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Gregorio González Arranz

Gregorio González Arranz, (Roa (Burgos) 25 de mayo de 1788 - Mortagne-au-Perche,[nota 1]​ Francia, 1868) fue hacendado y militar. De ideas absolutistas durante el régimen de Fernando VII, perseguido durante el trienio liberal, fue odiado por los liberales al haber sido como alcalde de Roa el encargado de la ejecución de Juan Martín Díez, «El Empecinado». Defensor tras la muerte de Fernando VII de la legitimidad del infante Carlos María Isidro de Borbón, se integró en el bando carlista durante la primera guerra carlista. Exiliado en Francia, habiendo perdido todos sus bienes, vivió allí socorrido por los legitimistas franceses.

Juventud

Nació en Roa (Burgos) el 25 de mayo de 1788. Su padre era un rico hacendado y al morir en 1807, su hijo Gregorio tuvo que hacerse cargo de «...sus muchos negocios y caudal, compuesto por viñas, lagares, tierras de labor...».[1]

Durante la Guerra de la Independencia, los guerrilleros que actuaban en la región del Duero, Jerónimo Merino y Juan Martín Díez, El Empecinado, trataron de alistarlo en sus tropas, pero su madre consiguió librarlo a cambio de pagos. Estos hechos resultaron ser tan gravosos que decidió casarse en 1811, obteniendo así la licencia absoluta. Con las capitulaciones establecidas entre su madre y los padres de su mujer «...comprendiendo bastantes tierras, viñas, lagar, bueyes, etc., y bastante metálico...me colocaron en la situación de ser uno de los vecinos principales de la villa».[2]

Merino luchaba contra los franceses defendiendo una monarquía absoluta en tanto que El Empecinado lo hacía por una constitucional. Cada uno de estos jefes reclutaba en los pueblos a los jóvenes que estaban adoctrinados con la idea que ellos defendían. A su vez, las exacciones para mantener a sus tropas las exigían especialmente a los pudientes que ostentaban posición política contraria. Con ello eran de los que estaban creando el embrión que había de hacer las dos Españas.

Reinado de Fernando VII

En 1820 era uno de los cuatro terratenientes más ricos de la localidad, siendo él y otro de ideas absolutistas y constitucionales los otros dos. En 1820 fue nombrado, muy a pesar suyo, ya que ello le quitaba tiempo para atender a la administración de sus bienes, regidor de Roa y su comarca. «Mi completa ruina y la desgracia de toda mi familia dimana de este cargo de regente, porque fue la causa originaria de la implacable persecución que desde entonces sufrí por parte de los liberales».[3]

 
Fernando VII. Óleo de Francisco de Goya.

En marzo de ese mismo año se promulgó de nuevo la Constitución, hubo elecciones y perdió su cargo de regidor, comenzando a tener problemas con los elementos liberales de la población y su comarca, ya que en ella se enfrentaban fuerzas absolutistas y liberales con especial rigor. El 26 de abril de 1823 se presentó en la localidad una tropa que dependía del absolutista Merino, siendo repuesto como regidor. Comenzó eliminando de la Plaza Mayor la lápida de "Plaza de la Constitución", mandó recoger las armas que poseían los liberales y estableció el Batallón de Voluntarios Realistas de Roa. Trabajó tanto que: «Durante este periodo de tiempo, fueron tantas mis obligaciones... que en tres meses no entré por las puertas de mi casa. En la del amigo más cercano, allí donde la necesidad me apremiaba, tomaba los alimentos, pues sin cesar tenía que estar ojo alerta».[4]

 
Juan Martín Díez, El Empecinado. Óleo de Francisco de Goya.

Había sido nombrado corregidor Domingo Fuentenebro que dadas sus continuas ausencias para estar en contacto con la Real Chancillería de Valladolid, delegaba en él sus funciones, con lo cual fue adquiriendo gran peso político. En el mes de noviembre de 1823 le llegaron noticias de que El Empecinado se acercaba a las tierras de Roa, por lo que se puso a la cabeza de los voluntarios realistas de la comarca, comenzando la persecución del antiguo guerrillero. Encontrándose en Nava de Roa, su tropa se lo trajo preso junto con sesenta de sus hombres. Los condujo a Roa «...haciendo marchar al Empecinado a pie, delante de mi caballo y llevando yo el cabo de la cuerda con que tenía amarrados los brazos».[5]​ Llegaron a Roa y «Millares de almas llenaban las calles del pueblo y se asomaban a los balcones y ventanas para ver la llegada de los presos. Lo que más nos sorprendió fue que sin orden del corregidor ni mía, nos encontramos con que en medio de la plaza Mayor habían levantado un tablado muy alto...siendo tan demasiadas y furiosas las voces y exclamaciones, que me vi. obligado a subirle al tablado, acompañándole».[6]​ Luego los encerró, esperando órdenes del corregidor. Los presos deberían haber sido entregados a la jurisdicción militar y juzgados por la Real Chancillería de Valladolid, pero Fuentenebro, enemistado desde hacía tiempo con el detenido, comunicó directamente la noticia de la captura a Fernando VII, el cual le nombró comisionado regio, ordenando que los presos fuesen juzgados en Roa. La sentencia del 20 de abril de 1825 fue comunicada al rey, que la aprobó, condenando al Empecinado a ser ahorcado en la Plaza Mayor de Roa. Llegada esta noticia, «...ya no volvió más por Roa el señor Fuentenebro y su señora también abandonó la villa...».[7]​ De los preparativos para la ejecución y de esta misma que se llevó a cabo el 20 de agosto de 1825, quedó por ello encargado exclusivamente González Arranz, siendo marcado para siempre como «el asesino de El Empecinado».

González Arranz había enviudado en 1822 y volvió a casarse en 1824, pero su nueva mujer falleció poco después. Al año siguiente cesó como alcalde, dedicándose plenamente a sus negocios. Pero comenzó a tener graves problemas con las comprobaciones de las cuentas de los años en las que había permanecido en el cargo que ocasionaron pleitos que duraron hasta 1829, causándole pérdidas al no poder justificar pagos realizados durante su mandato, debiendo cubrirlos con su patrimonio. Un año antes «...cuando notando notables pérdidas en el comercio, descuido en mis hijos y desgobierno en mi casa, decidí poner remedio contrayendo nuevo matrimonio...».[8]​ Solucionados los pleitos por las cuentas del ayuntamiento, fue nombrado Superintendente General del Reino y Tasador de los daños en montes y plantíos de la Subdelegación de Roa, así como elegido en votación secreta Mayordomo del Cabildo de la iglesia Colegial de Roa. El desempeño del primer cargo «...me ocupaba bastantes días, en que por mandato judicial, recorría los montes apreciando los daños, lo que me servía de distracción y me proporcionaba algún provecho».[9]​ Por el otro, «La dotación de la mayordomía se reducía a percibir de las rentas y diezmos de la Colegial igual cantidad que si fuese un canónigo, más doce cántaras de vino y doce fanegas de trigo al año y diez reales de dietas por cada día que permaneciese fuera de la villa ocupado en el servicio de la Colegial».[10]

Pero su futuro había de ser muy penoso dada su fidelidad al absolutismo de Fernando VII y por haber dado curso al ahorcamiento de El Empecinado, ya que, según él mismo dice de Roa «...en España no ha existido nunca un pueblo más decidido por la Constitución, ni que más odiase al Gobierno del rey absoluto...».[11]

Primera guerra carlista

El 29 de septiembre de 1833 falleció Fernando VII, dejando heredera al trono de España a su hija Isabel II, pero los partidarios de su hermano Carlos María Isidro de Borbón proclamaron a este como rey. Hubo levantamientos y se inició una guerra que no terminaría hasta 1840.

 
Carlos María Isidro de Borbón. Litografía según dibujo de Isidoro Magués. 1837.

