionales y sin las veleidades liberalizadoras de los decretos de libre comercio, respondiendo anticíclicamente a los periodos de escasez y carestía. En el vértice del aparato institucional estaba el Consejo de Castilla y la Sala de Alcaldes de Casa y Corte, mientras que la base descansaba en los alguaciles, la red de repesos y los minoristas (tablajeros, panaderos); entre vértice y base se encontraban agentes intermedios y verdaderos grupos de presión (Pósito, obligados, Cinco Gremios Mayores, Ayuntamiento de Madrid).[58]

La moda y el casticismo

Suavemente, y con el consenso de la atemorizada sociedad madrileña, las capas y chambergos desaparecieron, curiosamente, para pasar a identificarse con la vestimenta del verdugo, a quien nadie quería recordar. El traje de las capas populares pasó a ser identificado con el de un personaje de sainete: el manolo, que los aristócratas imitaban por casticismo, como las diversiones populares (flamenco y toros); una promiscuidad estética que en otras cortes europeas hubiera sido inimaginable, y que, de hecho, funcionó como factor de cohesión y freno a los cambios sociales. En el siglo XIX se identificó como moda española la denominada capa española.

Recreaciones en la ficción

Notas

  1. * El motin de Esquilache (1776) el 24 de noviembre de 2005 en Wayback Machine. en Alma Mater hispalense.
    • José Camón Aznar, Francisco Goya, Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y Rioja, ISBN 8450041651, vol. 1, p. 43. Cita a Pierre Gassier como el autor que identificó la escena con el motín de Esquilache. La interpretación que hace de la escena Camón Aznar es discrepante con los hechos: implica que el fraile no es un personaje real, sino la imagen de un santo que se lleva en andas; y que es el personaje con lujosa casaca, subido a una silla el que arenga a la muchedumbre.
    • Herman Schwember se extraña de la atribución a un Goya juvenil, cuando la factura parece más de un Goya posterior (incluso cuarenta o cincuenta años posterior, de época romántica). Aun así, no duda de ella, puesto que supone que el cuadro es pendant con otro atribuido sin ninguna duda a Goya, y que se titula Carlos III firmando el decreto de expulsión de los jesuitas. Ambos tendrían unas dimensiones de 46x60 cm (Las expulsiones de los jesuitas, o, Los fracasos del éxito, J. C. Sáez Editor, 2005, ISBN 9567802998, pg. 93). Otros autores hacen una indicación diferente del cuadro que hace pareja con ese, indicando que se trataría de Cumplimiento de la expulsión. De ninguno de esos dos se tiene más noticia que la referencia que hace Iriarte (biógrafo de Goya) en 1867 a esos títulos y a su posesión por un coleccionista. Los datos biográficos de Goya en el periodo 1767-1770 (previos a su estancia en Italia) son muy escasos (Resultados de la búsqueda de esos cuadros en Google books).
  2. López García, op. cit. p. 10.
  3. Vaca de Osma, op. cit., pg. 173.
  4. Camón Aznar, op. cit.
  5. Demografía de Madrid Demografía de Madrid
  6. el principal ministro de Carlos III entre 1759 y 1766 fue Esquilache, que no era secretario de Estado. José Miguel Delgado Barrado (ed.), Ministros de Fernando VI, Volumen 13 de Estudios de historia moderna: Colección "Maior", Universidad de Córdoba, 20002, ISBN 8478016260, p. 95.
  7. Eguía, op. cit., p. 7: El motín, por de pronto, no parece tuvo otro efecto que hacer salir de Madrid a este mismo marqués italiano, causa supuesta de él; al ilustrísimo Rojas, gobernador del Consejo; al marqués de la Ensenada; a otros amigos de los jesuítas
    • Gallego, 2005, op. cit., donde se citan y comentan la mayor parte de los documentos esenciales del motín y la Pesquisa: Resumen de Maldades de Don Leopoldo de Gregorio, Capitulaciones de Madrid, Noticias extrajudiciales de Campomanes, etc.
    • Por desgracia, se han perdido los documentos de la investigación iniciada a finales de abril de 1766. La base documental fue destruida —al parecer, por orden directa del rey— y sólo quedan pocos testimonios fiables para reconstruir sus planteamientos esenciales. Existe, sin embargo, un texto de atribución dudosa, escrito por Roda o por Campomanes, que ilustra la convicción que alentó en todo momento a los investigadores: El pueblo —la "gente baja y soez", se lee en el texto— no había sido otra cosa que el instrumento de "personas de otra clase más hábil". Había, pues, culpables. He aquí el texto del documento: "Aunque el rey cree que ni la Nobleza, ni la villa ni los Gremios y demás Cuerpos hayan cooperado ni concurrido al tumulto, desearía no obstante que diesen algunas pruebas de esta verdad para quitar todo escrúpulo que pueda inducir la sospecha de que la gente baja y soez fuese sólo instrumento de que se valdrían personas de otra clase más hábil y de alguna autoridad y poder que movía aquélla. El orden se observó en el mayor desorden; la especie de disciplina y obediencia en los respectivos movimientos para el alboroto y para la respectiva quietud cuando les convenía; los centinelas que tenían y avisos que se daban; la ocupación de las puertas de Madrid; el ningún temor a la tropa ni a la Justicia; el arrojo con que se presentaron a Palacio, a los Tribunales y Magistrados; la avilantez y seguridad con que impidieron la salida de los primeros Personajes y de la conducción a Aranjuez de los víveres y provisiones para S. M. y Real Familia y Casa; la especie de virtud y honor que se propuso y observó la gente más vil, infame y pobre de cometer robos, homicidios a paisanos, insultos a mujeres, ni otro delito que el de su figurado intento, cuando se hallaban con la mayor libertad, dueños despóticos de Madrid, sus calles, casa y cuarteles, y apoderados de sus armas... no es fácil comprender que lo practicasen sin ser gobernados con instrucción, regla y disciplina que no se ve observar en las acciones militares por la tropa más bien instruida y arreglada. Esto hace persuadir que hubo motores principales, cabezas y auxiliares de este tumulto y querer disculpar con pretextos de honor y fidelidad al rey, y tal vez con la justicia de sus pretensiones, como no ha dejado de intentarse y escribirse, es el mayor delito que pueda imaginarse. Y todo esto pone en la precisión al rey de que se averifique y aclare, el origen causas y autores de tan execrable delito." Finalmente, el Consejo Extraordinario puso al descubierto al padre jesuita Isidoro López, procurador general de la provincia de Castilla Según los investigadores, el padre López había sido el inspirador del motín, sin duda apoyado por Ensenada. En calidad de cómplices, fueron procesadas tres personas más: cierto abate santanderino llamado Miguel Antonio de la Gándara y dos civiles, Lorenzo Hermoso de Mendoza y el marqués de Valdeflores, este último por su activa labor como escritor y difusor de incendiarios pasquines. Debe decirse que estos presuntos culpables se defendieron muy hábilmente de las acusaciones, subrayando el carácter espontáneo del motín en aquel clima de carestía, recordando, en fin, las torpes provocaciones de Esquilache. Queda claro, según ha mostrado el profesor Navarro Latorre, que los cuatro eran enemigos declarados del sector regalista y partidarios del marqués de Ensenada, datos que nos ponen ante la evidencia de que contra ese sector se maniobraba en las altas esferas. Desde luego, el jesuita López tomó parte en el motín, pero atribuirle una responsabilidad decisiva resulta problemático o aventurado, a falta de pruebas concluyentes. Faltaban éstas, pero el Consejo Extraordinario llegó a la conclusión de que los culpables principales del motín habían sido los jesuitas, de la mano con elementos vinculados al ya desterrado Ensenada. Evidentemente, Aranda y los suyos pretendían acabar con éstos y con la Compañía de Jesús, por lo que las conclusiones del Consejo deben considerarse políticamente intencionadas. Es inevitable someterlas a un severo juicio crítico. Acabar con los jesuitas significaba hacer triunfar la causa del regalismo y, cosa importante, cambiar de manos las riendas de la educación, de las universidades y colegios, donde los jesuitas habían logrado imponer un férreo monopolio. La expulsión de los jesuitas de España y la universidad en Alma Mater hispalense.
    • «... puso en evidencia la confluencia de intereses entre el obispo Diego de Rojas y Contreras, presidente del Consejo de Castilla, Francisco Mata Linares, gobernador de la sala de alcaldes de Casa y Corte, y Alonso Pérez Delgado, corregidor de Madrid. La investigación obligó a retirarse de sus puestos políticos a los obispos de Cartagena Diego de Rojas y Contreras y al obispo de Cuenca Isidro de Carvajal y Lancaster, pero no se quiso ir más allí y se prefirió dirigir la inculpación contra los jesuitas, que fueron expulsados de España». Varios de estos personajes compartían la condición de antiguos alumnos del colegio viejo de San Bartolomé de Salamanca. Francisco Mata Linares: el motín de Esquilache (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última)..
  8. La expresión se debe a Teófanes Egido (1979, op. cit.), en respuesta a la identificación con un "motín de subsistencias" o "guerra de harinas" (en referencia a la Guerra de las harinas francesa de 1775 que precedió a la Revolución francesa), que habría realizado Pierre Vilar (op. cit.) Ambos son citados y comentados por Juan Hernández Franco, La gestión política y el pensamiento reformista del Conde de Floridablanca, Universidad de Murcia, 1984. Véanse más ejemplos de uso bibliográfico de la expresión. De Teófanes Egido también es la interpretación del ritmo temporal del Motín de Esquilache como un "motín en dos tiempos" (citado en Macías, op. cit., pg. 168. Otras referencias a las distintas interpretaciones del motín puede verse en Risco op. cit. el 1 de abril de 2010 en Wayback Machine.
