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Batalla de Las Navas de Tolosa

La batalla de las Navas de Tolosa, llamada en la historiografía árabe «batalla de Al-Iqāb» “batalla del castigo” (معركة العقاب) y en la cristiana también «batalla de Úbeda», enfrentó el 16 de julio de 1212 a un ejército aliado cristiano formado en gran parte por tropas castellanas de Alfonso VIII de Castilla, aragonesas de Pedro II de Aragón, navarras de Sancho VII de Navarra y voluntarios del Reino de León y del Reino de Portugal contra el ejército numéricamente superior del califa almohade Muhammad an-Nasir en las inmediaciones de la localidad jienense de Santa Elena. Se saldó con la victoria de las tropas cristianas y está considerada como una de las batallas más importantes de la Reconquista.

Batalla de las Navas de Tolosa
Reconquista

Batalla de Las Navas de Tolosa, óleo de Van Halen expuesto en el palacio del Senado (Madrid).
Fecha Lunes, entre 15 y 16 de julio de 1212
Lugar Actual Santa Elena, Jaén, España
Coordenadas 38°20′35″N 3°32′57″O / 38.343, -3.5490277777778
Resultado Victoria cristiana.
Beligerantes
Comandantes
Alfonso VIII de Castilla

  Rodrigo Jiménez de Rada
  Diego II de Haro
  Lope Díaz de Haro
  Fernán Gutiérrez de Castro
  Sancho Fernández de León
  Pedro Arias †
  Gómez Ramírez
  Gutierre Armíllez
  Rodrigo Díaz de Yanguas
 Rodrigo Díaz de los Camperos
 Álvaro Díaz de los Cameros
  Fernando Núñez de Lara
  Gonzalo Núñez de Lara
 García Almoravid "el Viejo"
  Gonzalo Ruiz Girón
Pedro II de Aragón
  Nuño Sánchez
 Sancho I de Cerdaña
 Jimeno Cornel
  Hugo IV de Ampurias
  Guerau IV de Cabrera

Sancho VII de Navarra
Muhammad an-Nasir
Fuerzas en combate
• 10 000-14 000[1]
• 4 000 caballeros y 8 000 peones[2]
• 10 000 caballeros españoles y 50 000 peones[3]
• 60 000-80 000[4]
• 20 000-30 000[1][5]
• 100 000-200 000[4][3]
Bajas
25-30 muertos[6][7] 60 000-150 000 muertos[4][3][6][8]

Fue iniciativa de Alfonso VIII entablar una gran batalla contra los almohades tras haber sufrido la derrota de Alarcos en 1195.[3]​ Para ello solicitó apoyo al Papa Inocencio III para favorecer la participación del resto de los reinos cristianos de la península ibérica y la predicación de una cruzada por la cristiandad, prometiendo el perdón de los pecados a los que lucharan en ella; todo ello con la intercesión del arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada. Saldada con victoria del bando cristiano, fue considerada por las relaciones de la batalla inmediatamente posteriores, las crónicas y gran parte de la historiografía como el punto culminante de la Reconquista y el inicio de la decadencia de la presencia musulmana en la península ibérica, aunque en la realidad histórica las consecuencias militares y estratégicas fueron limitadas, y la conquista del valle del Guadalquivir no se iniciaría hasta pasadas unas tres décadas.

Antecedentes

 
El papa Inocencio III concedió el carácter de cruzada al encuentro de las Navas de Tolosa para facilitar el refuerzo de las tropas hispánicas con caballeros de toda Europa. En esta imagen del siglo XIII aparece cabalgando.

Alfonso VIII de Castilla concibió, posiblemente tras la pérdida del castillo de Salvatierra, que era una posición avanzada de la orden de Calatrava en territorio almohade, la idea de librar una batalla decisiva contra el emir almohade Muhammad an-Nasir, llamado Miramamolín por las fuentes cristianas, por adaptación fonética de su sobrenombre de «Amir al-Mu'minin», 'príncipe de los creyentes' en árabe. Para poder enfrentarse al Imperio almohade, rompió la tregua que mantenía hasta entonces con él, procuró la colaboración de todos los reinos cristianos de la península ibérica y consiguió el apoyo de Pedro II de Aragón y, con más dificultades, el de Sancho VII de Navarra, que tardó en incorporarse a la hueste.[9]

Comenzó los preparativos en 1211, año en que empezó a movilizar tropas y congregarlas en Toledo, que era el punto de reunión de todo el contingente. Además solicitó del papa Inocencio III la consideración de cruzada[10]​ para recabar caballeros de toda Europa, especialmente de Francia. Para estos preparativos diplomáticos contaba con el arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada.

Tras la derrota del rey castellano en la batalla de Alarcos (1195) y la caída del castillo de Salvatierra (1211), que había tenido como consecuencia que los almohades empujaran la frontera hasta los Montes de Toledo, viendo Alfonso VIII amenazada la propia ciudad de Toledo y el valle del Tajo, el rey de Castilla quería resarcirse venciendo a los musulmanes en un combate decisivo y campal. Habiendo fraguado diferentes alianzas con Aragón y Navarra con la mediación del papa y de Jiménez de Rada, y roto las distintas treguas que mantenía con los almohades, se enfrentó en 1212 contra el califa.

Fuerzas cristianas

El ejército cristiano estaba formado por:

  • Las tropas de los reyes Sancho VII de Navarra y Pedro II de Aragón. Entre las tropas del Pedro II de Aragón se encontraban los obispos de Barcelona, Berenguer de Palou y Tarazona, García Frontín I, así como Sancho I de Cerdaña. Las tropas del rey de Aragón al año siguiente lucharían en la batalla de Muret, donde moriría entre otros el alférez real Miguel de Luesia. Aproximadamente se congregaron mil caballeros del rey de Aragón y unos doscientos navarros. El ejército aragonés no solo contaba con caballeros aragoneses, sino que también acudieron de sus dominios occitanos, entre ellos el conde Bernardo IV de Cominges. Algunos caballeros portugueses y leoneses combatieron voluntariamente, pero sus reyes Alfonso IX de León y Alfonso II de Portugal rechazaron el llamamiento de Alfonso VIII y el papa por conflictos entre ellos y con Castilla. Por ello, Alfonso VIII pidió la mediación pontificia para evitar ser atacado por otros reinos peninsulares. Inocencio III accedió y amenazó con la excomunión a todo aquel que se atreviera a violar la paz mientras los castellanos lucharan contra los musulmanes. Este hecho contrasta con lo sucedido años atrás, cuando el mismo papa había obligado al monarca castellano, sin éxito, a devolver esos castillos a Alfonso IX, que eran los que causaban el litigio entre los reyes castellano y leonés.
 
