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Mercenarios de la antigua península ibérica

La vida mercenaria ha sido según las crónicas una costumbra de la península ibérica desde la Edad del Hierro, particularmente localizada en el área central española y en las islas Baleares. Durante estos siglos, abandonar la etnia propia y convertirse en soldado de fortuna para otras culturas era una forma de escapar de la pobreza y encontrar oportunidades para ejercer sus tradiciones guerreras.[1]​ A partir del siglo V a. C., el mercenariazgo se volvió un auténtico fenómeno social en Hispania, ocasionando que muchos hispanos de tierras distantes se alistasen en masa en los ejércitos de Cartago, Sicilia, Grecia y Roma, así como otros pueblos más ricos de Hispania.[2]

Estatua de un guerrero galaico.

El prestigio de los mercenarios hispanos es omnipresente en las mismas crónicas. Estrabón y Tucídides les consideran entre las mejores fuerzas militares del área del Mediterráneo, y Tito Livio habla de ellos como "la flor de todo el ejército" de Aníbal (id roboris in omni exercitu).[3]Polibio también era de la opinión que las fuerzas hispanas fueron la razón de varias victorias cartaginesas a lo largo de la Segunda Guerra Púnica.[4]

Trasfondo

Como es habitual en todo lo relativo al ejército de Cartago, las fuentes antiguas no siempre diferencian entre mercenarios, soldados atraídos por una paga, y vasallos, guerreros atados por pactos y beneficios feudales.[5]​ De la misma manera, la procedencia exacta de los combatientes hispanos a menudo queda emborronada por la terminología de los autores, que utilizan con frecuencia el apelativo "ibero" para referirse no sólo a los pueblos íberos costeros, sino a toda la península ibérica, con toda la confusión que ello trae. En cualquier caso, la evidencia apunta a la que Hispania se convirtió en una cantera de soldados de fortuna desde la Edad del Hierro temprana. Las razones para esto eran eminentemente económicas: hallándose las propiedades agriculturales y ganaderas concentradas en las manos de la oligarquía tribal, el pueblo llano se veía obligado a servir en otras regiones a cambio de un emolumento para escapar de una pobreza virtual en sus pueblos nativos. Dado el marcado carácter cultural guerrero de las tribus hispanas, las principales alternativas eran o el bandidaje o el mercenariazgo.[2]​ Las principales regiones donde se daba esta dinámica eran Lusitania y la Celtiberia, aunque tambía existían tradiciones mercenarias fuertes entre los cántabros, los nativos de las islas Baleares y varias etnias más.[6]

Los mercenarios de la península ibérica no trabajaban individualmente, sino en pequeñas unidades formadas por amigos, parientes y vecinos, las cuales eran regidas por sus propios comandantes y conservaban sus armas, tácticas y rasgos culturales. Estas unidades serían entonces manejadas por sus contratantes, que las aglutinarían con otras unidades de su misma y otras procedencias para formar contingentes.[1]​ Sus integrantes no siempre tenían esperanzas o intenciones de regresar a la península ibérica, ya que algunos esperaban recibir asiento en las culturas para las que trabajaban, mientras que otros vivirían de una manera coloquialmente conocida como día a día; los baleáricos eran especialmente famosos por derrochar al instante todo el dinero que ganaban, hasta el punto de que algunos cronistas supusieron que volver a casa con oro sin gastar debía de ser tabú en las Baleares.[7]​ Los que sí volvían a sus tierras, en cambio, lo hacían con el reconocimiento y prestigio de los máximos exponentes de una cultura guerrera.[5]​ No se interprete, sin embargo, como que sus destinos militares eran siempre remotos, ya que en ocasiones eran simplemente otras regiones ricas de Hispania las que traían mercenarios. En Turdetania y Bastetania era especialmente común emplear célticos y celtíberos como guardias y soldados, hasta el punto que las más importantes de sus figuras militares, como Istolacio, Indortes y posiblemente Audax, Minuro y Ditalco, eran mercenarios celtas.[2]

Los principales centros de reclutamiento peninsulares eran Gadir, Ampurias, Cástulo, Baria (actualmente Villaricos) y las islas Baleares.[5]​ Desde allí, los combatientes celtas y baleáricos serían reclutados por emisarios especializados de Cartago, Siracusa o cualquiera que fuera su destino. La fama de los mercenarios hispanos alcanzaba la otra punta del Mediterráneo, como puede verse en las palabras de Alcibíades. Eran conocidos por su dureza, disciplina y habilidad, así como por la calidad de sus armas, y no menos por su ferocidad, hasta el punto de que existían regiones donde se creía que los hispanos y los galos al servicio de Aníbal eran depravados que practicaban la antropofagia.[8]

Siglos V a IV antes de Cristo

 
Imagen de un soldado ibero.