El cura Merino era de los más acérrimos partidarios del Pretendiente Carlos y levantó en armas parte de la comarca de Burgos, Soria y Valladolid. El día 15 de octubre llegó a Roa su orden de que los voluntarios realistas y cuanta gente de armas pudieran reunirse, iniciase la marcha hacia la comarca de Villafranca Montes de Oca.

 
Villafranca Montes de Oca. Burgos.

Gregorio González, jefe de los voluntarios realistas de Roa, acató inmediatamente las órdenes y tomando 6000 reales de la caja del Ayuntamiento, se dirigió con su gente al lugar de encuentro señalado. Merino había sido un buen jefe guerrillero, pero no estaba capacitado para organizar un ejército. Las numerosas gentes reunidas no recibieron ni jefes ni órdenes para formar batallones. Llegando noticias de que tropas regulares, fieles a Isabel, se acercaban a ellos desde Lerma, Burgos y Navarra, y siendo tiempos de vendimia, de trabajos en los lagares y época de labranza, los labradores congregados comenzaron a volver a sus casas, disolviéndose el aparente ejército, sin que se diera enfrentamiento armado importante alguno, huyendo Merino a Portugal, donde había establecido su corte el Pretendiente.

 
Gerónimo Merino. Litografía de 1845.

Gregorio González fue muy osado al volver a Roa, ya que habiendo levantado gente en armas contra el gobierno isabelino, debía haber sido condenado a muerte. Vicente Genaro Quesada, capitán general de Castilla la Vieja, había ordenado que todo carlista hecho preso con armas en la mano fuese pasado por las armas en el término de cuatro horas. Ante la petición que le hizo el arzobispo de Burgos, considerando insuficiente el tiempo de cuatro horas «...para prepararse debidamente y asegurar el terrible paso a la eternidad......tenga a bien...concediendo el término de 24 horas»,[12]​ Quesada había respondido que «...será inútil la menor o mayor concesión de tiempo para ejecutarlos».[13]​ Los liberales de Roa se limitaron a desarmar a sus seguidores, González Arranz tuvo que devolver los 6000 reales que había tomado del Ayuntamiento, perdió sus cargos, fue encarcelado en varias ocasiones, pagando fuertes multas para recuperar la libertad, y las tropas isabelinas que hacían tránsito por la localidad se proveían gratuitamente en su despensa y bodega. Acabó siendo desterrado a Valladolid, no recibiendo allí pasaporte para regresar a casa hasta finales de 1834. Cuando volvió, de acuerdo con su esposa, decidió «...ocultar el dinero, en previsión de ser algún día sorprendido y robado. La mayor parte del vellón o calderilla, que pasaba de ocho mil reales, la guardé dentro de doce fardos que enterré en un hoyo profundo, practicado en la esquina del corral que linda con la casa del vecino...una vez tapado el hoyo, no se notaba nada. El oro y la plata, en cantidad de ciento y tantos mil reales los escondimos en la bodega. Mi esposa quedó en el cuidado de guardar las llaves y bajar ella misma cuando hiciera falta algo».[14]

Al año siguiente, el 30 de mayo, Merino asaltó Roa y saqueó e incendió numerosas casas de ciudadanos liberales. Gregorio González, ante el desastre que las gentes de Merino estaban realizando, se alejó del lugar, llevando consigo a un grupo de personas liberales que de este modo salvaron la vida. Este hecho hizo que dejase de ser represaliado y «... libre de cuidados pasé muchos días sin levantar mano, ordenando mis cuentas y negocios. Fue un trabajo largo y penoso, pero de mucha utilidad, por que (sic) me permitió sanear mi fortuna, limpiándola de enredos y trabacuentas».[15]

 
Castillo de Peñafiel.

En junio de 1836, una expedición carlista capitaneada por Basilio García, llevando como lugarteniente a Juan Manuel Balmaseda, antiguo conocido de González Arranz, partió de Navarra, cruzando el Ebro por el vado de Agoncillo y penetró en Castilla. González Arranz dice que «Desde que se recibieron en el pueblo las primeras noticias con la aproximación de la columna carlista, para evitar que los liberales me apresaran en rehenes, me había salido del pueblo seis días antes, durante los cuales me oculté en los sembrados y en los tarajes de la ribera».[16]​ Antes de que llegasen los carlistas, los liberales más distinguidos de Roa se habían refugiado en el castillo de Peñafiel, por lo que volvió a casa. Los liberales que permanecían en la localidad le pidieron que se hiciese de nuevo cargo del Ayuntamiento y recibiese a los carlistas y cuidase «...de que no se cometiesen atropellos en las familias de los liberales huidos».[17]​ Consiguió hacerlo aunque la población tuvo que aprovisionar con prodigalidad a la tropa carlista. Al anochecer, la columna continuó la marcha, dejando el médico de la tropa a González Arranz a su hijo de siete años para que lo guardase hasta su regreso, hecho que pensaban realizar pocos días después. Pero no volvieron, ya que el ejército isabelino les cortó el paso, obligándoles a internarse en Soria y desde allí volver a Navarra. Regresaron los liberales que se habían refugiado en Peñafiel y a pesar de su buen proceder a favor de ellos, venían con intención de fusilarlo y capturar al niño que le habían entregado en custodia,[18]​ mas una de las personas liberales de prestigio que había conseguido que no fuese molestada por los carlistas, los ocultó unos días en su casa, pero, finalmente, con el niño y con dos de sus hermanos, uno de ellos era cura, huyó para refugiarse en los montes de Burgos y Soria.

Fueron encontrando acogida en Aldeanueva de la Serreruela, Quintanilla de Nuño Pedro y Aldea del Pinar. González Arranz conseguía mantener contacto a través de amigos con su mujer que le proveía de dinero, pero vivían en constante peligro de ser delatados por alguien que transitase por donde estaban y lo reconociese, ya que tanto el boletín de Soria como el de Burgos habían publicado una requisitoria de búsqueda y captura de él y del niño. Cuando tuvieron noticia de que la expedición carlista del general Miguel Gómez Damas se estaba retirando y había de pasar por la provincia de Soria, fueron a su encuentro, encontrándola el 13 de diciembre en Huerta de Rey. Decidieron unirse a ella y marchar a las provincias vascas, pero ya al día siguiente, llegando a Santo Domingo de Silos, al apreciar que el excelente y disciplinado ejército de Gómez que había salido de Vizcaya en junio se componía ahora de soldados indisciplinados que robaban cuanto encontraban, temieron por sus vidas. Abandonaron a Gómez, volviendo a refugiarse en los pueblos en los que antes habían encontrado cobijo y con ayuda de unos curas consiguieron hacer llegar al niño a Soria donde fue recogido por un enviado de sus abuelos que residían en Vich.[19]

 
Tropas del ejército carlista.

Un ejército carlista vasco-navarro, formando un importante contingente conocido como Expedición Real, abandonó Navarra en mayo de 1837 y por Huesca se dirigió a Cataluña, pasando el Ebro y reuniéndose con las fuerzas que Ramón Cabrera sostenía en el Maestrazgo desde donde habían de marchar unidos sobre Madrid. Las tropas isabelinas que habían estado cercando la tierra ocupada por los carlistas en el país vasco-navarro, dejaron esta frontera muy desprotegida al marchar tras la expedición carlista, librando varias batallas sin lograr contener su avance.

El 24 de julio, otra expedición carlista formada por unos 4000 hombres y al mando de Juan Antonio de Zaratiegui, abandonó el país vasco-navarro, cruzando el río Ebro entre Haro y Miranda de Ebro y sin encontrar apenas resistencia, avanzó rápidamente por Burgos, ocupando Valladolid y Segovia y enviando partidas que recorrieron las provincias de Palencia, León, Zamora y Salamanca.