Alfonso VIII de Castilla y Leonor de Plantagenet entregan en 1174 el castillo de Uclés al Maestre de la Orden de Santiago Pedro Fernández de Fuentecalada (Magister P. Ferrandi[z]). Tumbo menor de Castilla. Leyendas:
ALIENOR : REGINA | ALFONSUS REX : | MAGISTER : P : FERRANDI[Z] | CASTELLUM DE : UCLES | QUIDAM FRATER.
Leonor, reina; Alfonso, rey; maestre P. Fernández; castillo de Uclés y un fraile (literalmente 'un hermano'), respectivamente.
  • Las tropas (freires) de las órdenes militares de Santiago, Calatrava, Temple y Hospital de San Juan. Eran caballeros fuertemente pertrechados y especializados en la guerra, que formaban parte de las fuerzas permanentes al servicio del ejército cristiano. No sería un gran número de caballeros, pero cada freire contaba con un escudero a caballo y uno o dos peones. Un contingente de cien freires podía suponer un cuerpo de medio millar de efectivos en el combate. Además, su disciplina y jerarquización los convertía en una fuerza de élite, que habitualmente se integraba en las grandes batallas en la mesnada real o militia regis, que tenía como obligación constituir la guardia personal del rey y estaba formada por los nobles del séquito regio. Junto con los caballeros de las órdenes militares habría que incluir las guarniciones de los castillos, que en gran parte estaban defendidos por freires de estas órdenes militares, pero no solo por ellos. Los castillos más importantes y expuestos al ataque enemigo (como los de Calatrava, Consuegra o Uclés) podían llegar a contar con una guarnición de cincuenta caballeros, a los que habría que añadir los peones, con un número total de 100 a 200 hombres. Pero había fortalezas guarnecidas por dos o tres caballeros y muchas estaban defendidas por una decena o dos de caballeros y medio centenar de hombres en total.[11]
  • Un gran número de cruzados (Alfonso VIII los cifra en 2000, aunque las fuentes medievales suelen exagerar) provenientes de otros países europeos o ultramontanos, llamados así por haber llegado desde más allá de los Pirineos. Estos guerreros, en su mayoría franceses, vinieron atraídos por el llamado del papa Inocencio III, quien a su vez había sido contactado por el arzobispo de Toledo, Jiménez de Rada, por encargo del rey de Castilla. La mayor parte de ellos no llegó a participar en la batalla, ya que abandonó el ejército antes de entrar en liza. Entre los convocados extranjeros figuraban también varios obispos, como los de Nantes o Burdeos. Quedaron unos 150, occitanos sobre todo, con el arzobispo de Narbona Arnaldo Amalric, cuya archidiócesis era una importante sede vinculada a la Corona de Aragón.[12]

Pese a que las cifras son inciertas, quien mejor ha contribuido a esclarecer el número de soldados en la batalla es Carlos Vara Thorbeck, quien calculando el espacio que ocupó el campamento cristiano (2,5 hectáreas) llegó a la conclusión de que el bando cristiano lo formaban aproximadamente 12 000 hombres. Alvira Cabrer juzga esta cifra compatible con sus cálculos, similar a las que dan las fuentes de fines del siglo XIII, razonable, verosímil y aceptada por los trabajos más recientes, como el de Rosado y López Payer (2001) o García Fitz (2005).[13]​ El número de caballeros cristianos estaría entre 3500 y 5500 jinetes, y de 7000 a 12 000 infantes (según las estimaciones de Martín Alvira Cabrer). García Fitz concluyó en 2014 que el número de caballeros cristianos sería de alrededor de 4000, a los que acompañarían 8000 peones, lo que suma un total de 12 000 efectivos. Los musulmanes contarían con aproximadamente el doble de combatientes. De todos modos, era un número extraordinario para una época en que los ejércitos cristianos no llegaban casi nunca a 3000 soldados: un millar de caballeros y dos mil peones ya era un importante contingente, pues lo normal es que las batallas medievales se dirimieran con unos centenares de caballeros por bando.[2]

 
Sello de Pedro II de Aragón (1196-1213), donde se le representa con lanza, pendón, escudo y gualdrapas del caballo ornamentadas con su señal real.

En cuanto al desglose del ejército cristiano, y ateniéndose solo a las fuentes que ofrecen cifras creíbles, y concordantes con las estimaciones científicas actuales, el mayor número de caballeros lo aportaba Castilla, que contaría con aproximadamente el doble que Aragón, también era muy nutrido, con unos mil según el consenso de los especialistas actuales. En las fuentes cronísticas más verosímiles, para el contingente aragonés se da una estimación que va desde los 1300 caballeros de la Crónica ocampiana (una de las crónicas de la familia alfonsí), hasta los 1700 de la Crónica de veinte reyes. Para los navarros se documentan cifras de 200 a 300 caballeros, aunque la mayor parte de los estudiosos se decantan por la primera de las estimaciones. El número de ultramontanos venidos a Toledo se suele exagerar. Las fuentes más verosímiles ofrecen datos de entre 1000 (Crónica latina de los reyes de Castilla) y 2000 caballeros (Carta de Alfonso VIII al papa Inocencio III). Pero para resaltar la magnitud de la deserción y el valor de los reyes españoles tras perder buena parte del ejército, minimizan la cantidad de caballeros que permanecieron, que cifran entre 130 y 150, y por ello los historiadores tienden a quedarse con la mayor de estas cifras. A estos números habría que sumar el de los caballeros villanos de las milicias concejiles, cuyo armamento podía ser muy heterogéneo, yendo desde caballeros de frontera equipados como los de linaje, hasta tropas de caballería ligera por la precariedad de su armamento. Finalmente habría que sumar los caballeros de las órdenes militares (que serían pocos, unas decenas, aunque bien armados) y las milicias de los prelados, que también dispondrían de caballería concejil y altos aristócratas, equipados como caballería pesada. Por cada caballero hay que sumar, dependiendo de la posición social, entre uno y cuatro soldados más, que pueden llegar a ser un escudero a caballo y dos o tres peones en los casos de los ricoshombres, de modo que podría estimarse el total de tropas como el triple, aproximadamente, del de caballeros. Según estos datos, podría ofrecerse el siguiente cuadro sinóptico, donde la primera cifra es la de las estimaciones medias o más frecuentes de los estudiosos recientes, y entre paréntesis las más veraces de entre las que aparecen en las fuentes, indicándola a pie de página:[14]

Caballeros del ejército cristiano
Castilla Aragón Navarra Ultramontanos (inicio) Ultramontanos (batalla)
2000 (2000-2300)[15][16] 1000 (1300[16]​-1700)[15] 200 (200[17]​-300)[15] 1500 (1000[18]​-2000)[17] 150 (130[15]​-150)[17]

 

Fuerzas musulmanas

 
La Historia de los hechos de España (De rebus Hispaniae) fue una historia de la península ibérica escrita en latín por el arzobispo de Toledo Rodrigo Jiménez de Rada en la primera mitad del siglo XIII por encargo del rey Fernando III el Santo. El Toledano estuvo presente en la batalla y en toda la campaña, en la que tuvo un papel muy destacado, por lo que su obra es una de las fuentes más valoradas por los historiadores para conocer los sucesos del enfrentamiento de Las Navas de Tolosa.