Las primeras menciones de mercenarios ibéricos se dan en las Guerras Sicilianas, acaecidas entre el 480 a. C. y el 307 a. C., en las que formaron parte de las tropas púnicas en suelo siciliano. Aunque se cree que podrían haber estado ya en nómina de Cartago en 535 a. C., cuando la colonia fenicia emprendió sus campañas en Cerdeña, el auténtico debut de los hispanos sucedió en la batalla de Hímera, donde Diodoro y Heródoto cuentan que marchaban como parte de la expedición de Amílcar I contra las fuerzas griegas de Gelón.[2][5]​ Contingentes similares de íberos aparecen también en la toma de Selinunte, así como la segunda batalla de Hímera, las batallas de Agrigento, Gela y Camarina, así como el sitio de Siracusa en 404 a. C.[2][5]

Posiblemente influidos por el éxito de los púnicos, los propios griegos empezaron a contratar a mercenarios hispanos durante la Guerra del Peloponeso. El estadista Alcibíades trajo varios con él a la Liga del Peloponeso tras una campaña de reclutamiento en Sicilia, y más tarde Aristarco los utilizó también durante el golpe de Estado de los Cuatrocientos en 411 a. C.[2][5]​ En el año 396, después de que el corrupto general cartaginés Himilcón abandonase a su suerte a todos sus mercenarios en Sicilia tras la Tercera Guerra Siciliana, las fuerzas ibéricas fueron las únicas en sobrevivir a la subsecuente masacre. En vez de disgregarse y tratar de huir, los hispanos hicieron formación de batalla, marcharon hasta presencia de Dionisio I de Siracusa, su enemigo hasta entonces, y le ofrecieron atrevidamente sus servicios. Impresionado por su valentía y sobriedad, el rey los contrató como su guardia personal.[5]​ Más tarde, en 368 a. C., su hijo Dionisio II envió un contingente de celtas e iberos (posiblemente refiriéndose a celtíberos o a otros celtas españoles) a la guerra entre Tebas y Esparta, donde los mercenarios ayudaron a los espartanos a mantener el asedio de Corinto.[2][5][9]

Se cuenta que cuando Platón visitó a su amigo Dioniso II en el año 361, tuvo la oportunidad de presenciar una rebelión de los guardias ibéricos del rey debido a los intentos de este de reducir su salario. Los mercenarios marcharon por la acrópolis cantando el peán de guerra y formaron ante el palacio, asustando hasta tal punto a Dioniso II que no sólo no les redujo la paga, sino que se la aumentó.

Siglo III antes de Cristo

En 274 a. C., Hierón II de Siracusa terminó con la tradicional presencia mercenaria en Sicilia a fin de prevenir más motines. Para esto, los envió contra los mamertinos, un cuerpo de merodeadores italianos asentado en la ciudad de Centuripa, y allí les traicionó retirando al resto de las fuerzas griegas. Superados numéricamente y sin apoyo, los mercenarios lucharon bravamente, pero fueron derrotados y diezmados sin remedio por los mamertinos.[10]​ La presencia de los peninsulares no regresó a Sicilia hasta el año 264, esta vez de nuevo al lado de los cartagineses comandados por Hannón. Esta empresa fue un fracaso, aunque la mayoría de mercenarios -no sólo ibéricos, sino también galos, ligures, libios, baleares y griegos sobrevivió y regresó a África, donde causaron la Guerra Inexpiable cuando el senado cartaginés se negó a pagarles. Amílcar Barca fue el encargado de exterminarlos.[2][5]​ Sería en la Segunda Guerra Púnica, sin embargo, que los mercenarios hispanos volvieron a ser un factor en la ecuación principal, especialmente debido a que Hispania se convirtió en el primer y uno de los principales escenarios de la guerra.[11]

 
Dibujo de un hispano en el ejército de Aníbal.

Tras la llegada de Amílcar Barca a la península ibérica en el 237 a. C., Cartago conquistó con éxito varias tribus íberas y consiguió refuerzos de éstas, ya fuera a través de alianzas o usando rehenes. Tras su muerte, su hijo Aníbal heredó sus planes de llevar un ejército expedicionario a Italia. Como se mencionó antes, se vuelve difícil diferenciar a mercenarios de vasallos bárcidas, excepto cuando sus procedencias no se sitúan en regiones capturadas o tributarias, ya que aparentemente ésta fue la única diferencia que Aníbal hizo entre ellos.[5]​ En 218, antes de partir de Cartago Nova, envió a 16 000 siervos bastetanos, oretanos y olcades a Cartago a cambio de 15 200 lanzadores de jabalina africanos, previniendo así cualquier posible rebelión de ambos al emplazarlos lejos de sus tierras de origen. También licenció, antes de cruzar los Pirineos, a un grupo de carpetanos que no deseaban dejar Hispania.[12]​ A consecuencia de estas políticas, Aníbal mantuvo consigo sólo a los hispanos que le guardaran auténtica devoción, lo cual incluiría presumiblemente a los mercenarios de élite y a los vasallos más leales. Se estima que su ejército llevaba entre 8000 y 10000 hispanos, contando la suma de sus tribus peninsulares, cuando alcanzó a Italia.[11]​ La mayoría de ellos podrían haber seguido vivos y en activo cuando el general púnico volvió a Cartago en 202 a. C.[8]

