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Historia de la decadencia y caída del Imperio romano

La Historia de la decadencia y caída del Imperio romano (en inglés original, The History of the Decline and Fall of the Roman Empire, conocida popularmente como The History) es una obra histórica escrita por el británico Edward Gibbon (1737-1794), que describe la civilización occidental, así como las conquistas islámicas y mongolas, desde el apogeo del Imperio romano hasta la caída de Constantinopla. Consta de seis volúmenes publicados por primera vez en cuartos entre 1776 y 1789: el Libro I fue publicado en 1776, los Libros II y III en 1781, y los libros IV, V, y VI en 1788-1789. Está considerada como una de los mayores logros literarios del siglo XVIII, y como uno de los libros de historia más influyentes de todos los tiempos.[1][2]

Historia de la decadencia y caída del Imperio romano
de Edward Gibbon

Le antichità romane, de Giovanni Battista Piranesi (1720-1778).
Cubierta del primer volumen de Decadencia y caída del Imperio Romano traducido por José Sánchez de León Menduiña en Ediciones Atalanta.
Género No ficción
Subgénero récit historique (fr)
Tema(s) Imperio romano, Invasiones bárbaras, Imperio romano de Oriente, Mahoma, Cruzadas y Imperio otomano
Edición original en inglés
Título original The History of the Decline and Fall of the Roman Empire
Editorial Strahan & Cadell
Ciudad Londres
País Reino Unido e Inglaterra
Fecha de publicación 1776
Texto original The History of the Decline and Fall of the Roman Empire en Wikisource
Edición traducida al español
Título Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano
Traducido por José Mor de Fuentes
Fecha de publicación 1842

Doscientos años después de su publicación, el libro perdura sobre todo como hito y obra literaria, pero queda al margen de las corrientes historiográficas actuales, dado que el estudio del fin del Imperio romano en el tiempo transcurrido desde su publicación ha cambiado y evolucionado considerablemente; aun así, por su inmensa erudición, suele recurrirse a ella para recabar referencias históricas del período en cuestión. Además, la obra está considerada como una crítica argumentada y juiciosa sobre la fragilidad de la condición humana, y es por ello que sigue inspirando a historiadores y estudiantes de literatura inglesa, manteniendo un sólido prestigio que garantiza su reedición de continuo en la actualidad.

Introducción

La Historia de la decadencia y caída del Imperio romano narra la historia del Imperio romano en el período que va desde la muerte del emperador Marco Aurelio hasta la Caída de Constantinopla, desde el año 180 hasta 1453, y concluye con una retrospectiva de la ciudad de Roma en 1590. Aparte de describir los hechos históricos que acontecieron durante esos mil años, el libro aborda las causas, las decisiones y los comportamientos que condujeron a la decadencia y posterior caída del Imperio romano, tanto en Occidente como en Oriente, ofreciendo una de las primeras teorías explicativas de por qué cayó el Imperio romano.

Al tiempo, la obra señala un paralelismo implícito entre dos imperios en declive, el Imperio romano y el propio Imperio Británico, que en la época de publicación del libro se hallaba inmerso en plena Guerra de Independencia de los Estados Unidos, y que en su historia reciente había sufrido sonadas derrotas (Guerra del Asiento, pérdidas territoriales europeas en la Guerra de los Siete Años,...) que, junto con una percepción negativa de la Administración británica de la época (corruptelas, sinecuras, crisis de liderazgo en el Parlamento Británico, caídas continuas de primeros ministros,...) habían acabado por convencer a la opinión pública británica de la decadencia de su propio imperio.[3]​ De hecho, los temas de la virtud —que según Gibbon la sociedad romana perdió tras los Antoninos, a consecuencia en parte del cristianismo—, la libertad —perdida con la instauración del régimen imperial de la mano de "el taimado Octaviano"— y la corrupción —surgida por la pérdida de las anteriores—, que constituyen el núcleo temático central de la Historia de la decadencia y caída del Imperio romano, son auténticos legados de la antigua Roma que el Renacimiento y sobre todo la Ilustración vinieron a recuperar y reformular, y eran muy frecuentes no ya en los círculos intelectuales ilustrados de la Inglaterra de la época a los que Gibbon pertenecía, sino que estaban en boca de buena parte del público. Ello, entre otros aspectos, sitúa a la obra en plena Ilustración, dentro de la cual, por otro lado, vendría a ser una de las obras más representativas. En efecto, La Historia destacará por abordar y juzgar la historia romana empleando los ideales ilustrados (agnosticismo, escepticismo, racionalismo,...), planteando un enfoque histórico-filosófico inédito hasta entonces.

La obra, muy detallada y precisa, hace que Gibbon sea considerado como el primer historiador moderno de la Antigua Roma.[4]​ Así, su opus magnum se caracteriza por el enfoque objetivo con que trata a los hechos y por el enormemente preciso y exigente empleo de las fuentes históricas,[5]​ y por ello fue tomado como modelo metodológico por los historiadores de los siglos XIX y XX.[5]​ El pesimismo y la fina ironía de la que hace gala era común en los escritos históricos de su época, que, influidos por los moralistas griegos como Plutarco, pretendían transcender la mera descripción histórica.[cita requerida] La redacción de la obra es, a juzgar de muchos, impecable, y escrita con un característico estilo dieciochesco, preciso, elegante y formal, muy propio de una época dominada por el crítico, poeta y lexicógrafo Samuel Johnson; efectivamente, James Boswell señaló, ya en 1789, la profunda influencia del estilo del Dr. Samuel Johnson en la redacción de la Historia de la decadencia y caída del Imperio romano.[6]

Aunque publicó otras obras, Gibbon dedicó gran parte de su vida (1772–1789) a redactar la Historia de la Decadencia y Caída del Imperio romano. En su autobiografía, Memorias de mi vida y escritos, Gibbon deja claro cómo la redacción de dicha obra prácticamente se convirtió en su vida, y compara la publicación de cada uno de los seis volúmenes al nacimiento de un hijo.[7]​ Un estudio atento de la obra, y sobre todo de sus notas, demuestra el profundo conocimiento que Gibbon tenía del período descrito, y la maestría con la que empleaba una infinidad de fuentes históricas.

Teoría de Gibbon

En la obra, Gibbon ofrece una explicación sobre la caída del Imperio romano, tarea hasta entonces complicada debido a la carencia de fuentes exhaustivas, si bien no fue el primero en tratar sobre el tema;[8]Montesquieu ya lo había hecho, por ejemplo, en su Considérations sur les causes de la grandeur des Romains et de leur décadence (1734), y también la expone como ejemplo en El espíritu de las leyes.

La mayoría de sus conclusiones derivan directamente de los registros y crónicas que estaban a disposición de los historiadores del siglo XVIII: las obras de los moralistas romanos de los siglos IV y V, caracterizadas por el pesimismo con el que veían desaparecer el orden romano de los siglos anteriores. Estos autores influirían sobremanera en Gibbon, sobre todo en muchos de los planteamientos teóricos que hizo al construir su teoría.

Causas

Así, según Gibbon, el Imperio romano sucumbió a las invasiones bárbaras principalmente debido a la pérdida de las virtudes cívicas tradicionales romanas[9]​ por parte de sus ciudadanos. Estos se habrían vuelto débiles, delegando la tarea de defender el Imperio en mercenarios bárbaros que se hicieron tan numerosos y arraigados en el Imperio y sus estructuras que fueron capaces de tomarlo al fin. Los romanos, según él, tras la caída de la República se habían ido volviendo progresivamente "afeminados", poco deseosos de vivir una vida militar, más dura y "viril", al modo de sus antepasados. Ello habría llevado al abandono progresivo de sus libertades a favor de la tiranía de los césares, y habría conducido a la degeneración del ejército romano y de la Guardia Pretoriana. De hecho, Gibbon ve como primer catalizador de la decadencia del imperio a la propia Guardia Pretoriana, que, instituida como una clase especial y privilegiada de soldados acampada en la propia Roma, no cesó de interferir en la administración del poder. Ofrece continuos ejemplos de la injerencia de esta guardia, que él llamó "las huestes pretorianas", cuya "furia licenciosa fue el primer síntoma y causa primera de la decadencia del Imperio romano", poniendo de manifiesto los calamitosos resultados de dicha injerencia que, al incluir varios asesinatos de emperadores y demandas continuas de mejores soldadas que el erario no podía sobrellevar, habrían desestabilizado al Imperio.