El ejército cristiano tenía un tamaño ciertamente respetable, pero el gran número de tropas convocadas por el califa almohade Muhammad an-Nasir (Miramamolín para los cristianos) hacía que pareciera pequeño a su lado. Su tamaño fue enormemente exagerado por las crónicas, tanto cristianas como musulmanas: «80 000 caballeros y peones sin cuenta» según Rodrigo Jiménez de Rada y las crónicas alfonsíes, la Carta de Alfonso VIII cifra los caballeros en 185 000, a los que Alberico de Trois-Fontaines suma otros «925 000 jinetes además de incontables peones»; Al-Maqqari, por la parte islámica, habla de 600 000 hombres.[19]​ Frente a todas estas cifras irreales, hoy en día se tiende a cifrar su número en poco más de 20 000 efectivos. Su composición no era menos heterogénea que la de su oponente. Además del ejército regular, que estaba profesionalizado y dependía del Estado, se componía de levas temporales (reclutamientos forzosos) y de voluntarios yihadistas. El ejército regular estaba formado, a su vez, por diferentes etnias y tribus: bereberes almorávides, otras tribus bereberes, árabes (caballería ligera, especialistas en la táctica del tornafuye), andalusíes, kurdos (los agzaz, la caballería ligera de arqueros), esclavos negros de la guardia personal del emir e incluso mercenarios cristianos, como fue el caso de Pedro Fernández el Castellano, que combatió en el bando almohade en la batalla de Alarcos (1195).

  • En primera línea se situaban los peones voluntarios, encargados de entrar en combate los primeros contra las filas enemigas, aunque su preparación militar era muy irregular y su valor como tropa, escaso. Muchos acudían a la llamada desde la yihad o guerra santa de todos los rincones del mundo islámico.
  • Inmediatamente detrás se situarían arqueros, ballesteros, además de peones armados con jabalinas y caballería ligera que podía desplazarse con rapidez hacia los flancos, y que también podía utilizar lanzas arrojadizas. Un cuerpo fundamental era el contingente de arqueros a caballo kurdos conocidos como agzaz. Esta unidad de mercenarios de élite había llegado a la Península tras haber sido capturados en lo que ahora es Libia durante la guerra que mantenían los almohades del Magreb con los ayubíes de Egipto. Todo este despliegue tenía como fin recibir la primera carga del enemigo y lanzar sobre él dardos.
  • El grueso del ejército regular almohade (formado por cuerpos heterogéneos) se encontraba en una segunda línea o haz detrás de los peones voluntarios, con la potente caballería andalusí, cuyo armamento era similar al de los caballeros cristianos, y la caballería ligera almohade y árabe, que había sido muy eficaz contra los ejércitos cristianos maniobrando por los flancos. La mayoría de sus veteranos y bien armados hombres procedían del noroeste de África, pertenecían a tribus árabes y guerreaban con rápidos movimientos de caballería.
  • En la retaguardia había otro haz del ejército regular almohade y tras él, formando una apretada línea en torno a la tienda personal del sultán, se encontraba la llamada Guardia Negra (también denominados imesebelen), integrada por soldados-esclavos procedentes de zonas subsaharianas, que protegían con sus grandes lanzas dispuestas hacia el enemigo y las conteras apoyadas o clavadas en el suelo el palenque o recinto fortificado (mediante objetos del bagaje, los recipientes de las flechas, bestias de carga e incluso camellos) en que se encontraba la tienda del emir. La Guardia Negra era un cuerpo de élite que conformaba la guardia personal del emir, y cuya misión era protegerlo hasta el final de la batalla. Finalmente, lo reforzaban arqueros y ballesteros. En las Navas este dispositivo de la zaga del ejército islámico se situó en una colina (posiblemente el cerro de los Olivares), lo que aumentaba la seguridad y permitía al califa una mayor visibilidad para seguir el curso de los acontecimientos de la batalla.[20]

 

Movimientos previos

 
El castillo de Calatrava de época almohade desde el este. El foso seco, en primer término; detrás una torre albarrana.

El ejército cristiano estaba citado en Toledo el día de Pentecostés de 1212 (20 de mayo) y se puso en camino el 20 de junio avanzando hacia el sur al encuentro de las huestes almohades. Durante la marcha inicial, tras las tomas del castillo de Malagón y el de Calatrava, se produjo la deserción de casi todos los ultramontanos, y las causas aún están por esclaracerse. Según testimonio de Alfonso VIII al papa Inocencio III se produjo por el calor y las incomodidades. Otras fuentes, como la relación del abad de Trois Fontaines, Alberico, y las crónicas castellanas, señalan que por no estar de acuerdo con la política permisiva con la vida de los vencidos. Las tropas ultramontanas ya habrían causado disturbios en Toledo. Los cruzados habían pasado a cuchillo a toda la guarnición de Malagón tras conquistarla, cuando la costumbre habitual en España era forzar una capitulación y permitir que los andalusíes se marcharan, e incluso, que vivieran extramuros, lo que permitía conservar la fuerza de trabajo, máxime cuando escaseaban los repobladores cristianos. En la posterior toma de la fortaleza de Calatrava (Calatrava la Vieja) Alfonso VIII había pactado con los miembros de la guarnición no matarlos en caso de que fueran vencidos, impidiendo lo ocurrido tras la toma de Malagón. Al-Marrakusi, historiador musulmán, corrobora la versión de que fueron «los franceses y gente de Cruzada» (en expresión de las crónicas) quienes no aceptaron el trato y exigían que los matasen. En principio habría que tener en cuenta el testimonio de la carta que Alfonso VIII escribió al papa, explicando que el regreso de los cruzados se debió al desgaste físico causado por el calor en gentes «que solían vivir entre sombras en regiones templadas», pero el rey castellano quizá no quiso mostrar excesiva disidencia con los cruzados, convocados por la predicación del papado. Otra causa posible fue la impaciencia por encontrarse con el ejército almohade, ya que durante la marcha se estaban demorando demasiado en tomar fortificaciones, y los ultramontanos temían que Alfonso VIII los estuviera utilizando para ampliar su reino, en lugar de para acabar con los infieles almohades. Según el testimonio de Blanca de Castilla, el rey de Castilla pensó en aprovechar el gran ejército reunido para atacar al de León, y estos rumores se habrían propagado entre los cruzados. En todo caso, sin descartar el cansancio psíquico y físico causado por el calor del verano del centro-sur peninsular (los caballeros estaban ataviados con gruesas telas y cotas de malla), la falta de logística, que ocasionó numerosos problemas de abastecimiento, e incluso hambre, no parece suficiente causa para tamaña desafección.[21]

 
Caballería y peones luchando en una zona boscosa en una miniatura de las Cantigas de Santa María del rey Alfonso X el Sabio (1252-1284). Cantiga 106.