Un alemán, oficial carlista, August von Goeben, participaba en esta expedición. Dice: «Nuestra pequeña División había cobrado una extraordinaria confianza; como habíamos superado tantas dificultades y como las masas enemigas nos abandonaban el campo sin lucha, creía el pueblo que conquistaríamos Castilla de modo permanente...».[20]

González Arranz volvió a casa, y siendo inmediatamente nombrado alcalde mayor de Roa, ordenó el alistamiento de voluntarios realistas y facilitó alojamientos, raciones y bagajes a las tropas carlistas de Zaratiegui que se encontraban en tránsito. «Diariamente recibía partes de los ochenta pueblos de la comarca. Tenía la casa y la cuadra siempre llena de hombres y caballos preparados para transmitir aquellos al general...».[21]

Goeben confirma la adhesión a la Constitución que existía en Roa cuando dice: «...en la villa de Roa, situada a la orilla derecha del río, reinaba al acercarse nuestros batallones un adusto silencio, lo que contrastaba violentamente con la satisfacción de toda la región».[22]

 
Tropas del ejército isabelino.

El grueso del ejército de Zaratiegui esperaba en Aranda de Duero órdenes para reunirse con la Expedición Real que avanzaba desde el Maestrazgo hacia Madrid. Pero habiendo ésta llegado a la vista de la capital del reino, fue rechazada por el general isabelino Baldomero Espartero, iniciando la retirada hacia el norte. En Aranda de Duero se encontraron ambas expediciones carlistas desde donde fueron empujadas por Espartero hacia el territorio del que habían partido, sin librar combates importantes, ya que el general isabelino tenía a sus tropas muy cansadas, mal abastecidas y no quería exponerlas inútilmente. Además, deseaba que el ejército carlista volviese derrotado a la tierra vasco-navarra, llevando el desaliento a la población por la carga que suponía volver a tener que mantenerlo, así como para fomentar las desavenencias que se estaban creando entre las tropas de las cuatro provincias vasco-navarras, culpándose unas a otras del fracaso de la Expedición, lo que haría más propicio finalizar la guerra mediante un convenio sin derramar ya aún mucha más sangre. González Arranz se unió a la tropa carlista que se retiraba: «A las diez de la mañana del día 28 de septiembre salimos de Roa por la puerta de San Esteban. Y otra vez cambió mi vida, entregándome a los azares y penalidades de la guerra».[23]

 
Estella. Litografía de 1845.

Llegados a Vizcaya, fue nombrado capitán de una compañía que realizaba rápidas expediciones de saqueo en Cantabria y norte de Burgos. Tenía amigos influyentes y fue recibido varias veces por el Pretendiente que ordenó que fuese nombrado «...alcalde mayor perpetuo de Roa y su comarca»,[24]​ siendo agregado al cuartel real de Estella,[25]​ y adquiriendo el rango de teniente efectivo del ejército.[26]​ Días más tarde pensó que el cargo de alcalde le volvería a exigir mucho trabajo y responsabilidad, por lo que renunció a él, solicitando ser Administrador de Rentas Reales, ya que «...los administradores recibían buen trato, eran estimados en la villa y dejaban viudedad en caso de fallecimiento...cuatro días después recibí el real nombramiento, que conservo, sin que el curso de las circunstancias me permitiera tomar posesión del cargo».[27]

Al partir una nueva expedición carlista al mando de Ignacio de Negri hacia Castilla a mediados de marzo de 1838, González Arranz participó en ella, mandando una compañía. Esta tropa tenía poca fuerza y estaba mal aprovisionada por lo que las fuerzas isabelinas la obligó a refugiarse en los montes de Soria. Ante su desesperada situación, Negri mandó a González Arranz con pliegos para ser entregados en mano al Pretendiente, pidiendo auxilios. Marchó el comisionado y consiguió llegar a Estella y días después abandonó el territorio carlista llevando la contestación para Negri, pero apenas había penetrado en territorio enemigo, cuando se enteró de que la tropa que buscaba había sido aniquilada en un enfrentamiento en el Puerto de la Brújula en Burgos el 27 de abril, por lo que volvió al territorio carlista.

Principiando el año 1839, Espartero decidió poner en marcha otra de sus estrategias para terminar la guerra, gravando al enemigo: ordenó que todas las familias que habitaban en provincias cercanas al territorio enemigo vasco-navarro y que tenían algún familiar militando allí en el ejército carlista, fuesen obligadas a abandonar sus residencias y trasladarse a ese territorio. La penuria de víveres entre los carlistas en el país vasco-navarro se vio así acrecentada notablemente con la llegada de los paisanos desplazados. Los combatientes carlistas "castellanos" que residían aquí nunca habían sido bien acogidos por sus habitantes, pero ahora, viendo éstos mermadas sus provisiones y siendo obligados a dar alojamiento a los "castellanos" desplazados, se encrespó notablemente la enemistad. Entre las gentes que llegaron se encontraba también la mujer y los cuatro hijos de González Arranz.

Este seguía relacionándose mucho con los políticos y militares, era observador y fue de los primeros que comprendió que la guerra estaba perdida. En julio de 1839, Espartero había comenzado a ocupar Vizcaya encontrando poca resistencia, ya que los batallones carlistas vizcaínos hacían patente su deseo de acabar con la guerra, circulaban rumores de que realizaban gestiones de paz entre Espartero y el jefe carlista Rafael Maroto, y en Navarra había batallones que se insubordinaban, negándose a combatir fuera de su provincia. Sin embargo, en la corte del Pretendiente en Azpeitia, totalmente ignorante este y los dignatarios de la situación, existía un optimismo basado en la creencia de que Maroto había permitido entrar a Espartero en Vizcaya, tendiéndole una trampa, para arrollarlo al llegar a Guipúzcoa. Ante esta pésima situación tanto política como militar, temiendo ser ejecutado si caía prisionero, desconociendo el trato de favor que habría recibido al ser considerado militar con el Convenio de Oñate que se firmaba aquel mismo día, dejó en Guipúzcoa a su familia y abandonó España el 29 de agosto por Vera de Bidasoa. Recibió en la aduana francesa un pasaporte de refugiado político y «...fui andando por la carretera, camino de Bayona, carretera que me pareció un camino del cielo, después de los que había recorrido en España».[28]

Exilio

El gobierno francés le hizo fijar su residencia en Montaigne-au-Perche y allá marchó a pie recibiendo los cinco sous[nota 2]​ por legua recorrida que en este país daban como socorro a los que, careciendo de medios, eran obligados a transitar por Francia. Llegado a su destino, comenzó a recibir la paga de veintiséis francos mensuales señalada por el gobierno francés a los refugiados, además de ser generosamente auxiliado por los legitimistas franceses «...facilitándonos los alimentos y todo lo necesario».[29]​ Realizó indagaciones sobre su familia, pensando que quizá también había logrado pasar a Francia, pero no obteniendo resultado, se dirigió al cura de Aldeanueva de la Serreruela, el cual consiguió comunicarle a principios de 1840 que su mujer con sus hijos se había establecido en Aranda, ya que los liberales de Roa le hacían difícil su estancia en esta localidad, por lo que el matrimonio consideró imposible volver a establecerse en ella, acordando que ella emprendería el largo viaje para reunirse con él en Francia. La mujer se trasladó a Roa, vendió los muebles de la casa y se preparó para ponerse en camino.

 
Mortagne-au-Perche - Portail Saint-Denis.

Balmaseda no había aceptado en 1839 la paz del Convenio de Oñate, poniéndose a las órdenes de Cabrera en el Maestrazgo. Cuando allí en 1840 acabó definitivamente la guerra al huir Cabrera a Francia, Balmaseda, a la cabeza de una partida de caballería que no quería entregarse a Espartero, realizó una intrépida galopada por tierras de Teruel, Soria, Burgos, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra, consiguiendo llegar a Francia. Su itinerario le hizo pasar por Roa, localidad que saqueó, dando fuego a muchas casas. La mujer de González Arranz precipitó su marcha, temiendo las represalias y «... al salir, presenció cómo el fuego destruía su propia casa».[30]​ El 22 de junio de 1841, el matrimonio González Arranz y sus cuatro hijos volvieron a estar reunidos en Mortagne-au-Perche. González murió en Francia, en Nantes (Loire-Atantique) el 6 de abril de 1868. Su hija Anastasia se casó en 1852, en Alençon (Francia, Normandía), con Toribio del Pozo de la Peña, sobrino nieto de El Cura Merino.