Al abundar en las causas de la decadencia cívica, Gibbon encuentra un culpable en el cristianismo, que según él predicaba un modo de vida incompatible con el sostenimiento del Imperio. Argumenta que con el auge del cristianismo surgió la creencia en una existencia mejor tras la muerte, lo que fomentó una mayor indiferencia sobre el presente entre los ciudadanos romanos, haciendo que desapareciera su deseo de sacrificarse por el Imperio. El pacifismo cristiano habría acabado con el espíritu marcial que había dominado la sociedad romana, y la intolerancia de los cristianos para consigo mismos y para con los demás habría sido una fuente continua de inestabilidad. Gibbon, como muchos otros intelectuales ilustrados, veía la Edad Media como una edad oscura llena de superstición conducida por el clero, y creía que no había sido hasta la Edad de la Razón cuando la Humanidad pudo recobrar el progreso comenzado en la Edad Antigua. Curiosamente, al plantear el supuesto pacifismo cristiano y su desinterés por la vida terrena, Gibbon y sus coétaneos se estaban haciendo eco de los textos de la apologética cristiana de los siglos III-V d. C., en la que tales puntos de vista son muy frecuentemente justificados y ensalzados: es común hallar apólogos cristianos de la época en los que se compara el belicismo y la violencia de los romanos paganos con el pacifismo y la virtud de los cristianos mártires.

Tesis y críticas

Con todo, Gibbon plantea una teoría decadentista, en el sentido de que ve como causas primeras de la caída de Roma a problemas endógenos, y también decaísta, en el sentido de que ve como causa final de la caída de Roma a problemas exógenos (las invasiones bárbaras), incidiendo no obstante en las primeras: planteará la decadencia como surgida de la propia sociedad romana, incapaz de mantener el espíritu (lo que él llama númen) virtuoso y viril que había propiciado el predominio romano durante la República; con un marcado desinterés por los asuntos públicos que él achaca en primera instancia a la propia constitución del régimen imperial, incidiendo así en la pérdida de las libertadas republicanas como una causa subyacente, y que habría llevado a la debilidad del Senado frente a los césares y a la Guardia Pretoriana; con la creciente autocomplacencia y desinterés por los asuntos terrenales debido al cristianismo;... Todo ello habría llevado al abandono de los asuntos públicos y militares, y, con las invasiones bárbaras, habría acabado por llevar al Imperio a su colapso.

Es interesante hacer notar ciertos aspectos de la teoría: el primero sería que no es completamente novedosa, en el sentido de que la tesis decadentista-social (pérdida de la virtud cívica) puede hallarse ya en la obra de Montesquieu, y estaba bastante aceptada en la época; el segundo, que por primera vez se incluye al Cristianismo dentro de la decadencia, lo que huelga decir que causó gran polémica; el tercero, que sus críticas sobre el cristianismo, que le generaron grandes problemas en su tiempo, se centran más en la polémica debido al martirio cristiano, en la visión negativa que tenía del emperador Constantino, y la negativa a reconocer como totalmente verídicos los datos que los apologetas cristianos ofrecían respecto al cristianismo primitivo (son famosas sus críticas a Eusebio de Cesarea, al que se dice que denostó en privado llamándolo el peor historiador de la Historia); tercero, Gibbon comenta un enfriamiento del clima europeo, al hacer notar cómo los bárbaros del norte cruzaban el Danubio helado en invierno para invadir el imperio, algo de lo que hoy en día jamás se ha oído: hay quien ha querido interpretar en esto que sugirió que el cambio climático pudo tener su parte en la caída de Roma, si bien Gibbon lo menciona como un hecho militar, y no lo investiga más; cuarto, que Gibbon se hace eco de muchas de las opiniones que la sociedad inglesa de la época tenía, sobre todo en lo referido a la corrupción del poder político, la visión negativa del clero católico, el desprecio al arribismo social y al fanatismo religioso, las propias tesis decadentistas, su valoración positiva e idealizada de la época altoimperial,...

Empleo de las citas y fuentes históricas

Las citas de las que Gibbon hace uso muestran, con profundo detalle, el manejo que hace de las fuentes en su obra, que incluyen desde las antes mentadas crónicas moralistas hasta documentos que datan de la época imperial, e incluso, por primera vez en un historiador, monedas para valorar la importancia y las políticas de ciertos emperadores. El detalle y la cautela con las que las trata, valorando la importancia de cada documento en su contexto, señalan a Gibbon como el primer historiador moderno. Además, fue uno de los primeros en emplear la numismática como manera de datar reinados, sobre todo durante la Crisis del siglo III.

La Historia de la decadencia y caída del Imperio romano es notable por el empleo —a veces errático, pero muy exhaustivo— que hace de las notas documentales y de la investigación histórica. El historiador J.B. Bury, quien 113 años después escribiría su History of the Later Roman Empire..., hizo uso de las investigaciones de Gibbon como punto de partida para su obra, señalando la increíble profundidad y exactitud de la obra de Gibbon. Es algo destacable, de hecho, que la obra de Gibbon sea muy habitualmente el punto de partida de las investigaciones históricas del período que tratan: al contrario de muchos historiadores contemporáneos suyos (entre los que destacan David Hume, Montesquieu, incluso Oliver Goldsmith escribió una Historia de Roma,...), Gibbon no quiso contentarse con emplear fuentes secundarias en su obra, y trató en todo momento de recurrir a fuentes primarias, haciendo un uso tan exacto de ellas que muchos historiadores modernos aún citan su obra como la referencia fundamental en lo concerniente al Imperio romano de Occidente. «Siempre he tratado», escribió Gibbon, «de beber de la cabecera del río; mi curiosidad, al igual que mi sentido del deber, siempre me ha urgido a estudiar los originales; y si alguna vez estos han eludido mi búsqueda, he señalado con cuidado esas evidencias secundarias de las que algún pasaje o hecho estaban forzados a depender».[10]​ La Historia de la decadencia y caída del Imperio romano es, sin lugar a dudas, un monumento literario, y un formidable adelanto en lo que al método histórico respecta.[11]

Controversia de los capítulos XV y XVI

El primer libro de la obra no se publicó inicialmente en un solo tomo: al publicarse en volúmenes de a cuatro, se dividió en tres tomos. Los dos primeros fueron bien recibidos y hasta admirados. Sin embargo, el tercer y último tomo sembró la polémica desde el momento en que vio la luz, y Gibbon fue denostado como un «pagano» y un «descreído»; a nadie se le olvidó tampoco que había sido anglicano, luego católico, de nuevo protestante, y finalmente agnóstico, y se mofaban sugiriendo que sólo le faltaba hacerse mahometano.[12]

En el tercer volumen de a cuatro, en los capítulos XV y XVI, Gibbon va estudiar el surgimiento del cristianismo y su establecimiento como principal religión del Imperio, pero lo hará atacando virulentamente la historia oficial de la Iglesia católica, en especial uno de sus principales símbolos, a saber, el martirio cristiano, tachándolo de mito interesado. Para Gibbon, no obstante, los escritos de la Iglesia pasarían a ser fuentes secundarias y extremadamente parciales, que despreciaría frente a las fuentes primarias del período que estaba estudiando (ésta es la razón por la que se llama a Gibbon el primer historiador moderno). Además, aparte de reducir el martirio durante las persecuciones cristianas a su justo tamaño, en dichos capítulos Gibbon expone su teoría en virtud de la cual la caída de Roma bien puede achacársele, al menos en parte, al advenimiento del Cristianismo.

Quizá una buena muestra de la fina ironía con la que Gibbon desmonta la imaginería milagrera cristiana, y de su escepticismo en lo que se refiere a la historia oficial de la Iglesia, sea el siguiente párrafo, encontrado en el capítulo XV:

¿Mas cómo podemos perdonar la indiferente negligencia del mundo pagano y filosófico, pese a lo que le fue mostrado, no a su entendimiento, sino a sus sentidos? Durante la época de Cristo y sus apóstoles, y sus dos primeros discípulos, la doctrina que ellos profesaban era confirmada por innumerables prodigios: los cojos caminaban, los ciegos veían, los enfermos eran curados, los muertos resucitaban, los demonios eran exorcizados y las leyes de la Naturaleza eran frecuentemente suspendidas en beneficio de la Iglesia. Y aun así, los sabios de Roma y de Grecia se desinteresaban de este increíble espectáculo y, prosiguiendo con sus ocupaciones normales de vida y estudio, parecían ignorar todas aquellas alteraciones de la moral y del gobierno material del mundo. Durante el principado de Tiberio, el mundo entero, o por lo menos una celebrada provincia del Imperio romano, estuvo envuelta en una oscuridad sobrenatural, y sin embargo, este evento milagroso, que debiera haber despertado la curiosidad y la devoción de toda la humanidad, pasó sin pena ni gloria en una época de ciencia y de historia. Aconteció durante la vida de Séneca y de Plinio el Viejo,[13]​ que deberían de haber experimentado los efectos inmediatos, o haber recibido la información más privilegiada del prodigio. Cualquiera de estos filósofos recogieron detalladamente los más diversos fenómenos de la naturaleza y del clima: terremotos, tormentas, cometas o eclipses, eventos que su curiosidad infatigable no dejó de recopilar. Aun así, ambos omitieron cualquier mención al mayor fenómeno que todo mortal de este mundo desde la Creación jamás haya podido observar.
(Capítulo XV)

También compara los reinados de Diocleciano (284–305) y Carlos V (1519–1556), sosteniendo que ambos eran bastantes similares: ambos reinados estuvieron sometidos a continuas guerras, imponiendo excesivos impuestos; ambos eligieron abdicar a edades parecidas; y ambos eligieron un retiro tranquilo tras dejar el poder.

