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Campos de concentración franquistas

En la España franquista funcionaron, al menos, entre cerca de doscientos y trescientos campos de concentración desde 1936 hasta 1947, algunos con carácter estable y otros muchos provisionales.[1][2]​ La red de campos era un instrumento de la represión franquista.[3][4]

Milicianos republicanos hechos prisioneros de los sublevados durante la Batalla de Guadarrama (1936).

Terminaban en estos campos de concentración desde excombatientes republicanos del Ejército Popular, las Fuerzas Aéreas y la Marina de Guerra, hasta disidentes políticos y sus familiares, indigentes, independentistas marroquíes, homosexuales,[5]gitanos y presos comunes. Las Comisiones Clasificatorias que funcionaban en los campos eran las que determinaban el destino de los internados: los declarados «afectos» eran puestos en libertad; los «desafectos leves» y sin responsabilidades políticas eran enviados a los batallones de trabajadores; y los «desafectos graves» iban a prisión y estaban a disposición de la Auditoría de Guerra para ser procesados por un tribunal militar. Los clasificados como «delincuentes comunes» eran enviados también a la cárcel. Según las cifras oficiales de la Inspección de Campos de Concentración de Prisioneros, al finalizar la guerra civil había internados en los alrededor de cien campos existentes entonces 177 905 soldados enemigos prisioneros pendientes de clasificación procesal ―la Inspección informaba también de que hasta entonces habían pasado por los campos 431 251 personas―.[6]

Al igual que en otros muchos campos de concentración, los prisioneros estaban jerarquizados de tal modo que presos comunes violentos (por tanto sin motivaciones políticas o ideológicas) estaban en un escalón superior a la mayoría de los allí encerrados, trabajando de vigilantes (cabos de vara) de estos últimos. A pesar de la destrucción masiva de documentación sobre ellos, estudios afirman que los campos se caracterizaron por la explotación laboral de los prisioneros, organizados en batallones de trabajadores.[7]

Hay consenso entre los historiadores en afirmar, según testimonios de supervivientes, testigos y los propios informes oficiales franquistas, que las condiciones de internamiento «eran, en líneas generales, atroces».[8]​ A esto se añadió el hecho de que los sublevados no reconocían a los soldados republicanos como prisioneros de guerra, con lo que nunca se les aplicó el Convenio de Ginebra de 1929 firmado años antes por el rey Alfonso XIII en nombre de España. La ilegalidad en el trato a los reclusos se materializó en el uso de prisioneros para trabajos militares (prohibido explícitamente por la Convención), la preventividad generalizada (internamiento sin condena alguna), uso de la tortura para obtener testificaciones y delaciones, y ausencia de garantías judiciales.[9]​ Respecto a la oficialidad que administraba los campos, se ha destacado asimismo la corrupción generalizada imperante, que permitió el enriquecimiento de muchos militares y agravó el sufrimiento de los internados bajo su custodia.[10]

Historia

Según Javier Rodrigo, cerca de medio millón de prisioneros pasaron por los campos de concentración entre 1936 y 1942.[11]​ En 2019, Carlos Hernández de Miguel identificó cerca de 300 campos confirmados, calculando que habrían pasado por los mismos entre 700 000 y un millón de personas.[12]

El primer campo de concentración fue creado por los militares rebeldes el 19 de julio de 1936, horas después de la sublevación, cerca de Melilla; al día siguiente, El Telegrama del Rif informaba de la apertura del campo, situado en la Alcazaba de Zeluán (una vieja fortaleza del siglo XVII). Francisco Franco fue informado inmediatamente de ello, mostrándose entusiasmado y ordenando la apertura de más campos para albergar a «elementos perturbadores» y emplearlos en trabajos públicos. El mismo 20 de julio, el futuro dictador comunicaba al coronel Eduardo Sáenz de Buruaga, al mando de la ciudad de Tetuán: «Me han informado que los detenidos son varios cientos y que las cárceles no dan abasto para recibirlos. Como hay que evitar que las afueras de Tetuán ofrezcan el espectáculo de nuevos fusilamientos, a la vista de los corresponsales extranjeros que afluyen, hay que buscar una solución que podría ser un campo de concentración en el extrarradio. (...) En Melilla ya han abierto uno en Zeluán con buenos resultados». Así nació el campo de concentración de El Mogote, en una ubicación idónea para ocultar la dureza de sus condiciones al exterior (el 20 de agosto serían asesinados 52 prisioneros, con el «enterado» de Franco).

La siguiente región en la que los rebeldes establecieron campos de concentración fue Canarias. Concretamente, fue en los terrenos militares de la península de La Isleta, en Gran Canaria, operativo desde finales de julio de 1936. Un número indeterminado de prisioneros de los campos canarios acabaron siendo arrojados al mar o al interior de pozos volcánicos. Al igual que ocurría en el Norte de África, la prensa nacionalista ocultaba la dureza y crímenes cometidos en los campos, ofreciendo de los mismos una imagen idílica muy alejada de la realidad. Otros centros de reclusión inaugurados poco después del comienzo de la guerra, como la prisión militar localizada en el castillo del Monte Hacho de Ceuta, han sido considerados campos de concentración aunque oficialmente nunca tuvieron esa denominación.[13][14]

Algunos historiadores han señalado a funcionarios nazis de la Gestapo como los organizadores de la red de campos de concentración franquistas, y que en buena medida se inspiraron en los campos de concentración de la propia Alemania nazi para el diseño de los españoles.[15]​ Entre aquellos oficiales nazis destacó especialmente Paul Winzer, jefe de la Gestapo en España y jefe durante algún tiempo del campo de concentración de Miranda de Ebro.[15]​ Hay autores que van más allá e incluso sostienen que fue Winzer el verdadero autor de toda la organización de los campos de concentración franquistas.[16]​ Por otra parte, diversos recintos, como los campos de Laredo, Castro Urdiales, Santander o El Dueso, fueron habilitados y gestionados inicialmente por batallones del Corpo di Truppe Volontarie de la Italia fascista.[17]