La deserción de los ultramontanos fue masiva. Solo eligieron quedarse unos 150 caballeros, entre los cuales se pueden citar a varios nobles de la diócesis de Vienne y de la región de Poitou, como Teobaldo de Blazón (Thibaut de Blaison), hijo del castellano Pedro Rodríguez de Guzmán,[22]​ en su mayor parte del Languedoc, con el arzobispo de Narbona Arnaldo Amalric a la cabeza, ya que muchos de sus señores eran vasallos o aliados de Pedro II de Aragón. Mermó en buena medida las huestes cristianas, pero el ejército restante de unos 12 000 hombres seguía siendo uno de los más grandes que se habían visto en la península. Aunque no muy numerosos, después de la conquista de Calatrava, se añadieron 200 caballeros navarros dirigidos por Sancho VII.

Las tropas cristianas se encaminaron hacia la zona rasa en que se encontraban acantonados los musulmanes. Es decir, Navas de Tolosa, o llanos de La Losa, puntos cercanos a la localidad de Santa Elena (donde se ha abierto un Centro de Interpretación de la Batalla), al noroeste de la provincia de Jaén. La previsión era, pues, librar una gran batalla campal. Sin embargo, An-Nasir decidió cortar el acceso del enemigo al valle, y para ello situó hombres en puntos clave, de forma tal que los cristianos quedaron rodeados por montañas y, por tanto, con una muy limitada capacidad de maniobra.

A pesar de todo, los cristianos consiguieron superar la adversidad: harían el movimiento de aproximación al enemigo por el oeste, a través de un paso llamado Puerto del Rey, que les permitió cruzar la sierra para luego, ya en terreno llano, marchar contra el rival. Cuentan las crónicas castellanas que quien reveló a las tropas la existencia de esta senda fue un pastor local, a quien algunos autores identifican con Martín Alhaja, mientras que otros relatos atribuyen la revelación del paso a San Isidro, polémica que generó encendidos debates en el siglo XVIII.[23]

La batalla

Disposición

 
Representación moderna del sello de Sancho VII de Navarra, su emblema personal, no continuado como emblema heráldico por su linaje, que adoptó el escudo de Teobaldo I, constituido por unos radios que semejaban a los refuerzos metálicos (miniatura y bloca) de los escudos del siglo XII. El blasón de la dinastía de Navarra solo adoptará valor emblemático a partir de 1260 con Teobaldo II.

Los ejércitos cristianos llegan el viernes 13 de julio de 1212 a Las Navas, y se producen pequeñas escaramuzas durante el sábado y domingo siguientes. El lunes, 16 de julio, atacan a las huestes almohades. Se dispusieron en tres haces o líneas de cuerpos de ejército.

En el centro de la vanguardia se situó la hueste del señor de Vizcaya Diego López II de Haro compuesta según las crónicas por quinientos caballeros, que incluía su mesnada señorial (con su hijo Lope Díaz y otros parientes), algunos caballeros cistercienses, los occitanos al mando del arzobispo de Narbona Arnaldo Amalric (si bien, según su propio testimonio, se colocaría más retrasado),[24]​ los escasos ultramontanos restantes, voluntarios leoneses (entre otros Sancho Fernández de León, según el Tudense en su Chronicon mundi y otras posteriores, como la Crónica de veinte reyes y la Crónica de Castilla, hijo del rey de León Fernando II),[25]​ portugueses y otros caballeros jóvenes. En el flanco izquierdo se posicionó el rey de Aragón Pedro II, y a su vanguardia pudo estar su sobrino Nuño Sánchez (que había sido armado caballero antes de la batalla) y García Romeu, aunque otras fuentes los sitúan en la medianera o la zaga (como Jerónimo Zurita),[26]​ junto a su rey.

Ocupando el centro del haz medianero se situaron los caballeros de las órdenes militares (santiaguistas, templarios, hospitalarios, calatravos comandados por Pedro Arias, Gómez Ramírez, Gutierre Ramírez y Rodrigo Díaz de Yanguas, respectivamente), junto con otras mesnadas de magnates castellanos y milicias concejiles de Toledo, Valladolid, Soria o Cuenca, entre otras. Fue dirigido por Gonzalo Núñez, de la Casa de Lara. Otros señores de Castilla destacados fueron el portaestandarte del rey de Castilla Álvaro Núñez y Fernando Núñez, el mayor de los tres hijos de Nuño Pérez de Lara presentes en la contienda. Rodrigo Díaz, del linaje de los Cameros, comandaba el costado derecho del cuerpo central, donde luchó su hermano Álvaro Díaz. De los Girón destaca el mayordomo real Gonzalo Ruiz, que combatió con sus hermanos Pedro, Nuño y, posiblemente, Álvaro.

 
Hugo IV de Ampurias con Pedro Maza durante la conquista de Mallorca. Hugo IV, del Condado de Ampurias, rindió vasallaje a Pedro II de Aragón en 1210 y marchó con él a la campaña de Las Navas. Tanto la Cronica de Castilla (c. 1300) como Zurita citan al aragonés Pedro Maza combatiendo en esta batalla con el conde Hugo.[27][26][28]

Todo el flanco izquierdo lo ocupó, dividido en vanguardia, medianera y retaguardia, el ejército de Pedro II de Aragón, reforzado por infantería y ballesteros, y con milicias concejiles y de otros señores, como el conde de Urgel Guerau IV de Cabrera, el de Ampurias Hugo IV (posteriormente comandante de Jaime I en la conquista de Mallorca), Sancho I de Cerdaña (hermano menor de los reyes Alfonso II de Aragón y Pedro II), el mayordomo real y quizá también alférez Miguel de Luesia, Artal de Foces, Rodrigo de Lizana, Jimeno de Aibar, el vizconde de Cardona Guillem I (y su hijo Ramón Folc o Ramón Fulcón), Guillem IV de Cervera (y su hijo Ramón de Cervera o Ramón de Ponteves), Guillem Aguiló de Tarragona, Lope Martínez de Luna[29]​ o Lope Ferrench de Luna[30][31]​ (Lope Fernández en las fuentes castellanas) de Luna, Arnaldo (o Arnal) de Alascaún, Blasco Romeo o Romeu (quizá pariente de García Romeu), Pedro de Ahones, Martín de Caneto o Blasco de Alagón entre otros ricoshombres. García Romeu (Romero en las fuentes castellanas), dirigió la vanguardia, al costado izquierdo de la castellana, mientras que Aznar Pardo y Simón Cornel comandaron los costados del haz central, y Jimeno Cornel (o Ximén) el núcleo. Entre los prelados, que previsiblemente se situaron en retaguardia junto al rey, se citan al recién elegido obispo de Barcelona, Berenguer de Palou, y al de Tarazona, García Frontín I.