Críticas

Tras su publicación, salieron a la luz numerosos tratados criticando la obra, y Gibbon se vio forzado a defender su trabajo con réplicas.[14]​ La presión social a la que se vio sometido lo obligó a acabar los siguientes volúmenes en Lausana, donde podía trabajar en soledad. Los ataques más vigorosos se centraron en el tratamiento que hacía del cristianismo; su obra fue incluida en el Índice de Libros Prohibidos.

Mártires

De acuerdo con Gibbon, los paganos romanos fueron mucho más tolerantes con los cristianos que lo que fueron los cristianos entre ellos, especialmente una vez se convirtieron en la religión oficial. El número de muertos de manos de los cristianos en sus persecuciones internas fue mucho mayor que los que produjeron las persecuciones instigadas por el poder Romano. Gibbon estimó que el número de cristianos ejecutados por otras facciones cristianas excedía el de todos los mártires que durante tres siglos murieron en el martirio a raíz de las sucesivas persecuciones contra los cristianos. Esto además contradecía la historia oficial de la Iglesia, según la cual el cristianismo triunfó en buena medida porque se ganó los corazones y las mentes de la gente gracias sobre todo al inspirador ejemplo ejercido por los mártires. Gibbon demostró que la costumbre de la Iglesia primitiva de tratar de mártir a cualquiera que confesara su fe ayudó a inflar las filas de los mismos: sin más que comparar dichas cifras con las de las persecuciones modernas (guerras de religión,...), Gibbon demostró lo exagerada que era dicha cifra.

El sabio Orígenes, quien, a través de sus propias experiencias y sus amplias lecturas, era un profundo conocedor de la historia de los Cristianos, declara, en los términos más explícitos, que el número de mártires era ridículo. Su propia autoridad, ella sola, debería ser suficiente para acabar con ese imponente ejército de mártires, cuyas reliquias, sacadas en su mayor parte de las catacumbas de Roma, han llenado tantas iglesias, y cuyos maravillosos logros han sido el tema de tantos volúmenes de sagradas historias... Debemos concluir este capítulo con una melancólica verdad que se impone incluso a la mente más reluctante: que, incluso admitiendo, incondicionalmente y sin pregunta alguna, todo lo que la historia ha recogido o todo lo que la devoción ha inventado en lo referido al martirio, aún en ese caso, se ha de admitir que los Cristianos, en el transcurso de sus disensiones intestinas, se han infringido, con mucho, muchas más muertes los unos a los otros que las que experimentaron debido al celo de los infieles.
(Capítulo XVI)

El cristianismo como causa de la caída y de la inestabilidad

En palabras del propio Gibbon:

En tanto en cuanto la felicidad en una vida futura es el gran objetivo de esta religión, podemos aceptar sin sorpresa ni escándalo que la introducción —o al menos el abuso— del Cristianismo tuvo una cierta influencia en la decadencia y caída del Imperio romano. El clero predicó con éxito doctrinas que ensalzaban la paciencia y la pusilanimidad; las antiguas virtudes activas [virtudes republicanas de los romanos] de la sociedad fueron desalentadas; los últimos restos del espíritu militar fueron enterrados en los claustros: una gran proporción de los caudales públicos y privados se consagraron a las engañosas demandas de caridad y devoción; y la soldada de los ejércitos era malgastada en una inútil multitud de ambos sexos [frailes y monjas, esta opinión sobre ellos era habitual en el público inglés del s. XVIII] capaz sólo de alabar los méritos de la abstinencia y la castidad. La fe, el celo, la curiosidad, y pasiones más terrenales como la malicia y la ambición, encendieron la llama de la discordia teológica. La Iglesia —e incluso el estado— fueron distraídas por facciones religiosas cuyos conflictos eran muchas veces sangrientos, y siempre implacables; la atención de los emperadores fue desviada de los campos de batalla a los sínodos. El mundo romano comenzó, pues, a ser oprimido por una nueva especie de tiranía, y las sectas perseguidas se convirtieron en enemigos secretos del estado.
Y sin embargo, un espíritu partidista, no importa cuán absurdo o pernicioso, puede ser tanto un principio de unión como de desunión. Los obispos, desde ochocientos púlpitos, inculcaban al pueblo los deberes de la obediencia pasiva buscada por el legítimo y ortodoxo emperador; sus frecuentes asambleas y su perpetua correspondencia los mantenían en comunión con las más distantes iglesias; y el temperamento benevolente de los Evangelios fue endurecido, aunque confirmado, por la alianza espiritual de los católicos. La sagrada indolencia de los monjes era con frecuencia abrazada en unos tiempos a la vez serviles y afeminados; pero si la superstición no había supuesto el fin de los principios de la República, estos mismos vicios [la servilidad y el afeminamiento] habrían llevado a los indignos romanos a desertar de ellos. Los preceptos religiosos son fácilmente obedecidos por aquellos cuyas inclinaciones naturales les llevan a la indulgencia y la santidad; pero la pura y genuina influencia del Cristianismo puede hallarse, si bien de forma imperfecta, en los efectos que el proselitismo cristiano tuvo sobre los bárbaros del norte. Si la decadencia del Imperio romano se había acelerado con la conversión de Constantino, al menos su religión victoriosa redujo en algo el estrépito de la caída, y rebajó el feroz temperamento de los conquistadores.[cita requerida]
(Capítulo XXXIX)

Historiadores como David S. Potter y Fergus Millar han negado que la caída del imperio se produjera a consecuencia de una especie de letargia producida por la adopción del cristianismo como religión oficial. Según ellos, ese punto de vista es «vago» y carece de gran evidencia que lo sustente. Otros, como J.B. Bury, quien escribió una historia del Bajo Imperio romano (History of the Later Roman Empire, from the Death of Theodosius I to the Death of Justinian; Londres, 1923), afirmaron que no existe evidencia alguna, más allá de los escritos de unos cuantos moralistas de la época, con respecto a la apatía de la que habla Gibbon.

La teoría de Gibbon no es la más popular en los tiempos modernos: en la actualidad, se tiende más a analizar los factores económicos y militares que influyeron en la decadencia y caída, si bien es relativamente habitual mencionar al cristianismo como una causa subyacente, sobre todo por la inmensa corrupción política que supuso.[15]​ Historiadores como Henri-Irénée Marrou en su Décadence romaine ou Antiquité Tardive? (¿Decadencia romana o Antigüedad Tardía?) niegan incluso las tesis decadentistas, al señalar que el así llamado fin del Imperio romano fue una época de renacimiento en los campos espiritual, político y artístico, notablemente con la aparición del arte prerrománico y del primer arte bizantino. Para Pierre Grimal, «La civilización romana no está muerta, sino que da a luz a algo distinto de sí misma, asegurando su supervivencia».

Desprecio del Imperio bizantino

Cosa común en su tiempo, Gibbon estaba cargado de prejuicios en contra del Imperio bizantino, al que veía como una prolongación del «afeminamiento y molicie» del Bajo Imperio, que tanto se despreciaba en los círculos intelectuales ilustrados. Así, su estudio sobre el Imperio de los griegos, aunque brillante en cuanto a contextualización (le llevó a abordar incluso la historia de China para explicar a los mongoles, y realizó un intensivo estudio del mundo árabe), es tenido como la parte más débil de su obra, a la que algunos historiadores como John Julius Norwich[16]​ o Steven Runciman[17]​ acusan de falta de entusiasmo y llena de prejuicios. En la actualidad, frente a la postura de Gibbon, la historiografía ha revalorizado bastante la historia bizantina.