La variedad y procedencia de los mercenarios hispanos de Aníbal no ha sido recogida con fidelidad, aparte de celtiberos, lusitanos y baleares, que son los únicos mencionados expresamente por las fuentes. Aníbal los empleaba estratégicamente de acuerdo con sus especialidades: los dos primeros y sus 2000 caballos ibéricos servían como caballería pesada y de montaña, sobre todo en comparación con la caballería númida, sólo apta para escaramuzas y llanuras; los celtíberos también desempeñaban tareas de infantería de vanguardia, más famosamente en la batalla de Cannas, donde ellos y los galos consiguieron aguantar la línea necesaria para el movimiento de pinza que ganó la batalla; y los baleáricos, contándose entre 1000 y 2000 hombres, destacaban por sus jabalinas y hondas pesadas, con lo que servían de hostigadores y combatientes a distancia.[11]Silio Itálico habla de aún más tribus peninsulares en su ejército, incluyendo vetones, galaicos (combinados con los lusitanos en un solo batallón), cántabros, astures y vascones,[13]​ aunque algunos autores han dudado de esta diversidad.[5]​ Probablemente, el grueso del mercenariazgo español de Aníbal lo componían celtíberos y lusitanos, como atestigua el discurso de Aníbal antes de la batalla del Tesino.[14]

Otros celtíberos lucharon motu proprio contra Cartago después de su pacto con Roma, derrotando a Asdrúbal Barca en el año 217. Cuatro años después se convertirían en los primeros mercenarios oficialmente contratados por Roma, ya que ciertas complicaciones obligaron a Publio Cornelio Escipión a pagarles para retenerlos en su bando. Según Livio y Apiano, Escipión envió a 200 de ellos a Italia para intentar convencer a sus homólogos anibálicos de desertar del bando cartaginés, lo que habría ayudado a minar la confianza de Aníbal en ellos incluso si pocos llegaron a abandonarle.[5][14]​ Pronto, sin embargo, Asdrúbal volvió las tornas, ya que la mayor familiaridad de los púnicos con la política mercenaria de Hispania le permitió sobornar a los celtíberos de Escipión. Éstos se negaron a volverse contra él por cuestión de principios, pero sí accedieron a abandonarle, con lo que Escipión perdió la mayor parte de su ejército en un momento crítico y fue muerto junto con su hermano en el año 211.[14]​ El mismo año, posiblemente inspirados por una deserción de íberos y númidas a Marco Claudio Marcelo tras la batalla de Nola en 215 a. C., dos comandantes celtíberos llamados Merico y Beligeno entregaron a sus compañeros de Siracusa y se unieron también a Marcelo.[5][12]​ Otra deserción sucedió en Arpi, donde 1000 hispanos se unieron a Roma,[12]​ aunque esto podría haber sido en realidad un intercambio para sacar a 5000 africanos leales de la ciudad.[8]​ En cualquier caso, estas parecen haber sido las únicas excepciones a la lealtad mercenaria. Los hispanos generalmente veneraban a sus caudillos púnicos, considerándolos sus comandantes supremos o strategos autokrátor, y en varios casos, como las derrotas de Asdrúbal, Giscón y Hannón, murieron en el campo antes que dar la batalla por perdida.[11]​ El mismo Aníbal los incluía entre sus tropas más valiosas, casi al nivel de sus compatriotas africanos, y muy por encima de los indisciplinados galos y ligures.[8]

 
Una espada de antena, usada por los celtíberos de Aníbal y adoptada por los romanos.

En 209 a. C., después de reunir huestes de celtíberos y cántabros, Asdrúbal Barca puso rumbo a Italia para encontrarse con su hermano. Sin embargo, su incursión fue descubierta y destruida en la batalla del Metauro en 207, en la que Asdrúbal y los hispanos bajo su mando cayeron tras luchar hasta e final. Algunos celtíberos, empero, consiguieron abrirse paso y llegar hasta Aníbal.[14]​ El mismo año, los generales Magón Barca y Hannón el Viejo se desplazaron a Celtiberia para reunir otro ejército, pero un ataque romano, esta vez encabezado por Marco Silano y guiado por nativos sobornados, puso fin al esfuerzo antes de que pudieran partir hacia Italia.[14][12]​ Esta resultaría ser una mala decisión por parte de roma, ya que los pueblos celtíberos consideraron esto una intrusión y decidieron unirse a la revuelta ilergete de Indíbil y Mandonio del próximo año.[14][12]​ Sea como fuerte, Magón pudo huir con 2000 supervivientes a la ciudad aliada de Gadir. Después de la batalla de Ilipa, envió a su prefecto Hannón a reunir en secreto otro ejército mercenario, pero la mala gestión de este comandante y la rápida reacción de Roma durante la batalla del Guadalquivir pusieron fin a la iniciativa.[14]​ Reuniendo a todos los supervivientes de la revuelta ilergete y el grupo de Hannón que pudo encontrar, posiblemente 12 000,[8]​ Magón embarcó en una flota y abandonó Gadir. Finalmente, tras un intento infructuoso de recapturar Cartago Nova por el camino, Magón desistió de intervenir más en Hispania y puso proa a Italia con nuevos refuerzos baleáricos.[14][12]

