Carlos Antonio López
Carlos Antonio López Ynsfrán (Asunción, 4 de noviembre de 1792[1] - Ibidem, 10 de septiembre de 1862) fue un político, periodista, jurista, maestro y estadista paraguayo. Ocupó los cargos de cónsul y presidente respectivamente. Electo como Primer Cónsul junto con Mariano Roque Alonso, como Segundo por el quinto Congreso Nacional en 1841. Al término del consulado se llamó a congreso en 1844, y se aprobó la Ley que establece la Administración Pública, primera norma política fundamental en la historia del Paraguay independiente. Es considerado el primer presidente constitucional del Paraguay, ya que con el se inicia el período constitucional que duraría hasta 1870.[2]
Carlos Antonio López | ||
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Presidente Carlos Antonio López. | ||
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1.er Presidente de la República del Paraguay | ||
14 de marzo de 1844-10 de septiembre de 1862 | ||
Vicepresidente | Mariano González (1844–1859) Francisco Solano López (1862) | |
Predecesor | Él mismo junto a Mariano Roque Alonso (ambos como cónsules) | |
Sucesor | Francisco Solano López | |
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Primer Cónsul del Paraguay | ||
13 de marzo de 1841-13 de marzo de 1844 | ||
Junto con | Mariano Roque Alonso | |
Predecesor | Mariano Roque Alonso (como Comandante General de Armas) | |
Sucesor | Él mismo (como presidente) | |
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Información personal | ||
Nacimiento | 4 de noviembre de 1792 Asunción, Virreinato del Río de la Plata, Imperio español | |
Fallecimiento | 10 de septiembre de 1862 (69 años) Asunción, Paraguay | |
Sepultura | Panteón Nacional de los Héroes | |
Nacionalidad | Paraguaya | |
Religión | Católico | |
Familia | ||
Padres | Miguel Cirilo López y Melchora Ynsfrán | |
Cónyuge | Juana Pabla Carrillo (matr. 1826; fall. 1862) | |
Hijos |
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Información profesional | ||
Ocupación | Político y periodista | |
Años activo | 1841-1862 | |
Distinciones |
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Desde su incursión en el servicio público, Carlos Antonio López tuvo destacada actuación como político, es considerado como el padre de la primera modernidad (1840-1870), el que procuró acercar al Paraguay a los bienes de la cultura universal sin descuidar por ello el ejercicio de la soberanía. Su gobierno se destacó por las varias reformas que contribuyeron al progreso del país en los aspectos políticos, económicos y sobre todo culturales.[3] Mediante estos logros fue reelecto en el cargo en el año 1854 y 1857.
Fue quien estableció las bases jurídicas, de lo que era un país agrario y ganadero que se regía por pocas leyes heredadas de las leyes de indias en tiempos de la colonia, se transformó en un país industrializado que poco a poco fue sentando su sistema legal de modo a legalizar la administración de López, la cual le dio especial importancia a la salida diplomática, quizás esa haya sido la causa del porqué durante su gobierno no se vivieron mayores sobresaltos que escaramuzas entre los ejércitos binacionales en las fronteras del Paraguay, hasta ese momento, todavía delimitadas con exactitud.
No obstante, Carlos Antonio López siguió con las prácticas autoritarias muy famosas durante el gobierno de José Gaspar Rodríguez de Francia, claramente sin la crueldad del primero, pero con la aparición de una nueva figura autoritaria: el exilio. En materia educativa grande fue el aporte de López, pues otorgó becas a jóvenes aplicados para estudiar en Europa y de ese modo lograr el nacimiento de una nueva generación más ilustrada, quienes recién tendrían destacada actuación ya en la posguerra. Dichas acciones, son las que posteriormente hayan colocado a Carlos Antonio López en el pedestal de la historia paraguaya, por ser uno de los hombres que junto a Rodríguez de Francia defendió la nacionalidad paraguaya.
En materia edilicia, durante su gobierno, varios fueron los arquitectos e ingenieros europeos que llegaron al Paraguay con la misión de erigir amplios edificios y estructuras similares a las solo se podrían encontrar en las calles de Roma o París. A su vez, Carlos Antonio López siguió con la política nacionalista de su antecesor, logrando posteriormente el reconocimiento, durante su gobierno, de la independencia paraguaya por parte de distintas naciones. Una vez ya en sus postrimetrías, dejó el camino llano y estructurado para que su primogénito, Francisco Solano López, continuara dicho proceso.