  9. Novísima recopilación, Ley XIII, en Los Códigos españoles concordados y anotados, vol. 7, p. 378.
  10. Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española. «chambergo». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 
  11. Soubeyroux, op. cit., p. 53.
  12. López García, op. cit., pg. 24. El mismo autor indica que los salarios medios —unos 4,5 reales diarios— (op. cit., p. 27) eran idénticos a los que cobraban en albañilería; y ofrece ejemplos de otras remuneraciones mensuales, desde los 30 reales de una criada a los 200 de un ayuda de cámara (op. cit., p. 27), que tenían la ventaja de ser alimentados por sus amos, mientras que los trabajadores de otros oficios tenían que asumir el coste de la alimentación de su familia por sí mismos. También hay que tener en cuenta los días que podían trabajar y cobrar realmente en cada tipo de oficio, que para algunos podía ser poco más de doscientos al año. Los salarios también variaban por regiones, aunque los de Valencia para peones y oficiales de albañil se encontraba en ese rango: entre tres y cinco reales. Jorge Antonio Catalá Sanz, Rentas y patrimonios de la nobleza valenciana en el siglo XVIII, Siglo XXI, 1995, ISBN 8432308692, p. 265. Ambas ocupaciones (albañil y criado) eran de las más comunes entre las capas populares madrileñas.
  13. Enrique Llopis Agelán y Héctor García Montero, Coste de la vida y salarios en Madrid, 1680-1800 el 14 de septiembre de 2011 en Wayback Machine., Documentos de trabajo de la Asociación Española de Historia Económica, N.º. 1, 2009, p. 22 y ss.
  14. Fernández Albaladejo, op. cit., p. 80.
  15. La resistencia de instituciones eclesiásticas (especialmente la diócesis de Cuenca) a la política liberalizadora y a algunas otras iniciativas de Esquilache, como importaciones de grano o la movilización de los recursos de la arriería, se señala en La renovación emprendida por Esquilache, en Stanley J. Stein y Barbara H. Stein, El apogeo del imperio: España y Nueva España en la era de Carlos III, 1759-1789, Crítica, 2005, ISBN 8484326020, p. 61.
  16. Datos obtenidos de la Oronoz, que cita como fuente la Biblioteca Nacional. En esa misma web el 25 de diciembre de 2011 en Wayback Machine. se pueden ver otros grabados de esa serie.
  17. John Elliott (dir.) Revoluciones y rebeliones en la Europa oderna. Cinco estudios sobre sus precondiciones y precipitantes, Alianza, 1975.
  18. Expresión de Eric Hobsbawm.
  19. Egido (1998, op. cit.), citado por José Peña González, Historia política del constitucionalismo español, Dykinson, 2006, ISBN 8497729064, p. 43.
  20. Recogido en Olaechea (2003), fuente citada a su vez por Campese, 2005, op. cit. pg. 39.
  21. El tercer camino, aunque no con medio tan justificado, pero el más eficaz, sería hallándose V.M. con esta fuerza que dije, ir en persona como a visitar aquel reino donde se hubiere de hacer el efecto, y hacer que se ocasione algún tumulto popular grande y con este pretexto meter la gente, y en ocasión de sosiego general y prevención de adelante, como por nueva conquista asentar y disponer las leyes en conformidad con las de Castilla y de esta misma manera irla ejecutando con los otros reinos.
    Gran Memorial, 25 de diciembre de 1624

    Citado en John Elliott y otros La rebelión de los catalanes: un estudio sobre la decadencia de España, Siglo XXI, 1986, ISBN 8432302694, p. 179

  22. José María Pemán, Breve historia de España, 1950, Cultura Hispánica, pg. 294.
    • Gallego, 2003, op. cit., parte IX (Esquilache y los jesuitas).
    • El embajador Larrey, informando a Bernstorff le decía asimismo que un mes antes del estallido del motín de Madrid, «todo inducía a prever que algo funesto iba a sucederle al marqués de Esquilache... Un gran número de pasquines y sátiras anónimas, repartidos incluso en su propia casa, y que, por la forma de estar escritos, ciertamente no procedían de la hez del pueblo, anunciaban una gran fermentación». Olaechea, , pg. 43.
  23. Si se refiere al gobernador o presidente del consejo de Castilla, lo era Diego de Rojas y Contreras, obispo de Cartagena.
  24. El Padre Eleta. El confesor real era una de las figuras más importantes de la Corte española en el Antiguo Régimen.
  25. Esquilache.
  26. Chilindritis y agarrantis no son de evidente interpretación, pero pueden indicar una metáfora vinculada a los juegos de naipes: el chilindrón, además de una comida, es una jugada que forman las tres figuras de la baraja española (sota, caballo y rey -Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española. «chilindrón». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). -). Así interpretada, la frase querría decir: "el rey es bondadoso, el gobernador es tonto, el confesor tiene las mejores cartas, pero es Esquilache el que se lleva el dinero".
  27. Los grandes de España se han dejado usurpar aquello a lo que tienen derecho, su posición preeminente en la Corte, y sin recibir pago (gratis), por lo que su posición es incluso más agraviante que la de los "cornudos consentidos", una figura de gran tradición literaria.
  28. Los sacerdotes hebreos que se opusieron a Moisés y Aarón, y fueron castigados (libro de los Números, 16, 16).
  29. Las ciudades que fueron castigadas por sus pecados colectivos, específicamente por la homosexualidad (libro del Génesis, 19).
  30. Confiar en la Inquisición española para librar a los madrileños del castigo que sufrieron los personajes y ciudades bíblicos nombrados, es una sutil manera de asociar el tema con el de los marranos o cristianos nuevos que judaizaban; es decir, invocar las virtudes de las que son portadores los españoles castizos, como cristianos viejos.
    • Rosell, op. cit., p. 203.
    • Ferrer del Río op. cit., p. 15.
    • Nieto y Mendoza, op. cit., p. 110 (en el relato del incidente de Antón Martín habla de dos embozados,no de uno, y refleja la presencia de los alguaciles y la mesa con las tijeras de los sastres).
  31. López García op. cit., pp. 90 y 109.
  32. López García, op. cit., pg. 112.
  33. En 1764 se había implicado en un grave incidente en el Buen Retiro, al cargar contra la multitud durante la boda de la infanta María Luisa, ocasionando 24 muertos, y sin que se hiciera a nadie responsable (Carlos III y la policía. 1701-1788).
  34. Domínguez Ortiz, op. cit., p. 104; Lynch, op. cit., p. 326.
  35. Según las Noticias extrajudiciales de Campomanes, «un cura dio seis pesos duros a un zapatero de viejo que trabajaba junto al Ave María» [entre Lavapiés y Antón Martín] «por haber sido herido en el motín; en El Pardo, se había oído decir a un caballero que se dirigía a un mendigo: "Prestos andad, que ya os cobraréis en Madrid"». (Gallego op. cit., p. 54).
  36. Ferrer del Río, op. cit., Volumen 1, p. 22. El mismo autor recoge que, en ese momento, la multitud «retenida junto al Arco de la Armería», llenaba todas las calles hasta la Cárcel de Corte «sin que fuera posible revolverse en todo el espacio de las calles de la Almudena y las Platerías ni en la Plaza».
  37. Así se cita en Nieto y Mendoza, op. cit., pg. 112. De forma prácticamente idéntica aparece en Modesto Lafuente, op. cit., pg. 117). En otras fuentes aparecen otras formulaciones, como la que resume Oloechea , sobre una fuente diplomática (Lebzeltern a Kaunitz. Madrid, 24 marzo 1766): Que Esquilache, depuesto de todos sus empleos, saliera desterrado del país, y en el ministerio de Hacienda fuera colocado un español; que se redujera el precio de la libra del pan (de 14 a 8 cuartos), y que el precio de «los comestibles más precisos para la vida humana» fuera dos cuartos más barato»; que se aboliera inmediatamente la Junta de Abastos; que los guardias walones se retiraran de Madrid, y que los ha bitantes de la capital pudieran seguir llevando el antiguo traje español, compuesto por la capa larga y el sombrero redondo o gacho.
  38. Sarrailh, op. cit., p. 583.
  39. Vaca de Osma, op. cit., pg. 174-175.
  40. Equipo Madrid, op. cit., p. 253.
  41. «Que habían tomado muy a mal su huida, en un momento en que ellos no pensaban en otra cosa sino en manifestar su agradecimiento por las gracias recibidas; que deseaban ardientemente verlo en Madrid esa misma noche del 25 de marzo; que no podía negárseles tan justa petición, ya que en caso contrario quemarían el Palacio real, se apoderarían del tesoro y cometerían toda clase de excesos». Contenido de la carta, resumido en Olaechea, , p. 39.
  42. También en aquel momento eran colegiales el fiscal de la Sala de alcaldes de Casa y Corte Velasco y el alcalde semanero (Francisco Mata..., op. cit.). Rodríguez Casado, citado por Tomás y Valiente, Tratado de la regalía de amortización, en Ferrer Benimelli (ed.), op. cit., pg. 99.
  43. Olaechea, , p. 39.
  44. Olaechea , pg. 40. sospechando que la huida del monarca se debía «al influjo de los pícaros italianos que rodeaban a S. M.»,... manifestaban a S. M. que «su intención no era únicamente protestar contra los excesos y vejaciones que habían sufrido por parte del marqués de Esquilache», sino... aclararle que, dada la situación en que se encontraba todo, se había llegado... «a una perdición del Reino; a una exterminación de vuestros dominios; a un menoscabo de vuestro real erario; a una aniquilación de los pueblos, y a un despotismo tiránico»... «Los españoles han visto y tolerado muchas cosas, muchos despojos, reformas y establecimientos, sin que se atendiera a los despojados. Hasta aquí han callado, pero ya no pueden soportar más».
  45. Gallego, op. cit., p. 14.
  46. Estudios... op. cit.
  47. Olaechea,
  48. Rosendo Sáez de Parayuelo, director general de rentas, colaborador de Esquilache y después de Gálvez (Stanley J. Stein, Barbara H. Stein, El apogeo del imperio: España y Nueva España en la era de Carlos III, 1759-1789, Crítica, 2005, ISBN 8484326020, pg. 182).
  49. Francisco Antonio Ibarrola, II marqués de Zambrano, o Francisco Antonio de Ibarrola y Gorvea, caballero de Calatrava.