El último gran despliegue de mercenarios hispanos en la Segunda Guerra Púnica fue en un intento final de defender el territorio de Cartago. Haciéndose con 4000 celtíberos enviados por Magón, Asdrúbal Giscón y el rey númida Sifax se enfrentaron a Escipión el Africano en la Batalla de los Grandes Campos, siendo derrotados. El encuentro fue amargo para ambos bandos, ya que anteriormente Escipión había indultado a muchos de los celtíbros de la revuelta de Indíbil sólo para encontrárselos allí de nuevo luchando contra Roma, y de la misma manera, los celtíberos sabían que no recibirían piedad una segunda vez en caso de rendición. Por ello, cuando los 4000 se encontraron -como era habitual- siendo los únicos efectivos púnicos que mantenían la disciplina, eligieron dar batalla hasta el final y murieron lealmente en sus puestos.[5][14]​ Todavía hubo algún intento más por parte de Cartago de traer a mercenarios ibéricos, pero los saguntinos interceptaron a sus reclutadores y los vendieron a Roma.[14]​ En 202 a. C., Aníbal llegó de Italia con lo que quedaba de su ejército y lo combinó con el de Magón, que había muerto en el mar en su propio viaje de vuelta a África. Esta última formación se enfrentó a Escipión en la batalla de Zama, donde Roma se alzó con la victoria y puso fin a la Segunda Guerra Púnica. La derrota de Cartago fue sinónimo con el fin de su tradición militar multiétnica, ya que el tratado impuesto por Roma les prohibió volver a reclutar mercenarios.

Siglos II y I antes de Cristo

A pesar de la retirada de Cartago de Hispania, la costumbre peninsular del mercenariazgo pervivió. Entre los años 197 y 195 a. C., los turdetanos emplearon 30 000 celtíberos como tropas de élite durante la Revuelta Íbera, y en 147 a. C. el prefecto romano de Cayo Vetilio empleó sin éxito un contingente de titos y belos contra los rebeldes lusitanos de Viriato. Así mismo, Julio César empleó honderos baleares en la Guerra de las Galias.

Véase también

Referencias

  1. Joaquín Gómez-Pantoja, Eduardo Sánchez Moreno (2007). Protohistoria y Antigüedad de la Península Ibérica II. Sílex Ediciones. ISBN 978-84-773718-2-3. 
  2. María Paz García-Gelabert Pérez, José María Blázquez Martínez. «Mercenarios hispanos en las fuentes literarias y la arqueología». Habis. 
  3. Tito Livio. Ab Urbe Condita Libri, 27, 14. 
  4. María Paz García-Gelabert Pérez. «Estudio del Armamento prerromano en la península ibérica a través de los textos clásicos». Espacio, Tiempo y Forma. 
  5. Benjamín Collado Hinarejos (2018). Guerreros de Iberia: La guerra antigua en la península Ibérica. La Esfera de los Libros. ISBN 978-84-916437-9-1. 
  6. Eduardo Peralta Labrador (2003). Los cántabros antes de Roma. Real Academia de la Historia. ISBN 978-84-895125-9-7. 
  7. Ruth Pliego Vázquez. «Sobre el reclutamiento de mercenarios turdetanos: el campamento cartaginés de El Gandul (Alcalá de Guadaira, Sevilla)». Universidad de Sevilla. 
  8. Fernando Quesada Sanz. «De guerreros a soldados. El ejército de Aníbal como un ejército cartaginés atípico». Universidad Autónoma de Madrid. 
  9. Phillip Harding (2015). Athens Transformed, 404-262 BC: From Popular Sovereignty to the Dominion of Wealth (en inglés). Routledge. ISBN 978-13-174354-5-7. 
  10. Polibio, 1: 9(1-6)
  11. Gregory Daly (Agosto de 2005). Cannae: The Experience of Battle in the Second Punic War (en inglés). Routledge. ISBN 978-11-345071-2-2. 
  12. José María Blázquez Martínez. «Las guerras en Hispania y su importancia para la carrera militar de Aníbal, de Escipión el Africano, de Mario, de Cneo Pompeyo, de Sertorio, de Afranio, de Terencio Varón, de Julio César y de Augusto». Real Academia de la Historia. 
  13. Silio Itálico, Punica
  14. Serafín Olcoz Yanguas, Manuel Medrano Marqués. «Los celtíberos y la ubicación de Celtiberia en el relato de la Segunda Guerra Púnica, de Tito Livio». Espacio, Tiempo y Forma. 
  •   Datos: Q65044966