Sus memorias

Habiendo de nuevo enviudado y perdido por enfermedad un hijo, determinó hacia el año 1845 escribir sus Memorias: «Conociendo lo mucho provechoso que debe ser para mi triste familia el poner en claro lo que ha pasado y me ha ocurrido en el tiempo que Dios se ha servido conservarme la salud hasta el día, me ha parecido conveniente formar este librito».[31]

El manuscrito «...formando un tomo bien encuadernado y en excelente estado de conservación, apareció en un baratillo de libros viejos en la ciudad de Lisboa...» donde fue adquirido en el año 1920 por Thomas de Mello Breyner que se lo regaló en 1933 al escritor Sebastián Lazo.[31]​ Este lo prologó, siendo editado en 1935.

Sebastián Lazo dice que el mayor mérito de estas Memorias es su sinceridad, ya que González Arranz confiesa que todas sus desventuras provienen de su participación en la ejecución de El Empecinado y no omite detalle al describir este terrible episodio que hubiera podido hacer menos odiosa su actuación. «No pretende alejar la nube de odio que envuelve su nombre, ni trata de confundir a sus acusadores, ni defenderse de sus enemigos...lo dice todo, sencilla, noblemente».[32]​ Así, ni tan siquiera calló esos 10 kilómetros que hizo marchar al Empecinado a pie, delante de su caballo y llevando él el cabo de la cuerda con que tenía amarrados los brazos, ni tampoco dejó de dar testimonio de los desmanes de Merino y Balmaseda realizados en Roa, los de Gómez en Huerta de Rey y Santo Domingo de Silos, ni los de la fase final de la retirada de la Expedición Real.

Observaciones contextuales

Al morir Fernando VII, fueron muchos los que defendían los derechos a la Corona de su hermano Carlos, estando convencidos de que este la obtendría, ya que confiaban contar con el apoyo del Ejército. Al mantenerse este fiel al testamento del rey difunto, únicamente en las Vascongadas y Navarra se constituyó un régimen carlista. Los que en el resto de España habían manifestado su apoyo al Pretendiente fueron en gran parte vigilados, represaliados y apartados de sus cargos. Ante ello, muchos se decidieron a abandonar sus residencias para unirse con los carlistas vasco-navarros. Los más pudientes lo hicieron embarcando, llegando a Francia y pasando desde allí a Navarra. Otros lo hicieron marchando hacia la cabecera del Ebro y franqueando por allí la frontera del territorio en guerra. Y otros muchos consiguieron llegar al unirse a las expediciones carlistas que habiendo salido del territorio vasco-navarro, habían penetrado en territorio isabelino y, bien por fracasar sus intentos de sublevar al país, bien tras haberse hecho con un importante botín producto de sus saqueos, volvían a la tierra de la que habían partido. Ocurría que cuando llegaba una expedición carlista, los ingenuos adictos al Pretendiente creían que la tropa llegada tenía intención de quedarse, estableciendo en su localidad el régimen absolutista. Pero las expediciones carlistas nunca se detenían sino continuaban presurosas sus marchas, siempre acosadas y siempre en búsqueda de nuevo botín. Los carlistas "castellanos" que con fervor los habían recibido, quedaban desolados al presenciar su marcha, ya que el hecho de haber acogido al enemigo de los isabelinos les hacía presagiar que serían castigados. Por ello, los más decididos se unían a la expedición, consiguiendo llegar al territorio vasco-navarro, siendo así muchos los "castellanos" no militares que acabaron asentándose allí. De su gran número dan el mejor testimonio las protestas de los comandantes de la Expedición Real, ya que cuando ésta partió, se había permitido que gran número de "castellanos" no militares la acompañasen, entorpeciendo notablemente la marcha. Estas personas que se unieron a la Expedición estaban convencidas de que aquel importante ejército había de llegar a Madrid y conseguiría imponer allí como monarca al Pretendiente, tras lo cual ellos podrían volver a sus tierras y recuperar sus bienes perdidos.

Pero así como los que entonces escribieron la historia carlista dieron importancia en facilitar datos de los "castellanos" prominentes como Maroto, Negri, José Arias Tejeiro y otros que se unieron a las carlistas vasco-navarros, muy poco se sabe de los anónimos "castellanos". Bien es verdad que en los periódicos isabelinos se publicaban con frecuencia cartas escritas por "castellanos" en el territorio vasco-navarro y que enviadas a sus parientes que se encontraban en territorio isabelino, habían sido interceptadas. Pero dado que en todas ellas predomina el pesimismo, relatando la mala situación en que se encuentra el territorio carlista, empleándose en algunas de ellas incluso el despectivo término "jauna" para los dirigentes vascos, teniendo en cuenta que también los responsables carlistas interceptaban la correspondencia y el hecho de emplear ese término podía suponer un fuerte castigo al que la había escrito, hace pensar que, al menos en parte, las cartas publicadas no eran auténticas sino que provenían del gabinete conspirativo creado por Eugenio de Aviraneta.

Por ello, la casi carencia de otras fuentes sobre las circunstancias vitales de estos "castellanos" carlistas da excepcional importancia a los datos facilitados por González Arranz en sus Memorias.

Notas

  1. González Arranz llama "Montaigne" al lugar en el que residió en el departamento del Orne en Francia, citando como lugares cercanos Alençon y L'Aigle. Dado que en este departamento no existe la localidad "Montaigne", pero sí Mortagne-au-Perche, situada a mitad de camino entre Alençon y L'Aigle, es de suponer que fue esta localidad donde residió.
  2. Un sou era la moneda de cinco céntimos de franco. El gobierno francés calculaba que un caminante recorría unas 4 leguas (unos 25 kilómetros) al día, por lo que con el subsidio de los cinco sous podía comprar el alimento básico. Por la mañana, antes de iniciar su caminata, el transeúnte acudía con su pasaporte a la gendarmería de la localidad donde había pernoctado. Allí se comprobaba con el sello de la gendarmería anterior el recorrido que había realizado, se le daban los sous que le correspondían y le señalaban el camino que tenía que seguir. Una vez realizado el pago, el gendarme sellaba el pasaporte, lo que servía de referencia al gendarme que había de realizar el siguiente control y pago. Además de evitar en lo posible la mendicidad, la policía controlaba de este modo si el caminante se dirigía a la residencia que le había sido fijada.

Referencias

  1. Sebastián Lazo. Memorias del Alcalde de Roa. Don Gregorio González Arranz. Espasa-Calpe. Madrid 1935. p. 23
  2. Sebastián Lazo. op. cit. p. 24
  3. Sebastián Lazo. op. cit. p. 25
  4. Sebastián Lazo. op. cit. p. 30
  5. Sebastián Lazo. op. cit. p. 43
  6. Sebastián Lazo. op. cit. p. 44
  7. Sebastián Lazo. op. cit. p. 49.
  8. Sebastián Lazo. op. cit. p. 93
  9. Sebastián Lazo. op. cit. p. 95
  10. Sebastián Lazo. op. cit. p. 97
  11. Sebastián Lazo. op. cit. p. 43.
  12. La Aurora de España. Madrid 15.12.1833
  13. La Aurora de España. op. cit.
  14. Sebastián Lazo. op. cit. p. 186.
  15. Sebastián Lazo. op. cit. p. 193
  16. Sebastián Lazo. op. cit. p. 202
  17. Sebastián Lazo. op. cit. p. 199
  18. Sebastián Lazo. op. cit. p. 204.
  19. Sebastián Lazo. op. cit. p. 219
  20. August von Goeben. Cuatro años en España. Pamplona 1966. p. 136
  21. Sebastián Lazo. op. cit. p. 232
  22. August von Goeben. op. cit. p. 137
  23. Sebastián Lazo. op. cit. p. 243
  24. Sebastián Lazo. op. cit. p. 267
  25. Sebastián Lazo. op. cit. p. 270
  26. Sebastián Lazo. op. cit. p. 271
  27. Sebastián Lazo. op. cit. p. 274
  28. Sebastián Lazo. op. cit. p. 288
  29. Sebastián Lazo. op. cit. p. 288
  30. Sebastián Lazo. op. cit. p. 294
  31. Sebastián Lazo. op. cit. Prólogo. p. 6.
  32. Sebastián Lazo. op. cit. Prólogo. p. 14.