El 5 de julio de 1937 se creó la Inspección General de los Campos de Concentración de Prisioneros (ICCP) con el coronel Luis Martín Pinillos, un militar africanista, al frente. Su objetivo era centralizar la gestión de todos los campos, aunque chocaría con los diferentes virreyes militares de otras zonas del país, especialmente con el general Queipo de Llano, responsable del Ejército del Sur. Los campos andaluces funcionaron al margen de la ICCP hasta mediados de 1938, y los de Baleares, Canarias o el Protectorado de Marruecos conservaron hasta el final de la guerra una autonomía casi total.[18]

En 1938 los campos de concentración franquistas albergaban a más de 170 000 prisioneros.[19]​ Tras el final de la contienda, en 1939 la cifra de población reclusa oscilaba entre las 367 000 y las 500 000 personas.[20]​ Desde 1940 el supervisor de todos estos campos fue el general Camilo Alonso Vega. La principal función de los campos era la de retener a tantos prisioneros de guerra republicanos como fuera posible, y todos aquellos que fueran calificados de "irrecuperables" eran automáticamente ejecutados.[21]​ Muchos de los encargados de la represión o la administración en los campos habían sido víctimas en la zona republicana, y por este motivo destacaron por manifestar una voluntad de furia y venganza con los vencidos.[22]​ Tampoco los funcionarios de alta instancia se mostraron muy contrarios a este clima de represión y venganza: El Director General de Prisiones, Máximo Cuervo Radigales, y el jefe del Cuerpo Jurídico Militar, Lorenzo Martínez Fuset, contribuyeron en no poca medida a crear este clima represivo.[23]

En 1946, diez años después del comienzo de la Guerra Civil, todavía estaban operativos 137 campos de trabajo y 3 campos de concentración, en los que estaban acogidos 30 000 prisioneros políticos.[24]​ El último campo de concentración en cerrar fue el de Miranda de Ebro, que fue clausurado en enero de 1947.[25]

El trato a los internos

Las torturas y los malos tratos estuvieron a la orden del día en los campos de concentración donde los internos ―muchos de ellos sin haber sido acusados formalmente de ningún delito― soportaron unas condiciones de vida deplorables marcadas por «la carestía, la enfermedad, el hacinamiento y la corrupción». No era infrecuente que los que propinaban las palizas a los presos fueran falangistas o familiares de víctimas a los que se dejaba entrar en el establecimiento. Los internos eran objeto de brutales castigos propinados por los que los custodiaban (muchos de ellos excombatientes, excautivos o familiares de víctimas de la represión en la retaguardia republicana) o por los cabos de vara que reaparecieron en los campos de concentración y también en el ámbito penitenciario. Los prisioneros de los campos de concentración calificados como «desafectos» también fueron obligados a realizar trabajos forzados en batallones formados al efecto.[26]

Deportación de exiliados españoles y brigadistas de la Guerra Civil a campos nazis

Aparte de los campos de concentración en España, se afirma que en el exilio de republicanos a Francia cerca de 10 000 españoles acabaron en campos de concentración nazis, sin que el ministro de exteriores de Franco, Ramón Serrano Súñer, hiciera nada por salvarlos. Existe documentación escrita por la que los alemanes consultaban qué hacer con los "dos mil rojos españoles de Angulema". Los pocos que se salvaron no pudieron regresar a España.

Por otra parte, las autoridades franquistas también colaboraban con sus aliados nazis entregándoles a prisioneros checos, belgas o alemanes para acabar siendo fusilados o recluidos en cárceles y campos de concentración del III Reich,[18]​ donde pereció la mayor parte de ellos.[27]​ Esas entregas fueron ordenadas personalmente por Franco, vulnerando cualquier principio jurídico e incluso contra el criterio de sus propios funcionarios. Así, ante el posible traslado a la Alemania hitleriana de ocho brigadistas confinados en San Pedro, el responsable del Servicio Nacional de Política y Tratados cuestionó por escrito la extradición, oponiéndose a la misma. Haciéndose caso omiso de sus argumentos, sobre el informe de este alto diplomático el ministro Gómez-Jordana escribió a mano: «S. E. el Generalísimo ordenó se entreguen».[28]

Otro uso que Franco dio a los brigadistas internacionales recluidos en el campo de San Pedro fue el de intercambiarlos por prisioneros en manos de las autoridades republicanas. Se conoce un escaso número de estos trueques de soldados pero, aun así, algunos militares de la Alemania nazi y fascistas italianos lograron retornar a sus países de origen de esta manera.[29]

Organización

Campos de concentración

Durante la guerra civil española y los primeros años de la dictadura franquista estuvieron en funcionamiento cerca de 300 campos de concentración según las últimas investigaciones,[12]​ de entre los cuales destacaron:

Batallones de Trabajadores y trabajo forzado

 
Nave central del Valle de los Caídos, excavada en la piedra.