  50. * Manuel María Pérez López y Emilio Martínez Mata, Revisión de Torres Villarroel, Universidad de Salamanca, 1998, ISBN 8478000860, pg. 98 y ss.
    • Emilio Martínez Mata, «La predicción de la muerte del rey Luis I en un almanaque de Diego de Torres Villarroel.» Bulletin Hispanique, 1990.
  51. Gallego, 2005, op. cit., p. 54
  52. El motín de Esquilache y sus réplicas provinciales, en Campese op. cit., pp. 38 y ss.
  53. Partido aragonés en GEA.
  54. La expulsión..., op. cit.
  55. * Ángel Luis Alfaro, Fuentes para el estudio del consumo y del comercio alimentario en Madrid en el Antiguo Régimen, en Primeras jornadas sobre fuentes documentales para la historia de Madrid: 4,5 y 6 de febrero de 1988, Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid, 1990, ISBN 84-451-0173-0.
    • Equipo Madrid, op. cit.: el acuerdo de 1771 había garantizado un mínimo de 250 000 fanegas. Los panaderos compraban a los comerciantes y trajineros cuando ofrecían mejores precios que el Pósito, recurriendo a éste cuando se elevaban bruscamente o se restringía la oferta. El Pósito acumulaba una gran cantidad de grano y el corregidor logra en 1775 que saquen una quinta parte. El corregidor lo exponía claramente: «En las necesidades de trigo los panaderos tienen por amigo al Pósito y en tales ocasiones no reparan en su calidad ni en el precio; pero cuando abundan los arrieros cargados con sus recuas de una en otra tahona brindando con el trigo es cuando aborrecen el Pósito y su gobierno».
  56. «Ficha en cervantesvirtual». Consultado el 1 de abril de 2017. 

Bibliografía

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Enlaces externos

  •   Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre el Motín de Esquilache.
  • La inesperada vuelta del marqués de Esquilache - Una excavación arqueológica desentierra los restos de los madrileños que se enfrentaron a las tropas reales por la subida del precio de los alimentos en 1766, El País, 18 de enero de 2019
  • Los esqueletos de Atocha proceden de una carga de caballería, ABC, 19 de enero de 2019: "Un motín, tal vez el de Esquilache, está tras la muerte violenta de los 94 cadáveres hallados en 2017 durante unas obras en el edificio de la Sociedad Cervantina, en la calle Atocha. Un extenso estudio arqueológico y antropológico ha permitido averiguar que entre los fallecidos –muchos con la cabeza partida por golpes de sable de la caballería– hay 73 hombres y mujeres (algunas embarazadas: hay tres cuerpos muertos antes de nacer) y 18 niños. Los estudios del equipo del arqueólogo Juan José Cano y el del antropólogo Jesús Herrerín, de la Universidad Autónoma de Madrid, realizados por encargo de la consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid que dirige Jaime de los Santos, han permitido arrojar luz sobre el origen de estos restos humanos hallados en noviembre: miles de huesos procedentes probablemente de una «monda» o vaciado de las tumbas existentes en la cercana iglesia de los Desamparados."
  •   Datos: Q1883498
  •   Multimedia: Motín de Esquilache

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El motin de Esquilache fue la revuelta que tuvo lugar en Madrid en marzo de 1766 siendo rey Carlos III Motin de Esquilache atribuido a Francisco de Goya ca 1766 coleccion privada Paris 1 La torre del Ayuntamiento a la izquierda permite situar la escena en la puerta de Guadalajara calle Mayor 2 El fondo despejado de la calle marca la direccion hacia Palacio a donde los amotinados pretenden dirigirse El personaje con habito y crucifijo que intenta calmar o coordinar a la multitud es el padre Yecla o padre Cuenca un fraile gilito orden franciscana de los que predicaban por las plazas En senal de penitencia llevaba la cabeza encenizada soga al cuello y corona de espinas 3 Un personaje subido en una silla gesticula ante la multitud Su vestidura una lujosa casaca le identifica como un personaje de alta posicion social Varios personajes uno claramente vestido de manolo con redecilla recogiendo el pelo levantan un estandarte con una inscripcion dificil de distinguir se han propuesto las lecturas Muera Esquilache y Muera el fantoche 4 Varios personajes a la izquierda van vestidos contra la ordenanza con chambergo y capa larga A la derecha un personaje arrodillado firma sobre las espaldas de otro la lista de peticiones que el fraile llevara hasta el rey Campomanes con toga y golilla ante una mesa atestada de libros y papeles Francisco Bayeu 1777 La movilizacion popular fue masiva un documento coetaneo cita la cifra de treinta mil participantes posiblemente una exageracion para una poblacion de cincuenta mil habitantes 5 y llego a considerarse amenazada la seguridad del propio rey No obstante a pesar de su espectacularidad y extension o coincidencia de revueltas por causas semejantes en otros lugares de Espana la mas evidente consecuencia politica del motin se limito a un cambio de gobierno que incluia el destierro del marques de Esquilache el principal ministro del rey 6 al que los amotinados culpaban de la carestia del pan y que se habia hecho extraordinariamente impopular como consecuencia de la prohibicion de algunas vestimentas tradicionales 7 Su condicion de italiano contribuyo de forma importante a ese rechazo Las iniciales medidas de apaciguamiento y el especial cuidado que a partir de entonces se puso en el abasto de Madrid fueron suficientes para garantizar el orden social en los anos siguientes Se han identificado diferentes intereses y grupos de poder nobiliarios y eclesiasticos tanto entre los acusados de instigar el motin que segun las conclusiones de la Pesquisa Secreta llevada a cabo por las autoridades desde el mes de abril de 1766 estuvo planificado por los jesuitas y personalidades afines como el marques de la Ensenada ensenadistas 8 como entre los beneficiados por la nueva situacion denominados albistas por el duque de Alba aunque el personaje que alcanzo mayor poder fue el conde de Aranda cabeza del partido aragones junto con un equipo de burocratas ilustrados Roda o Campomanes La historiografia actual lo interpreta como un movimiento popular espontaneo pero con una instrumentalizacion politica evidente en medio de una lucha por el poder entre dos facciones de la Corte por lo que se ha calificado de motin de Corte para indicar que no se reduce al modelo de motin de subsistencias 9 Leopoldo de Gregorio marques de Esquilache por Giuseppe Bonito oleo sobre lienzo 128 x 102 5 cm Madrid Museo del Prado Indice 1 El bando de capas y sombreros 2 El hambre la verdadera causa 3 El motin 4 Consecuencias 4 1 Extension del motin por Espana 4 2 Cambios politicos 4 3 Expulsion de los jesuitas 4 4 Vuelta al paternalismo en los abastos 4 5 La moda y el casticismo 5 Recreaciones en la ficcion 6 Notas 7 Bibliografia 8 Enlaces externosEl bando de capas y sombreros EditarLeopoldo de Gregorio marques de Esquilache ministro de absoluta confianza del rey al que venia sirviendo desde su anterior reinado en Napoles 1759 se habia propuesto un programa de modernizacion de la villa de Madrid cuya suciedad insalubridad e inseguridad eran consideradas indignas de una Corte ilustrada que incluia la limpieza pavimentacion y alumbrado publico de las calles la construccion de fosas septicas lo habitual hasta entonces era el agua va es decir arrojar las aguas sucias desde las ventanas a los arroyos que corrian por medio de las calles y la creacion de paseos y jardines Entre tales medidas se incluyo la renovacion de una prohibicion ya existente pero cuya repeticion era muestra de su incumplimiento Reales ordenes y bandos publicados en los anos 1716 1719 1723 1729 1737 1740 y especialmente la Real Orden que se renovo en el ano de 1745 Pretendia erradicar definitivamente de uso de la capa larga y el chambergo sombrero de ala ancha gacho redondo montera calada y otros modelos especificados bajo el argumento de que el embozo permitia el anonimato y la facilidad de esconder armas lo que fomentaba toda clase de delitos violaciones y desordenes Quiero y mando que toda la gente civil y sus domesticos y criados que no traigan librea de las que se usan usen precisamente de capa corta que a lo menos les falta una cuarta para llegar al suelo o de redingot o capingot y de peluquin o de pelo propio y sombrero de tres picos de forma que de ningun modo vayan embozados ni oculten el rostro y por lo que toca a los menestrales y todos los demas del pueblo que no puedan vestirse de militar aunque usen de la capa sea precisamente con sombrero de tres picos o montera de las permitidas al pueblo infimo y mas pobre y mendigo bajo de la pena por la primera vez de seis ducados o doce dias de carcel por la segunda doce ducados o veinticuatro dias de carcel aplicadas las penas pecuniarias por mitad a los pobres de la carcel y ministros que hicieren la aprehension Bando de 10 de marzo de 1766 10 La medida fue vista como la imposicion de una moda de procedencia extranjera Paradojicamente la castiza vestimenta origen de la polemica habia sido introducida apenas cien anos antes por las tropas del general Schomberg y popularizada en Madrid por la guardia de la reina Mariana de Austria regente en la minoria de edad de Carlos II 11 El hambre la verdadera causa EditarEl motin de Esquilache fue una revuelta de caracter social con reivindicaciones politicas y economicas expresadas de forma bastante ingenua pero en ningun caso se manifesto ningun sentimiento popular contra el poder real o contra los privilegios de la nobleza espanola ni mucho menos del clero cita requerida Mas alla de la ofendida dignidad nacional ante el bando de capas y sombreros y la condicion extranjera del ministro la causa material del descontento era la subida de los precios de los alimentos de primera necesidad que produjo una verdadera situacion de hambre entre las capas populares y que se atribuia a las medidas de reforma economica promovidas por Esquilache Un episodio del motin de Esquilache una pintura de historia de Jose Marti y Monso que obtuvo mencion honorifica