Enlaces externos

  •   Wikimedia Commons alberga una galería multimedia sobre Iconografía de la primera guerra carlista.
  •   Datos: Q5885417

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Gregorio Gonzalez Arranz Roa Burgos 25 de mayo de 1788 Mortagne au Perche nota 1 Francia 1868 fue hacendado y militar De ideas absolutistas durante el regimen de Fernando VII perseguido durante el trienio liberal fue odiado por los liberales al haber sido como alcalde de Roa el encargado de la ejecucion de Juan Martin Diez El Empecinado Defensor tras la muerte de Fernando VII de la legitimidad del infante Carlos Maria Isidro de Borbon se integro en el bando carlista durante la primera guerra carlista Exiliado en Francia habiendo perdido todos sus bienes vivio alli socorrido por los legitimistas franceses Indice 1 Juventud 2 Reinado de Fernando VII 3 Primera guerra carlista 4 Exilio 5 Sus memorias 6 Observaciones contextuales 7 Notas 8 Referencias 9 Enlaces externosJuventud EditarNacio en Roa Burgos el 25 de mayo de 1788 Su padre era un rico hacendado y al morir en 1807 su hijo Gregorio tuvo que hacerse cargo de sus muchos negocios y caudal compuesto por vinas lagares tierras de labor 1 Durante la Guerra de la Independencia los guerrilleros que actuaban en la region del Duero Jeronimo Merino y Juan Martin Diez El Empecinado trataron de alistarlo en sus tropas pero su madre consiguio librarlo a cambio de pagos Estos hechos resultaron ser tan gravosos que decidio casarse en 1811 obteniendo asi la licencia absoluta Con las capitulaciones establecidas entre su madre y los padres de su mujer comprendiendo bastantes tierras vinas lagar bueyes etc y bastante metalico me colocaron en la situacion de ser uno de los vecinos principales de la villa 2 Merino luchaba contra los franceses defendiendo una monarquia absoluta en tanto que El Empecinado lo hacia por una constitucional Cada uno de estos jefes reclutaba en los pueblos a los jovenes que estaban adoctrinados con la idea que ellos defendian A su vez las exacciones para mantener a sus tropas las exigian especialmente a los pudientes que ostentaban posicion politica contraria Con ello eran de los que estaban creando el embrion que habia de hacer las dos Espanas Reinado de Fernando VII EditarEn 1820 era uno de los cuatro terratenientes mas ricos de la localidad siendo el y otro de ideas absolutistas y constitucionales los otros dos En 1820 fue nombrado muy a pesar suyo ya que ello le quitaba tiempo para atender a la administracion de sus bienes regidor de Roa y su comarca Mi completa ruina y la desgracia de toda mi familia dimana de este cargo de regente porque fue la causa originaria de la implacable persecucion que desde entonces sufri por parte de los liberales 3 Fernando VII oleo de Francisco de Goya En marzo de ese mismo ano se promulgo de nuevo la Constitucion hubo elecciones y perdio su cargo de regidor comenzando a tener problemas con los elementos liberales de la poblacion y su comarca ya que en ella se enfrentaban fuerzas absolutistas y liberales con especial rigor El 26 de abril de 1823 se presento en la localidad una tropa que dependia del absolutista Merino siendo repuesto como regidor Comenzo eliminando de la Plaza Mayor la lapida de Plaza de la Constitucion mando recoger las armas que poseian los liberales y establecio el Batallon de Voluntarios Realistas de Roa Trabajo tanto que Durante este periodo de tiempo fueron tantas mis obligaciones que en tres meses no entre por las puertas de mi casa En la del amigo mas cercano alli donde la necesidad me apremiaba tomaba los alimentos pues sin cesar tenia que estar ojo alerta 4 Juan Martin Diez El Empecinado oleo de Francisco de Goya Habia sido nombrado corregidor Domingo Fuentenebro que dadas sus continuas ausencias para estar en contacto con la Real Chancilleria de Valladolid delegaba en el sus funciones con lo cual fue adquiriendo gran peso politico En el mes de noviembre de 1823 le llegaron noticias de que El Empecinado se acercaba a las tierras de Roa por lo que se puso a la cabeza de los voluntarios realistas de la comarca comenzando la persecucion del antiguo guerrillero Encontrandose en Nava de Roa su tropa se lo trajo preso junto con sesenta de sus hombres Los condujo a Roa haciendo marchar al Empecinado a pie delante de mi caballo y llevando yo el cabo de la cuerda con que tenia amarrados los brazos 5 Llegaron a Roa y Millares de almas llenaban las calles del pueblo y se asomaban a los balcones y ventanas para ver la llegada de los presos Lo que mas nos sorprendio fue que sin orden del corregidor ni mia nos encontramos con que en medio de la plaza Mayor habian levantado un tablado muy alto siendo tan demasiadas y furiosas las voces y exclamaciones que me vi obligado a subirle al tablado acompanandole 6 Luego los encerro esperando ordenes del corregidor Los presos deberian haber sido entregados a la jurisdiccion militar y juzgados por la Real Chancilleria de Valladolid pero Fuentenebro enemistado desde hacia tiempo con el detenido comunico directamente la noticia de la captura a Fernando VII el cual le nombro comisionado regio ordenando que los presos fuesen juzgados en Roa La sentencia del 20 de abril de 1825 fue comunicada al rey que la aprobo condenando al Empecinado a ser ahorcado en la Plaza Mayor de Roa Llegada esta noticia ya no volvio mas por Roa el senor Fuentenebro y su senora tambien abandono la villa 7 De los preparativos para la ejecucion y de esta misma que se llevo a cabo el 20 de agosto de 1825 quedo por ello encargado exclusivamente Gonzalez Arranz siendo marcado para siempre como el asesino de El Empecinado Gonzalez Arranz habia enviudado en 1822 y volvio a casarse en 1824 pero su nueva mujer fallecio poco despues Al ano siguiente ceso como alcalde dedicandose plenamente a sus negocios Pero comenzo a tener graves problemas con las comprobaciones de las cuentas de los anos en las que habia permanecido en el cargo que ocasionaron pleitos que duraron hasta 1829 causandole perdidas al no poder justificar pagos realizados durante su mandato debiendo cubrirlos con su patrimonio Un ano antes cuando notando notables perdidas en el comercio descuido en mis hijos y desgobierno en mi casa decidi poner remedio contrayendo nuevo matrimonio 8 Solucionados los pleitos por las cuentas del ayuntamiento fue nombrado Superintendente General del Reino y Tasador de los danos en montes y plantios de la Subdelegacion de Roa asi como elegido en votacion secreta Mayordomo del Cabildo de la iglesia Colegial de Roa El desempeno del primer cargo me ocupaba bastantes dias en que por mandato judicial recorria los montes apreciando los danos lo que me servia de distraccion y me proporcionaba algun provecho 9 Por el otro La dotacion de la mayordomia se reducia a percibir de las rentas y diezmos de la Colegial igual cantidad que si fuese un canonigo mas doce cantaras de vino y doce fanegas de trigo al ano y diez reales de dietas por cada dia que permaneciese fuera de la villa ocupado en el servicio de la Colegial 10 Pero su futuro habia de ser muy penoso dada su fidelidad al absolutismo de Fernando VII y por haber dado curso al ahorcamiento de El Empecinado ya que segun el mismo dice de Roa en Espana no ha existido nunca un pueblo mas decidido por la Constitucion ni que mas odiase al Gobierno del rey absoluto 11 Primera guerra carlista EditarEl 29 de septiembre de 1833 fallecio Fernando VII dejando heredera al trono de Espana a su hija Isabel II pero los partidarios de su hermano Carlos Maria Isidro de Borbon proclamaron a este como rey Hubo levantamientos y se inicio una guerra que no terminaria hasta 1840 Carlos Maria Isidro de Borbon Litografia segun dibujo de Isidoro Magues 1837 El cura Merino era de los mas acerrimos partidarios del Pretendiente