En julio de 1939 había un total de 93 096 prisioneros, provenientes tanto de los campos de concentración como de las cárceles, que estaban encuadrados en 137 Batallones de Trabajadores. A estos se sumaron a partir de mayo de 1940 los Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores (BDST) integrados por los jóvenes que debían cumplir su servicio militar pero que eran clasificados como «desafectos», ya que se consideraba que era peligroso incorporarlos al Ejército. Tanto los Batallones de Trabajadores como los BDST ―que llegaron a sumar 217 batallones de trabajadores forzados más 87 batallones disciplinarios― se destinaron a la realización de obras públicas, a trabajar en las minas, a la reconstrucción de edificios e infraestructuras, o a obras nuevas. En septiembre de 1939 también se creó el Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas que se ocupó especialmente de obras hidráulicas, como el canal del Bajo Guadalquivir, también conocido por «el canal de los presos».[37]​ La mano de obra forzada de los batallones también fue utilizada por la Dirección General de Regiones Devastadas y Reparaciones especialmente en la reconstrucción de localidades muy dañadas por la guerra. En los Batallones de Trabajadores y en los BDST, donde las condiciones de vida y de trabajo eran tan duras que hubo muchas muertes,[38]​ solo pudieron acogerse a la Redención de penas por el trabajo ―un sistema de trabajo forzado del que se beneficiaron importantes empresas privadas y que permitía al preso reducir hasta un tercio su condena y recibir una pequeña remuneración, aunque el 75 % de la misma se la quedaba la empresa en concepto de «manutención y alojamiento»―[39][40]​ los presos que estaban condenados, ya que los que nunca lo habían sido no tenían ninguna pena que redimir.[41]​ «La suya fue una retención ilegal y una arbitraria represión extrajudicial», según el historiador Borja de Riquer.[39]

Entre las obras en las que los prisioneros eran empleados como mano de obra para trabajos forzados[42]​ se encuentran las reconstrucciones (caso de Belchite), los trabajos en minas de sal, la extracción de mercurio, la construcción de carreteras y de presas, y la excavación de canales. De hecho, miles de prisioneros fueron usados en la construcción de la Prisión de Carabanchel, el Valle de los Caídos,[43]​ el Arco de la Victoria y la Academia de Infantería de Toledo.[44]​ Posteriormente, este trabajo fue subcontratado a empresas privadas y terratenientes, quienes utilizaron a los prisioneros para mejorar sus propias propiedades (Queipo de Llano, el virrey de Andalucía, utilizó cautivos de campos cercanos para su cortijo sevillano de Gambogaz).[45][35]​ En la relación de las obras construidas por los prisioneros de los campos destacan:

Para el periodo 1939-1943, el doctor José María López de Riocerezo ―abogado penal franquista― ha estimado que la utilización de mano de obra forzada de prisioneros de estos campos y batallones de trabajadores[58]​ aportó a distintas empresas privadas un beneficio de más de cien millones de pesetas.[59]

La suma de campos de concentración y unidades de trabajos forzados creados por el bando sublevado durante la guerra y, posteriormente, en la dictadura se ha estimado en cerca de un millar de recintos a lo largo de toda la geografía española.[60]

Información y vigilancia

Para mantener el control y recabar información sobre los prisioneros, la ICCP creó el Servicio de Investigación Criminal de los campos y, en junio de 1938, un Servicio de Confidencia e Información con el objetivo de formar una red constituida por veinte delatores en cada batallón de trabajadores. Los militares emplearon torturas y amenazas con el fin de captar confidentes entre los reclusos, e incluso muchos testimonios han denunciado que los propios sacerdotes ayudaban a los represores en esta labor, vulnerando el secreto de confesión para delatar e incriminar a personas desafectas. Todo ello sembraba la desconfianza en los campos y repercutía en la moral de los detenidos, aunque éstos trataron siempre de contrarrestar el miedo a sus captores con acciones de resistencia (incluso protagonizando numerosas fugas) y de solidaridad entre ellos (compartir la escasa comida, ayudar en los trabajos a los más débiles o cuidar a los enfermos).[18]

Recatolización forzosa y adoctrinamiento

Una de las grandes misiones para las que se constituyeron los campos de concentración fue la «reeducación» de los internos, al menos de los considerados «recuperables» para la causa nacionalista. Para ello se utilizaron técnicas de sometimiento, humillación, propaganda y lavado de cerebro con el fin de lograr la progresiva deshumanización de los cautivos. Cada día eran obligados a formar un mínimo de tres veces, cantar el «Cara al sol» y otros himnos franquistas, así como saludar al modo fascista.

En esta tarea de adoctrinamiento desempeñó un papel fundamental la Iglesia católica. En los campos, y bajo la figura imprescindible del capellán, se dio una identificación absoluta de métodos y objetivos entre la Iglesia, los golpistas y la posterior dictadura. Los sacerdotes lanzaban amenazantes sermones a los prisioneros, resaltando su condición de «rojos» en las diversas clases patrióticas que impartían. No se respetaba en ningún momento la libertad religiosa de los detenidos: La asistencia a misa era obligatoria, siendo la conversión de los internos uno de los principales objetivos. Un bautizo o primera comunión eran celebrados como un gran triunfo que era comunicado al mismísimo Caudillo.[18]​ El Centro de Documentación de la Resistencia Austriaca recogió testimonios de brigadistas internacionales que fueron coaccionados a oír misa a fuerza de latigazos y patadas.[27]​ Como ha resumido el jesuita José Ángel Delgado Iribarren: «En esos campos se les sometía a un régimen de vigilancia y reeducación, con la esperanza de reincorporarles un día a la vida social. (...) Después de sacarles la ficha clasificadora se les encuadraba en los batallones de trabajadores, donde se prolongaba esta labor, que podríamos llamar de desinfección, en el orden político y religioso. No puede negársele en esta labor de reconquista de las almas un puesto de responsabilidad a los capellanes, por ser los que estaban más capacitados para influir en ellas».[61]

Estudios seudocientíficos y propaganda

Los brigadistas internados en San Pedro de Cardeña fueron obligados a participar en estudios seudocientíficos preparados por Antonio Vallejo-Nájera, jefe de los Servicios Psiquiátricos Militares del Ejército de Franco y conocido como el Mengele español. En esta labor fue ayudado por dos médicos, un criminólogo y dos asesores científicos alemanes. Durante meses, los prisioneros sujetos a investigación fueron fotografiados, sometidos a la medición del cráneo y de otras partes del cuerpo, a pruebas de estrés y cuestionarios personales y de inteligencia.