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La vida mercenaria ha sido segun las cronicas una costumbra de la peninsula iberica desde la Edad del Hierro particularmente localizada en el area central espanola y en las islas Baleares Durante estos siglos abandonar la etnia propia y convertirse en soldado de fortuna para otras culturas era una forma de escapar de la pobreza y encontrar oportunidades para ejercer sus tradiciones guerreras 1 A partir del siglo V a C el mercenariazgo se volvio un autentico fenomeno social en Hispania ocasionando que muchos hispanos de tierras distantes se alistasen en masa en los ejercitos de Cartago Sicilia Grecia y Roma asi como otros pueblos mas ricos de Hispania 2 Estatua de un guerrero galaico El prestigio de los mercenarios hispanos es omnipresente en las mismas cronicas Estrabon y Tucidides les consideran entre las mejores fuerzas militares del area del Mediterraneo y Tito Livio habla de ellos como la flor de todo el ejercito de Anibal id roboris in omni exercitu 3 Polibio tambien era de la opinion que las fuerzas hispanas fueron la razon de varias victorias cartaginesas a lo largo de la Segunda Guerra Punica 4 Indice 1 Trasfondo 2 Siglos V a IV antes de Cristo 3 Siglo III antes de Cristo 4 Siglos II y I antes de Cristo 5 Vease tambien 6 ReferenciasTrasfondo EditarArticulo principal Guerra en la antigua peninsula iberica Como es habitual en todo lo relativo al ejercito de Cartago las fuentes antiguas no siempre diferencian entre mercenarios soldados atraidos por una paga y vasallos guerreros atados por pactos y beneficios feudales 5 De la misma manera la procedencia exacta de los combatientes hispanos a menudo queda emborronada por la terminologia de los autores que utilizan con frecuencia el apelativo ibero para referirse no solo a los pueblos iberos costeros sino a toda la peninsula iberica con toda la confusion que ello trae En cualquier caso la evidencia apunta a la que Hispania se convirtio en una cantera de soldados de fortuna desde la Edad del Hierro temprana Las razones para esto eran eminentemente economicas hallandose las propiedades agriculturales y ganaderas concentradas en las manos de la oligarquia tribal el pueblo llano se veia obligado a servir en otras regiones a cambio de un emolumento para escapar de una pobreza virtual en sus pueblos nativos Dado el marcado caracter cultural guerrero de las tribus hispanas las principales alternativas eran o el bandidaje o el mercenariazgo 2 Las principales regiones donde se daba esta dinamica eran Lusitania y la Celtiberia aunque tambia existian tradiciones mercenarias fuertes entre los cantabros los nativos de las islas Baleares y varias etnias mas 6 Los mercenarios de la peninsula iberica no trabajaban individualmente sino en pequenas unidades formadas por amigos parientes y vecinos las cuales eran regidas por sus propios comandantes y conservaban sus armas tacticas y rasgos culturales Estas unidades serian entonces manejadas por sus contratantes que las aglutinarian con otras unidades de su misma y otras procedencias para formar contingentes 1 Sus integrantes no siempre tenian esperanzas o intenciones de regresar a la peninsula iberica ya que algunos esperaban recibir asiento en las culturas para las que trabajaban mientras que otros vivirian de una manera coloquialmente conocida como dia a dia los balearicos eran especialmente famosos por derrochar al instante todo el dinero que ganaban hasta el punto de que algunos cronistas supusieron que volver a casa con oro sin gastar debia de ser tabu en las Baleares 7 Los que si volvian a sus tierras en cambio lo hacian con el reconocimiento y prestigio de los maximos exponentes de una cultura guerrera 5 No se interprete sin embargo como que sus destinos militares eran siempre remotos ya que en ocasiones eran simplemente otras regiones ricas de Hispania las que traian mercenarios En Turdetania y Bastetania era especialmente comun emplear celticos y celtiberos como guardias y soldados hasta el punto que las mas importantes de sus figuras militares como Istolacio Indortes y posiblemente Audax Minuro y Ditalco eran mercenarios celtas 2 Los principales centros de reclutamiento peninsulares eran Gadir Ampurias Castulo Baria actualmente Villaricos y las islas Baleares 5 Desde alli los combatientes celtas y balearicos serian reclutados por emisarios especializados de Cartago Siracusa o cualquiera que fuera su destino La fama de los mercenarios hispanos alcanzaba la otra punta del Mediterraneo como puede verse en las palabras de Alcibiades Eran conocidos por su dureza disciplina y habilidad asi como por la calidad de sus