El flanco derecho del ejército cristiano lo sostuvo Sancho VII el Fuerte de Navarra (llamado así por su gran estatura, que se ha calculado en torno a los 220 cm) con los caballeros navarros y las milicias concejiles castellanas de Ávila, Segovia y Medina del Campo, entre otras fuerzas. Entre las potestades que componían su séquito se citan (aunque en crónicas castellanas tardías) su alférez Gómez Garceiz de Agoncillo, García Almoravid, Pedro Martínez de Lehet y Pedro García de Arróniz.[32]

En la retaguardia se situaron los reyes al frente de sus mesnadas reales. En el centro Alfonso VIII dirigiendo toda la estrategia, con los caballeros de su curia real y las tropas del arzobispo de Toledo Jiménez de Rada y los obispos de las principales sedes castellanas: Tello Téllez de Meneses de Palencia, quien combatió junto con sus hermanos Alfonso y Suero), Rodrigo de Sigüenza, Melendo de Osma, Bricio de Plasencia, Pedro Instancio de Ávila, Juan Maté de Burgos y Juan García de Agoncillo de Calahorra.[33][34][35]

El grueso de las tropas almohades provenían de los territorios de al-Ándalus y soldados bereberes del norte de África, además de la guardia real, tropa de élite que rodeaba el corral de Miramamolín, compuesta fundamentalmente por fornidos subsaharianos. También situó a los voluntarios en la vanguardia, que eran los más predispuestos para el sacrificio de la yihad, y con ellos formaba la caballería ligera, las tropas de más movilidad, que podían usar venablos o arcos, incluso desde la caballería ligera, como los arqueros a caballo kurdos, y ballestas. Tras los voluntarios yihadistas colocó los cuerpos centrales del ejército: tanto de origen magrebí como andalusí. Las tropas andalusíes contaban con una caballería más similar a la cristiana, una caballería pesada, producto del contacto tecnológico en las guerras peninsulares desde hacía largo tiempo. Finalmente, los cuerpos de élite en la retaguardia, y por último, el palenque de An-Nasir, una estructura fortificada con cestos de flechas e incluso animales (camellos, bestias de carga) y otros elementos defensivos; todo el recinto estaba protegido por filas de arqueros, lanceros y ballesteros. Finalmente un cuerpo de guardia de hombres de gran envergadura física (la célebre «Guardia Negra» formada en falange con grandes picas apoyadas en el suelo), con arqueros y ballesteros de refuerzo.[34]

Desarrollo

Tras una carga de la primera línea de las tropas cristianas, capitaneadas por el vizcaíno don Diego López II de Haro, que hicieron huir a la vanguardia de voluntarios musulmanes, los almohades, que doblaban ampliamente en número a los cristianos, realizan la misma táctica que años antes les había dado tanta gloria. La caballería ligera y los arqueros de la vanguardia, poco armados pero ligeros, simulan una retirada inicial frente a la carga para contraatacar luego, táctica de los ejércitos islámicos conocida como tornafuye, con el apoyo final del grueso de sus fuerzas de élite en el centro. A su vez, desde los flancos de caballería ligera almohade, equipada con arco, tratan de dañar a los atacantes realizando una excelente labor de desgaste y, finalmente, las haces centrales andalusíes y bereberes rematarían la maniobra envolviendo al ejército cristiano gracias a su mayor número de tropas. Recordando la batalla de Alarcos, era de esperar esa táctica por parte de los almohades.

 
Monumento a la batalla de Las Navas de Tolosa (La Carolina, Jaén)

Sin embargo, ante el peligro de verse rodeados por el enorme ejército almohade, Diego López II de Haro ordenó en este caso estabilizar el haz y mantener una línea de frente sin internarse excesivamente en el ejército enemigo persiguiendo a los fugitivos voluntarios y a la caballería ligera. En ese momento, el haz central del ejército almohade avanzó hacia la línea de López de Haro, que comenzaba a flaquear ante la duración del esfuerzo anterior y el hecho de que su avance había sido en subida. Mientras, la caballería andalusí comenzó el movimiento envolvente. Este punto crítico de la batalla sucedió al mediodía, y se mantuvo con movimientos de ataque y contraataque a lo largo de bastante tiempo sin que la iniciativa se decantara claramente por ninguno de los bandos. Posiblemente, en un momento de la batalla, el avance y la maniobra envolvente desde los flancos de las tropas almohades estuvieron a punto de decidir la victoria.

En ese punto Alfonso VIII ordena rechazar los avances por los flancos del enemigo, para sostener un haz central sólido. Es entonces cuando entraría en juego el grueso de la caballería cristiana, quizá la aragonesa por el flanco izquierdo y la navarra y concejil por el derecho, o incluso con un movimiento de la caballería castellana hacia el flanco más débil. En todo caso, el bando cristiano consiguió detener a los musulmanes en los flancos y estabilizar de nuevo las haces.

Finalmente, ya entrada la tarde, Alfonso VIII ordenó el avance en bloque de toda la retaguardia cristiana, poniendo en combate la mejor parte de sus tropas, la caballería pesada y todo el resto del ejército en un esfuerzo de avance intenso que hizo ceder la estabilidad de las líneas islámicas hasta obligarlas a su retirada. Cuando se produjo la desbandada, la multitud de efectivos musulmanes agravó la situación y los cristianos lograron acceder hasta el real de An-Nasir, de donde tuvo que huir precipitadamente. Según las fuentes más fiables, la ocupación del palenque se llevó a cabo prácticamente a un tiempo por parte de castellanos por la derecha y aragoneses por la izquierda, por lo que la leyenda de que fue el rey de Navarra quien accedió el primero al real almohade ha de ser rechazada. Esta leyenda es una recreación posterior que sirvió para dar origen a las cadenas del escudo de Navarra. Como se ha visto, el real no estaba fortificado por cadenas, sino que era un elemento que en ocasiones utilizaba la guardia personal del califa para que no tuvieran la tentación de huir, aunque este aspecto pudo ser ocasional y hasta legendario, pues difícilmente se puede pensar en que un cuerpo de élite vaya encadenado, ya que disminuiría mucho su capacidad para el combate.[cita requerida]

Tras la retirada almohade, el ejército cristiano emprendió la persecución hasta la caída del sol, movimiento final habitual que servía para adquirir el botín de guerra. El alcance (o persecución) se extendió por espacio de unos veinte o veinticinco kilómetros.[36]

La precipitada huida a Jaén de An-Nasir proporcionó a los cristianos un ingente botín de guerra. De este botín la leyenda propagó que se conserva el pendón de Las Navas de Tolosa en el monasterio de Las Huelgas en Burgos. Sin embargo, el célebre pendón de las Navas de Tolosa fue un trofeo conseguido por Fernando III de Castilla en la conquista del valle del Guadalquivir a mediados del siglo XIII.[37][38]

Consecuencias

 
Grabado del siglo XIX de la batalla

Las consecuencias de esta batalla fueron decisivas. Aunque no supuso el fin del Imperio almohade, la derrota militar conllevó un significativo declive de los almohades en la península ibérica y el Magreb la década posterior. También dio un impulso a las conquistas cristianas posteriores. El mismo Alfonso VIII conquistó después en la batalla de Úbeda, en ese mismo año, Úbeda y Baeza, llaves de la cuenca del Guadalquivir. A partir de entonces, el nieto de Alfonso VIII, Fernando III de Castilla, tomó Córdoba en 1236, Jaén en 1246 y Sevilla en 1248; luego se apoderó de Arcos, Medina Sidonia y Jerez, y su hijo Alfonso X el Sabio de Cádiz en 1265. En 1252, Fernando preparaba su flota y ejército para la invasión de las tierras almohades en África. Pero murió en Sevilla el 30 de mayo de 1252, durante un brote de peste en el sur de España. Solo la muerte de Fernando impidió que los castellanos llevaran la guerra a los almohades en la costa mediterránea. Jaime I de Aragón conquistó las Islas Baleares (desde 1228 en los siguientes cuatro años) y Valencia (la ciudad capituló el 28 de septiembre de 1238).