Los resultados sirvieron para dar legitimidad a las extravagantes teorías de Vallejo-Nájera, coincidentes con las teorías eugenésicas y racistas entonces en boga en determinados círculos académicos, y con los preceptos del nacionalsocialismo alemán. Este pseudopsiquiatra ya había escrito sobre la «regeneración de la raza española» y la necesidad de una «higiene racial y moral» (llegó incluso a sostener la existencia de un «gen rojo»), doctrinas que acabarían justificando el exterminio que ejecutaría el franquismo y su tarea de reeducación y separación de niños de sus familias rojas para evitar que desarrollaran la enfermedad marxista. Según este ideólogo franquista, la democracia y el sufragio universal habían provocado la «degeneración» de las masas, como probaban los "datos" extraídos de esta investigación, que atribuían todo tipo de deficiencias y patologías a los brigadistas y que, a su vez, habían sido provocadas por «el medio ambiente cultural y social norteamericano» y «el ambiente social sensual y pagano» resultante.[62]

Los internos de San Pedro también tuvieron que sufrir otras humillaciones. La prensa nacionalista publicó diversos reportajes sobre «el campo de concentración de los soldados rojos de las Brigadas Internacionales» donde se calificaba a esos prisioneros de degenerados y criminales. Además, el Departamento Nacional de Cinematografía rodó allí un documental de propaganda[63]​ al más puro estilo Leni Riefenstahl, con abundancia de primeros planos de los reclusos con apariencia asiática, mestiza, africana, etc, en secuencias de carácter degradante para éstos. La película terminaba con un cautivo realizando el saludo fascista con la mano extendida.[62]

Véase también

Referencias

  1. De Riquer, 2010, p. 134. "Está documentada la existencia de nada menos que 194. El último campo de concentración clausurado fue el de Miranda de Ebro, en 1947"
  2. Hernández de Miguel, 2019, p. 72. "A lo largo de esta investigación he identificado cerca de 300 campos de concentración repartidos por toda la geografía española"
  3. Hernández de Miguel, Carlos (13 de marzo de 2019). «Reportaje: Terror en los campos de Franco». El País. Consultado el 2 de marzo de 2020. 
  4. Morales, Manuel (31 de marzo de 2019). «Los campos del horror». El País. ISSN 1134-6582. Consultado el 2 de marzo de 2020. 
  5. Hernández de Miguel, 2019, pp. 444-451.
  6. De Riquer, 2010, pp. 133-134.
  7. SL, POMBAPRESS. «Levantando el manto de silencio sobre los 11 campos de concentración franquistas en Galicia». Galiciapress. Consultado el 29 de abril de 2019. 
  8. Ruiz, Julius (2012). La justicia de Franco: la represión en Madrid tras la Guerra Civil. RBA Libros. pp. 112 y 367-368. ISBN 978-84-9006-243-2. 
  9. Rodrigo, 2015, pp. 9-12.
  10. Hernández de Miguel, 2019, p. 74.
  11. Rodrigo, Javier (2006). «Internamiento y trabajo forzoso: los campos de concentración de Franco». Hispania Nova: Revista de Historia Contemporánea (6). ISSN 1138-7319. 
  12. Hernández de Miguel, 2019, p. 72.
  13. Beevor, 2006, p. 64.
  14. Hernández de Miguel, 2019, pp. 117-121.
  15. Egido, 2005, p. 131.
  16. Rodrigo, 2008, p. 228n.
  17. Hernández de Miguel, 2019, pp. 18-19.
  18. Hernández de Miguel, 2019, pp. 71-108.
  19. Beevor, 2006, p. 342.
  20. Beevor, 2006, p. 404.
  21. Preston, 2006, p. 308.
  22. Hugh, 1993, p. 993.
  23. Hugh, 1993, p. 991.
  24. Benz y Graml, 1986, p. 180.
  25. Preston, 2006, p. 309.
  26. Oviedo Silva, 2020, p. 117-123.
  27. Hoffmann, Gerhard; Pascual, Pedro (Febrero de 2002). «Campos de concentración en España». Historia 16 (310). 
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  29. Hernández de Miguel, 2019, p. 245.
  30. Hernández, Carlos (2019). «Campo de concentración de Albatera». 
  31. Hernández, Carlos (2019). «Campo de concentración de Camposancos». 
  32. Hernández, Carlos (2019). «Campo de concentración de Castuera». 
  33. «Señalizado el campo de concentración de La Corchuela (Dos Hermanas. SEVILLA)». sevilla.org. 16 de abril de 2019. 
  34. Hernández, Carlos (2019). «Campo de concentración de Los Almendros». 
  35. Beevor, 2006, p. 405.
  36. Hernández, Carlos (2019). «Campo de concentración de San Pedro de Cardeña». 
  37. De Riquer, 2010, pp. 137-138.
  38. Juliá, 2000, pp. 76-77.
  39. De Riquer, 2010, p. 139.
  40. Casanova, 2015, p. 65.
  41. De Riquer, 2010, p. 138.
  42. Graham, 2005, p. 131.
  43. Preston, 2006, p. 313.
  44. Hernández de Miguel, 2019, pp. 452-453.
  45. Hernández de Miguel, 2019, p. 79.
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Bibliografía

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  • Thomas, Hugh (1993). Historia de la Guerra Civil Española. 