Traducciones al castellano

  • La primera traducción al castellano, a cargo del escritor y traductor José Mor de Fuentes, apareció en 1842 con el título de Historia de la decadencia y ruina del Imperio Romano, editada por la imprenta de Antonio Bergnes de las Casas y Compañía, Barcelona.[18]​ Si bien Mor de Fuentes era un traductor de talento extraordinario, su estilo personal resulta más arcaico y farragoso que el original. La editorial Turner la ha seguido editando hasta fechas recientes en varios volúmenes. Dado que tanto el original como la traducción están ya libres de derechos de autor, se puede descargar libremente.
    • Gibbon, Edward (2006). Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano. Edición íntegra en cuatro volúmenes, traducción José Mor de Fuentes. Madrid: Editorial Turner. 
      • Tomo I. Desde los Antoninos hasta Diocleciano; Desde la renuncia de Diocleciano a la conversión de Constantino. ISBN 978-84-7506-753-7. 
      • Tomo II. Desde Juliano hasta la partición del Imperio; Invasores bárbaros. ISBN 978-84-7506-754-4. 
      • Tomo III. Invasiones de los bárbaros y revoluciones de Persia; Aparición del Islam. ISBN 978-84-7506-755-1. 
      • Tomo IV. El Imperio de Oriente y las cruzadas; Fin del Imperio de Oriente y coronación de Petrarca. ISBN 978-84-7506-756-8. 
  • Más de un siglo más tarde se publicó la traducción de la edición abreviada de Dero A. Saunders con el título Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano. Traductora: Carmen Francí. Alba Editorial, Barcelona, 2000. Saunders elimina casi todas las notas a pie de página del autor (que constituyen una cuarta parte del texto original) y algunos capítulos que, desde un punto de vista historiográfico, resultan ya obsoletos. La traducción recupera el estilo de Gibbon perdido en la traducción anterior. Editado también en fechas posteriores por RBA, Círculo de Lectores y Debolsillo, y reeditado por Alba en 2020.
  • Finalmente, en 2012 se publica una edición íntegra en dos tomos a cargo de José Sánchez de León Menduiña por Ediciones Atalanta.
    • Gibbon, Edward (2012). Decadencia y caída del Imperio Romano. Colección Memoria Mundi. Nueva traducción completa en dos tomos a cargo de José Sánchez de León Menduiña, cartoné. Vilaür: Ediciones Atalanta. ISBN 978-84-939635-7-6. 

Notas

  1. Ver Enciclopedia Británica
  2. A principios del siglo XX, el biógrafo Sir Leslie Stephen ["Gibbon, Edward (1737-1794)," Dictionary of National Biography, vol. 7, (Oxford, 1921), 1134] apuntó la reputación de The History' como la de una obra de erudición inigualable, algo que el ámbito académico reconoce tan válido entonces como en la actualidad:

    Las críticas vertidas sobre su libro (...) son casi unánimes. En precisión, meticulosidad, lucidez, y en abarcar de forma extensiva tan vasto tema, la Historia es insuperable. Es el único libro de Historia escrito en inglés que puede considerarse como definitivo. (...) A pesar de sus defectos, el libro es a la vez artísticamente imponente e históricamente irreprochable como un vasto panorama de un período inmensamente largo.

    (Debe hacerse notar que ciertas corrientes historiográficas sólo reconocen su valor literario, pero no como obra de historia. Otros historiadores, e incluso algunos pensadores sociales, reconocen la plausibilidad de la tesis decadentista-moral, pero en general se cuestiona la extensión de la misma (y por tanto su influencia en el fin del Imperio), al no tenerse tan claro si la pérdida de las virtudes cívicas de las que habla Gibbon se produjo tal y como recogen las fuentes históricas que maneja Gibbon. Es un tema polémico, porque choca con la tesis más en boga en la actualidad, que habla de Antigüedad Tardía y no reconoce el fin del Imperio romano y la Edad Media como una época de oscuridad. Bryan Ward-Perkins, de la universidad de Oxford, en su La caída de Roma y el fin de la civilización (2205) ofrece lo que según él son pruebas que niegan el concepto de Antigüedad Tardía, destacando la degeneración en las artes, el comercio,..., pero ello no aclara tampoco si pudo deberse a una decadencia cívica o hubo otras causas. )
  3. Vid. Peter Burke, El Renacimiento
  4. Ver David Potter, A Companion To The Roman Empire. (Malden, Mass.: Blackwell Pub., 2006), p. 100.
  5. A principios del siglo XX, el biógrafo Sir Leslie Stephen ["Gibbon, Edward (1737-1794)," Dictionary of National Biography, vol. 7, (Oxford, 1921), 1134] apuntó la reputación de The History' como la de una obra de erudición inigualable, algo que el ámbito académico reconoce tan válido entonces como en la actualidad:

    Las críticas vertidas sobre su libro (...) son casi unánimes. En precisión, meticulosidad, lucidez, y en abarcar de forma extensiva tan vasto tema, la Historia es insuperable. Es el único libro de Historia escrito en inglés que puede considerarse como definitivo. (...) A pesar de sus defectos, el libro es a la vez artísticamente imponente e históricamente irreprochable como un vasto panorama de un período inmensamente largo.

  6. Ver La vida de Samuel Johnson (1791), de James Boswell. En el elogio final a Johnson, Boswell, pese a su enemistad personal con Gibbon, lo cita como un excelente ejemplo de la influencia de Johnson en el estilo literario de la época, e incluso ofrece un fragmento de The History a modo ilustrativo.
  7. Patricia B. Craddock, Edward Gibbon, Luminous Historian. (Baltimore: Johns Hopkins Univ. Press, 1989), 249-266.
  8. Ver por ejemplo la famosa tesis de Henri Pirenne (1862–1935), difundada a principios del siglo XX. Con respecto a fuentes más recientes que las antiguas, Gibbon posiblemente recurrió al breve ensayo de Montesquieu, Considérations sur les causes de la grandeur des Romains et de leur décadence, y a una obra previa al respecto publicada por Bossuet (1627–1704) en su Histoire universelle à Monseigneur le dauphin (1763). Ver Pocock, EEG. para Bousset, pp. 65, 145; para Montesquieu, pp. 85-88, 114, 223.
  9. J.G.A. Pocock, "Between Machiavelli and Hume: Gibbon as Civic Humanist and Philosophical Historian," Daedulus 105,3(1976), 153-169; y en Further reading: Pocock, EEG, 303-304; FDF, 304-306.
  10. Prefacio al Volume the Fourth de Gibbon, en la edición de David Womersley, Edward Gibbon — The History of the Decline and Fall of the Roman Empire, vol. 2 (New York: Penguin Books, 1994), p. 520.
  11. A principios del siglo XX, el biógrafo Sir Leslie Stephen ["Gibbon, Edward (1737-1794)," Dictionary of National Biography, vol. 7, (Oxford, 1921), 1134] apuntó la reputación de The History' como la de una obra de erudición inigualable, algo que el ámbito académico reconoce tan válido entonces como en la actualidad:

    Las críticas vertidas sobre su libro (...) son casi unánimes. En precisión, meticulosidad, lucidez, y en abarcar de forma extensiva tan vasto tema, la Historia es insuperable. Es el único libro de Historia escrito en inglés que puede considerarse como definitivo. (...) A pesar de sus defectos, el libro es a la vez artísticamente imponente e históricamente irreprochable como un vasto panorama de un período inmensamente largo.

  12. Comentado jocosamente por James Boswell en Life of Samuel Johnson. La animadversión que Boswell sentía por Gibbon queda patente en toda la obra. Ver también los diarios de Elizabeth Montagu al respecto.
  13. Plinio el Viejo, en su famosa Historia Natural, describe multitud de fenómenos geológicos y naturales, entre los cuales relata, de manera un tanto arcaica y fantasiosa, fenómenos de oscurecimiento asociados al vulcanismo. Su sobrino Plinio el Joven describirá la erupción del Vesubio que soterró Pompeya, y en la que murió Plinio el Viejo al querer acercarse para poder examinar de cerca el fenómeno. Séneca, por su parte, era toda una autoridad en meteorología y geofísica, describiendo todo tipo de tormentas, ciclones, tornados,..., pero sin hacer nunca mención al oscurecimiento de Judea. Este fenómeno que precedió a la muerte de Jesús de Nazaret es mencionado en el Evangelio según San Mateo, 27,45-50: Y desde la hora sexta hasta la hora nona, grandes tinieblas se extendieron sobre toda la tierra. Y alrededor de la hora nona, Jesús dio un fuerte grito: "¡Eli, Eli, lamma sabathani!", que significa, "Padre, padre, ¿por qué me has abandonado?,..."
  14. «A Vindication, by Edward Gibbon». Consultado el 2009. 
  15. Ramsay MacMullen, Corruption and the Decline of Rome. (New Haven: Yale Univ. Press, 1988); Thomas S. Burns, Barbarians Within the Gates of Rome: Study of Roman Military Policy and the Barbarians, ca. 375-425 AD. (Bloomington: Indiana Univ. Press, 1995).
  16. Ver John Julius Norwich, Byzantium (New York: Knopf, 1989); Byzantium: the Apogee (Londres y Nueva York: Viking Press, 1991).
  17. Ver Steven Runciman, Byzantine Civilization (1933), o también 1453: La caída de Constantinopla. Runciman, en ambas obras, viene a reclamar una revalorización de la historia bizantina, frente a las posturas prejuiciosas de la Ilustración y de Gibbon.
  18. «Saltana, Revista de Traducción». 