en la Exposicion Nacional de 1864 Bodegon con pan higos y cesto Luis Egidio Melendez ca 1773 Museo del Louvre El pan elemento fundamental en la dieta habia duplicado su precio en cinco anos pasando de siete cuartos la libra 460 gramos en 1761 a doce cuartos en 1766 y a un maximo de catorce en los dias previos al motin 12 El jornal diario podia ser para distintos oficios y categorias de entre dos y ocho reales 13 Un ingreso medio de cuatro o cinco reales diarios 34 o 42 5 cuartos a 8 5 cuartos por real llegaba apenas para comprar entre dos y tres libras de pan a ese precio maximo Visto el proceso con mayor perspectiva temporal se ha calificado de hundimiento el descenso de los salarios reales en la segunda mitad del siglo XVIII 14 mientras que las periodicas crisis de subsistencias de caracter puntual habian ocurrido con parecida gravedad y aun duraban en la memoria colectiva de los madrilenos las terribles hambres de la crisis secular del XVII cuando el nivel de los once y doce cuartos por libra de pan tambien se habia alcanzado el 25 de abril de 1677 cuando se produjeron protestas contra Juan Jose de Austria y el 28 de abril de 1699 cuando se produjo el llamado motin de los Gatos o de Oropesa Siguiendo las clasicas pautas de los motines de subsistencia del Antiguo Regimen la carestia del pan en todas esas crisis llego a ser insoportable para los mas humildes en la epoca del ano en que justamente el trigo es mas caro antes de la cosecha y cuando se estan agotando las reservas del ano anterior provocando un maximo de conflictividad coincidiendo con los meses de primavera llamados tradicionalmente meses mayores a esos efectos En esta ocasion no fueron unicamente las malas cosechas las que estaban detras de tal escalada de precios sus efectos se intensificaron por la aplicacion del decreto de 1765 de supresion de la tasa de granos que preveia la liberalizacion del comercio del trigo 15 Dada la inexistencia de un mercado interior agil ni de dimensiones nacionales por razones tanto geograficas como tecnologicas y de estructura economica y social no se produjeron los beneficos efectos que el programa reformador ilustrado preveia del libre juego de la oferta y la demanda Los acaparadores de trigo empezando por nobleza y clero que perciben la mayoria de sus rentas en especie no tenian ningun incentivo para vender barato esperando a que el precio subiera al maximo 16 Imposicion de la capa corta y el tricornio litografia de la coleccion Origen del Motin de Esquilache Eusebio Zarza Historia de la Villa y Corte de Madrid tomo 4º de 1864 17 El problema de la causa en las revueltas populares esta extensamente tratado en la historiografia Normalmente se utiliza la expresion causas lejanas o precondiciones y causas proximas o precipitantes la polvora y la chispa en una explosion 18 Actuaron como precondiciones como polvora la depauperacion de las clases populares pero sobre todo la percepcion que tenian del abandono por parte de las autoridades de la mision que se les atribuia garantizar el abasto barato de bienes de consumo la denominada economia moral de la multitud 19 en un contexto de transicion no completada del feudalismo al capitalismo Como chispa actuo el bando de las capas un precipitante mas bien espontaneo aunque sin duda se vio favorecido por intrigas socio politicas de extraordinaria complejidad entre banderias nobiliarias albistas y ensenadistas distintas partes del clero en el contexto de la ampliacion del regalismo y redes clientelares de origen universitario los jesuitas apoyados por los colegiales golillas enfrentados con las demas ordenes religiosas y los manteistas y divisiones semejantes entre las mitras episcopales a su vez enfrentadas con las togas letrados tanto golillas como manteistas y las corbatas militares 20 La xenofobia antiitaliana como la antiflamenca de la guerra de las Comunidades dos siglos antes fue un elemento movilizador de primer orden Muy significativa es la comparacion del motin de Esquilache como movimiento social tanto en la Corte como en su prolongacion en las alteraciones en provincias que tuvieron lugar en los meses siguientes con la contemporanea gestacion de la Revolucion francesa de 1789 Las turbas populares que asaltaron el palacio de Versalles y que trajeron de vuelta a Paris a la familia real rebautizados como el Panadero y la Panadera no eran muy distintos de las madrilenas de veintidos anos antes pero la gestion politica y social de los acontecimientos fue abismalmente diferente En Francia hubo un asalto al poder por parte de una nueva elite dirigente con conciencia de clase la burguesia definida como Tercer Estado por Sieyes En Espana no la habia No fue el motin de Esquilache una vacuna contra la revolucion sino una muestra evidente del atraso relativo de Espana pero las elites ilustradas lo vieron precisamente asi el conde de Floridablanca ante las noticias que iban llegando de los desordenes de 1789 hizo un curioso analisis que quiza servirian para restablecer el buen orden y el credito en Francia como habia ocurrido en Espana con el motin contra Esquilache 21 Ciertamente el aprovechamiento de los desordenes populares para incrementar el poder de la monarquia tenia precedentes tanto en la monarquia francesa la Fronda como en la espanola Alteraciones de Aragon e incluso en el Gran Memorial del conde duque de Olivares a Felipe IV se planteo ese recurso como uno de los que se debian considerar 22 Buena muestra del concepto paternalista que el despotismo ilustrado tenia de su relacion con el pueblo es la frase atribuida al propio rey y que glosa aqui Jose Maria Peman El rey Carlos III se burlaba de buena fe de esta especie de resistencia pasiva que advertia en el pueblo frente a sus mejoras y solia decir que sus subditos espanoles eran como los ninos que lloran cuando se les lava y se les peina 23 Vease tambien Todo para el puebloEl motin Editar La maja y los embozados uno de los cartones para tapices de Goya 1777 Los personajes masculinos aparecen ataviados con las prendas prohibidas por el bando de Esquilache En cualquier caso el entorno en el que se encuentran algun lugar de Andalucia por lo que se indica en el titulo original no se incluye entre los lugares sujetos a la prohibicion ningun parage sitio ni arrabal de esta Corte de Madrid y Reales Sitios ni en sus paseos o campos fuera de su cerca Publicado el edicto la reaccion popular fue sustituir los bandos por pasquines vejatorios contra el italiano cuya redaccion culta no podia atribuirse al vulgo iletrado Un ejemplo Yo el gran Leopoldo PrimeroMarques de Esquilache AugustoRijo la Espana a mi gustoY mando en Carlos Tercero Hago en todo lo que quieroNada consulto ni informoA capricho hago y reformoA los pueblos aniquiloY el buen Carlos mi pupiloDice a todo Me conformo Esquilache lejos de amedrentarse ordeno a los soldados que ayudaran a las autoridades municipales en el cumplimiento de la orden y las multas comienzan a producirse con lo que el descontento crece sucediendose pequenos conatos violentos Los alguaciles acortaban en plena calle las capas de los discolos y a veces trataban de cobrar las multas en su propio beneficio Algunos enigmaticos personajes estimulaban el descontento en ambientes marginales uno era conocido con el nombre de tio Paco que en Lavapies un barrio popular del que salio la figura del manolo pagaba a los chicos por gritar 24 El Rey Carlos bonitatis el Gobernador 25 tontitis el Confesor 26 chilindritis pero el Ministro 27 agarrantis 28 Los Grandes seran gratiscabrones 29 sin ton ni son Madrid Datan y Abiron 30 y si no hay quien nos socorratambien Sodoma y Gomorra 31 excepto la Inquisicion 32 Carlos III comiendo ante su corte por Luis Paret 1775 Pero no fue hasta las cuatro de la tarde del Domingo de Ramos 23 de marzo cuando se desencadeno el motin En la plazuela de Anton Martin un embozado con capa larga y chambergo se acerco provocadoramente al cuartelillo alli existente llamado de Invalidos tambien era lugar de mercado y repeso donde los alguaciles habitualmente vigilaban el cumplimiento del bando de capas y sombreros que preveia que unos sastres cortaran y cosieran las ropas que lo contravinieran Un sorprendido oficial le dio el alto tras un breve intercambio de recriminaciones el embozado saco de entre sus ropas una espada y aviso silbando a un grupo mas numeroso que estaba prevenido y al que se juntaron espontaneamente muchos transeuntes Los agentes del orden se vieron obligados a huir permitiendo al grupo de revoltosos asaltar el cuartelillo y apoderarse de sables y fusiles Comenzaron a marchar por la calle de Atocha donde se les fueron sumando cada vez mas personas quiza unas dos mil Sus gritos eran Viva el Rey Viva Espana Muera Esquilache Llegados a la plazuela del Angel los amotinados se encontraron con un enigmatico personaje dentro de una berlina de dos mulas que se detuvo ante ellos el tiempo suficiente para animarles les dijo Vosotros seguid la liebre que ella se cansara y darles un escrito redactado con anterioridad el 12 de marzo titulado Estatutos del cuerpo erigido por el amor espanol en defensa de la patria para quitar y sacudir la opresion de los que intentaban violar sus dominios que ademas de justificar la revuelta y senalar como objetivo a Esquilache contenia instrucciones que detallaban el modo en que habian de comportarse los amotinados incluso en el caso de ser apresados El tumulto continuo por la Plaza Mayor donde se congrego una verdadera multitud En la puerta de Guadalajara detuvieron el carruaje del duque de Medinaceli Caballerizo mayor que acababa de dejar al rey en el cercano Palacio tras volver precipitadamente de su caceria en la Casa de Campo al tener noticia del alboroto Al ser abordado el duque se comprometio a transmitir al rey su descontento y peticiones Efectivamente fue a Palacio a informar y al poco tiempo volvio acompanado del Duque de Arcos confiando ambos en que su buena fama entre el pueblo les haria receptivos a sus razones y depondrian su actitud 33 Casa de las Siete