Biografía
Infancia y juventud
El niño Carlos Antonio López Ynsfrán nació en el distrito de Manorá, Asunción, el 4 de noviembre de 1792, hijo de Miguel Cirilo López y Melchora Agustina Ynsfrán, matrimonio que tuvo seis hijos y dos hijas: Martín López Ynsfrán, Basilio López Ynfrán, Francisco de Paula López Ynsfrán, José Domingo López Ynsfrán, Victoriano López Ynsfrán, Melchora López Ynsfrán, Blasia López Ynsfrán y Juan Vicente López Ysnfrán . Miguel Cirilo era un sastre de origen español y Melchora provenía de una antigua familia de estirpe asuncena. La infancia de Carlos Antonio transcurrió en aquella casa colonial ubicada a metros del arroyo Mburicaó.
Un año después, en julio de 1793, fue bautizado en una iglesia recoleta y su padrino fue el señor Juan de la Cruz Arce. Inició sus estudios primarios en varias escuelas coloniales de Asunción, lugar en que se enseñaba aprendizajes básicos como leer, escribir y contar, además de la enseñanza de los dogmas cristianos. Según diversos biógrafos, ya desde pequeño se destacó por su inteligencia y sus ganas de aprender.
Una vez culminados sus estudios primarios y secundarios, aconsejado por sus padres cursó sus estudios de filosofía y teología en el Real Seminario de San Carlos de dicha ciudad, pero luego abandonó dicha carrera para estudiar derecho. Tras doctorarse en jurisprudencia, fue catedrático de dicha institución. Debido a las hostiles relaciones con su tío, el dictador José Gaspar Rodríguez de Francia, se vio obligado a mantenerse oculto de manera clandestina por varios años.[4] Adquirió de todas formas un gran conocimiento de las leyes y asuntos gubernamentales.
Cuando tenía 18 años, se produjo la gesta revolucionaria del 14 y 15 de mayo de 1811, participando así de las múltiples manifestaciones de apoyo a los sublevados. A los 19 años, en 1812, ingresa al Real Seminario de San Carlos luego de aprobar una serie de exámenes sobre Filosofía, Latinidad y Teología, donde años después comenzó a enseñar las cátedras de Artes, Teología, Moral y Dogmática que las enseñó hasta 1920, año en que el entonces dictador José Gaspar Rodríguez de Francia clausuró dicha institución. Además de poseer amplia habilidad con el empleo del latín como idioma, siendo en su época, uno de los máximos expertos en este idioma en Paraguay.
Carlos Antonio López en varias ocasiones reemplazó a los ancianos sacerdotes del colegio seminario al momento de impartir clases de Teología. Tal fue el destaque de López como docente en las aulas, que la información de su cualidad catedrática llegó a oídos del entonces dictador José Gaspar Rodríguez de Francia, su tío, quien le encomendó diversas asignaturas para enseñar. De Carlos Antonio López se pudo probar su prodigiosa capacidad académica, incluso el entonces rector del Real Seminario, Juan Miguel Brítez decía:
“El catedrático de Artes, don Carlos Antonio López, ha desempeñado exactamente el magisterio de todo este último año, dictando y enseñando la parte que le restaba de la facultad, con la más grande aplicación y eficacia, y sin haber faltado un momento a la asistencia, ni omitido ejercicio alguno de los que previenen los estatutos, habiendo defendido un acto general público de toda ella, y sin otro particular de conclusiones de la expresada y última parte; y así mismo ha enseñado Latinidad a los Minoristas, con la misma eficacia”
Familia
Una vez culminado sus estudios, contrajo matrimonio con Juana Paula Carrillo Vianna (o Viana) el 22 de julio de 1826,[5] quien nació en 1807 y falleció en 1871, hija de Pedro Ignacio Carrillo Cabañas de Ampuero (muerto en 1814) y María Magdalena Vianna Larios (1773-1842), quien luego de enviudar, contrajo nupcias con el acaudalado recolector de impuestos Lázaro Rojas.[6] Los hijos del matrimonio López-Carrillo fueron Francisco Solano (1827-1870), Venancio (1828-1870), Juana Inocencia (1829-1902), Mónica Rafaela (1830-1891), y Ángel Benigno (1834-1868).