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La Historia de la decadencia y caida del Imperio romano en ingles original The History of the Decline and Fall of the Roman Empire conocida popularmente como The History es una obra historica escrita por el britanico Edward Gibbon 1737 1794 que describe la civilizacion occidental asi como las conquistas islamicas y mongolas desde el apogeo del Imperio romano hasta la caida de Constantinopla Consta de seis volumenes publicados por primera vez en cuartos entre 1776 y 1789 el Libro I fue publicado en 1776 los Libros II y III en 1781 y los libros IV V y VI en 1788 1789 Esta considerada como una de los mayores logros literarios del siglo XVIII y como uno de los libros de historia mas influyentes de todos los tiempos 1 2 Historia de la decadencia y caida del Imperio romanode Edward GibbonLe antichita romane de Giovanni Battista Piranesi 1720 1778 Cubierta del primer volumen de Decadencia y caida del Imperio Romano traducido por Jose Sanchez de Leon Menduina en Ediciones Atalanta GeneroNo ficcionSubgenerorecit historique fr Tema s Imperio romano Invasiones barbaras Imperio romano de Oriente Mahoma Cruzadas y Imperio otomanoEdicion original en inglesTitulo originalThe History of the Decline and Fall of the Roman EmpireEditorialStrahan amp CadellCiudadLondresPaisReino Unido e InglaterraFecha de publicacion1776Texto originalThe History of the Decline and Fall of the Roman Empire en WikisourceEdicion traducida al espanolTituloHistoria de la decadencia y caida del Imperio RomanoTraducido porJose Mor de FuentesFecha de publicacion1842 editar datos en Wikidata Doscientos anos despues de su publicacion el libro perdura sobre todo como hito y obra literaria pero queda al margen de las corrientes historiograficas actuales dado que el estudio del fin del Imperio romano en el tiempo transcurrido desde su publicacion ha cambiado y evolucionado considerablemente aun asi por su inmensa erudicion suele recurrirse a ella para recabar referencias historicas del periodo en cuestion Ademas la obra esta considerada como una critica argumentada y juiciosa sobre la fragilidad de la condicion humana y es por ello que sigue inspirando a historiadores y estudiantes de literatura inglesa manteniendo un solido prestigio que garantiza su reedicion de continuo en la actualidad Indice 1 Introduccion 2 Teoria de Gibbon 2 1 Causas 2 2 Tesis y criticas 3 Empleo de las citas y fuentes historicas 4 Controversia de los capitulos XV y XVI 5 Criticas 5 1 Martires 5 2 El cristianismo como causa de la caida y de la inestabilidad 5 3 Desprecio del Imperio bizantino 6 Traducciones al castellano 7 Notas 8 Enlaces externosIntroduccion EditarLa Historia de la decadencia y caida del Imperio romano narra la historia del Imperio romano en el periodo que va desde la muerte del emperador Marco Aurelio hasta la Caida de Constantinopla desde el ano 180 hasta 1453 y concluye con una retrospectiva de la ciudad de Roma en 1590 Aparte de describir los hechos historicos que acontecieron durante esos mil anos el libro aborda las causas las decisiones y los comportamientos que condujeron a la decadencia y posterior caida del Imperio romano tanto en Occidente como en Oriente ofreciendo una de las primeras teorias explicativas de por que cayo el Imperio romano Al tiempo la obra senala un paralelismo implicito entre dos imperios en declive el Imperio romano y el propio Imperio Britanico que en la epoca de publicacion del libro se hallaba inmerso en plena Guerra de Independencia de los Estados Unidos y que en su historia reciente habia sufrido sonadas derrotas Guerra del Asiento perdidas territoriales europeas en la Guerra de los Siete Anos que junto con una percepcion negativa de la Administracion britanica de la epoca corruptelas sinecuras crisis de liderazgo en el Parlamento Britanico caidas continuas de primeros ministros habian acabado por convencer a la opinion publica britanica de la decadencia de su propio imperio 3 De hecho los temas de la virtud que segun Gibbon la sociedad romana perdio tras los Antoninos a consecuencia en parte del cristianismo la libertad perdida con la instauracion del regimen imperial de la mano de el taimado Octaviano y la corrupcion surgida por la perdida de las anteriores que constituyen el nucleo tematico central de la Historia de la decadencia y caida del Imperio romano son autenticos legados de la antigua Roma que el Renacimiento y sobre todo la Ilustracion vinieron a recuperar y reformular y eran muy frecuentes no ya en los circulos intelectuales ilustrados de la Inglaterra de la epoca a los que Gibbon pertenecia sino que estaban en boca de buena parte del publico Ello entre otros aspectos situa a la obra en plena Ilustracion dentro de la cual por otro lado vendria a ser una de las obras mas representativas En efecto La Historia destacara por abordar y juzgar la historia romana empleando los ideales ilustrados agnosticismo escepticismo racionalismo planteando un enfoque historico filosofico inedito hasta entonces La obra muy detallada y precisa hace que Gibbon sea considerado como el primer historiador moderno de la Antigua Roma 4 Asi su opus magnum se caracteriza por el enfoque objetivo con que trata a los hechos y por el enormemente preciso y exigente empleo de las fuentes historicas 5 y por ello fue tomado como modelo metodologico por los historiadores de los siglos XIX y XX 5 El pesimismo y la fina ironia de la que hace gala era comun en los escritos historicos de su epoca que influidos por los moralistas griegos como Plutarco pretendian transcender la mera descripcion historica cita requerida La redaccion de la obra es a juzgar de muchos impecable y escrita con un caracteristico estilo dieciochesco preciso elegante y formal muy propio de una epoca dominada por el critico poeta y lexicografo Samuel Johnson efectivamente James Boswell senalo ya en 1789 la profunda influencia del estilo del Dr Samuel Johnson en la redaccion de la Historia de la decadencia y caida del Imperio romano 6 Aunque publico otras obras Gibbon dedico gran parte de su vida 1772 1789 a redactar la Historia de la Decadencia y Caida del Imperio romano En su autobiografia Memorias de mi vida y escritos Gibbon deja claro como la redaccion de dicha obra practicamente se convirtio en su vida y compara la publicacion de cada uno de los seis volumenes al nacimiento de un hijo 7 Un estudio atento de la obra y sobre todo de sus notas demuestra el profundo conocimiento que Gibbon tenia del periodo descrito y la maestria con la que empleaba una infinidad de fuentes historicas Teoria de Gibbon EditarEn la obra Gibbon ofrece una explicacion sobre la caida del Imperio romano tarea hasta entonces complicada debido a la carencia de fuentes exhaustivas si bien no fue el primero en tratar sobre el tema 8 Montesquieu ya lo habia hecho por ejemplo en su Considerations sur les causes de la grandeur des Romains et de leur decadence 1734 y tambien la expone como ejemplo en El espiritu de las leyes La mayoria de sus conclusiones derivan directamente de los registros y cronicas que estaban a disposicion de los historiadores del siglo XVIII las obras de los moralistas romanos de los siglos IV y V caracterizadas por el pesimismo con el que veian desaparecer el orden romano de los siglos anteriores Estos autores influirian sobremanera en Gibbon sobre todo en muchos de los planteamientos teoricos que hizo al construir su teoria Causas Editar Asi segun Gibbon el Imperio romano sucumbio a las invasiones barbaras principalmente debido a la perdida de las virtudes civicas tradicionales romanas 9 por parte de sus ciudadanos Estos se habrian vuelto debiles delegando la tarea de defender el Imperio en mercenarios barbaros que se hicieron tan numerosos y arraigados en el Imperio y sus estructuras que fueron capaces de tomarlo al fin Los romanos segun el tras la caida de la Republica se habian ido volviendo progresivamente afeminados poco deseosos de vivir una vida militar mas dura y viril al modo de sus antepasados Ello habria llevado al abandono progresivo de sus libertades a favor de la tirania de los cesares y habria conducido a la degeneracion del ejercito romano y de la Guardia Pretoriana De hecho Gibbon ve como primer catalizador de la decadencia del imperio a la propia Guardia Pretoriana que instituida como una clase especial y privilegiada de soldados acampada en la propia Roma no ceso de interferir en la administracion del poder Ofrece continuos ejemplos de la injerencia de esta guardia que el llamo las huestes pretorianas cuya furia licenciosa fue el primer sintoma y causa primera de la decadencia del Imperio romano poniendo de manifiesto los calamitosos resultados de dicha injerencia que al incluir varios asesinatos de emperadores y demandas continuas de mejores soldadas que el erario no podia sobrellevar habrian desestabilizado al Imperio