Chimeneas Los amotinados ignoraron tales consejos y comenzaron un recorrido por las calles de la ciudad en el que ademas de obligar a desapuntar el sombrero a todos los que lo llevaban de tres picos o sea deshacer las puntadas que lo mantenian conforme al bando fueron destrozando cuantos faroles encontraron a su paso desde 1765 habia 4000 en todo Madrid su coste de instalacion habia sido astronomico 900 000 reales y se les denominaba popularmente esquilaches porque su existencia provenia de una orden de Esquilache de obligado cumplimiento para los vecinos que eran quienes los debian mantener a su costa lo que produjo el encarecimiento del aceite y las velas de sebo haciendo que los mas pobres vivieran a oscuras en sus casas mientras las calles estaban iluminadas 34 Al llegar a la casa de Esquilache llamada de las siete chimeneas la asaltaron matando a cuchilladas a un servidor que trato de ofrecer resistencia El ministro no estaba alli habia huido a San Fernando de Henares mientras su mujer habia salvado las joyas y se habia refugiado en el lugar donde estudiaban sus hijas el Colegio de las Ninas de Leganes con lo que tras vaciar la despensa optaron por dirigirse a las casas de otros dos ministros italianos Grimaldi y Sabatini El dia termino con la quema de un retrato de Esquilache en la plaza Mayor Balcon de palacio sobre la plaza de la Armeria El Palacio Real de Madrid levantado sobre el antiguo alcazar de Madrid incendiado en 1734 habia sido inaugurado hacia bien poco tiempo en 1764 El Lunes Santo 24 de marzo se extendio la noticia de que Esquilache se encontraba en Palacio junto al rey y una muchedumbre en la que habia un significativo numero de mujeres y ninos se fue congregando a sus puertas en el Arco de la Armeria A diferencia de la guardia espanola que no hizo el menor asomo de defenderse 35 la guardia valona un cuerpo militar compuesto por extranjeros y muy mal visto por los madrilenos 36 se mantuvo firme frente a la masa de manifestantes terminando por abrir fuego y matar a una mujer Los amotinados aun mas enardecidos coreaban consignas contra Esquilache y contra los valones en el forcejeo cuerpo a cuerpo con los guardias valones aumentaron las bajas entre los amotinados pero estos consiguieron atrapar y matar a diez de los guardias uno en ese mismo lugar y otros que fueron sorprendidos en otros puntos de la ciudad cuyos cadaveres mutilados fueron arrastrados por las calles quemando dos de ellos 37 La temeridad de los amotinados y el hecho de que los heridos rehusaran ser oidos en confesion fueron interpretados posteriormente como una prueba de que habian sido aleccionados por clerigos que les habian convencido de la santidad de su causa y de que no debian temer por la salvacion de sus almas Tambien parecian estar convencidos de que los heridos o presos y sus familias serian apoyados economicamente 38 En ese momento un fraile franciscano el padre Yecla o padre Cuenca llego a la zona pretendiendo calmar los animos aunque lo que consiguio fue actuar como mediador y recibir una lista de exigencias redactada alli mismo por uno en traje de clerigo 39 Escoltado por las tropas se abrio paso entre la multitud hasta Palacio donde fue recibido por el propio rey que leyo el mismo el documento Que se destierre de los dominios espanoles al marques de Esquilache y a toda su familia Que no haya sino ministros espanoles en el Gobierno Que se extinga la Guardia Valona Que bajen los precios de los comestibles Que sean suprimidas las Juntas de Abastos Que se retiren inmediatamente todas las tropas a sus respectivos cuarteles Que sea conservado el uso de la capa larga y el sombrero redondo Que Su Majestad se digne salir a la vista de todos para que puedan escuchar por boca suya la palabra de cumplir y satisfacer las peticiones 40 Conde de Revillagigedo La lista incluia amenazas gravisimas si no se accede treinta mil hombres haran astillas en dos horas el nuevo Palacio y acababa con una advertencia de no hacerlo asi ardera Madrid entero El rey animado por el fraile que le ofrecio su propia vida en garantia si hay el menor desorden parecia dispuesto a presentarse fisicamente ante los amotinados creyendo que con su mera presencia les calmaria pero antes de tomar personalmente ningun tipo de decision convoco con urgencia una reunion de consejeros en su misma antecamara La mayor parte de los consejeros militares duque de Arcos marques de Priego frances y conde de Gazzola italiano aconsejaron responder con maxima violencia para restablecer el orden excepto el mariscal Francisco Rubio y el conde de Revillagigedo que votaba el ultimo por ser mas anciano y reprocho que alguno de estos senores ha propugnado la fuerza porque no ha tenido el suelo espanol por cuna los consejeros civiles marques de Casa Sarria conde de Onate eran claramente partidarios de que al pueblo se le de gusto en todo lo que pide mayormente cuando todo lo que pide es justo y culpaban de todo a Esquilache El rey acepto el criterio de este segundo grupo y con mayor o menor conviccion salio acompanado del Padre Eleta su confesor tambien fraile gilito 41 y el conde de Fernan Nunez a un balcon que daba a la plaza de la Armeria Alli entre la multitud un calesero llamado Bernardo el Malagueno resumio a gritos las reivindicaciones fuera Esquilache fuera guardias valones y que baje el pan El rey asintio con gestos y pretendio retirarse pero tuvo que volver a salir ante la insistencia de los congregados que solo se dieron por satisfechos cuando la guardia valona se replego al interior de Palacio momento en que se lanzaron sombreros e incluso algunos disparos al aire Cuando la multitud se disperso la calma parecia reinar de nuevo en la ciudad 42 El Martes Santo 25 de marzo amanecio tranquilo con la confianza del pueblo en el cumplimiento de la palabra real Enseguida se divulga la noticia de que Carlos III que se habia sentido muy afectado en su dignidad y estaba fuertemente asustado habia partido hacia el palacio de Aranjuez llevando consigo a toda su familia El miedo de las elites al pueblo era una constante del Antiguo Regimen 43 El miedo popular a la ausencia de la figura del monarca tambien lo era buen testimonio del paternalismo que legitimaba las relaciones sociales y politicas Ambos miedos volveran a manifestarse de forma evidente en la jornada del 2 de mayo de 1808 que abria la Guerra de Independencia Puerta del Cuartel de la Guardia Espanola en Aranjuez El cacharrero uno de los cartones de Goya 1779 Aparece un carruaje y un grupo de personajes populares El protagonismo de los caleseros en el motin fue notable Bernardo el Malagueno y Diego de Avendano La poblacion se inquieto ante los rumores y el miedo de que esa marcha pudiera significar que el monarca tuviera la intencion de doblegar a la ciudad utilizando al ejercito Aumento la agitacion en las calles y se produjeron desordenes y saqueos peores que los de la jornada anterior Fueron asaltados almacenes de comestibles carceles y cuarteles Diego de Rojas obispo de Cartagena y presidente del Consejo de Castilla fue tomado prisionero en su propia casa y obligado a redactar una carta destinada al rey en la que se detallaba el estado de cosas 44 o al menos eso es lo que el sostuvo puesto que la Pesquisa posterior le atribuyo junto a otros tambien ex colegiales en puestos clave como el corregidor Alonso Perez Delgado y el presidente de la Sala de Alcaldes Francisco Mata Linares alguna responsabilidad en el propio motin y fue apartado como estos de sus cargos politicos 45 La carta tambien conto para su redaccion con la colaboracion de Luis Velazquez marques de Valdeflores y fue enviada a Aranjuez mediante otro calesero llamado Diego de Avendano que actuaba en condicion de diputado del pueblo 46 Carlos III consciente ahora de la torpeza que supuso su marcha de la ciudad hizo redactar a Roda una carta que el mismo Avendano llevo al Consejo de Castilla donde se recibio el dia 26 a mediodia El grupo organizado que habia mandado la primera carta ya habia enviado otra esta vez con el calesero Bernardo el Malagueno o Juan el Malagueno que se cruzo con la traida por Avendano 47 La actividad escrita de este grupo incluyo textos para su difusion mas amplia como unas Ordenanzas que se deben y han de observar indispensablemente y bajo de las penas que es expresaran por todos los sujetos de que se compone el cuerpo de espanoles de esta corte que ansiosamente solicitan ver a su amado Monarca y Senor Don Carlos Tercero que Dios guarde fechadas ese mismo dia de 25 de marzo de 1766 y que por su forma elogiosa de referirse al obispo Rojas sirvieron posteriormente como pruebas de su implicacion en el motin 48 La carta del rey se hizo pregonar en las calles de Madrid En ella explicando su ausencia por una indisposicion ratificaba su promesa de respetar las peticiones populares especialmente la bajada de cuatro cuartos en todos los precios de alimentos y mas aun en el pan que pasaba a valer ocho cuartos la libra 49 pero advirtiendo que al contrario de lo que indicaba una de las peticiones no se presentaria ante su pueblo hasta que los animos se hubieran calmado La reaccion generalizada entre la multitud que escuchaba el pregon fue volver a sus casas lanzando vivas al rey Las armas que habian sido capturadas por los amotinados fueron devueltas a sus depositos No obstante siguieron apareciendo pasquines 50 El ciego de la guitarra uno de los cartones de Goya 1778 Ya fallecio de repenteel gran monstruo Esquilache y aunque el entierro se le hace no esta de cuerpo presente Mucho llora su gente Parayuelo 51 e Ibarrola 52 Santa Gadea y Gazola no siendo cosa ynhumana sic que quien mando a la italianasea servido a la espanola Requiescat Murio Squilace in pace ha quedado el Reino Amen dice toda Espana Jesus y a que lindo tiempo En una fecha no determinada pero contemporanea al motin los ciegos pregonaron por las calles hojas impresas por el librero Bartolome de Ulloa que reproducian los vaticinios de Diego de Torres Villarroel cuya fama de Gran Piscator Salmantino