La joven familia se instaló en la zona de Santísima Trinidad en donde se edificó la residencia familiar, hoy ya inexistente. Además, Juana Pabla había heredado de su padre una extensa estancia, en la zona de Villa del Rosario (en esta estancia, Carlos Antonio López permaneció confinado durante varios años de la dictadura de Rodríguez de Francia, gracias a este confinamiento, pudo conocer las necesidades e idiosincrasias del Paraguay profundo, inmerso en el retraso y la represión que caracterizó a la joven nación en sus inicios) y de parte de su madre, heredó un extenso solar también en Trinidad, en donde se edificó una residencia destinada para las vacaciones veraniegas de la familia. Dicha residencia hasta hoy perdura y es sede del museo del Zoológico y Jardín Botánico. Una vez la familia López se involucró en política, la residencia oficial fue erigida en la ubicación actual de la comandancia de Policía, en diagonal a la Catedral Metropolitana.
Por parte de Juana Pabla Carrillo, sus hermanos fueron: Manuel Heraclio Carrillo Viana, casado con Francisca Damiana Falcón, Marino del Carmen Carrillo Viana, casado con Manuela Giménez en segundas nupcias, María Estanislaa Carrillo Viana, José Vicente Carillo Viana, José Antonio Carrillo Viana y María Soledad Carrillo Viana.
Labor jurídica
Cuando la enseñanza ya no se hacía rentable, Carlos Antonio López decidió utilizar sus bastos conocimientos en la aplicación del derecho de entonces. López tenía bastantes conocimientos sobre las leyes coloniales de Castilla, Indias y Toro. Una vez culminada su labor docente, retornó a la casa paterna de Manorá, conoció a un abogado de la época, Mariano Larios Galván, quien lo formó a López en los gajes del derecho y fue su mentor indiscutido, llevándolo a litigar en los principales tribunales de la época, pero su carácter antisocial e insolente, hizo ahuyentar a sus distintos patrocinados, impidiéndole conseguir prosperidad económica con el ejercicio de la profesión. Fue que ejerciendo la labor jurídica, conocería a su futura esposa.
A Carlos Antonio López le tocó ejercer la profesión durante la dictadura francista, momento en el que se ganó varios enemigos, ya que según sus detractores, sólo defendía a personajes de élite y hasta incluso permitía que los funcionarios leales a Francia modifiquen sus libelos, sin importar que estos funcionarios tengan el más pálido conocimiento sobre derecho. El ejercicio del derecho durante la dictadura, sino imposible era bastante difícil, Carlos Antonio López ejerció la profesión hasta que los métodos de persecución del gobierno se hacían incesantes, motivo por el cual López abandonó la labor jurisprudencial y se retiró a la estancia familiar de Villa del Rosario.
La administración de justicia durante aquella época era precaria, por no decir inexistente. Temas legales para litigar no faltaban, pero todo se enlentecía por la intención del dictador de centralizar la justicia, por lo que cualquier asunto jurídico debía ser previamente analizado por el gobernante. Este último denominaba "actuario" a un subalterno que debiera de recibir las peticiones de análisis jurídico, dependía de las ganas o ánimo de este funcionario para que dichas peticiones fueran recibidas o rechazadas in limine. Muchas de las personas, por miedo a las máximas penas por la más mínima infracción, huían a sus campos de verano, buscando alejarse de la tensa realidad política comandada por el anciano dictador.
Inicios en política
Fallecimiento de Francia
El 20 de septiembre de 1840, fallecía en Asunción el entonces dictador José Gaspar Rodríguez de Francia, quien durante más de 20 años había ejercido un régimen totalitario en el Paraguay. Una vez fallecido el dictador, la disyuntiva era sobre quién recaería el poder de la república, ya que Rodríguez de Francia no dejó un sucesor o alguien que administrase el poder hasta tanto se designe un poder que administre la acéfala nación. Uno de los más deseosos de ocupar el cargo máximo fue Policarpo Patiño, quien desde 1825, fue el principal confidente y asistente de Francia, Patiño creía que era él el mejor posicionado para suceder a su antiguo empleador.