Carlos y levanto en armas parte de la comarca de Burgos Soria y Valladolid El dia 15 de octubre llego a Roa su orden de que los voluntarios realistas y cuanta gente de armas pudieran reunirse iniciase la marcha hacia la comarca de Villafranca Montes de Oca Villafranca Montes de Oca Burgos Gregorio Gonzalez jefe de los voluntarios realistas de Roa acato inmediatamente las ordenes y tomando 6000 reales de la caja del Ayuntamiento se dirigio con su gente al lugar de encuentro senalado Merino habia sido un buen jefe guerrillero pero no estaba capacitado para organizar un ejercito Las numerosas gentes reunidas no recibieron ni jefes ni ordenes para formar batallones Llegando noticias de que tropas regulares fieles a Isabel se acercaban a ellos desde Lerma Burgos y Navarra y siendo tiempos de vendimia de trabajos en los lagares y epoca de labranza los labradores congregados comenzaron a volver a sus casas disolviendose el aparente ejercito sin que se diera enfrentamiento armado importante alguno huyendo Merino a Portugal donde habia establecido su corte el Pretendiente Geronimo Merino Litografia de 1845 Gregorio Gonzalez fue muy osado al volver a Roa ya que habiendo levantado gente en armas contra el gobierno isabelino debia haber sido condenado a muerte Vicente Genaro Quesada capitan general de Castilla la Vieja habia ordenado que todo carlista hecho preso con armas en la mano fuese pasado por las armas en el termino de cuatro horas Ante la peticion que le hizo el arzobispo de Burgos considerando insuficiente el tiempo de cuatro horas para prepararse debidamente y asegurar el terrible paso a la eternidad tenga a bien concediendo el termino de 24 horas 12 Quesada habia respondido que sera inutil la menor o mayor concesion de tiempo para ejecutarlos 13 Los liberales de Roa se limitaron a desarmar a sus seguidores Gonzalez Arranz tuvo que devolver los 6000 reales que habia tomado del Ayuntamiento perdio sus cargos fue encarcelado en varias ocasiones pagando fuertes multas para recuperar la libertad y las tropas isabelinas que hacian transito por la localidad se proveian gratuitamente en su despensa y bodega Acabo siendo desterrado a Valladolid no recibiendo alli pasaporte para regresar a casa hasta finales de 1834 Cuando volvio de acuerdo con su esposa decidio ocultar el dinero en prevision de ser algun dia sorprendido y robado La mayor parte del vellon o calderilla que pasaba de ocho mil reales la guarde dentro de doce fardos que enterre en un hoyo profundo practicado en la esquina del corral que linda con la casa del vecino una vez tapado el hoyo no se notaba nada El oro y la plata en cantidad de ciento y tantos mil reales los escondimos en la bodega Mi esposa quedo en el cuidado de guardar las llaves y bajar ella misma cuando hiciera falta algo 14 Al ano siguiente el 30 de mayo Merino asalto Roa y saqueo e incendio numerosas casas de ciudadanos liberales Gregorio Gonzalez ante el desastre que las gentes de Merino estaban realizando se alejo del lugar llevando consigo a un grupo de personas liberales que de este modo salvaron la vida Este hecho hizo que dejase de ser represaliado y libre de cuidados pase muchos dias sin levantar mano ordenando mis cuentas y negocios Fue un trabajo largo y penoso pero de mucha utilidad por que sic me permitio sanear mi fortuna limpiandola de enredos y trabacuentas 15 Castillo de Penafiel En junio de 1836 una expedicion carlista capitaneada por Basilio Garcia llevando como lugarteniente a Juan Manuel Balmaseda antiguo conocido de Gonzalez Arranz partio de Navarra cruzando el Ebro por el vado de Agoncillo y penetro en Castilla Gonzalez Arranz dice que Desde que se recibieron en el pueblo las primeras noticias con la aproximacion de la columna carlista para evitar que los liberales me apresaran en rehenes me habia salido del pueblo seis dias antes durante los cuales me oculte en los sembrados y en los tarajes de la ribera 16 Antes de que llegasen los carlistas los liberales mas distinguidos de Roa se habian refugiado en el castillo de Penafiel por lo que volvio a casa Los liberales que permanecian en la localidad le pidieron que se hiciese de nuevo cargo del Ayuntamiento y recibiese a los carlistas y cuidase de que no se cometiesen atropellos en las familias de los liberales huidos 17 Consiguio hacerlo aunque la poblacion tuvo que aprovisionar con prodigalidad a la tropa carlista Al anochecer la columna continuo la marcha dejando el medico de la tropa a Gonzalez Arranz a su hijo de siete anos para que lo guardase hasta su regreso hecho que pensaban realizar pocos dias despues Pero no volvieron ya que el ejercito isabelino les corto el paso obligandoles a internarse en Soria y desde alli volver a Navarra Regresaron los liberales que se habian refugiado en Penafiel y a pesar de su buen proceder a favor de ellos venian con intencion de fusilarlo y capturar al nino que le habian entregado en custodia 18 mas una de las personas liberales de prestigio que habia conseguido que no fuese molestada por los carlistas los oculto unos dias en su casa pero finalmente con el nino y con dos de sus hermanos uno de ellos era cura huyo para refugiarse en los montes de Burgos y Soria Fueron encontrando acogida en Aldeanueva de la Serreruela Quintanilla de Nuno Pedro y Aldea del Pinar Gonzalez Arranz conseguia mantener contacto a traves de amigos con su mujer que le proveia de dinero pero vivian en constante peligro de ser delatados por alguien que transitase por donde estaban y lo reconociese ya que tanto el boletin de Soria como el de Burgos habian publicado una requisitoria de busqueda y captura de el y del nino Cuando tuvieron noticia de que la expedicion carlista del general Miguel Gomez Damas se estaba retirando y habia de pasar por la provincia de Soria fueron a su encuentro encontrandola el 13 de diciembre en Huerta de Rey Decidieron unirse a ella y marchar a las provincias vascas pero ya al dia siguiente llegando a Santo Domingo de Silos al apreciar que el excelente y disciplinado ejercito de Gomez que habia salido de Vizcaya en junio se componia ahora de soldados indisciplinados que robaban cuanto encontraban temieron por sus vidas Abandonaron a Gomez volviendo a refugiarse en los pueblos en los que antes habian encontrado cobijo y con ayuda de unos curas consiguieron hacer llegar al nino a Soria donde fue recogido por un enviado de sus abuelos que residian en Vich 19 Tropas del ejercito carlista Un ejercito carlista vasco navarro formando un importante contingente conocido como Expedicion Real abandono Navarra en mayo de 1837 y por Huesca se dirigio a Cataluna pasando el Ebro y reuniendose con las fuerzas que Ramon Cabrera sostenia en el Maestrazgo desde donde habian de marchar unidos sobre Madrid Las tropas isabelinas que habian estado cercando la tierra ocupada por los carlistas en el pais vasco navarro dejaron esta frontera muy desprotegida al marchar tras la expedicion carlista librando varias batallas sin lograr contener su avance El 24 de julio otra expedicion carlista formada por unos 4000 hombres y al mando de Juan Antonio de Zaratiegui abandono el pais vasco navarro cruzando el rio Ebro entre Haro y Miranda de Ebro y sin encontrar apenas resistencia avanzo rapidamente por Burgos ocupando Valladolid y Segovia y enviando partidas que recorrieron las provincias de Palencia Leon Zamora y Salamanca Un aleman oficial carlista August von Goeben participaba en esta expedicion Dice Nuestra pequena Division habia cobrado una extraordinaria confianza como habiamos superado tantas dificultades y como las masas enemigas nos abandonaban el campo sin lucha creia el pueblo que conquistariamos Castilla de modo permanente 20 Gonzalez Arranz volvio a casa y siendo inmediatamente nombrado alcalde mayor de Roa ordeno el alistamiento