Enlaces externos

  • Esclavos del Franquismo
  • Registro de Afectados por la Guerra Civil y el Franquismo en Aragón
  •   Datos: Q750834
  •   Multimedia: Francoist concentration camps

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En la Espana franquista funcionaron al menos entre cerca de doscientos y trescientos campos de concentracion desde 1936 hasta 1947 algunos con caracter estable y otros muchos provisionales 1 2 La red de campos era un instrumento de la represion franquista 3 4 Milicianos republicanos hechos prisioneros de los sublevados durante la Batalla de Guadarrama 1936 Plano general del Campo de concentracion de Miranda de Ebro Terminaban en estos campos de concentracion desde excombatientes republicanos del Ejercito Popular las Fuerzas Aereas y la Marina de Guerra hasta disidentes politicos y sus familiares indigentes independentistas marroquies homosexuales 5 gitanos y presos comunes Las Comisiones Clasificatorias que funcionaban en los campos eran las que determinaban el destino de los internados los declarados afectos eran puestos en libertad los desafectos leves y sin responsabilidades politicas eran enviados a los batallones de trabajadores y los desafectos graves iban a prision y estaban a disposicion de la Auditoria de Guerra para ser procesados por un tribunal militar Los clasificados como delincuentes comunes eran enviados tambien a la carcel Segun las cifras oficiales de la Inspeccion de Campos de Concentracion de Prisioneros al finalizar la guerra civil habia internados en los alrededor de cien campos existentes entonces 177 905 soldados enemigos prisioneros pendientes de clasificacion procesal la Inspeccion informaba tambien de que hasta entonces habian pasado por los campos 431 251 personas 6 Al igual que en otros muchos campos de concentracion los prisioneros estaban jerarquizados de tal modo que presos comunes violentos por tanto sin motivaciones politicas o ideologicas estaban en un escalon superior a la mayoria de los alli encerrados trabajando de vigilantes cabos de vara de estos ultimos A pesar de la destruccion masiva de documentacion sobre ellos estudios afirman que los campos se caracterizaron por la explotacion laboral de los prisioneros organizados en batallones de trabajadores 7 Hay consenso entre los historiadores en afirmar segun testimonios de supervivientes testigos y los propios informes oficiales franquistas que las condiciones de internamiento eran en lineas generales atroces 8 A esto se anadio el hecho de que los sublevados no reconocian a los soldados republicanos como prisioneros de guerra con lo que nunca se les aplico el Convenio de Ginebra de 1929 firmado anos antes por el rey Alfonso XIII en nombre de Espana La ilegalidad en el trato a los reclusos se materializo en el uso de prisioneros para trabajos militares prohibido explicitamente por la Convencion la preventividad generalizada internamiento sin condena alguna uso de la tortura para obtener testificaciones y delaciones y ausencia de garantias judiciales 9 Respecto a la oficialidad que administraba los campos se ha destacado asimismo la corrupcion generalizada imperante que permitio el enriquecimiento de muchos militares y agravo el sufrimiento de los internados bajo su custodia 10 Indice 1 Historia 1 1 El trato a los internos 1 2 Deportacion de exiliados espanoles y brigadistas de la Guerra Civil a campos nazis 2 Organizacion 2 1 Campos de concentracion 2 2 Batallones de Trabajadores y trabajo forzado 2 3 Informacion y vigilancia 2 4 Recatolizacion forzosa y adoctrinamiento 2 5 Estudios seudocientificos y propaganda 3 Vease tambien 4 Referencias 5 Bibliografia 6 Enlaces externosHistoria EditarSegun Javier Rodrigo cerca de medio millon de prisioneros pasaron por los campos de concentracion entre 1936 y 1942 11 En 2019 Carlos Hernandez de Miguel identifico cerca de 300 campos confirmados calculando que habrian pasado por los mismos entre 700 000 y un millon de personas 12 El primer campo de concentracion fue creado por los militares rebeldes el 19 de julio de 1936 horas despues de la sublevacion cerca de Melilla al dia siguiente El Telegrama del Rif informaba de la apertura del campo situado en la Alcazaba de Zeluan una vieja fortaleza del siglo XVII Francisco Franco fue informado inmediatamente de ello mostrandose entusiasmado y ordenando la apertura de mas campos para albergar a elementos perturbadores y emplearlos en trabajos publicos El mismo 20 de julio el futuro dictador comunicaba al coronel Eduardo Saenz de Buruaga al mando de la ciudad de Tetuan Me han informado que los detenidos son varios cientos y que las carceles no dan abasto para recibirlos Como hay que evitar que las afueras de Tetuan ofrezcan el espectaculo de nuevos fusilamientos a la vista de los corresponsales extranjeros que afluyen hay que buscar una solucion que podria ser un campo de concentracion en el extrarradio En Melilla ya han abierto uno en Zeluan con buenos resultados Asi nacio el campo de concentracion de El Mogote en una ubicacion idonea para ocultar la dureza de sus condiciones al exterior el 20 de agosto serian asesinados 52 prisioneros con el enterado de Franco La siguiente region en la que los rebeldes establecieron campos de concentracion fue Canarias Concretamente fue en los terrenos militares de la peninsula de La Isleta en Gran Canaria operativo desde finales de julio de 1936 Un numero indeterminado de prisioneros de los campos canarios acabaron siendo arrojados al mar o al interior de pozos volcanicos Al igual que ocurria en el Norte de Africa la prensa nacionalista ocultaba la dureza y crimenes cometidos en los campos ofreciendo de los mismos una imagen idilica muy alejada de la realidad Otros centros de reclusion inaugurados poco despues del comienzo de la guerra como la prision militar localizada en el castillo del Monte Hacho de Ceuta han sido considerados campos de concentracion aunque oficialmente nunca tuvieron esa denominacion 13 14 Algunos historiadores han senalado a funcionarios nazis de la Gestapo como los organizadores de la red de