Al abundar en las causas de la decadencia civica Gibbon encuentra un culpable en el cristianismo que segun el predicaba un modo de vida incompatible con el sostenimiento del Imperio Argumenta que con el auge del cristianismo surgio la creencia en una existencia mejor tras la muerte lo que fomento una mayor indiferencia sobre el presente entre los ciudadanos romanos haciendo que desapareciera su deseo de sacrificarse por el Imperio El pacifismo cristiano habria acabado con el espiritu marcial que habia dominado la sociedad romana y la intolerancia de los cristianos para consigo mismos y para con los demas habria sido una fuente continua de inestabilidad Gibbon como muchos otros intelectuales ilustrados veia la Edad Media como una edad oscura llena de supersticion conducida por el clero y creia que no habia sido hasta la Edad de la Razon cuando la Humanidad pudo recobrar el progreso comenzado en la Edad Antigua Curiosamente al plantear el supuesto pacifismo cristiano y su desinteres por la vida terrena Gibbon y sus coetaneos se estaban haciendo eco de los textos de la apologetica cristiana de los siglos III V d C en la que tales puntos de vista son muy frecuentemente justificados y ensalzados es comun hallar apologos cristianos de la epoca en los que se compara el belicismo y la violencia de los romanos paganos con el pacifismo y la virtud de los cristianos martires Tesis y criticas Editar Con todo Gibbon plantea una teoria decadentista en el sentido de que ve como causas primeras de la caida de Roma a problemas endogenos y tambien decaista en el sentido de que ve como causa final de la caida de Roma a problemas exogenos las invasiones barbaras incidiendo no obstante en las primeras planteara la decadencia como surgida de la propia sociedad romana incapaz de mantener el espiritu lo que el llama numen virtuoso y viril que habia propiciado el predominio romano durante la Republica con un marcado desinteres por los asuntos publicos que el achaca en primera instancia a la propia constitucion del regimen imperial incidiendo asi en la perdida de las libertadas republicanas como una causa subyacente y que habria llevado a la debilidad del Senado frente a los cesares y a la Guardia Pretoriana con la creciente autocomplacencia y desinteres por los asuntos terrenales debido al cristianismo Todo ello habria llevado al abandono de los asuntos publicos y militares y con las invasiones barbaras habria acabado por llevar al Imperio a su colapso Es interesante hacer notar ciertos aspectos de la teoria el primero seria que no es completamente novedosa en el sentido de que la tesis decadentista social perdida de la virtud civica puede hallarse ya en la obra de Montesquieu y estaba bastante aceptada en la epoca el segundo que por primera vez se incluye al Cristianismo dentro de la decadencia lo que huelga decir que causo gran polemica el tercero que sus criticas sobre el cristianismo que le generaron grandes problemas en su tiempo se centran mas en la polemica debido al martirio cristiano en la vision negativa que tenia del emperador Constantino y la negativa a reconocer como totalmente veridicos los datos que los apologetas cristianos ofrecian respecto al cristianismo primitivo son famosas sus criticas a Eusebio de Cesarea al que se dice que denosto en privado llamandolo el peor historiador de la Historia tercero Gibbon comenta un enfriamiento del clima europeo al hacer notar como los barbaros del norte cruzaban el Danubio helado en invierno para invadir el imperio algo de lo que hoy en dia jamas se ha oido hay quien ha querido interpretar en esto que sugirio que el cambio climatico pudo tener su parte en la caida de Roma si bien Gibbon lo menciona como un hecho militar y no lo investiga mas cuarto que Gibbon se hace eco de muchas de las opiniones que la sociedad inglesa de la epoca tenia sobre todo en lo referido a la corrupcion del poder politico la vision negativa del clero catolico el desprecio al arribismo social y al fanatismo religioso las propias tesis decadentistas su valoracion positiva e idealizada de la epoca altoimperial Empleo de las citas y fuentes historicas EditarLas citas de las que Gibbon hace uso muestran con profundo detalle el manejo que hace de las fuentes en su obra que incluyen desde las antes mentadas cronicas moralistas hasta documentos que datan de la epoca imperial e incluso por primera vez en un historiador monedas para valorar la importancia y las politicas de ciertos emperadores El detalle y la cautela con las que las trata valorando la importancia de cada documento en su contexto senalan a Gibbon como el primer historiador moderno Ademas fue uno de los primeros en emplear la numismatica como manera de datar reinados sobre todo durante la Crisis del siglo III La Historia de la decadencia y caida del Imperio romano es notable por el empleo a veces erratico pero muy exhaustivo que hace de las notas documentales y de la investigacion historica El historiador J B Bury quien 113 anos despues escribiria su History of the Later Roman Empire hizo uso de las investigaciones de Gibbon como punto de partida para su obra senalando la increible profundidad y exactitud de la obra de Gibbon Es algo destacable de hecho que la obra de Gibbon sea muy habitualmente el punto de partida de las investigaciones historicas del periodo que tratan al contrario de muchos historiadores contemporaneos suyos entre los que destacan David Hume Montesquieu incluso Oliver Goldsmith escribio una Historia de Roma Gibbon no quiso contentarse con emplear fuentes secundarias en su obra y trato en todo momento de recurrir a fuentes primarias haciendo un uso tan exacto de ellas que muchos historiadores modernos aun citan su obra como la referencia fundamental en lo concerniente al Imperio romano de Occidente Siempre he tratado escribio Gibbon de beber de la cabecera del rio mi curiosidad al igual que mi sentido del deber siempre me ha urgido a estudiar los originales y si alguna vez estos han eludido mi busqueda he senalado con cuidado esas evidencias secundarias de las que algun pasaje o hecho estaban forzados a depender 10 La Historia de la decadencia y caida del Imperio romano es sin lugar a dudas un monumento literario y un formidable adelanto en lo que al metodo historico respecta 11 Controversia de los capitulos XV y XVI EditarEl primer libro de la obra no se publico inicialmente en un solo tomo al publicarse en volumenes de a cuatro se dividio en tres tomos Los dos primeros fueron bien recibidos y hasta admirados Sin embargo el tercer y ultimo tomo sembro la polemica desde el momento en que vio la luz y Gibbon fue denostado como un pagano y un descreido a nadie se le olvido tampoco que habia sido anglicano luego catolico de nuevo protestante y finalmente agnostico y se mofaban sugiriendo que solo le faltaba hacerse mahometano 12 En el tercer volumen de a cuatro en los capitulos XV y XVI Gibbon va estudiar el surgimiento del cristianismo y su establecimiento como principal religion del Imperio pero lo hara atacando virulentamente la historia oficial de la Iglesia catolica en especial uno de sus principales simbolos a saber el martirio cristiano tachandolo de mito interesado Para Gibbon no obstante los escritos de la Iglesia pasarian a ser fuentes secundarias y extremadamente parciales que despreciaria frente a las fuentes primarias del periodo que estaba estudiando esta es la razon por la que se llama a Gibbon el primer historiador moderno Ademas aparte de reducir el martirio durante las persecuciones cristianas a su justo tamano en dichos capitulos Gibbon expone su teoria en virtud de la cual la caida de Roma bien puede achacarsele al menos en parte al advenimiento del Cristianismo Quiza una buena muestra de la fina ironia con la que Gibbon desmonta la imagineria milagrera cristiana y de su escepticismo en lo que se refiere a la historia oficial de la Iglesia sea el siguiente parrafo encontrado en el capitulo XV Mas como podemos perdonar la indiferente negligencia del mundo pagano y filosofico pese a lo que le fue mostrado no a su entendimiento sino a sus sentidos Durante la epoca de Cristo y sus apostoles y sus dos primeros discipulos la doctrina que ellos profesaban era confirmada por innumerables prodigios los cojos caminaban los ciegos veian los enfermos eran curados los muertos resucitaban los demonios eran exorcizados y las leyes de la Naturaleza eran frecuentemente suspendidas en beneficio de la Iglesia Y aun asi los sabios de Roma y de Grecia se desinteresaban de este increible espectaculo y prosiguiendo con sus ocupaciones normales de vida y estudio parecian ignorar todas aquellas alteraciones de la moral y del gobierno material del mundo Durante el principado de Tiberio el mundo entero o por lo menos una celebrada provincia del Imperio romano estuvo envuelta en una oscuridad sobrenatural y sin embargo este evento