de voluntarios realistas y facilito alojamientos raciones y bagajes a las tropas carlistas de Zaratiegui que se encontraban en transito Diariamente recibia partes de los ochenta pueblos de la comarca Tenia la casa y la cuadra siempre llena de hombres y caballos preparados para transmitir aquellos al general 21 Goeben confirma la adhesion a la Constitucion que existia en Roa cuando dice en la villa de Roa situada a la orilla derecha del rio reinaba al acercarse nuestros batallones un adusto silencio lo que contrastaba violentamente con la satisfaccion de toda la region 22 Tropas del ejercito isabelino El grueso del ejercito de Zaratiegui esperaba en Aranda de Duero ordenes para reunirse con la Expedicion Real que avanzaba desde el Maestrazgo hacia Madrid Pero habiendo esta llegado a la vista de la capital del reino fue rechazada por el general isabelino Baldomero Espartero iniciando la retirada hacia el norte En Aranda de Duero se encontraron ambas expediciones carlistas desde donde fueron empujadas por Espartero hacia el territorio del que habian partido sin librar combates importantes ya que el general isabelino tenia a sus tropas muy cansadas mal abastecidas y no queria exponerlas inutilmente Ademas deseaba que el ejercito carlista volviese derrotado a la tierra vasco navarra llevando el desaliento a la poblacion por la carga que suponia volver a tener que mantenerlo asi como para fomentar las desavenencias que se estaban creando entre las tropas de las cuatro provincias vasco navarras culpandose unas a otras del fracaso de la Expedicion lo que haria mas propicio finalizar la guerra mediante un convenio sin derramar ya aun mucha mas sangre Gonzalez Arranz se unio a la tropa carlista que se retiraba A las diez de la manana del dia 28 de septiembre salimos de Roa por la puerta de San Esteban Y otra vez cambio mi vida entregandome a los azares y penalidades de la guerra 23 Estella Litografia de 1845 Llegados a Vizcaya fue nombrado capitan de una compania que realizaba rapidas expediciones de saqueo en Cantabria y norte de Burgos Tenia amigos influyentes y fue recibido varias veces por el Pretendiente que ordeno que fuese nombrado alcalde mayor perpetuo de Roa y su comarca 24 siendo agregado al cuartel real de Estella 25 y adquiriendo el rango de teniente efectivo del ejercito 26 Dias mas tarde penso que el cargo de alcalde le volveria a exigir mucho trabajo y responsabilidad por lo que renuncio a el solicitando ser Administrador de Rentas Reales ya que los administradores recibian buen trato eran estimados en la villa y dejaban viudedad en caso de fallecimiento cuatro dias despues recibi el real nombramiento que conservo sin que el curso de las circunstancias me permitiera tomar posesion del cargo 27 Al partir una nueva expedicion carlista al mando de Ignacio de Negri hacia Castilla a mediados de marzo de 1838 Gonzalez Arranz participo en ella mandando una compania Esta tropa tenia poca fuerza y estaba mal aprovisionada por lo que las fuerzas isabelinas la obligo a refugiarse en los montes de Soria Ante su desesperada situacion Negri mando a Gonzalez Arranz con pliegos para ser entregados en mano al Pretendiente pidiendo auxilios Marcho el comisionado y consiguio llegar a Estella y dias despues abandono el territorio carlista llevando la contestacion para Negri pero apenas habia penetrado en territorio enemigo cuando se entero de que la tropa que buscaba habia sido aniquilada en un enfrentamiento en el Puerto de la Brujula en Burgos el 27 de abril por lo que volvio al territorio carlista Principiando el ano 1839 Espartero decidio poner en marcha otra de sus estrategias para terminar la guerra gravando al enemigo ordeno que todas las familias que habitaban en provincias cercanas al territorio enemigo vasco navarro y que tenian algun familiar militando alli en el ejercito carlista fuesen obligadas a abandonar sus residencias y trasladarse a ese territorio La penuria de viveres entre los carlistas en el pais vasco navarro se vio asi acrecentada notablemente con la llegada de los paisanos desplazados Los combatientes carlistas castellanos que residian aqui nunca habian sido bien acogidos por sus habitantes pero ahora viendo estos mermadas sus provisiones y siendo obligados a dar alojamiento a los castellanos desplazados se encrespo notablemente la enemistad Entre las gentes que llegaron se encontraba tambien la mujer y los cuatro hijos de Gonzalez Arranz Este seguia relacionandose mucho con los politicos y militares era observador y fue de los primeros que comprendio que la guerra estaba perdida En julio de 1839 Espartero habia comenzado a ocupar Vizcaya encontrando poca resistencia ya que los batallones carlistas vizcainos hacian patente su deseo de acabar con la guerra circulaban rumores de que realizaban gestiones de paz entre Espartero y el jefe carlista Rafael Maroto y en Navarra habia batallones que se insubordinaban negandose a combatir fuera de su provincia Sin embargo en la corte del Pretendiente en Azpeitia totalmente ignorante este y los dignatarios de la situacion existia un optimismo basado en la creencia de que Maroto habia permitido entrar a Espartero en Vizcaya tendiendole una trampa para arrollarlo al llegar a Guipuzcoa Ante esta pesima situacion tanto politica como militar temiendo ser ejecutado si caia prisionero desconociendo el trato de favor que habria recibido al ser considerado militar con el Convenio de Onate que se firmaba aquel mismo dia dejo en Guipuzcoa a su familia y abandono Espana el 29 de agosto por Vera de Bidasoa Recibio en la aduana francesa un pasaporte de refugiado politico y fui andando por la carretera camino de Bayona carretera que me parecio un camino del cielo despues de los que habia recorrido en Espana 28 Exilio EditarEl gobierno frances le hizo fijar su residencia en Montaigne au Perche y alla marcho a pie recibiendo los cinco sous nota 2 por legua recorrida que en este pais daban como socorro a los que careciendo de medios eran obligados a transitar por Francia Llegado a su destino comenzo a recibir la paga de veintiseis francos mensuales senalada por el gobierno frances a los refugiados ademas de ser generosamente auxiliado por los legitimistas franceses facilitandonos los alimentos y todo lo necesario 29 Realizo indagaciones sobre su familia pensando que quiza tambien habia logrado pasar a Francia pero no obteniendo resultado se dirigio al cura de Aldeanueva de la Serreruela el cual consiguio comunicarle a principios de 1840 que su mujer con sus hijos se habia establecido en Aranda ya que los liberales de Roa le hacian dificil su estancia en esta localidad por lo que el matrimonio considero imposible volver a establecerse en ella acordando que ella emprenderia el largo viaje para reunirse con el en Francia La mujer se traslado a Roa vendio los muebles de la casa y se preparo para ponerse en camino Mortagne au Perche Portail Saint Denis Balmaseda no habia aceptado en 1839 la paz del Convenio de Onate poniendose a las ordenes de Cabrera en el Maestrazgo Cuando alli en 1840 acabo definitivamente la guerra al huir Cabrera a Francia Balmaseda a la cabeza de una partida de caballeria que no queria entregarse a Espartero realizo una intrepida galopada por tierras de Teruel Soria Burgos Vizcaya Guipuzcoa y Navarra consiguiendo llegar a Francia Su itinerario le hizo pasar por Roa localidad que saqueo dando fuego a muchas casas La mujer de Gonzalez Arranz precipito su marcha temiendo las represalias y al salir presencio como el fuego destruia su propia casa 30 El 22 de junio de 1841 el matrimonio Gonzalez Arranz y sus cuatro hijos volvieron a estar reunidos en Mortagne au Perche Gonzalez murio en Francia en Nantes Loire Atantique el 6 de abril de 1868 Su hija Anastasia se caso en 1852 en Alencon Francia