campos de concentracion franquistas y que en buena medida se inspiraron en los campos de concentracion de la propia Alemania nazi para el diseno de los espanoles 15 Entre aquellos oficiales nazis destaco especialmente Paul Winzer jefe de la Gestapo en Espana y jefe durante algun tiempo del campo de concentracion de Miranda de Ebro 15 Hay autores que van mas alla e incluso sostienen que fue Winzer el verdadero autor de toda la organizacion de los campos de concentracion franquistas 16 Por otra parte diversos recintos como los campos de Laredo Castro Urdiales Santander o El Dueso fueron habilitados y gestionados inicialmente por batallones del Corpo di Truppe Volontarie de la Italia fascista 17 El 5 de julio de 1937 se creo la Inspeccion General de los Campos de Concentracion de Prisioneros ICCP con el coronel Luis Martin Pinillos un militar africanista al frente Su objetivo era centralizar la gestion de todos los campos aunque chocaria con los diferentes virreyes militares de otras zonas del pais especialmente con el general Queipo de Llano responsable del Ejercito del Sur Los campos andaluces funcionaron al margen de la ICCP hasta mediados de 1938 y los de Baleares Canarias o el Protectorado de Marruecos conservaron hasta el final de la guerra una autonomia casi total 18 En 1938 los campos de concentracion franquistas albergaban a mas de 170 000 prisioneros 19 Tras el final de la contienda en 1939 la cifra de poblacion reclusa oscilaba entre las 367 000 y las 500 000 personas 20 Desde 1940 el supervisor de todos estos campos fue el general Camilo Alonso Vega La principal funcion de los campos era la de retener a tantos prisioneros de guerra republicanos como fuera posible y todos aquellos que fueran calificados de irrecuperables eran automaticamente ejecutados 21 Muchos de los encargados de la represion o la administracion en los campos habian sido victimas en la zona republicana y por este motivo destacaron por manifestar una voluntad de furia y venganza con los vencidos 22 Tampoco los funcionarios de alta instancia se mostraron muy contrarios a este clima de represion y venganza El Director General de Prisiones Maximo Cuervo Radigales y el jefe del Cuerpo Juridico Militar Lorenzo Martinez Fuset contribuyeron en no poca medida a crear este clima represivo 23 En 1946 diez anos despues del comienzo de la Guerra Civil todavia estaban operativos 137 campos de trabajo y 3 campos de concentracion en los que estaban acogidos 30 000 prisioneros politicos 24 El ultimo campo de concentracion en cerrar fue el de Miranda de Ebro que fue clausurado en enero de 1947 25 El trato a los internos Editar Vease tambien Tortura en la dictadura franquista Las torturas y los malos tratos estuvieron a la orden del dia en los campos de concentracion donde los internos muchos de ellos sin haber sido acusados formalmente de ningun delito soportaron unas condiciones de vida deplorables marcadas por la carestia la enfermedad el hacinamiento y la corrupcion No era infrecuente que los que propinaban las palizas a los presos fueran falangistas o familiares de victimas a los que se dejaba entrar en el establecimiento Los internos eran objeto de brutales castigos propinados por los que los custodiaban muchos de ellos excombatientes excautivos o familiares de victimas de la represion en la retaguardia republicana o por los cabos de vara que reaparecieron en los campos de concentracion y tambien en el ambito penitenciario Los prisioneros de los campos de concentracion calificados como desafectos tambien fueron obligados a realizar trabajos forzados en batallones formados al efecto 26 Deportacion de exiliados espanoles y brigadistas de la Guerra Civil a campos nazis Editar Aparte de los campos de concentracion en Espana se afirma que en el exilio de republicanos a Francia cerca de 10 000 espanoles acabaron en campos de concentracion nazis sin que el ministro de exteriores de Franco Ramon Serrano Suner hiciera nada por salvarlos Existe documentacion escrita por la que los alemanes consultaban que hacer con los dos mil rojos espanoles de Angulema Los pocos que se salvaron no pudieron regresar a Espana Por otra parte las autoridades franquistas tambien colaboraban con sus aliados nazis entregandoles a prisioneros checos belgas o alemanes para acabar siendo fusilados o recluidos en carceles y campos de concentracion del III Reich 18 donde perecio la mayor parte de ellos 27 Esas entregas fueron ordenadas personalmente por Franco vulnerando cualquier principio juridico e incluso contra el criterio de sus propios funcionarios Asi ante el posible traslado a la Alemania hitleriana de ocho brigadistas confinados en San Pedro el responsable del Servicio Nacional de Politica y Tratados cuestiono por escrito la extradicion oponiendose a la misma Haciendose caso omiso de sus argumentos sobre el informe de este alto diplomatico el ministro Gomez Jordana escribio a mano S E el Generalisimo ordeno se entreguen 28 Otro uso que Franco dio a los brigadistas internacionales recluidos en el campo de San Pedro fue el de intercambiarlos por prisioneros en manos de las autoridades republicanas Se conoce un escaso numero de estos trueques de soldados pero aun asi algunos militares de la Alemania nazi y fascistas italianos lograron retornar a sus paises de origen de esta manera 29 Organizacion EditarCampos de concentracion Editar Vease tambien Anexo Campos de concentracion franquistas Durante la guerra civil espanola y los primeros anos de la dictadura franquista estuvieron en funcionamiento cerca de 300 campos de concentracion segun las ultimas investigaciones 12 de entre los cuales destacaron Campo de concentracion de Albatera 30 se utilizaron los terrenos que ocupo el campo de trabajo republicano abierto en octubre de 1937 Campo de concentracion de Camposancos 31 Campo de concentracion de Castuera 32 Campo de concentracion de La Corchuela 33 Campo de concentracion de Los Almendros 34 Campo de concentracion de Miranda de Ebro 35 Campo de concentracion de San Pedro de Cardena ubicado en el monasterio burgales del