Patiño no gozaba de la aceptación popular ya que este siempre se ufanaba de su cercanía con el dictador. Apenas culminaron los funerales del dictador, se estableció una Junta de Gobierno integrada por los comandantes de los cuarteles de Asunción, Agustín Cañete, Pablo Pereyra, Miguel Maldonado y Gabino Arroyo y presidida por el alcalde mayor Manuel Antonio Ortíz. Finalmente, Policarpo Patiño, fue designado como secretario de dicha junta, pero sus pretensiones de imponer sus decisiones en el cuerpo colegiado le valió el haber sido expulsado. Posteriormente, Patiño fue acusado de desfalco público y remitido a prisión, en donde se suicida ahorcándose con el cabestro de su hamaca el 1 de octubre de 1841.
López en Asunción
La junta constituida en 1840 sólo duró hasta el 21 de enero de 1841, cuando se produce un golpe de estado dirigido por los sargentos Romualdo Duré y Ocampos, quienes derrocan a la junta por ser mal vista como una organización militar usurpadora del poder. Los ciudadanos exigieron que se llame a un nuevo congreso del cual puedan surgir nuevas autoridades, por lo que ese mismo día se constituyó en este caso, un triunvirato, integrado por el alcalde mayor Juan José Medina, Gabriel Benítez y José Domingo Ocampos, quienes tenían la misión popular de llamar a un nuevo congreso nacional, no obstante, con la intención de permanecer más tiempo en el poder, este triunvirato fue prorrogando la realización de dicho congreso.
Posteriormente, a causa de la presión popular, la junta decidió convocar a un congreso general para el 10 de abril de 1841, pero esto no bastó, pues iban prorrogando las fechas y teniendo además funciones que no eran de su competencia. Por tales motivos, dicha junta fue reemplazada el 9 de febrero de 1841 por un golpe militar dirigido por el Comandante del Cuartel de San Francisco, Mariano Roque Alonso, quien asumiría el poder con el título de Comandante General de Armas, acompañado del recién llegado desde Villa del Rosario, Carlos Antonio López en su carácter de secretario. Alonso decide convocar a un congreso el 12 de marzo de 1841, de modo a establecer la próxima forma de gobierno en la joven república.[7]
Cónsul de la República del Paraguay
13 de marzo de 1841 al 13 de marzo de 1844
Durante los meses que duró la Comandancia General de Armas, López se convirtió en el brazo derecho de Alonso, era el principal asesor y consejero del militar, que poco conocimiento tenía de la administración pública, por lo que verdaderemente era Carlos Antonio López quien manejaba los hilos del poder.
El 13 de marzo de 1841 se reunió el Congreso a las seis de la tarde. Varias fueron las mociones presentada por los presentes, una de ellas fue la de algunos diputados como Rivarola y Barrios, quienes propusieron la elaboración de una constitución nacional, a lo que Carlos Antonio López se opuso tenazmente, exponiendo que en aquella época no habían los jurisconsultos adecuados para elaborarla. Los militares decidieron apoyar la moción de López, la cual consistía en formar un gobierno, al que se diera el nombre de Consulado. Se regiría por los mismos principios del Consulado de 1813, y lo formarían López y Alonso, como Primer Cónsul y Segundo Cónsul con un sueldo de cuatro mil pesos fuertes y tres mil pesos fuertes anuales respectivamente, durarían tres años en su mandato. El cónsul Alonso se concentró en la seguridad y defensa del país, mientras todo el resto de la administración pública era llevada adelante por López.[8]
Fuera de esta elección, el Congreso decidió la apertura comercial y diplomática con los países vecinos; lo hizo en forma bastante moderada, ya que se habilitaron solamente los puertos de Pilar e Itapúa. Pese a que los más letrados de los paraguayos esperaban la sanción de una Constitución, el tema no fue siquiera considerado.[9]
Otra de las primeras medidas llevadas a cabo por el flamante consulado fue el restablecimiento de la estructura municipal, que estaría compuesta de dos alcaldes, un procurador general de ciudad, un defensor general de menores, de pobres y un ejecutor. A su vez se ordenó que los comandantes de las villas, jueces y jefes de partido fuesen cambiados pasado cierto tiempo, de modo a posibilitar a los todos los ciudadanos el ejercicio de la administración pública.
Carlos Antonio López se encontraba cada vez más cerca del poder absoluto de la República, pero desde su cargo de cónsul, decidió seguir formando una reputación impecable que le permitiese en un futuro no muy lejano ocupar altos cargos de preponderancia sin levantar odios ni envidias en posibles detractores.