En 1252 el imperio almohade estaba casi acabado, a merced de otra potencia africana emergente. En 1269, una nueva asociación de tribus africanas, los meriníes, tomó el control del Magreb, y la mayor parte del antiguo imperio almohade estaba bajo su dominio. Más tarde, los meriníes trataron de recuperar los antiguos territorios almohades en Iberia, pero fueron definitivamente derrotados por Alfonso XI de Castilla y Alfonso IV de Portugal en la Batalla del Salado, el último gran encuentro militar entre grandes ejércitos cristianos y musulmanes en España.

Las consecuencias inmediatas de la batalla fueron: los cristianos obtuvieron el control de algunos pasos de Sierra Morena, los castillos de Vilches, Ferral, Baños de la Encina y Tolosa. La adquisición de Baeza se debió a que había sido abandonada por los musulmanes, y en lugar de ocuparla inmediatamente, la destruyeron. Úbeda fue conquistada por asedio, pero los cristianos la tuvieron que abandonar pasados pocos días.[39]

La fortaleza de Calatrava la Nueva, perteneciente al término de Aldea del Rey, fue construida por los Caballeros de la Orden de Calatrava, utilizando prisioneros musulmanes de la batalla de Las Navas de Tolosa, entre 1213 y 1217. Llevaron a cabo un arduo proceso de reevangelización del territorio que comprendía la construcción de nuevos templos y santuarios y la reconstrucción de los primitivos edificios visigodos, como el santuario de Santa María del Monte de Bolaños de Calatrava.

Por otro lado supuso el dominio definitivo de la llanura manchega con la posterior conquista de la fortaleza de Alcaraz un año después.

Leyendas tardías

 
Caballería en una biblia ilustrada navarra de 1197. Se aprecia el arzón en la parte trasera de la silla de montar, que servía para sujetar al caballero en las cargas de caballería, en las que se arremetía al enemigo con una pesada lanza, táctica que se consolidó en el siglo XIII.

Son fuentes tardías las que transmiten que el rey Sancho VII de Navarra aprovechó que la milicia había trabado combate a su flanco para dirigirse directamente hacia Al-Nasir. Según estas tradiciones, los doscientos caballeros navarros, junto con parte de su flanco, atravesaron su última defensa, los im-esebelen, una tropa escogida especialmente por su bravura que se enterraban en el suelo o se anclaban con cadenas para mostrar que no iban a huir. En realidad la Guardia Negra del emir An-Nasir estaba armada con picas, o hastas, con las que creaban una especie de falange para defender el real almohade, pero no es seguro que estuvieran encadenados, como afirman las leyendas posteriores. Según esta leyenda la unidad navarra fue la primera en romper las cadenas (suponiendo que el palenque estuviera rodeado de cadenas) y pasar la empalizada, lo que explicaba la incorporación de cadenas al escudo de Navarra.[40]

Estas crónicas legendarias relatan que en recuerdo de su gesta, el rey de Navarra incorporó las cadenas a su escudo de armas, cadenas que posteriormente también se añadieron en el cuartel inferior derecho del escudo de España. Sin embargo, está demostrado que Sancho VII no cambió de escudo después de la batalla. El origen del escudo de Navarra en realidad está en la bloca y refuerzos metálicos que solían incorporar los escudos almendrados del siglo XII, y de la que hay ejemplos anteriores; según Tomás Urzainki se puede encontrar en la iglesia de San Miguel de Estella (1160), en un relieve de la catedral de Chartres (1164) y en miniaturas de la Biblia de Pamplona (1189); el escudo blocado aparece en los sellos de los reyes Sancho VI el Sabio y Teobaldo I de Navarra, además de en los del conde de Barcelona Ramón Berenguer IV, y con el tiempo fue evolucionando y dando lugar a la leyenda.

La batalla en la cultura popular

En Burgos se festeja cada año la fiesta del Curpillos en conmemoración a esta batalla.

Iconografía

La batalla ha sido tema tratado en la pintura de historia, con obras de Francisco de Paula Van Halen (Batalla de Las Navas de Tolosa),[41]Antonio Casanova y Estorach (Alfonso VIII arengando a sus tropas antes de la batalla de las Navas de Tolosa)[42]​ y Marceliano Santa María (El triunfo de la Santa cruz)[42]​ entre otros.[43]​ Hay también una escultura en bronce, por Jacinto Higueras Fuentes (Monumento a las Batallas de las Navas de Tolosa y Bailén).[44]