Normandia con Toribio del Pozo de la Pena sobrino nieto de El Cura Merino Sus memorias EditarHabiendo de nuevo enviudado y perdido por enfermedad un hijo determino hacia el ano 1845 escribir sus Memorias Conociendo lo mucho provechoso que debe ser para mi triste familia el poner en claro lo que ha pasado y me ha ocurrido en el tiempo que Dios se ha servido conservarme la salud hasta el dia me ha parecido conveniente formar este librito 31 El manuscrito formando un tomo bien encuadernado y en excelente estado de conservacion aparecio en un baratillo de libros viejos en la ciudad de Lisboa donde fue adquirido en el ano 1920 por Thomas de Mello Breyner que se lo regalo en 1933 al escritor Sebastian Lazo 31 Este lo prologo siendo editado en 1935 Sebastian Lazo dice que el mayor merito de estas Memorias es su sinceridad ya que Gonzalez Arranz confiesa que todas sus desventuras provienen de su participacion en la ejecucion de El Empecinado y no omite detalle al describir este terrible episodio que hubiera podido hacer menos odiosa su actuacion No pretende alejar la nube de odio que envuelve su nombre ni trata de confundir a sus acusadores ni defenderse de sus enemigos lo dice todo sencilla noblemente 32 Asi ni tan siquiera callo esos 10 kilometros que hizo marchar al Empecinado a pie delante de su caballo y llevando el el cabo de la cuerda con que tenia amarrados los brazos ni tampoco dejo de dar testimonio de los desmanes de Merino y Balmaseda realizados en Roa los de Gomez en Huerta de Rey y Santo Domingo de Silos ni los de la fase final de la retirada de la Expedicion Real Observaciones contextuales EditarAl morir Fernando VII fueron muchos los que defendian los derechos a la Corona de su hermano Carlos estando convencidos de que este la obtendria ya que confiaban contar con el apoyo del Ejercito Al mantenerse este fiel al testamento del rey difunto unicamente en las Vascongadas y Navarra se constituyo un regimen carlista Los que en el resto de Espana habian manifestado su apoyo al Pretendiente fueron en gran parte vigilados represaliados y apartados de sus cargos Ante ello muchos se decidieron a abandonar sus residencias para unirse con los carlistas vasco navarros Los mas pudientes lo hicieron embarcando llegando a Francia y pasando desde alli a Navarra Otros lo hicieron marchando hacia la cabecera del Ebro y franqueando por alli la frontera del territorio en guerra Y otros muchos consiguieron llegar al unirse a las expediciones carlistas que habiendo salido del territorio vasco navarro habian penetrado en territorio isabelino y bien por fracasar sus intentos de sublevar al pais bien tras haberse hecho con un importante botin producto de sus saqueos volvian a la tierra de la que habian partido Ocurria que cuando llegaba una expedicion carlista los ingenuos adictos al Pretendiente creian que la tropa llegada tenia intencion de quedarse estableciendo en su localidad el regimen absolutista Pero las expediciones carlistas nunca se detenian sino continuaban presurosas sus marchas siempre acosadas y siempre en busqueda de nuevo botin Los carlistas castellanos que con fervor los habian recibido quedaban desolados al presenciar su marcha ya que el hecho de haber acogido al enemigo de los isabelinos les hacia presagiar que serian castigados Por ello los mas decididos se unian a la expedicion consiguiendo llegar al territorio vasco navarro siendo asi muchos los castellanos no militares que acabaron asentandose alli De su gran numero dan el mejor testimonio las protestas de los comandantes de la Expedicion Real ya que cuando esta partio se habia permitido que gran numero de castellanos no militares la acompanasen entorpeciendo notablemente la marcha Estas personas que se unieron a la Expedicion estaban convencidas de que aquel importante ejercito habia de llegar a Madrid y conseguiria imponer alli como monarca al Pretendiente tras lo cual ellos podrian volver a sus tierras y recuperar sus bienes perdidos Pero asi como los que entonces escribieron la historia carlista dieron importancia en facilitar datos de los castellanos prominentes como Maroto Negri Jose Arias Tejeiro y otros que se unieron a las carlistas vasco navarros muy poco se sabe de los anonimos castellanos Bien es verdad que en los periodicos isabelinos se publicaban con frecuencia cartas escritas por castellanos en el territorio vasco navarro y que enviadas a sus parientes que se encontraban en territorio isabelino habian sido interceptadas Pero dado que en todas ellas predomina el pesimismo relatando la mala situacion en que se encuentra el territorio carlista empleandose en algunas de ellas incluso el despectivo termino jauna para los dirigentes vascos teniendo en cuenta que tambien los responsables carlistas interceptaban la correspondencia y el hecho de emplear ese termino podia suponer un fuerte castigo al que la habia escrito hace pensar que al menos en parte las cartas publicadas no eran autenticas sino que provenian del gabinete conspirativo creado por Eugenio de Aviraneta Por ello la casi carencia de otras fuentes sobre las circunstancias vitales de estos castellanos carlistas da excepcional importancia a los datos facilitados por Gonzalez Arranz en sus Memorias Notas Editar Gonzalez Arranz llama Montaigne al lugar en el que residio en el departamento del Orne en Francia citando como lugares cercanos Alencon y L Aigle Dado que en este departamento no existe la localidad Montaigne pero si Mortagne au Perche situada a mitad de camino entre Alencon y L Aigle es de suponer que fue esta localidad donde residio Un sou era la moneda de cinco centimos de franco El gobierno frances calculaba que un caminante recorria unas 4 leguas unos 25 kilometros al dia por lo que con el subsidio de los cinco sous podia comprar el alimento basico Por la manana antes de iniciar su caminata el transeunte acudia con su pasaporte a la gendarmeria de la localidad donde habia pernoctado Alli se comprobaba con el sello de la gendarmeria anterior el recorrido que habia realizado se le daban los sous que le correspondian y le senalaban el camino que tenia que seguir Una vez realizado el pago el gendarme sellaba el pasaporte lo que servia de referencia al gendarme que habia de realizar el siguiente control y pago Ademas de evitar en lo posible la mendicidad la policia controlaba de este modo si el caminante se dirigia a la residencia que le habia sido fijada Referencias Editar Sebastian Lazo Memorias del Alcalde de Roa Don Gregorio Gonzalez Arranz Espasa Calpe Madrid 1935 p 23 Sebastian Lazo op cit p 24 Sebastian Lazo op cit p 25 Sebastian Lazo op cit p 30 Sebastian Lazo op cit p 43 Sebastian Lazo op cit p 44 Sebastian Lazo op cit p 49 Sebastian Lazo op cit p 93 Sebastian Lazo op cit p 95 Sebastian Lazo op cit p 97 Sebastian Lazo op cit p 43 La Aurora de Espana Madrid 15 12 1833 La Aurora de Espana op cit Sebastian Lazo op cit p 186 Sebastian Lazo op cit p 193 Sebastian Lazo op cit p 202 Sebastian Lazo op cit p 199 Sebastian Lazo op cit p 204 Sebastian Lazo op cit p 219 August von Goeben Cuatro anos en Espana Pamplona 1966 p 136 Sebastian Lazo op cit p 232 August von Goeben op cit p 137 Sebastian Lazo op cit p 243 Sebastian Lazo op cit p 267 Sebastian Lazo op cit p 270 Sebastian Lazo op cit p 271 Sebastian Lazo op cit p 274 Sebastian Lazo op cit p 288 Sebastian Lazo op cit p 288 Sebastian Lazo op cit p 294 a b Sebastian Lazo op cit Prologo p 6 Sebastian Lazo op cit Prologo p 14 Enlaces externos Editar Wikimedia Commons alberga una galeria multimedia sobre Iconografia de la primera guerra carlista Datos Q5885417Obtenido de https es wikipedia org w index php title Gregorio Gonzalez Arranz amp oldid 131883402, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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