La primeras medidas tomadas por López en su carácter de cónsul, fue la pacificación de la república, luego de años de persecuciones, confinamientos o torturas producto del régimen déspota de Francia, decidió liberar a todos los presos políticos e incluso invitó al caudillo oriental, José Gervasio Artigas, quien se encontraba confinado por el dictador en una lejana hacienda en la zona de Curuguaty a retornar a su país o establecerse en Asunción. Artigas se negó a la posibilidad de volver al Uruguay, por lo que solo se conformó con el trabajo de portero de la casa de la pareja presidencial.
Varias fueron las obras desarrolladas por el nuevo consulado, tales como el relevo, cambio o ascenso de las autoridades en el interior del país, distribución de semillas y crías de animales de las "estancias de la patria" a todos los campesinos para su autoabastecimiento. Se continuó con la refacción y construcción de caminos y puentes, así como institución que promuevan la difusión del arte en general. Además, desde su época de docente, Carlos A. López se preocupó por la educación general de la población, quienes solo estaban capacitados para cumplir tareas básicas como leer y escribir, algunas operaciones aritméticas básicas, este legado de analfabetismo heredado de la dictadura, imposibilitó que López contase con las mejores mentes durante su administración como cónsul, por lo que decidió abrir un nuevo instituto de enseñanza básica que posibilitara la educación de la población, es así que se inauguró La Academia Literaria, la cual ofrecía cursos de idioma Castellano y Latín. A dicha entidad se le proveyó de un amplio plan de estudios y se designó como su director a Marco Antonio Maíz. En 1842 dicha entidad contaba con 149 alumnos. El gobierno siguió de cerca la problemática de la educación, por lo que se centró en la reparación y habilitación de escuelas a lo largo de todo el país.
Un paso adelante para dejar el aislamiento internacional surgido del gobierno de Francia, fue el de tratar de establecer con la entonces Confederación Argentina, por ello, llegaron a Asunción Gregorio Valdez y Juan Mateo Arriola en carácter de emisarios del gobierno de la provincia de Corrientes, perteneciente a la Confederación Argentina, esto sin embargo, causó rencillas con el gobierno del gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas con quien la Confederación se encontraba en rebeldía, resultando esto en un garrafal error al intentar reiniciar las relaciones con Argentina. Tanto López como Alonso, decidieron firmar con los emisarios un tratado de amistad, comercio, navegación y límites el 31 de julio de 1841.
En el plano religioso, el Paraguay en aquella época contaba con 83 parroquias y varios oratorios y capillas, la mayoría con sacerdotes ancianos, sumando a esto la vacancia del Obispado de Asunción, cuyo último obispo español fue Pedro García de Panés, por ello remitieron al papa Gregorio XVI la proposición de una terna para designar a un obispo general y otro auxiliar. El 10 de mayo de 1842, en la zona del templo de la Recoleta, en la entonces zona periférica de la capital, el consulado determinó la construcción de un nuevo y amplio cementerio. Además, se estableció la supresión de las delegaciones de Itapúa y Santiago, convirtiéndolas en fuertes militares para alivio de la población circundante.
También se el curso de algunos ríos y arroyos fueron modificados para permitir la irrigación de los campos y aligerar en algo las largas sequías sufridas por la población. A modo también de asistencia, el gobierno repartió 1400 cabezas de ganado vacuno entre los pobres de la Villa del Rosario y San Isidro, 900 entre los pueblos de Caacupé y Piribebuy, además de la entrega de géneros y herramientas entre los pobladores de Villa del Rosario, ibitimí y Emboscada, por lo que se invirtió además 12.000 pesos en útiles de labranza para distribuirlos de manera gratuita a los agricultores.
Durante la administración consular se procedió a redactar un nuevo reglamento de policía dictado por los propios cónsules. Sumado a esto, la provisión del Estatuto Provisorio de la Administración de Justicia en la que se le restaban funciones a los funcionarios judiciales, estableciéndose un juez superior de apelaciones, siendo de exclusividad para el gobierno el conocimiento de los causas de conspiración contra el orden público o contra los cónsules. También se procedió a elaborar un reglamento para los jueces de paz.