mismo nombre fue el lugar de internamiento de los prisioneros de las Brigadas Internacionales 36 Batallones de Trabajadores y trabajo forzado Editar Nave central del Valle de los Caidos excavada en la piedra Comienzo del Canal de los Presos en Penaflor Sevilla En julio de 1939 habia un total de 93 096 prisioneros provenientes tanto de los campos de concentracion como de las carceles que estaban encuadrados en 137 Batallones de Trabajadores A estos se sumaron a partir de mayo de 1940 los Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores BDST integrados por los jovenes que debian cumplir su servicio militar pero que eran clasificados como desafectos ya que se consideraba que era peligroso incorporarlos al Ejercito Tanto los Batallones de Trabajadores como los BDST que llegaron a sumar 217 batallones de trabajadores forzados mas 87 batallones disciplinarios se destinaron a la realizacion de obras publicas a trabajar en las minas a la reconstruccion de edificios e infraestructuras o a obras nuevas En septiembre de 1939 tambien se creo el Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas que se ocupo especialmente de obras hidraulicas como el canal del Bajo Guadalquivir tambien conocido por el canal de los presos 37 La mano de obra forzada de los batallones tambien fue utilizada por la Direccion General de Regiones Devastadas y Reparaciones especialmente en la reconstruccion de localidades muy danadas por la guerra En los Batallones de Trabajadores y en los BDST donde las condiciones de vida y de trabajo eran tan duras que hubo muchas muertes 38 solo pudieron acogerse a la Redencion de penas por el trabajo un sistema de trabajo forzado del que se beneficiaron importantes empresas privadas y que permitia al preso reducir hasta un tercio su condena y recibir una pequena remuneracion aunque el 75 de la misma se la quedaba la empresa en concepto de manutencion y alojamiento 39 40 los presos que estaban condenados ya que los que nunca lo habian sido no tenian ninguna pena que redimir 41 La suya fue una retencion ilegal y una arbitraria represion extrajudicial segun el historiador Borja de Riquer 39 Entre las obras en las que los prisioneros eran empleados como mano de obra para trabajos forzados 42 se encuentran las reconstrucciones caso de Belchite los trabajos en minas de sal la extraccion de mercurio la construccion de carreteras y de presas y la excavacion de canales De hecho miles de prisioneros fueron usados en la construccion de la Prision de Carabanchel el Valle de los Caidos 43 el Arco de la Victoria y la Academia de Infanteria de Toledo 44 Posteriormente este trabajo fue subcontratado a empresas privadas y terratenientes quienes utilizaron a los prisioneros para mejorar sus propias propiedades Queipo de Llano el virrey de Andalucia utilizo cautivos de campos cercanos para su cortijo sevillano de Gambogaz 45 35 En la relacion de las obras construidas por los prisioneros de los campos destacan Canal del Bajo Guadalquivir hasta 1962 campos de Los Merinales y La Corchuela En el ano 2006 al tramo comprendido entre La Rinconada y Dos Hermanas se le cambio la denominacion por Canal de los Presos 46 Presa y Canal de Montijo Badajoz sobre el Rio Guadiana de 1942 a 1945 los presos se encontraban en la Colonia Penitenciaria Militarizada de Montijo Badajoz 47 48 Lineas de ferrocarril como las de Zamora La Coruna Soria Castejon el Val de Zafan o el directo Madrid Burgos 49 Presas y pantanos como los Embalses de Barrios de Luna Leon 50 Riosequillo Madrid 51 La Muedra Cuerda del Pozo Soria 52 o El Cenajo Albacete y Murcia 53 54 Aeropuertos como el de Santiago de Compostela 55 Valladolid 56 o Sondica 57 Para el periodo 1939 1943 el doctor Jose Maria Lopez de Riocerezo abogado penal franquista ha estimado que la utilizacion de mano de obra forzada de prisioneros de estos campos y batallones de trabajadores 58 aporto a distintas empresas privadas un beneficio de mas de cien millones de pesetas 59 La suma de campos de concentracion y unidades de trabajos forzados creados por el bando sublevado durante la guerra y posteriormente en la dictadura se ha estimado en cerca de un millar de recintos a lo largo de toda la geografia espanola 60 Informacion y vigilancia Editar Para mantener el control y recabar informacion sobre los prisioneros la ICCP creo el Servicio de Investigacion Criminal de los campos y en junio de 1938 un Servicio de Confidencia e Informacion con el objetivo de formar una red constituida por veinte delatores en cada batallon de trabajadores Los militares emplearon torturas y amenazas con el fin de captar confidentes entre los reclusos e incluso muchos testimonios han denunciado que los propios sacerdotes ayudaban a los represores en esta labor vulnerando el secreto de confesion para delatar e incriminar a personas desafectas Todo ello sembraba la desconfianza en los campos y repercutia en la moral de los detenidos aunque estos trataron siempre de contrarrestar el miedo a sus captores con acciones de resistencia incluso protagonizando numerosas fugas y de solidaridad entre ellos compartir la escasa comida ayudar en los trabajos a los mas debiles o cuidar a los enfermos 18 Recatolizacion forzosa y adoctrinamiento Editar Una de las grandes misiones para las que se constituyeron los campos de concentracion fue la reeducacion de los internos al menos de los considerados recuperables para la causa nacionalista Para ello se utilizaron tecnicas de sometimiento humillacion propaganda y lavado de cerebro con el fin de lograr la progresiva deshumanizacion de los cautivos Cada dia eran obligados a formar un minimo de tres veces cantar el Cara al sol y otros himnos franquistas asi como saludar al modo fascista En esta tarea de adoctrinamiento desempeno un papel fundamental la Iglesia catolica En los campos y bajo la figura imprescindible del capellan se dio una identificacion absoluta de metodos y objetivos entre la Iglesia los golpistas y la posterior dictadura Los sacerdotes lanzaban amenazantes sermones a los prisioneros resaltando su condicion de rojos en las