Véase también

Referencias

Notas

  1. Alvira Cabrer, Las Navas de Tolosa, 1212: idea, liturgia y memoria de la batalla, Sílex, Madrid, 2012, pp. 330-332 y Guerra e ideología en la España medieval: cultura y actitudes históricas ante el giro de principios del siglo XIII: batallas de las Navas de Tolosa (1212) y Muret (1213), el 4 de marzo de 2016 en Wayback Machine. Madrid, Universidad Complutense, 2000, pp. 192, 196 y 484.
  2. García Fitz, Francisco. «La batalla de Las Navas de Tolosa: el impacto de un acontecimiento extraordinario», en Patrice Cressier y Vicente Salvatierra (eds.), Las Navas de Tolosa, 1212-2012. Miradas cruzadas, Universidad de Jaén, 2014. ISBN 978-84-8439-830-1.
  3. Nafziger, George F. y Mark W. Walton (en inglés). Islam at War: A History, pp. 86-7. Greenwood Publishing Group, 2003. En Google Books. Consultado el 12 de octubre de 2018.
  4. DK (2009). War. Dorling Kindersley Limited. p. 383. 
  5. García Fitz, Francisco Las Navas de Tolosa, Barcelona, Ariel, 2012 (1ª ed. 2005). Edición conmemorativa del 800 aniversario, pág. 490.
  6. Heath, Ian. Armies of Feudal Europe 1066-1300 (en inglés). p. 123. ISBN 9781326686215. 
  7. Bressler, Richard (2018). The Thirteenth Century: A World History. Jefferson, North Carolina: McFarland & Company, Inc. ISBN 978-1-4766-3323-7. 
  8. Eggenberger, David (2012). An Encyclopedia of Battles: Accounts of Over 1,560 Battles from 1479 B.C. to the Present (en inglés). Courier Corporation. p. 232. ISBN 9780486142012. 
  9. A partir de la pérdida del castillo de Salvatierra, Alfonso VIII tomó la decisión de enfrentarse a los almohades en batalla campal, según testimonios contemporáneos y testigos de los hechos, como Rodrigo Jiménez de Rada, Juan de Soria o Lucas de Tuy; véase García Fitz (2012:86-87).
  10. José Fernández Llamazares reproduce la carta enviada por el papa al rey de Castilla, exhortándolo a llevar a cabo la cruzada: Historia de la bula de la Santa Cruzada (1859), págs. 28-33.
  11. García Fitz (2012:184-201).
  12. García Fitz (2012:224).
  13. Alvira Cabrer (2012:330).
  14. García Fitz (2012:476-491; cf. especialmente p. 483).
  15. Crónica de veinte reyes, lib. XIII, cap. XXVIII
  16. Crónica ocampiana, cap. DCCLIX
  17. Carta de Alfonso VIII
  18. Crónica latina de los reyes de Castilla, 21-22, 61-66.
  19. . Archivado desde el original el 4 de marzo de 2016. Consultado el 7 de julio de 2014. 
  20. García Fitz (2012:275-359).
  21. García Fitz (2012:218-224).
  22. . Archivado desde el original el 4 de marzo de 2016. Consultado el 7 de julio de 2014. 
  23. Sobre la disputa acerca de la identidad del pastor, véase la discusión habida entre Gaspar Ibáñez de Segovia de Mondéjar (Memorias históricas de la vida y acciones del rey D. Alonso el Noble, 1783, págs. 333 y ss.), Manuel Rosell (Apología en defensa de la aparición de San Isidro en la batalla de las Navas, 1791), Juan Antonio Pellicer (Carta histórico-apologética que en defensa del marqués de Mondexar examina de nuevo la aparición de San Isidro en la batalla de las Navas de Tolosa, 1793), y nuevamente Rosell (Adiciones a la disertación sobre la aparición de S. Isidro, 1794).
  24. Según testimonio recogido en la Carta de la reina Berenguela:
    [...] la posición del arzobispo de Narbona en vanguardia del ejército es dudosa según su propio testimonio: «Nosotros al ver a los cristianos en fuga comenzamos a recorrer el ejército y a exhortar a los fugitivos a detenerse»
    (CARTA [de la reina Berenguela], ed. HUICI, Navas de Tolosa, Fuentes cristianas, ap. III, pág. 173), apud Alvira Cabrer, Guerra e ideología..., 2000, pág. 449.
  25. . Archivado desde el original el 4 de marzo de 2016. Consultado el 7 de julio de 2014. 
  26. Jerónimo Zurita (1562), Anales de la Corona de Aragón, Ángel Canellas López (ed. lit.), lib. II, cap. LXI. «De la gran batalla de Úbeda». Edición electrónica de José Javier Iso (coord.), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero:
    Cómo ordenó su ejército el de Aragón para batalla. Cuando los reyes se acercaron a los enemigos que se pusieron en la sierra junto a las Navas, ordenó el rey de Aragón su ejército. Y en la delantera estuvo don García Romeu —que fue uno de los muy señalados caballeros que hubo en sus tiempos—; y en las batallas de medio, en el un lado iban con él un escuadrón don Jimeno Cornel, don Aznar Pardo, don Artal de Foces y don Atorella; y con la otra batalla al otro lado iba —según en una historia antigua parece— don Pedro Maza. En la retaguardia se puso el rey; y con él estuvieron el conde don Sancho y don Nuño Sánchez su hijo que se armó aquel día caballero novel, y el conde de Ampurias y don Miguel de Luesia que llevaba el estandarte real y los más caballeros de su casa y corte y el conde don Suero.
    J. Zurita, Anales de la Corona de Aragón, 1562, l. II, cap. LXI.
  27. Crónica de Castilla, ed. de Rochwert-Zuili, 2010, cap. VIII, sección 16, párrafo 65.
  28. . Archivado desde el original el 4 de marzo de 2016. Consultado el 7 de julio de 2014. 
  29. Juan Manuel Palacios Sánchez, «El célebre y caballeroso linaje de los Luna, en su entronque con el señorío de la villa riojana de Cornago y la ilustre familia aragonesa de los Fantoni y Benedi», Berceo, n.º 98, 1980 , págs. 55-78; citado en pág. 61. ISSN 0210-8550
  30. Moxó y de Montoliu, Francisco de (1990). La Casa de Luna (1276-1348): factor político y lazos de sangre en la ascensión de un linaje aragonés. Münster, Westfalen : Aschendorffsche Verlagsbuchhandlung. ISBN 3-402-05825-1.  pág. 60: «Artal de Luna, hijo de Lope Ferrench el de las Navas y de su mujer Toda Pérez de Azagra».
  31. Jerónimo Zurita (1562), Anales de la Corona de Aragón, Ángel Canellas López (ed. lit.), lib. II, cap. LXI.
  32. García Fitz (2012:210).
  33. Alvira Cabrer, Guerra e ideología..., 2000, pág. 446. el 4 de marzo de 2016 en Wayback Machine.
  34. Alvira Cabrer (2012:228-237).
  35. García Fitz (2012:183-241 y 499-528).
  36. Alvira Cabrer (2012:267-292).
  37. «Pendón de las Navas de Tolosa» el 1 de agosto de 2016 en Wayback Machine., Qantara.
  38. Centro Virtual Cervantes (CVC). El camino de Santiago. Quinta etapa.
  39. García Fitz (2012:76-77).
  40. Puesto ya en duda por Ambrosio Huici Miranda en 1912, tal como refleja Iñaki Iriarte López: Saltus y Ager Vasconum. Cultura y política en Navarra (1870-1960) tesis doctoral en concreto capítulo 5. Relatos de guerra: La fiereza de los antepasados y el sacrificio de Navarra el epígrafe: Interludio I. La impertinencia de Ambrosio Huici Miranda para descarga del capítulo cinco, ver páginas 49-52.
  41. «Halen y Gil, Francisco de Paula van.» Fundación de Amigos del Museo del Prado. Consultado el 16 de julio de 2016.
  42. Arias Anglés, Enrique. Del Neoclasicismo al Impresionismo, pág. 283. Ediciones AKAL, 1999. En Google Books. Consultado el 16 de julio de 2016.
  43. Jose María Muruzabal
  44. «Higueras Fuentes, Jacinto.» Fundación de Amigos del Museo del Prado. Consultado el 16 de julio del 2016.