provenia de haber pronosticado la muerte de Luis I previamente publicados en 1765 como almanaque para 1766 Alli se pronosticaba para el mes de marzo del 11 al 18 un juez se descuida en los procedimientos justos levantase un motin en su pueblo y del 27 al 31 de marzo un poderoso de cierta corte vive en trabajos y persecuciones de los que se habria librado si hubiera sabido gobernar La indefinicion de lo predicho se podia adaptar con facilidad a los hechos sucedidos y ante la credulidad de la gente las autoridades se inquietaron Se obtuvieron explicaciones y disculpas sumisas del propio Torres que incluyo en su siguiente publicacion una advertencia contra la manipulacion de sus predicciones 53 La guardia valona fue retirada discretamente y no volvio a desplegarse en Madrid Cuando en el mes de mayo un pequeno numero de guardias realizaron un movimiento de persecucion de unos desertores que podia interpretarse como un intento de comprobar como eran recibidos por los madrilenos volvieron a aparecer pasquines de protesta 50 Si volvieran los walones no reinaran los BorbonesConsecuencias EditarExtension del motin por Espana Editar Colegio Imperial de la Compania de Jesus en la Calle de Toledo situado entre los puntos neuralgicos del motin a la izquierda la Plaza Mayor a la derecha la bajada a Lavapies detras la Carcel de Corte y la calle Atocha que va a la plazuela de Anton Martin Campomanes anotaba cuidadosamente todos los rumores que implicaron a los jesuitas en el motin como se vio a ocho o nueve padres de la compania en la porteria de su colegio celebrando lo que ocurria a sus mismas puertas o en el mismo lugar una mujer gritaba Tumulto 54 Las noticias del motin de Madrid provocaron una oleada de emulacion en otras ciudades como Cuenca Zaragoza Barcelona Sevilla Cadiz Lorca Cartagena Elche La Coruna Oviedo Santander y poblaciones de Vizcaya y Guipuzcoa donde se les dio la denominacion local tradicional de machinadas en las que con muy distintas particularidades por lo general se hacian peticiones de proteccionismo hacia el consumidor el modelo clasico de motin de subsistencia No habia ninguna coordinacion entre ellas ni hubo ninguna continuidad No se aprovecho tampoco como durante la crisis de 1640 para movimientos politicos de mas calado por parte de ninguna oposicion organizada realmente peligrosa 55 Cambios politicos Editar Muy a disgusto del monarca Esquilache partio al destierro El conde de Aranda capitan general de Valencia que con sus tropas desplazadas a Aranjuez habia tranquilizado al amedrentado monarca se convirtio en el hombre fuerte del nuevo gobierno que posteriormente se identificaria con la etiqueta de partido aragones personalidades proximas a Aranda vinieran de Aragon o no militares y manteistas letrados plebeyos desplazando a los italianos y a los golillas que se habian formado en los aristocraticos colegios mayores mecanismo clasico de formacion de las elites no obstante golillas y ministros italianos como el genoves Grimaldi siguieron ostentando cargos de la confianza real Otras figuras emergentes fueron personajes de la talla politica de Pedro Rodriguez de Campomanes y el conde de Floridablanca que terminarian consiguiendo la caida de Aranda desplazado a la embajada de Paris en 1773 56 Expulsion de los jesuitas Editar Articulo principal Pragmatica Sancion de 1767 La atribucion a posteriori de la culpa no tardo en sustanciarse en la Pesquisa Secreta promovida desde finales de abril por Aranda y Campomanes Tenia todo el sentido de la oportunidad de encontrar chivos expiatorios logicamente entre los enemigos del partido que ocupaba ahora la confianza del soberano el marques de la Ensenada fue desterrado de la Corte tambien fueron castigados Isidoro Lopez procurador general de la provincia de Castilla de la Compania de Jesus como inspirador del motin y como sus complices el abate Miguel Antonio de la Gandara Lorenzo Hermoso de Mendoza y Luis Velazquez marques de Valdeflores 57 La Compania de Jesus fue expulsada de todos los reinos de la Monarquia Hispanica al ano siguiente 1767 La expulsion de los jesuitas no fue exactamente un signo de anticlericalismo aunque la masoneria se ha asociado con la figura de Aranda pues la medida tuvo el acuerdo de la mayor parte del clero tanto secular como regular sus principales enemigos eran las otras ordenes religiosas Vuelta al paternalismo en los abastos Editar Casa de la Panaderia de la Plaza Mayor de Madrid donde tambien residia el Repeso Mayor El abasto y el consumo alimentario en Madrid fueron en lo sucesivo vigilados especialmente a traves de las instituciones tradicionales y sin las veleidades liberalizadoras de los decretos de libre comercio respondiendo anticiclicamente a los periodos de escasez y carestia En el vertice del aparato institucional estaba el Consejo de Castilla y la Sala de Alcaldes de Casa y Corte mientras que la base descansaba en los alguaciles la red de repesos y los minoristas tablajeros panaderos entre vertice y base se encontraban agentes intermedios y verdaderos grupos de presion Posito obligados Cinco Gremios Mayores Ayuntamiento de Madrid 58 La moda y el casticismo Editar Suavemente y con el consenso de la atemorizada sociedad madrilena las capas y chambergos desaparecieron curiosamente para pasar a identificarse con la vestimenta del verdugo a quien nadie queria recordar El traje de las capas populares paso a ser identificado con el de un personaje de sainete el manolo que los aristocratas imitaban por casticismo como las diversiones populares flamenco y toros una promiscuidad estetica que en otras cortes europeas hubiera sido inimaginable y que de hecho funciono como factor de cohesion y freno a los cambios sociales En el siglo XIX se identifico como moda espanola la denominada capa espanola Vease tambien Pan y torosRecreaciones en la ficcion EditarEl espadachin narracion historica del motin de Madrid en 1766 novela de Antonio Barreras Madrid Abienzo 1880 59 Un sonador para un pueblo obra teatral de Antonio Buero Vallejo 1958 Esquilache pelicula de Josefina Molina 1989 basada en la obra de Buero Vallejo Notas Editar El motin de Esquilache 1776 Archivado el 24 de noviembre de 2005 en Wayback Machine en Alma Mater hispalense Jose Camon Aznar Francisco Goya Caja de Ahorros de Zaragoza Aragon y Rioja ISBN 8450041651 vol 1 p 43 Cita a Pierre Gassier como el autor que identifico la escena con el motin de Esquilache La interpretacion que hace de la escena Camon Aznar es discrepante con los hechos implica que el fraile no es un personaje real sino la imagen de un santo que se lleva en andas y que es el personaje con lujosa casaca subido a una silla el que arenga a la muchedumbre Herman Schwember se extrana de la atribucion a un Goya juvenil cuando la factura parece mas de un Goya posterior incluso cuarenta o cincuenta anos posterior de epoca romantica Aun asi no duda de ella puesto que supone que el cuadro es pendant con otro atribuido sin ninguna duda a Goya y que se titula Carlos III firmando el decreto de expulsion de los jesuitas Ambos tendrian unas dimensiones de 46x60 cm Las expulsiones de los jesuitas o Los fracasos del exito J C Saez Editor 2005 ISBN 9567802998 pg 93 Otros autores hacen una indicacion diferente del cuadro que hace pareja con ese indicando que se trataria de Cumplimiento de la expulsion De ninguno de esos dos se tiene mas noticia que la referencia que hace Iriarte biografo de Goya en 1867 a esos titulos y a su posesion por un coleccionista Los datos biograficos de Goya en el periodo 1767 1770 previos a su estancia en Italia son muy escasos Resultados de la busqueda de esos cuadros en Google books Lopez Garcia op cit p 10 Vaca de Osma op cit pg 173 Camon Aznar op cit Demografia de Madrid Demografia de Madrid el principal ministro de Carlos III entre 1759 y 1766 fue Esquilache que no era secretario de Estado Jose Miguel Delgado Barrado ed Ministros de Fernando VI Volumen 13 de Estudios de historia moderna Coleccion Maior Universidad de Cordoba 20002 ISBN 8478016260 p 95 Eguia op cit p 7 El motin por de pronto no parece tuvo otro efecto que hacer salir de Madrid a este mismo marques italiano causa supuesta de el al ilustrisimo Rojas gobernador del Consejo al marques de la Ensenada a otros amigos de los jesuitas Gallego 2005 op cit donde se citan y comentan la mayor parte de los documentos esenciales del motin y la Pesquisa Resumen de Maldades de Don Leopoldo de Gregorio Capitulaciones de Madrid Noticias extrajudiciales de Campomanes etc Por desgracia se han perdido los documentos de la investigacion iniciada a finales de abril de 1766 La base documental fue destruida al parecer por orden directa del rey y solo quedan pocos testimonios fiables para reconstruir sus planteamientos esenciales Existe sin embargo un texto de atribucion dudosa escrito por Roda o por Campomanes que ilustra la conviccion que alento en todo momento a los investigadores El pueblo la gente baja y soez se lee en el texto no habia sido otra cosa que el instrumento de personas de otra clase mas habil Habia pues culpables He aqui el texto del documento Aunque el rey cree que ni la Nobleza ni la villa ni los Gremios y demas Cuerpos hayan cooperado ni concurrido al tumulto desearia no obstante que diesen algunas pruebas de esta verdad para quitar todo escrupulo que pueda inducir la sospecha de que la gente baja y soez fuese solo instrumento de que se valdrian personas de otra clase mas habil y de alguna autoridad y poder que movia aquella El orden se observo en el mayor desorden la especie de disciplina y obediencia en los respectivos movimientos para el alboroto y para la respectiva quietud cuando les convenia los centinelas que tenian y avisos que se daban la ocupacion de las puertas de Madrid el ningun temor a la tropa ni a la Justicia el arrojo con que se presentaron a Palacio a los Tribunales y Magistrados la avilantez y seguridad con que impidieron la salida de los primeros Personajes y de la conduccion a Aranjuez de los viveres y provisiones para S M y Real Familia