diversas clases patrioticas que impartian No se respetaba en ningun momento la libertad religiosa de los detenidos La asistencia a misa era obligatoria siendo la conversion de los internos uno de los principales objetivos Un bautizo o primera comunion eran celebrados como un gran triunfo que era comunicado al mismisimo Caudillo 18 El Centro de Documentacion de la Resistencia Austriaca recogio testimonios de brigadistas internacionales que fueron coaccionados a oir misa a fuerza de latigazos y patadas 27 Como ha resumido el jesuita Jose Angel Delgado Iribarren En esos campos se les sometia a un regimen de vigilancia y reeducacion con la esperanza de reincorporarles un dia a la vida social Despues de sacarles la ficha clasificadora se les encuadraba en los batallones de trabajadores donde se prolongaba esta labor que podriamos llamar de desinfeccion en el orden politico y religioso No puede negarsele en esta labor de reconquista de las almas un puesto de responsabilidad a los capellanes por ser los que estaban mas capacitados para influir en ellas 61 Estudios seudocientificos y propaganda Editar Los brigadistas internados en San Pedro de Cardena fueron obligados a participar en estudios seudocientificos preparados por Antonio Vallejo Najera jefe de los Servicios Psiquiatricos Militares del Ejercito de Franco y conocido como el Mengele espanol En esta labor fue ayudado por dos medicos un criminologo y dos asesores cientificos alemanes Durante meses los prisioneros sujetos a investigacion fueron fotografiados sometidos a la medicion del craneo y de otras partes del cuerpo a pruebas de estres y cuestionarios personales y de inteligencia Los resultados sirvieron para dar legitimidad a las extravagantes teorias de Vallejo Najera coincidentes con las teorias eugenesicas y racistas entonces en boga en determinados circulos academicos y con los preceptos del nacionalsocialismo aleman Este pseudopsiquiatra ya habia escrito sobre la regeneracion de la raza espanola y la necesidad de una higiene racial y moral llego incluso a sostener la existencia de un gen rojo doctrinas que acabarian justificando el exterminio que ejecutaria el franquismo y su tarea de reeducacion y separacion de ninos de sus familias rojas para evitar que desarrollaran la enfermedad marxista Segun este ideologo franquista la democracia y el sufragio universal habian provocado la degeneracion de las masas como probaban los datos extraidos de esta investigacion que atribuian todo tipo de deficiencias y patologias a los brigadistas y que a su vez habian sido provocadas por el medio ambiente cultural y social norteamericano y el ambiente social sensual y pagano resultante 62 Los internos de San Pedro tambien tuvieron que sufrir otras humillaciones La prensa nacionalista publico diversos reportajes sobre el campo de concentracion de los soldados rojos de las Brigadas Internacionales donde se calificaba a esos prisioneros de degenerados y criminales Ademas el Departamento Nacional de Cinematografia rodo alli un documental de propaganda 63 al mas puro estilo Leni Riefenstahl con abundancia de primeros planos de los reclusos con apariencia asiatica mestiza africana etc en secuencias de caracter degradante para estos La pelicula terminaba con un cautivo realizando el saludo fascista con la mano extendida 62 Vease tambien EditarRepresion franquista Victimas de la Guerra Civil EspanolaReferencias Editar De Riquer 2010 p 134 Esta documentada la existencia de nada menos que 194 El ultimo campo de concentracion clausurado fue el de Miranda de Ebro en 1947 Hernandez de Miguel 2019 p 72 A lo largo de esta investigacion he identificado cerca de 300 campos de concentracion repartidos por toda la geografia espanola Hernandez de Miguel Carlos 13 de marzo de 2019 Reportaje Terror en los campos de Franco El Pais Consultado el 2 de marzo de 2020 Morales Manuel 31 de marzo de 2019 Los campos del horror El Pais ISSN 1134 6582 Consultado el 2 de marzo de 2020 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978 84 9892 791 7 De Riquer Borja 2010 La dictadura de Franco Vol 9 de la Historia de Espana dirigida por Josep Fontana y Ramon Villares Barcelona Critica Marcial Pons ISBN 978 84 9892 063 5 Egido Leon Maria de los Angeles 2005 Los Campos de Concentracion Franquistas en el Contexto Europeo Marcial Pons Ediciones de Historia Graham Helen 2005 The Spanish Civil War A very short introduction Oxford University Press Gutierrez Casala J L 2003 Colonias penitenciarias militarizadas de Montijo represion franquista en el partido judicial de Merida Merida Editora Regional de Extremadura Hernandez de Miguel Carlos 2019 Los campos de concentracion de Franco Sometimiento torturas y muerte tras las alambradas Penguin Random House ISBN 978 84 666 6478 3 Julia Santos 2000 La sociedad En Jose Luis Garcia Delgado ed Franquismo El juicio de la historia Madrid Temas de Hoy pp 57 114 ISBN 84 8460 070 X Lorenzo Rubio Cesar 2020 La maquina represiva la tortura en el franquismo En Pedro Oliver Olmo ed La tortura en la Espana contemporanea Madrid Los Libros de la Catarata pp 131 198 ISBN 978 84 1352 077 3 Molinero C Sala M Sobreques i Callico J Barcelona Una inmensa prision los campos de concentracion y las prisiones durante la guerra civil y el franquismo Critica contrastes Critica Nunez Diaz Balart M 2004 Los anos del terror la estrategia de dominio y represion del general Franco 1 edicion Madrid Esfera de los Libros Oviedo Silva Daniel 2020 Violencia masiva y tortura en la guerra civil En Pedro Oliver Olmo ed La tortura en la Espana contemporanea Madrid Los Libros de la Catarata pp 85 130 ISBN 978 84 1352 077 3 Preston Paul 2006 The Spanish Civil War Reaction revolution amp revenge London Harper Perennial Rodriguez Gonzalez Javier Berzal de la Rosa Enrique Pablo Lobo Carlos de Sierra Gomez Carlos de la Delgado Cruz Severiano Vega Sombria Santiago Revilla Casado Javier 2011 Carceles y Campos de Concentracion en Castilla y Leon Leon Fundacion 27 de marzo ISBN 978 84 615 5410 2 Rodrigo 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