Además, López decretó la liberación de vientres de las esclavas, poniéndose a la vanguardia de la abolición de la esclavitud, adelantándose así a países de la región. López, viéndose en la necesidad de promocionar las obras llevadas a cabo por el gobierno, decidió fundar un medio de prensa denominado "EL REPERTORIO NACIONAL", a parte de redactar un nuevo reglamento de justicia y el reconocimiento internacional de la independencia paraguaya.
Por ende, con motivo de declarar oficialmente la independencia del Paraguay, se convocó a un congreso general el 25 de noviembre de 1842, dicho congreso inauguró sus sesiones en el recinto de la extinta Iglesia de la Encarnación, presidida por el mismo Carlos Antonio López. Dicho congreso aprobó todos los actos consulares y también la rendición de cuentas presentada por ambos cónsules, a parte de decidir la jubilación de indios de comunidades o autoridades con más de 12 años de servicio público. Otra de las medidas adoptadas por el congreso fue la de acuñar monedas de cobre llegando hasta la suma de 30000 pesos (doce de ellas debían equivaler al valor de un real de plata). También se concedió un aumento de sueldo a los dos cónsules. Coat of arms of Paraguay (1842-1990) - obverse.svg
En dicho congreso también se establecieron las pautas de un nuevo pabellón nacional. La ley estableció la utilización de una bandera con tres franjas horizontales de igual tamaño con los colores rojo, blanco y azul. Se dispuso la utilización de dos escudos nacionales, uno en el anverso y otro en el reverso, el primero estaría compuesto en forma circular con una palma y un olivo en los bordes unidos en el vértice con una estrella en el medio que en la parte superior tiene la inscripción "REPÚBLICA DEL PARAGUAY", el otro sello, el de hacienda, que estaba formado por un león sentado y un gorro frigio sostenido por un mástil, con la inscripción "PAZ Y JUSTICIA". Finalmente, se decretó 25 de diciembre de 1842 como día de la jura de la independencia, convirtiéndose en una jornada festiva en la capital.
Primer Presidente Constitucional de la República del Paraguay
El 13 de marzo de 1844 se reunió un nuevo Congreso de trescientos diputados. Bajo la dirección de López se dictó una "Ley que establece la Administración Política de la República del Paraguay", que es considerada a veces la segunda constitución del país:[10] se establecía una división de poderes, aunque muy favorable al poder casi ilimitado del Poder Ejecutivo. Este sería ejercido por un Presidente de la República, que gobernaría durante diez años. La Constitución excluía toda mención a garantía alguna de los derechos civiles.[11] Fue nombrado para el cargo de presidente un día después por aclamación general el ciudadano Carlos Antonio López.[12]
Promulgada la Ley se dio por terminado el gobierno Consular y se decidió elegir un Presidente siendo elegido Don Carlos Antonio López. Fue el primer Presidente Constitucional de la República por el período 1844-1854. Al término de dicho gobierno, originalmente el Congreso reunido el 14 de marzo de 1854 expedía otro período de gobierno por diez años más, pero Carlos Antonio López aceptaría el mando con la condición de cumplir solo los primeros tres años de gobierno, porque ya acarreaba con problemas de salud (1854-1857) se cumplen los tres años y se reúne un Congreso General para elegir a un nuevo presidente, se presentaron a candidatos tanto del seno de la Asamblea como afuera, como José Berges, el canciller Andrés Gill o el veterano Vicente del Valle pero ninguno tuvo tanta aprobación como el de Antonio López que se presentó distinto esta vez, sostenía su postura de no entregar el poder, fue reelegido para completar los últimos siete años de su período anterior (1857-1864). No pudiendo completarse esta tercera etapa debido a su fallecimiento, el 10 de septiembre de 1862. Aunque nominalmente era un presidente actuando bajo una constitución republicano gobernó de manera despótica pero no tiránicamente. Su gobierno dotó al país de una nueva constitución y un ejército moderno.
Entre los más importantes aportes de su gestión se pueden citar:
- El primer tramo del Ferrocarril Nacional.
- La creación de la Flota Nacional.
- Las fundiciones de hierro de Ybycuí.
- El desarrollo del arsenal.
- El incremento de la producción y el comercio. Se firmaron tratados comerciales con Francia, Estados Unidos y el Reino Unido.
- La creación del Himno Nacional.
- La reforma de la agricultura.