y Casa la especie de virtud y honor que se propuso y observo la gente mas vil infame y pobre de cometer robos homicidios a paisanos insultos a mujeres ni otro delito que el de su figurado intento cuando se hallaban con la mayor libertad duenos despoticos de Madrid sus calles casa y cuarteles y apoderados de sus armas no es facil comprender que lo practicasen sin ser gobernados con instruccion regla y disciplina que no se ve observar en las acciones militares por la tropa mas bien instruida y arreglada Esto hace persuadir que hubo motores principales cabezas y auxiliares de este tumulto y querer disculpar con pretextos de honor y fidelidad al rey y tal vez con la justicia de sus pretensiones como no ha dejado de intentarse y escribirse es el mayor delito que pueda imaginarse Y todo esto pone en la precision al rey de que se averifique y aclare el origen causas y autores de tan execrable delito Finalmente el Consejo Extraordinario puso al descubierto al padre jesuita Isidoro Lopez procurador general de la provincia de Castilla Segun los investigadores el padre Lopez habia sido el inspirador del motin sin duda apoyado por Ensenada En calidad de complices fueron procesadas tres personas mas cierto abate santanderino llamado Miguel Antonio de la Gandara y dos civiles Lorenzo Hermoso de Mendoza y el marques de Valdeflores este ultimo por su activa labor como escritor y difusor de incendiarios pasquines Debe decirse que estos presuntos culpables se defendieron muy habilmente de las acusaciones subrayando el caracter espontaneo del motin en aquel clima de carestia recordando en fin las torpes provocaciones de Esquilache Queda claro segun ha mostrado el profesor Navarro Latorre que los cuatro eran enemigos declarados del sector regalista y partidarios del marques de Ensenada datos que nos ponen ante la evidencia de que contra ese sector se maniobraba en las altas esferas Desde luego el jesuita Lopez tomo parte en el motin pero atribuirle una responsabilidad decisiva resulta problematico o aventurado a falta de pruebas concluyentes Faltaban estas pero el Consejo Extraordinario llego a la conclusion de que los culpables principales del motin habian sido los jesuitas de la mano con elementos vinculados al ya desterrado Ensenada Evidentemente Aranda y los suyos pretendian acabar con estos y con la Compania de Jesus por lo que las conclusiones del Consejo deben considerarse politicamente intencionadas Es inevitable someterlas a un severo juicio critico Acabar con los jesuitas significaba hacer triunfar la causa del regalismo y cosa importante cambiar de manos las riendas de la educacion de las universidades y colegios donde los jesuitas habian logrado imponer un ferreo monopolio La expulsion de los jesuitas de Espana y la universidad en Alma Mater hispalense puso en evidencia la confluencia de intereses entre el obispo Diego de Rojas y Contreras presidente del Consejo de Castilla Francisco Mata Linares gobernador de la sala de alcaldes de Casa y Corte y Alonso Perez Delgado corregidor de Madrid La investigacion obligo a retirarse de sus puestos politicos a los obispos de Cartagena Diego de Rojas y Contreras y al obispo de Cuenca Isidro de Carvajal y Lancaster pero no se quiso ir mas alli y se prefirio dirigir la inculpacion contra los jesuitas que fueron expulsados de Espana Varios de estos personajes compartian la condicion de antiguos alumnos del colegio viejo de San Bartolome de Salamanca Francisco Mata Linares el motin de Esquilache enlace roto disponible en Internet Archive vease el historial la primera version y la ultima La expresion se debe a Teofanes Egido 1979 op cit en respuesta a la identificacion con un motin de subsistencias o guerra de harinas en referencia a la Guerra de las harinas francesa de 1775 que precedio a la Revolucion francesa que habria realizado Pierre Vilar op cit Ambos son citados y comentados por Juan Hernandez Franco La gestion politica y el pensamiento reformista del Conde de Floridablanca Universidad de Murcia 1984 Veanse mas ejemplos de uso bibliografico de la expresion De Teofanes Egido tambien es la interpretacion del ritmo temporal del Motin de Esquilache como un motin en dos tiempos citado en Macias op cit pg 168 Otras referencias a las distintas interpretaciones del motin puede verse en Risco op cit Archivado el 1 de abril de 2010 en Wayback Machine Novisima recopilacion Ley XIII en Los Codigos espanoles concordados y anotados vol 7 p 378 Real Academia Espanola y Asociacion de Academias de la Lengua Espanola chambergo Diccionario de la lengua espanola 23 ª edicion Soubeyroux op cit p 53 Lopez Garcia op cit pg 24 El mismo autor indica que los salarios medios unos 4 5 reales diarios op cit p 27 eran identicos a los que cobraban en albanileria y ofrece ejemplos de otras remuneraciones mensuales desde los 30 reales de una criada a los 200 de un ayuda de camara op cit p 27 que tenian la ventaja de ser alimentados por sus amos mientras que los trabajadores de otros oficios tenian que asumir el coste de la alimentacion de su familia por si mismos Tambien hay que tener en cuenta los dias que podian trabajar y cobrar realmente en cada tipo de oficio que para algunos podia ser poco mas de doscientos al ano Los salarios tambien variaban por regiones aunque los de Valencia para peones y oficiales de albanil se encontraba en ese rango entre tres y cinco reales Jorge Antonio Catala Sanz Rentas y patrimonios de la nobleza valenciana en el siglo XVIII Siglo XXI 1995 ISBN 8432308692 p 265 Ambas ocupaciones albanil y criado eran de las mas comunes entre las capas populares madrilenas Enrique Llopis Agelan y Hector Garcia Montero Coste de la vida y salarios en Madrid 1680 1800 Archivado el 14 de septiembre de 2011 en Wayback Machine Documentos de trabajo de la Asociacion Espanola de Historia Economica N º 1 2009 p 22 y ss Fernandez Albaladejo op cit p 80 La resistencia de instituciones eclesiasticas especialmente la diocesis de Cuenca a la politica liberalizadora y a algunas otras iniciativas de Esquilache como importaciones de grano o la movilizacion de los recursos de la arrieria se senala en La renovacion emprendida por Esquilache en Stanley J Stein y Barbara H Stein El apogeo del imperio Espana y Nueva Espana en la era de Carlos III 1759 1789 Critica 2005 ISBN 8484326020 p 61 Datos obtenidos de la Oronoz que cita como fuente la Biblioteca Nacional En esa misma web Archivado el 25 de diciembre de 2011 en Wayback Machine se pueden ver otros grabados de esa serie John Elliott dir Revoluciones y rebeliones en la Europa oderna Cinco estudios sobre sus precondiciones y precipitantes Alianza 1975 Expresion de Eric Hobsbawm Egido 1998 op cit citado por Jose Pena Gonzalez Historia politica del constitucionalismo espanol Dykinson 2006 ISBN 8497729064 p 43 Recogido en Olaechea 2003 fuente citada a su vez por Campese 2005 op cit pg 39 El tercer camino aunque no con medio tan justificado pero el mas eficaz seria hallandose V M con esta fuerza que dije ir en persona como a visitar aquel reino donde se hubiere de hacer el efecto y hacer que se ocasione algun tumulto popular grande y con este pretexto meter la gente y en ocasion de sosiego general y prevencion de adelante como por nueva conquista asentar y disponer las leyes en conformidad con las de Castilla y de esta misma manera irla ejecutando con los otros reinos Gran Memorial 25 de diciembre de 1624 Citado en John Elliott y otros La rebelion de los catalanes un estudio sobre la decadencia de Espana Siglo XXI 1986 ISBN 8432302694 p 179 Jose Maria Peman Breve historia de Espana 1950 Cultura Hispanica pg 294 Gallego 2003 op cit parte IX Esquilache y los jesuitas El embajador Larrey informando a Bernstorff le decia asimismo que un mes antes del estallido del motin de Madrid todo inducia a prever que algo funesto iba a sucederle al marques de Esquilache Un gran numero de pasquines y satiras anonimas repartidos incluso en su propia casa y que por la forma de estar escritos ciertamente no procedian de la hez del pueblo anunciaban una gran fermentacion Olaechea op cit pg 43 Si se refiere al gobernador o presidente del consejo de Castilla lo era Diego de Rojas y Contreras obispo de Cartagena El Padre Eleta El confesor real era una de las figuras mas importantes de la Corte espanola en el Antiguo Regimen Esquilache Chilindritis y agarrantis no son de evidente interpretacion pero pueden indicar una metafora vinculada a los juegos de naipes el chilindron ademas de una comida es una jugada que forman las tres figuras de la baraja espanola sota caballo y rey Real Academia Espanola y Asociacion de Academias de la Lengua Espanola chilindron Diccionario de la lengua espanola 23 ª edicion Asi interpretada la frase querria decir el rey es bondadoso el gobernador es tonto el confesor tiene las mejores cartas pero es Esquilache el que se lleva el dinero Los grandes de Espana se han dejado usurpar aquello a lo que tienen derecho su posicion preeminente en la Corte y sin recibir pago gratis por lo que su posicion es incluso mas agraviante que la de los cornudos consentidos una figura de gran tradicion literaria Los sacerdotes hebreos que se opusieron a Moises y Aaron y fueron castigados libro de los Numeros 16 16 Las ciudades que fueron castigadas por sus pecados colectivos especificamente por la homosexualidad libro del Genesis 19 Confiar en la Inquisicion espanola para librar a los madrilenos del castigo que sufrieron los personajes y ciudades biblicos nombrados es una sutil manera de asociar el tema con el de los marranos o cristianos nuevos que judaizaban es decir invocar las virtudes de las que son portadores los espanoles castizos como cristianos viejos Rosell op cit p 203 Ferrer del Rio op cit p 15 Nieto y Mendoza op cit p 110 en el relato del incidente de Anton Martin habla de dos embozados no de uno y refleja la presencia de los alguaciles y la mesa con las tijeras de los sastres Lopez Garcia op cit pp 90 y 109 Lopez Garcia op cit pg 112 En 1764 se habia implicado en un grave incidente en