armas y no menos por su ferocidad hasta el punto de que existian regiones donde se creia que los hispanos y los galos al servicio de Anibal eran depravados que practicaban la antropofagia 8 Siglos V a IV antes de Cristo Editar Imagen de un soldado ibero Las primeras menciones de mercenarios ibericos se dan en las Guerras Sicilianas acaecidas entre el 480 a C y el 307 a C en las que formaron parte de las tropas punicas en suelo siciliano Aunque se cree que podrian haber estado ya en nomina de Cartago en 535 a C cuando la colonia fenicia emprendio sus campanas en Cerdena el autentico debut de los hispanos sucedio en la batalla de Himera donde Diodoro y Herodoto cuentan que marchaban como parte de la expedicion de Amilcar I contra las fuerzas griegas de Gelon 2 5 Contingentes similares de iberos aparecen tambien en la toma de Selinunte asi como la segunda batalla de Himera las batallas de Agrigento Gela y Camarina asi como el sitio de Siracusa en 404 a C 2 5 Posiblemente influidos por el exito de los punicos los propios griegos empezaron a contratar a mercenarios hispanos durante la Guerra del Peloponeso El estadista Alcibiades trajo varios con el a la Liga del Peloponeso tras una campana de reclutamiento en Sicilia y mas tarde Aristarco los utilizo tambien durante el golpe de Estado de los Cuatrocientos en 411 a C 2 5 En el ano 396 despues de que el corrupto general cartagines Himilcon abandonase a su suerte a todos sus mercenarios en Sicilia tras la Tercera Guerra Siciliana las fuerzas ibericas fueron las unicas en sobrevivir a la subsecuente masacre En vez de disgregarse y tratar de huir los hispanos hicieron formacion de batalla marcharon hasta presencia de Dionisio I de Siracusa su enemigo hasta entonces y le ofrecieron atrevidamente sus servicios Impresionado por su valentia y sobriedad el rey los contrato como su guardia personal 5 Mas tarde en 368 a C su hijo Dionisio II envio un contingente de celtas e iberos posiblemente refiriendose a celtiberos o a otros celtas espanoles a la guerra entre Tebas y Esparta donde los mercenarios ayudaron a los espartanos a mantener el asedio de Corinto 2 5 9 Se cuenta que cuando Platon visito a su amigo Dioniso II en el ano 361 tuvo la oportunidad de presenciar una rebelion de los guardias ibericos del rey debido a los intentos de este de reducir su salario Los mercenarios marcharon por la acropolis cantando el pean de guerra y formaron ante el palacio asustando hasta tal punto a Dioniso II que no solo no les redujo la paga sino que se la aumento Siglo III antes de Cristo EditarEn 274 a C Hieron II de Siracusa termino con la tradicional presencia mercenaria en Sicilia a fin de prevenir mas motines Para esto los envio contra los mamertinos un cuerpo de merodeadores italianos asentado en la ciudad de Centuripa y alli les traiciono retirando al resto de las fuerzas griegas Superados numericamente y sin apoyo los mercenarios lucharon bravamente pero fueron derrotados y diezmados sin remedio por los mamertinos 10 La presencia de los peninsulares no regreso a Sicilia hasta el ano 264 esta vez de nuevo al lado de los cartagineses comandados por Hannon Esta empresa fue un fracaso aunque la mayoria de mercenarios no solo ibericos sino tambien galos ligures libios baleares y griegos sobrevivio y regreso a Africa donde causaron la Guerra Inexpiable cuando el senado cartagines se nego a pagarles Amilcar Barca fue el encargado de exterminarlos 2 5 Seria en la Segunda Guerra Punica sin embargo que los mercenarios hispanos volvieron a ser un factor en la ecuacion principal especialmente debido a que Hispania se convirtio en el primer y uno de los principales escenarios de la guerra 11 Dibujo de un hispano en el ejercito de Anibal Tras la llegada de Amilcar Barca a la peninsula iberica en el 237 a C Cartago conquisto con exito varias tribus iberas y consiguio refuerzos de estas ya fuera a traves de alianzas o usando rehenes Tras su muerte su hijo Anibal heredo sus planes de llevar un ejercito expedicionario a Italia Como se menciono antes se vuelve dificil diferenciar a mercenarios de vasallos barcidas excepto cuando sus procedencias no se situan en regiones capturadas o tributarias ya que aparentemente esta fue la unica diferencia que Anibal hizo entre ellos 5 En 218 antes de partir de Cartago Nova envio a 16 000 siervos bastetanos oretanos y olcades a Cartago a cambio de 15 200 lanzadores de jabalina africanos previniendo asi cualquier posible rebelion de ambos al emplazarlos lejos de sus tierras de origen Tambien licencio antes de cruzar los Pirineos a un grupo de carpetanos que no deseaban dejar Hispania 12 A consecuencia de estas