milagroso que debiera haber despertado la curiosidad y la devocion de toda la humanidad paso sin pena ni gloria en una epoca de ciencia y de historia Acontecio durante la vida de Seneca y de Plinio el Viejo 13 que deberian de haber experimentado los efectos inmediatos o haber recibido la informacion mas privilegiada del prodigio Cualquiera de estos filosofos recogieron detalladamente los mas diversos fenomenos de la naturaleza y del clima terremotos tormentas cometas o eclipses eventos que su curiosidad infatigable no dejo de recopilar Aun asi ambos omitieron cualquier mencion al mayor fenomeno que todo mortal de este mundo desde la Creacion jamas haya podido observar Capitulo XV Tambien compara los reinados de Diocleciano 284 305 y Carlos V 1519 1556 sosteniendo que ambos eran bastantes similares ambos reinados estuvieron sometidos a continuas guerras imponiendo excesivos impuestos ambos eligieron abdicar a edades parecidas y ambos eligieron un retiro tranquilo tras dejar el poder Criticas EditarTras su publicacion salieron a la luz numerosos tratados criticando la obra y Gibbon se vio forzado a defender su trabajo con replicas 14 La presion social a la que se vio sometido lo obligo a acabar los siguientes volumenes en Lausana donde podia trabajar en soledad Los ataques mas vigorosos se centraron en el tratamiento que hacia del cristianismo su obra fue incluida en el Indice de Libros Prohibidos Martires Editar De acuerdo con Gibbon los paganos romanos fueron mucho mas tolerantes con los cristianos que lo que fueron los cristianos entre ellos especialmente una vez se convirtieron en la religion oficial El numero de muertos de manos de los cristianos en sus persecuciones internas fue mucho mayor que los que produjeron las persecuciones instigadas por el poder Romano Gibbon estimo que el numero de cristianos ejecutados por otras facciones cristianas excedia el de todos los martires que durante tres siglos murieron en el martirio a raiz de las sucesivas persecuciones contra los cristianos Esto ademas contradecia la historia oficial de la Iglesia segun la cual el cristianismo triunfo en buena medida porque se gano los corazones y las mentes de la gente gracias sobre todo al inspirador ejemplo ejercido por los martires Gibbon demostro que la costumbre de la Iglesia primitiva de tratar de martir a cualquiera que confesara su fe ayudo a inflar las filas de los mismos sin mas que comparar dichas cifras con las de las persecuciones modernas guerras de religion Gibbon demostro lo exagerada que era dicha cifra El sabio Origenes quien a traves de sus propias experiencias y sus amplias lecturas era un profundo conocedor de la historia de los Cristianos declara en los terminos mas explicitos que el numero de martires era ridiculo Su propia autoridad ella sola deberia ser suficiente para acabar con ese imponente ejercito de martires cuyas reliquias sacadas en su mayor parte de las catacumbas de Roma han llenado tantas iglesias y cuyos maravillosos logros han sido el tema de tantos volumenes de sagradas historias Debemos concluir este capitulo con una melancolica verdad que se impone incluso a la mente mas reluctante que incluso admitiendo incondicionalmente y sin pregunta alguna todo lo que la historia ha recogido o todo lo que la devocion ha inventado en lo referido al martirio aun en ese caso se ha de admitir que los Cristianos en el transcurso de sus disensiones intestinas se han infringido con mucho muchas mas muertes los unos a los otros que las que experimentaron debido al celo de los infieles Capitulo XVI El cristianismo como causa de la caida y de la inestabilidad Editar En palabras del propio Gibbon En tanto en cuanto la felicidad en una vida futura es el gran objetivo de esta religion podemos aceptar sin sorpresa ni escandalo que la introduccion o al menos el abuso del Cristianismo tuvo una cierta influencia en la decadencia y caida del Imperio romano El clero predico con exito doctrinas que ensalzaban la paciencia y la pusilanimidad las antiguas virtudes activas virtudes republicanas de los romanos de la sociedad fueron desalentadas los ultimos restos del espiritu militar fueron enterrados en los claustros una gran proporcion de los caudales publicos y privados se consagraron a las enganosas demandas de caridad y devocion y la soldada de los ejercitos era malgastada en una inutil multitud de ambos sexos frailes y monjas esta opinion sobre ellos era habitual en el publico ingles del s XVIII capaz solo de alabar los meritos de la abstinencia y la castidad La fe el celo la curiosidad y pasiones mas terrenales como la malicia y la ambicion encendieron la llama de la discordia teologica La Iglesia e incluso el estado fueron distraidas por facciones religiosas cuyos conflictos eran muchas veces sangrientos y siempre implacables la atencion de los emperadores fue desviada de los campos de batalla a los sinodos El mundo romano comenzo pues a ser oprimido por una nueva especie de tirania y las sectas perseguidas se convirtieron en enemigos secretos del estado Y sin embargo un espiritu partidista no importa cuan absurdo o pernicioso puede ser tanto un principio de union como de desunion Los obispos desde ochocientos pulpitos inculcaban al pueblo los deberes de la obediencia pasiva buscada por el legitimo y ortodoxo emperador sus frecuentes asambleas y su perpetua correspondencia los mantenian en comunion con las mas distantes iglesias y el temperamento benevolente de los Evangelios fue endurecido aunque confirmado por la alianza espiritual de los catolicos La sagrada indolencia de los monjes era con frecuencia abrazada en unos tiempos a la vez serviles y afeminados pero si la supersticion no habia supuesto el fin de los principios de la Republica estos mismos vicios la servilidad y el afeminamiento habrian llevado a los indignos romanos a desertar de ellos Los preceptos religiosos son facilmente obedecidos por aquellos cuyas inclinaciones naturales les llevan a la indulgencia y la santidad pero la pura y genuina influencia del Cristianismo puede hallarse si bien de forma imperfecta en los efectos que el proselitismo cristiano tuvo sobre los barbaros del norte Si la decadencia del Imperio romano se habia acelerado con la conversion de Constantino al menos su religion victoriosa redujo en algo el estrepito de la caida y rebajo el feroz temperamento de los conquistadores cita requerida Capitulo XXXIX Historiadores como David S Potter y Fergus Millar han negado que la caida del imperio se produjera a consecuencia de una especie de letargia producida por la adopcion del cristianismo como religion oficial Segun ellos ese punto de vista es vago y carece de gran evidencia que lo sustente Otros como J B Bury quien escribio una historia del Bajo Imperio romano History of the Later Roman Empire from the Death of Theodosius I to the Death of Justinian Londres 1923 afirmaron que no existe evidencia alguna mas alla de los escritos de unos cuantos moralistas de la epoca con respecto a la apatia de la que habla Gibbon La teoria de Gibbon no es la mas popular en los tiempos modernos en la actualidad se tiende mas a analizar los factores economicos y militares que influyeron en la decadencia y caida si bien es relativamente habitual mencionar al cristianismo como una causa subyacente sobre todo por la inmensa corrupcion politica que supuso 15 Historiadores como Henri Irenee Marrou en su Decadence romaine ou Antiquite Tardive Decadencia romana o Antiguedad Tardia niegan incluso las tesis decadentistas al senalar que el asi llamado fin del Imperio romano fue una epoca de renacimiento en los campos espiritual politico y artistico notablemente con la aparicion del arte prerromanico y del primer arte bizantino Para Pierre Grimal La civilizacion romana no esta muerta sino que da a luz a algo distinto de si misma asegurando su supervivencia Desprecio del Imperio bizantino Editar Cosa comun en su tiempo Gibbon estaba cargado de prejuicios en contra del Imperio bizantino al que veia como una prolongacion del afeminamiento y molicie del Bajo Imperio que tanto se despreciaba en los circulos intelectuales ilustrados Asi su estudio sobre el Imperio de los griegos aunque brillante en cuanto a contextualizacion le llevo a abordar incluso la historia de China para explicar a los mongoles y realizo un intensivo estudio del mundo arabe es tenido como la parte mas debil de su obra a la que algunos historiadores como John Julius Norwich 16 o Steven Runciman 17 acusan de falta de entusiasmo y llena de prejuicios En la actualidad frente a la postura de Gibbon la historiografia ha revalorizado bastante la historia bizantina Traducciones al castellano EditarLa primera traduccion al castellano a cargo del escritor y traductor Jose Mor de Fuentes aparecio en 1842 con el titulo de Historia de la decadencia y ruina del Imperio Romano editada por la imprenta de Antonio