el Buen Retiro al cargar contra la multitud durante la boda de la infanta Maria Luisa ocasionando 24 muertos y sin que se hiciera a nadie responsable Carlos III y la policia 1701 1788 Dominguez Ortiz op cit p 104 Lynch op cit p 326 Segun las Noticias extrajudiciales de Campomanes un cura dio seis pesos duros a un zapatero de viejo que trabajaba junto al Ave Maria entre Lavapies y Anton Martin por haber sido herido en el motin en El Pardo se habia oido decir a un caballero que se dirigia a un mendigo Prestos andad que ya os cobrareis en Madrid Gallego op cit p 54 Ferrer del Rio op cit Volumen 1 p 22 El mismo autor recoge que en ese momento la multitud retenida junto al Arco de la Armeria llenaba todas las calles hasta la Carcel de Corte sin que fuera posible revolverse en todo el espacio de las calles de la Almudena y las Platerias ni en la Plaza Asi se cita en Nieto y Mendoza op cit pg 112 De forma practicamente identica aparece en Modesto Lafuente op cit pg 117 En otras fuentes aparecen otras formulaciones como la que resume Oloechea op cit sobre una fuente diplomatica Lebzeltern a Kaunitz Madrid 24 marzo 1766 Que Esquilache depuesto de todos sus empleos saliera desterrado del pais y en el ministerio de Hacienda fuera colocado un espanol que se redujera el precio de la libra del pan de 14 a 8 cuartos y que el precio de los comestibles mas precisos para la vida humana fuera dos cuartos mas barato que se aboliera inmediatamente la Junta de Abastos que los guardias walones se retiraran de Madrid y que los ha bitantes de la capital pudieran seguir llevando el antiguo traje espanol compuesto por la capa larga y el sombrero redondo o gacho Sarrailh op cit p 583 Vaca de Osma op cit pg 174 175 Equipo Madrid op cit p 253 Que habian tomado muy a mal su huida en un momento en que ellos no pensaban en otra cosa sino en manifestar su agradecimiento por las gracias recibidas que deseaban ardientemente verlo en Madrid esa misma noche del 25 de marzo que no podia negarseles tan justa peticion ya que en caso contrario quemarian el Palacio real se apoderarian del tesoro y cometerian toda clase de excesos Contenido de la carta resumido en Olaechea op cit p 39 Tambien en aquel momento eran colegiales el fiscal de la Sala de alcaldes de Casa y Corte Velasco y el alcalde semanero Francisco Mata op cit Rodriguez Casado citado por Tomas y Valiente Tratado de la regalia de amortizacion en Ferrer Benimelli ed op cit pg 99 Olaechea op cit p 39 Olaechea op cit pg 40 sospechando que la huida del monarca se debia al influjo de los picaros italianos que rodeaban a S M manifestaban a S M que su intencion no era unicamente protestar contra los excesos y vejaciones que habian sufrido por parte del marques de Esquilache sino aclararle que dada la situacion en que se encontraba todo se habia llegado a una perdicion del Reino a una exterminacion de vuestros dominios a un menoscabo de vuestro real erario a una aniquilacion de los pueblos y a un despotismo tiranico Los espanoles han visto y tolerado muchas cosas muchos despojos reformas y establecimientos sin que se atendiera a los despojados Hasta aqui han callado pero ya no pueden soportar mas Gallego op cit p 14 Estudios op cit a b Olaechea op cit Rosendo Saez de Parayuelo director general de rentas colaborador de Esquilache y despues de Galvez Stanley J Stein Barbara H Stein El apogeo del imperio Espana y Nueva Espana en la era de Carlos III 1759 1789 Critica 2005 ISBN 8484326020 pg 182 Francisco Antonio Ibarrola II marques de Zambrano o Francisco Antonio de Ibarrola y Gorvea caballero de Calatrava Manuel Maria Perez Lopez y Emilio Martinez Mata Revision de Torres Villarroel Universidad de Salamanca 1998 ISBN 8478000860 pg 98 y ss Emilio Martinez Mata La prediccion de la muerte del rey Luis I en un almanaque de Diego de Torres Villarroel Bulletin Hispanique 1990 Gallego 2005 op cit p 54 El motin de Esquilache y sus replicas provinciales en Campese op cit pp 38 y ss Partido aragones en GEA La expulsion op cit Angel Luis Alfaro Fuentes para el estudio del consumo y del comercio alimentario en Madrid en el Antiguo Regimen en Primeras jornadas sobre fuentes documentales para la historia de Madrid 4 5 y 6 de febrero de 1988 Consejeria de Cultura de la Comunidad de Madrid 1990 ISBN 84 451 0173 0 Equipo Madrid op cit el acuerdo de 1771 habia garantizado un minimo de 250 000 fanegas Los panaderos compraban a los comerciantes y trajineros cuando ofrecian mejores precios que el Posito recurriendo a este cuando se elevaban bruscamente o se restringia la oferta El Posito acumulaba una gran cantidad de grano y el corregidor logra en 1775 que saquen una quinta parte El corregidor lo exponia claramente En las necesidades de trigo los panaderos tienen por amigo al Posito y en tales ocasiones no reparan en su calidad ni en el precio pero cuando abundan los arrieros cargados con sus recuas de una en otra tahona brindando con el trigo es cuando aborrecen el Posito y su gobierno Ficha en cervantesvirtual Consultado el 1 de abril de 2017 Bibliografia EditarGonzalo Anes Antecedentes proximos del motin contra Esquilache Moneda y Credito n º 128 1974 ISSN 0026 959X Fernando Javier Campese Gallego El motin de Esquilache y sus replicas provinciales en La representacion del comun en el ayuntamiento de Sevilla 1766 1808 Universidad de Sevilla 2005 ISBN 8447208907 Antonio Dominguez Ortiz Carlos III y la Espana de la Ilustracion Alianza 2005 ISBN 8420659703 Teofanes Egido Motines de corte y oposicion al gobierno en Cuadernos de Investigacion Historica n º 3 1979 ISSN 0210 6272Idem Las elites de poder el gobierno y la oposicion en La epoca de la Ilustracion El Estado y la cultura 1759 1808 Miguel Batllori coord vol 1 Espasa Calpe 1998 ISBN 84 239 4839 0Constancio Eguia Ruiz Los jesuitas y el Motin de Esquilache Consejo Superior de Investigaciones Cientificas Instituto Jeronimo Zurita 1947 Equipo Madrid Carlos III Madrid y la Ilustracion Contradicciones de un proyecto reformista Siglo XXI 1988 ISBN 8432306347 Pablo Fernandez Albaladejo Antonio Dominguez Ortiz Gonzalo Anes Julio Caro Baroja Carmen Iglesias Jose Antonio Ferrer Benimeli Francisco Aguilar Pinal Richard Herr y otros vease indice Actas del Congreso Internacional sobre Carlos III y la ilustracion Economia y sociedad Ministerio de Cultura 1989 ISBN 8474836042 Jose Antonio Ferrer Benimeli ed Rafael Olaechea Santos M Coronas Gonzalez Francisco Tomas y Valiente Antonio Dominguez Ortiz Maria Concepcion Contel Barea Jorge Cejudo Teofanes Egido Isidoro Pinedo M Aviles Fernandez Relaciones Iglesia Estado en Campomanes Ministerio de Justicia 2002 ISBN 8477878714 Antonio Ferrer del Rio Historia del reinado de Carlos III en Espana 1856 Jose Andres Gallego El motin de Esquilache America y Europa CSIC 2003 ISBN 84 00 08133 1Idem Por que los jesuitas Razon y sinrazon de una decision capital en Tres grandes cuestiones de la historia de Iberoamerica ensayos y monografias Fundacion Ignacio Larramendi y Fundacion MAPFRE Tavera 2005 ISBN 84 932739 5 3Modesto Lafuente Historia general de Espana desde los tiempos mas remotos hasta nuestros dias 1858 Jose Miguel Lopez Garcia El motin contra Esquilache crisis y protesta popular en el Madrid del siglo XVIII Alianza Editorial 2006 ISBN 8420647934 John Lynch La Espana Del Siglo XVIII Critica 2005 ISBN 8484326624 Jacinta Macias Delgado El Motin de Esquilache a la luz de los documentos Centro de Estudios Constitucionales 1988 ISBN 8425907985 Felipe Nieto y Gabino Mendoza Los Borbones del siglo XVIII vol 12 de Historia de Espana Manuel Tunon de Lara ed 1979 Labor Circulo de Amigos de la Historia ISBN 8422502127 Rafael Olaechea Contribucion al estudio del Motin contra Esquilache 1766 Tiempos modernos n º 8 2003 ISSN 1139 6237 Antonio Risco Flujos y reflujos del motin de Esquilache Cuadernos de Historia Moderna y Contemporanea vol 5 Madrid 1984 Cayetano Rosell Motin contra Esquilache en Semanario Pintoresco Espanol de Ramon de Mesonero Romanos 1849 pg 201 a 204 Jean Sarrailh La Espana ilustrada de la segunda mitad del siglo XVIII Fondo de Cultura Economica 1992 ISBN 8437500273 Jacques Soubeyroux Pauperismo y relaciones sociales en el Madrid del siglo XVIII Estudios de historia social n º 12 13 dedicado a Pobreza y asistencia social en el XVIII espanol 1980 ISSN 0210 1416 Jose Antonio Vaca de Osma Carlos III Rialp 1997 ISBN 8432131415 Pierre Vilar El motin de Esquilache y las crisis del antiguo regimen en Revista de Occidente n º 36 1972Enlaces externos Editar Wikimedia Commons alberga una categoria multimedia sobre el Motin de Esquilache La inesperada vuelta del marques de Esquilache Una excavacion arqueologica desentierra los restos de los madrilenos que se enfrentaron a las tropas reales por la subida del precio de los alimentos en 1766 El Pais 18 de enero de 2019 Los esqueletos de Atocha proceden de una carga de caballeria ABC 19 de enero de 2019 Un motin tal vez el de Esquilache esta tras la muerte violenta de los 94 cadaveres hallados en 2017 durante unas obras en el edificio de la Sociedad Cervantina en la calle Atocha Un extenso estudio arqueologico y antropologico ha permitido averiguar que entre los fallecidos muchos con la cabeza partida por golpes de sable de la caballeria hay 73 hombres y mujeres algunas embarazadas hay tres cuerpos muertos antes de nacer y 18 ninos Los estudios del equipo del arqueologo Juan Jose Cano y el del antropologo Jesus Herrerin de la Universidad Autonoma de Madrid realizados por encargo de la consejeria de Cultura de la Comunidad de Madrid que dirige Jaime de los Santos han permitido arrojar luz sobre el origen de estos restos humanos hallados en noviembre miles de huesos procedentes probablemente de una monda o vaciado de las tumbas existentes en la cercana iglesia de los Desamparados Datos Q1883498 Multimedia Motin de Esquilache Obtenido de https es wikipedia org w index php title Motin de Esquilache amp oldid 139505014, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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