politicas Anibal mantuvo consigo solo a los hispanos que le guardaran autentica devocion lo cual incluiria presumiblemente a los mercenarios de elite y a los vasallos mas leales Se estima que su ejercito llevaba entre 8000 y 10000 hispanos contando la suma de sus tribus peninsulares cuando alcanzo a Italia 11 La mayoria de ellos podrian haber seguido vivos y en activo cuando el general punico volvio a Cartago en 202 a C 8 La variedad y procedencia de los mercenarios hispanos de Anibal no ha sido recogida con fidelidad aparte de celtiberos lusitanos y baleares que son los unicos mencionados expresamente por las fuentes Anibal los empleaba estrategicamente de acuerdo con sus especialidades los dos primeros y sus 2000 caballos ibericos servian como caballeria pesada y de montana sobre todo en comparacion con la caballeria numida solo apta para escaramuzas y llanuras los celtiberos tambien desempenaban tareas de infanteria de vanguardia mas famosamente en la batalla de Cannas donde ellos y los galos consiguieron aguantar la linea necesaria para el movimiento de pinza que gano la batalla y los balearicos contandose entre 1000 y 2000 hombres destacaban por sus jabalinas y hondas pesadas con lo que servian de hostigadores y combatientes a distancia 11 Silio Italico habla de aun mas tribus peninsulares en su ejercito incluyendo vetones galaicos combinados con los lusitanos en un solo batallon cantabros astures y vascones 13 aunque algunos autores han dudado de esta diversidad 5 Probablemente el grueso del mercenariazgo espanol de Anibal lo componian celtiberos y lusitanos como atestigua el discurso de Anibal antes de la batalla del Tesino 14 Otros celtiberos lucharon motu proprio contra Cartago despues de su pacto con Roma derrotando a Asdrubal Barca en el ano 217 Cuatro anos despues se convertirian en los primeros mercenarios oficialmente contratados por Roma ya que ciertas complicaciones obligaron a Publio Cornelio Escipion a pagarles para retenerlos en su bando Segun Livio y Apiano Escipion envio a 200 de ellos a Italia para intentar convencer a sus homologos anibalicos de desertar del bando cartagines lo que habria ayudado a minar la confianza de Anibal en ellos incluso si pocos llegaron a abandonarle 5 14 Pronto sin embargo Asdrubal volvio las tornas ya que la mayor familiaridad de los punicos con la politica mercenaria de Hispania le permitio sobornar a los celtiberos de Escipion Estos se negaron a volverse contra el por cuestion de principios pero si accedieron a abandonarle con lo que Escipion perdio la mayor parte de su ejercito en un momento critico y fue muerto junto con su hermano en el ano 211 14 El mismo ano posiblemente inspirados por una desercion de iberos y numidas a Marco Claudio Marcelo tras la batalla de Nola en 215 a C dos comandantes celtiberos llamados Merico y Beligeno entregaron a sus companeros de Siracusa y se unieron tambien a Marcelo 5 12 Otra desercion sucedio en Arpi donde 1000 hispanos se unieron a Roma 12 aunque esto podria haber sido en realidad un intercambio para sacar a 5000 africanos leales de la ciudad 8 En cualquier caso estas parecen haber sido las unicas excepciones a la lealtad mercenaria Los hispanos generalmente veneraban a sus caudillos punicos considerandolos sus comandantes supremos o strategos autokrator y en varios casos como las derrotas de Asdrubal Giscon y Hannon murieron en el campo antes que dar la batalla por perdida 11 El mismo Anibal los incluia entre sus tropas mas valiosas casi al nivel de sus compatriotas africanos y muy por encima de los indisciplinados galos y ligures 8 Una espada de antena usada por los celtiberos de Anibal y adoptada por los romanos En 209 a C despues de reunir huestes de celtiberos y cantabros Asdrubal Barca puso rumbo a Italia para encontrarse con su hermano Sin embargo su incursion fue descubierta y destruida en la batalla del Metauro en 207 en la que Asdrubal y los hispanos bajo su mando cayeron tras luchar hasta e final Algunos celtiberos empero consiguieron abrirse paso y llegar hasta Anibal 14 El mismo ano los generales Magon Barca y Hannon el Viejo se desplazaron a Celtiberia para reunir otro ejercito pero un ataque romano esta vez encabezado por Marco Silano y guiado por nativos sobornados puso fin al esfuerzo antes de que pudieran partir hacia Italia 14 12 Esta resultaria ser una mala decision por parte de roma ya que los pueblos celtiberos consideraron esto una intrusion y decidieron unirse a la revuelta ilergete de Indibil y Mandonio del proximo ano 14 12 Sea como fuerte Magon pudo huir con 2000 supervivientes a la ciudad aliada de Gadir Despues de la batalla de Ilipa envio