Bergnes de las Casas y Compania Barcelona 18 Si bien Mor de Fuentes era un traductor de talento extraordinario su estilo personal resulta mas arcaico y farragoso que el original La editorial Turner la ha seguido editando hasta fechas recientes en varios volumenes Dado que tanto el original como la traduccion estan ya libres de derechos de autor se puede descargar libremente Gibbon Edward 2006 Historia de la decadencia y caida del Imperio Romano Edicion integra en cuatro volumenes traduccion Jose Mor de Fuentes Madrid Editorial Turner Tomo I Desde los Antoninos hasta Diocleciano Desde la renuncia de Diocleciano a la conversion de Constantino ISBN 978 84 7506 753 7 Tomo II Desde Juliano hasta la particion del Imperio Invasores barbaros ISBN 978 84 7506 754 4 Tomo III Invasiones de los barbaros y revoluciones de Persia Aparicion del Islam ISBN 978 84 7506 755 1 Tomo IV El Imperio de Oriente y las cruzadas Fin del Imperio de Oriente y coronacion de Petrarca ISBN 978 84 7506 756 8 Mas de un siglo mas tarde se publico la traduccion de la edicion abreviada de Dero A Saunders con el titulo Historia de la decadencia y caida del Imperio Romano Traductora Carmen Franci Alba Editorial Barcelona 2000 Saunders elimina casi todas las notas a pie de pagina del autor que constituyen una cuarta parte del texto original y algunos capitulos que desde un punto de vista historiografico resultan ya obsoletos La traduccion recupera el estilo de Gibbon perdido en la traduccion anterior Editado tambien en fechas posteriores por RBA Circulo de Lectores y Debolsillo y reeditado por Alba en 2020 Finalmente en 2012 se publica una edicion integra en dos tomos a cargo de Jose Sanchez de Leon Menduina por Ediciones Atalanta Gibbon Edward 2012 Decadencia y caida del Imperio Romano Coleccion Memoria Mundi Nueva traduccion completa en dos tomos a cargo de Jose Sanchez de Leon Menduina cartone Vilaur Ediciones Atalanta ISBN 978 84 939635 7 6 Volumen I Cuarta edicion ISBN 978 84 939635 0 7 Volumen II Tercera edicion ISBN 978 84 939635 6 9 Notas Editar Ver Enciclopedia Britanica A principios del siglo XX el biografo Sir Leslie Stephen Gibbon Edward 1737 1794 Dictionary of National Biography vol 7 Oxford 1921 1134 apunto la reputacion de The History como la de una obra de erudicion inigualable algo que el ambito academico reconoce tan valido entonces como en la actualidad Las criticas vertidas sobre su libro son casi unanimes En precision meticulosidad lucidez y en abarcar de forma extensiva tan vasto tema la Historia es insuperable Es el unico libro de Historia escrito en ingles que puede considerarse como definitivo A pesar de sus defectos el libro es a la vez artisticamente imponente e historicamente irreprochable como un vasto panorama de un periodo inmensamente largo Debe hacerse notar que ciertas corrientes historiograficas solo reconocen su valor literario pero no como obra de historia Otros historiadores e incluso algunos pensadores sociales reconocen la plausibilidad de la tesis decadentista moral pero en general se cuestiona la extension de la misma y por tanto su influencia en el fin del Imperio al no tenerse tan claro si la perdida de las virtudes civicas de las que habla Gibbon se produjo tal y como recogen las fuentes historicas que maneja Gibbon Es un tema polemico porque choca con la tesis mas en boga en la actualidad que habla de Antiguedad Tardia y no reconoce el fin del Imperio romano y la Edad Media como una epoca de oscuridad Bryan Ward Perkins de la universidad de Oxford en su La caida de Roma y el fin de la civilizacion 2205 ofrece lo que segun el son pruebas que niegan el concepto de Antiguedad Tardia destacando la degeneracion en las artes el comercio pero ello no aclara tampoco si pudo deberse a una decadencia civica o hubo otras causas Vid Peter Burke El Renacimiento Ver David Potter A Companion To The Roman Empire Malden Mass Blackwell Pub 2006 p 100 a b A principios del siglo XX el biografo Sir Leslie Stephen Gibbon Edward 1737 1794 Dictionary of National Biography vol 7 Oxford 1921 1134 apunto la reputacion de The History como la de una obra de erudicion inigualable algo que el ambito academico reconoce tan valido entonces como en la actualidad Las criticas vertidas sobre su libro son casi unanimes En precision meticulosidad lucidez y en abarcar de forma extensiva tan vasto tema la Historia es insuperable Es el unico libro de Historia escrito en ingles que puede considerarse como definitivo A pesar de sus defectos el libro es a la vez artisticamente imponente e historicamente irreprochable como un vasto panorama de un periodo inmensamente largo Ver La vida de Samuel Johnson 1791 de James Boswell En el elogio final a Johnson Boswell pese a su enemistad personal con Gibbon lo cita como un excelente ejemplo de la influencia de Johnson en el estilo literario de la epoca e incluso ofrece un fragmento de The History a modo ilustrativo Patricia B Craddock Edward Gibbon Luminous Historian Baltimore Johns Hopkins Univ Press 1989 249 266 Ver por ejemplo la famosa tesis de Henri Pirenne 1862 1935 difundada a principios del siglo XX Con respecto a fuentes mas recientes que las antiguas Gibbon posiblemente recurrio al breve ensayo de Montesquieu Considerations sur les causes de la grandeur des Romains et de leur decadence y a una obra previa al respecto publicada por Bossuet 1627 1704 en su Histoire universelle a Monseigneur le dauphin 1763 Ver Pocock EEG para Bousset pp 65 145 para Montesquieu pp 85 88 114 223 J G A Pocock Between Machiavelli and Hume Gibbon as Civic Humanist and Philosophical Historian Daedulus 105 3 1976 153 169 y en Further reading Pocock EEG 303 304 FDF 304 306 Prefacio al Volume the Fourth de Gibbon en la edicion de David Womersley Edward Gibbon The History of the Decline and Fall of the Roman Empire vol 2 New York Penguin Books 1994 p 520 A principios del siglo XX el biografo Sir Leslie Stephen Gibbon Edward 1737 1794 Dictionary of National Biography vol 7 Oxford 1921 1134 apunto la reputacion de The History como la de una obra de erudicion inigualable algo que el ambito academico reconoce tan valido entonces como en la actualidad Las criticas vertidas sobre su libro son casi unanimes En precision meticulosidad lucidez y en abarcar de forma extensiva tan vasto tema la Historia es insuperable Es el unico libro de Historia escrito en ingles que puede considerarse como definitivo A pesar de sus defectos el libro es a la vez artisticamente imponente e historicamente irreprochable como un vasto panorama de un periodo inmensamente largo Comentado jocosamente por James Boswell en Life of Samuel Johnson La animadversion que Boswell sentia por Gibbon queda patente en toda la obra Ver tambien los diarios de Elizabeth Montagu al respecto Plinio el Viejo en su famosa Historia Natural describe multitud de fenomenos geologicos y naturales entre los cuales relata de manera un tanto arcaica y fantasiosa fenomenos de oscurecimiento asociados al vulcanismo Su sobrino Plinio el Joven describira la erupcion del Vesubio que soterro Pompeya y en la que murio Plinio el Viejo al querer acercarse para poder examinar de cerca el fenomeno Seneca por su parte era toda una autoridad en meteorologia y geofisica describiendo todo tipo de tormentas ciclones tornados pero sin hacer nunca mencion al oscurecimiento de Judea Este fenomeno que precedio a la muerte de Jesus de Nazaret es mencionado en el Evangelio segun San Mateo 27 45 50 Y desde la hora sexta hasta la hora nona grandes tinieblas se extendieron sobre toda la tierra Y alrededor de la hora nona Jesus dio un fuerte grito Eli Eli lamma sabathani que significa Padre padre por que me has abandonado A Vindication by Edward Gibbon Consultado el 2009 Ramsay MacMullen Corruption and the Decline of Rome New Haven Yale Univ Press 1988 Thomas S Burns Barbarians Within the Gates of Rome Study of Roman Military Policy and the Barbarians ca 375 425 AD Bloomington Indiana Univ Press 1995 Ver John Julius Norwich Byzantium New York Knopf 1989 Byzantium the Apogee Londres y Nueva York Viking Press 1991 Ver Steven Runciman Byzantine Civilization 1933 o tambien 1453 La caida de Constantinopla Runciman en ambas obras viene a reclamar una revalorizacion de la historia bizantina frente a las posturas prejuiciosas de la Ilustracion y de Gibbon Saltana Revista de Traduccion Enlaces externos EditarHistory of the Decline and Fall of the Roman Empire 1845 obra completa en Proyecto Gutenberg Historia de la decadencia y ruina del Imperio Romano 1842 en Internet Archive tomo I II III IV V VI VII y VIII Datos Q313030 Multimedia The History of the Decline and Fall of the Roman EmpireObtenido de https es wikipedia org w index php title Historia de la decadencia y caida del Imperio romano amp oldid 137757539, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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