- La concesión de la ciudadanía a los indígenas en 1848, aunque las tierras y otros bienes de estos pasan a propiedad del Estado.
- La fundación del periódico El Paraguayo Independiente.
- La reorganización completa de la administración pública, con un mayor presupuesto.
- La instalación de imprentas.
- El resurgimiento de la vida social.
El celo que guardaba a los acercamientos extranjeros varias veces lo envolvieron en disputas diplomáticas con Brasil, Inglaterra, y Estados Unidos, que muchas veces lo llevaron al borde de la guerra, pero cada vez que esto sucedía se redimía por medio de audaces evasiones.
Política interior
Concedió a los indígenas la ciudadanía y, con el fin de paliar el desempleo, dio un nuevo impulso a las obras públicas y otorgó a la administración un mayor presupuesto para la contratación de una persona. El Congreso de 1842 también sancionó la libertad de vientres.[13]
En la política exterior
Trató con los países vecinos para afianzar las fronteras paraguayas y logró que varios países reconocieran la independencia del Paraguay, al tiempo que renovó las relaciones diplomáticas con varios Estados, rotas durante los años de la dictadura. En el plano cultural, se crearon el Himno Nacional y piezas populares como: Mamá cumandá, London carapé, la Palomita, el Cielito chopí o Santa fe y el Campamento Cerro León. Apoyó la formación de artistas, permitió la venida de compañías extranjeras de arte escénico, etc. Además, otorgó becas a alumnos del interior para estudiar en la capital y Europa. Creó el periodismo paraguayo con El Paraguayo Independiente, que tuvo como fin exponer circunstancias de hechos y derecho que justificaban la independencia del Paraguay; más tarde, este diario fue reemplazado por El Semanario.
Ganadería, Agricultura e Industria
Alentó la constitución de las familias sobre la base del matrimonio dándoles propiedades, criaderos de ganado y herramientas. Así mismo, desarrolló la ganadería y la agricultura. En cuanto a la industria, se basó en la explotación de minerales, de yerba mate, de madera, la fundición de hierro, la producción de pólvora y sal.
A su muerte
A su muerte, dejó el camino marcado para que su primogénito hijo Francisco Solano López, a quien anteriormente había confiado cargos de responsabilidad, lo sucediera en la presidencia del país. Su lápida se encuentra frente al púlpito de la Iglesia Santísima Trinidad.
Véase también
- Historia de Paraguay
- Presidente de Paraguay
- Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Carlos Antonio López.
Fuentes
Este artículo incorpora texto de una publicación sin restricciones conocidas de derecho de autor: Varios autores (1910-1911). «Encyclopædia Britannica». En Chisholm, Hugh, ed. Encyclopædia Britannica. A Dictionary of Arts, Sciences, Literature, and General information (en inglés) (11.ª edición). Encyclopædia Britannica, Inc.; actualmente en dominio público.
- Biografía de Carlos Antonio López
Referencias
- Su acta de bautismo queda fechado en 1793 después de nueve meses de su nacimiento.
- BARUJA - PAIVA - PINTO (enero de 2000). «Una Historia del Paraguay. Capítulo VII». Consultado el 12 de septiembre de 2011.
- . ABC Digital. p. 10. Archivado desde el original el 8 de agosto de 2011. Consultado el 12 de septiembre de 2011.
- La historia en la guía 2000. «Carlos Antonio López». Consultado el 15-11-11.
- https://www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:33S7-9RL5-9595?i=158&cc=1922527&cat=152306. Falta el
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(ayuda) - Salum-Flecha, Antonio (2006). La política exterior del Paraguay: de 1811 hasta la Guerra de 1864-70. Intercontinental Editora, pp. 96. ISBN 9789992572535.
- Chaves (1968), pág. 13-16.
- Chaves (1968), pág. 16-32.
- Chaves (1968), pág. 16-20.
- Jorge Seall-Sasiain, Transición Paraguaya: Diseño Constitucional y Falencias, en el sitio del VIII Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional. (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
- Constitución de 1844, en el sitio del Tribunal Superior de Justicia Electoral.
- Chaves (1968), pág. 44-46.
- Chaves, 1968, p. 35.
Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Carlos Antonio López.
Predecesor: Cargo creado | Cónsul de Paraguay 1841 – 1844 | Sucesor: Cargo suprimido |
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