a su prefecto Hannon a reunir en secreto otro ejercito mercenario pero la mala gestion de este comandante y la rapida reaccion de Roma durante la batalla del Guadalquivir pusieron fin a la iniciativa 14 Reuniendo a todos los supervivientes de la revuelta ilergete y el grupo de Hannon que pudo encontrar posiblemente 12 000 8 Magon embarco en una flota y abandono Gadir Finalmente tras un intento infructuoso de recapturar Cartago Nova por el camino Magon desistio de intervenir mas en Hispania y puso proa a Italia con nuevos refuerzos balearicos 14 12 El ultimo gran despliegue de mercenarios hispanos en la Segunda Guerra Punica fue en un intento final de defender el territorio de Cartago Haciendose con 4000 celtiberos enviados por Magon Asdrubal Giscon y el rey numida Sifax se enfrentaron a Escipion el Africano en la Batalla de los Grandes Campos siendo derrotados El encuentro fue amargo para ambos bandos ya que anteriormente Escipion habia indultado a muchos de los celtibros de la revuelta de Indibil solo para encontrarselos alli de nuevo luchando contra Roma y de la misma manera los celtiberos sabian que no recibirian piedad una segunda vez en caso de rendicion Por ello cuando los 4000 se encontraron como era habitual siendo los unicos efectivos punicos que mantenian la disciplina eligieron dar batalla hasta el final y murieron lealmente en sus puestos 5 14 Todavia hubo algun intento mas por parte de Cartago de traer a mercenarios ibericos pero los saguntinos interceptaron a sus reclutadores y los vendieron a Roma 14 En 202 a C Anibal llego de Italia con lo que quedaba de su ejercito y lo combino con el de Magon que habia muerto en el mar en su propio viaje de vuelta a Africa Esta ultima formacion se enfrento a Escipion en la batalla de Zama donde Roma se alzo con la victoria y puso fin a la Segunda Guerra Punica La derrota de Cartago fue sinonimo con el fin de su tradicion militar multietnica ya que el tratado impuesto por Roma les prohibio volver a reclutar mercenarios Siglos II y I antes de Cristo EditarA pesar de la retirada de Cartago de Hispania la costumbre peninsular del mercenariazgo pervivio Entre los anos 197 y 195 a C los turdetanos emplearon 30 000 celtiberos como tropas de elite durante la Revuelta Ibera y en 147 a C el prefecto romano de Cayo Vetilio empleo sin exito un contingente de titos y belos contra los rebeldes lusitanos de Viriato Asi mismo Julio Cesar empleo honderos baleares en la Guerra de las Galias Vease tambien EditarGuerra en la antigua peninsula iberica Mercenarios de la Antigua GreciaReferencias Editar a b Joaquin Gomez Pantoja Eduardo Sanchez Moreno 2007 Protohistoria y Antiguedad de la Peninsula Iberica II Silex Ediciones ISBN 978 84 773718 2 3 a b c d e f g h Maria Paz Garcia Gelabert Perez Jose Maria Blazquez Martinez Mercenarios hispanos en las fuentes literarias y la arqueologia Habis Tito Livio Ab Urbe Condita Libri 27 14 Maria Paz Garcia Gelabert Perez Estudio del Armamento prerromano en la peninsula iberica a traves de los textos clasicos Espacio Tiempo y Forma a b c d e f g h i j k l m n Benjamin Collado Hinarejos 2018 Guerreros de Iberia La guerra antigua en la peninsula Iberica La Esfera de los Libros ISBN 978 84 916437 9 1 Eduardo Peralta Labrador 2003 Los cantabros antes de Roma Real Academia de la Historia ISBN 978 84 895125 9 7 Ruth Pliego Vazquez Sobre el reclutamiento de mercenarios turdetanos el campamento cartagines de El Gandul Alcala de Guadaira Sevilla Universidad de Sevilla a b c d e Fernando Quesada Sanz De guerreros a soldados El ejercito de Anibal como un ejercito cartagines atipico Universidad Autonoma de Madrid Phillip Harding 2015 Athens Transformed 404 262 BC From Popular Sovereignty to the Dominion of Wealth en ingles Routledge ISBN 978 13 174354 5 7 Polibio 1 9 1 6 a b c d Gregory Daly Agosto de 2005 Cannae The Experience of Battle in the Second Punic War en ingles Routledge ISBN 978 11 345071 2 2 a b c d e f Jose Maria Blazquez Martinez Las guerras en Hispania y su importancia para la carrera militar de Anibal de Escipion el Africano de Mario de Cneo Pompeyo de Sertorio de Afranio de Terencio Varon de Julio Cesar y de Augusto Real Academia de la Historia Silio Italico Punica a b c d e f g h i j Serafin Olcoz Yanguas Manuel Medrano Marques Los celtiberos y la ubicacion de Celtiberia en el relato de la Segunda Guerra Punica de Tito Livio Espacio Tiempo y Forma Datos Q65044966Obtenido de https es wikipedia org w index php title Mercenarios de la antigua peninsula iberica amp oldid 136148328, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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