Bibliografía

  • Alvira Cabrer, Martín, Guerra e ideología en la España medieval: cultura y actitudes históricas ante el giro de principios del siglo XIII: batallas de las Navas de Tolosa (1212) y Muret (1213) el 4 de marzo de 2016 en Wayback Machine., Madrid, Universidad Complutense, 2003. Tesis doctoral presentada en el año 2000. ISBN 978-84-669-1035-4
  • Las Navas de Tolosa, 1212: idea, liturgia y memoria de la batalla, Madrid, Sílex, 2012. ISBN 978-84-7737-721-4
  • Batista González, Juan, «De Covadonga a Las Navas de Tolosa», España estratégica. Guerra y diplomacia en la historia de España, cap. 4, Madrid, Sílex, 2007. ISBN 978-84-7737-183-0
  • Crónica de Castilla, ed. lit. Patricia Rochwert-Zuili, París, Séminaire d’études médiévales hispaniques de Paris-Sorbonne, 2010. Edición digital en Les Livres d'e-Spania. . Cap. VIII. «Alfonso VIII en Castilla, Alfonso IX en León». Véase la versión de la batalla, que puede leerse desde § 11. «Cuenta la estoria que el infante don Fernando». ISBN 978-2-919448-00-5
  • García Fitz, Francisco, Las Navas de Tolosa, Barcelona, Ariel, 2005 (Grandes Batallas). ISBN 978-84-344-6795-8; reeditado en 2012 (edición VIII centenario). ISBN 978-84-344-0056-6
  • — «La batalla de Las Navas de Tolosa: el impacto de un acontecimiento extraordinario», en Patrice Cressier y Vicente Salvatierra (eds.), Las Navas de Tolosa, 1212-2012. Miradas cruzadas, Universidad de Jaén, 2014, págs. 11-36. ISBN 978-84-8439-830-1
  • Huici Miranda, Ambrosio, Las grandes batallas de la reconquista durante las invasiones africanas, Universidad de Granada, 2000. ISBN 84-338-2659-X Reproduce su clásica obra «Estudio sobre la campaña de las Navas de Tolosa», publicado en Anales del Instituto General y Técnico de Valencia, vol. I, Valencia, 1916, págs. 1-196. Reeditado también en Estudio sobre la campaña de Las Navas de Tolosa, ed. de Roldán Jimeno Aranguren, Pamplona, Pamiela, 2011 (Ensayo y Testimonio, 121). ISBN 978-84-7681-700-1
  • Rosado Llamas, María Dolores y Manuel Gabriel López Payer, La batalla de las Navas de Tolosa: historia y mito, Jaén, Caja Rural, 2001. ISBN 84-699-6793-2. Reeditado en 2012.
  • Vara Thorbeck, Carlos, El lunes de Las Navas, Universidad de Jaén, 1999. Reeditado en Las Navas de Tolosa, 1212. La batalla que decidió la Reconquista, Barcelona, Edhasa, 2012.

Enlaces externos

  •   Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre la Batalla de Las Navas de Tolosa.

Multimedia

  • El lunes de Las Navas. Vídeo según idea y guion de Carlos Vara Thorbeck. La aventura de la historia. Universidad de Málaga.
  • Francisco de Paula Van Halen, La batalla de Las Navas de Tolosa, 1864. Museo del Prado.

Textos

  • Las Navas de Tolosa. Universidad de Navarra.
  • Carlos Vara Thorbeck, «Las Navas de Tolosa: una batalla decisiva en la historia de España», Anuario de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, ISSN-e 1887-0953, n.º 5, 2005, págs. 61-74.
  • Miguel Ángel Ladero Quesada, «1212: Las Navas de Tolosa», Nueva Revista de Política Cultura y Arte, n.º 138. Junio de 2012.


  •   Datos: Q219697
  •   Multimedia: Battle of Las Navas de Tolosa

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La batalla de las Navas de Tolosa llamada en la historiografia arabe batalla de Al Iqab batalla del castigo معركة العقاب y en la cristiana tambien batalla de Ubeda enfrento el 16 de julio de 1212 a un ejercito aliado cristiano formado en gran parte por tropas castellanas de Alfonso VIII de Castilla aragonesas de Pedro II de Aragon navarras de Sancho VII de Navarra y voluntarios del Reino de Leon y del Reino de Portugal contra el ejercito numericamente superior del califa almohade Muhammad an Nasir en las inmediaciones de la localidad jienense de Santa Elena Se saldo con la victoria de las tropas cristianas y esta considerada como una de las batallas mas importantes de la Reconquista Batalla de las Navas de TolosaReconquistaBatalla de Las Navas de Tolosa oleo de Van Halen expuesto en el palacio del Senado Madrid FechaLunes entre 15 y 16 de julio de 1212LugarActual Santa Elena Jaen EspanaCoordenadas38 20 35 N 3 32 57 O 38 343 3 5490277777778ResultadoVictoria cristiana BeligerantesReino de Castilla Corona de Aragon Reino de Navarra Orden de Santiago Orden de Calatrava Caballeros templarios Caballeros Hospitalarios Narbona Voluntarios franceses Voluntarios leoneses Voluntarios portugueses Voluntarios occitanos Califato almohade y tropas de los reinos taifas anexionados ComandantesAlfonso VIII de Castilla Rodrigo Jimenez de Rada Diego II de Haro Lope Diaz de Haro Fernan Gutierrez de Castro Sancho Fernandez de Leon Pedro Arias Gomez Ramirez Gutierre Armillez Rodrigo Diaz de Yanguas Rodrigo Diaz de los Camperos Alvaro Diaz de los Cameros Fernando Nunez de Lara Gonzalo Nunez de Lara Garcia Almoravid el Viejo Gonzalo Ruiz Giron Pedro II de Aragon Nuno Sanchez Sancho I de Cerdana Jimeno Cornel Hugo IV de Ampurias Guerau IV de Cabrera Sancho VII de Navarra Muhammad an NasirFuerzas en combate 10 000 14 000 1 4 000 caballeros y 8 000 peones 2 10 000 caballeros espanoles y 50 000 peones 3 60 000 80 000 4 20 000 30 000 1 5 100 000 200 000 4 3 Bajas25 30 muertos 6 7 60 000 150 000 muertos 4 3 6 8 editar datos en Wikidata Fue iniciativa de Alfonso VIII entablar una gran batalla contra los almohades tras haber sufrido la derrota de Alarcos en 1195 3 Para ello solicito apoyo al Papa Inocencio III para favorecer la participacion del resto de los reinos cristianos de la peninsula iberica y la predicacion de una cruzada por la cristiandad prometiendo el perdon de los pecados a los que lucharan en ella todo ello con la intercesion del arzobispo de Toledo Rodrigo Jimenez de Rada Saldada con victoria del bando cristiano fue considerada por las relaciones de la batalla inmediatamente posteriores las cronicas y gran parte de la historiografia como el punto culminante de la Reconquista y el inicio de la decadencia de la presencia musulmana en la peninsula iberica aunque en la realidad historica las consecuencias militares y estrategicas fueron limitadas y la conquista del valle del Guadalquivir no se iniciaria hasta pasadas unas tres decadas Indice 1 Antecedentes 1 1 Fuerzas cristianas 1 2 Fuerzas musulmanas 1 3 Movimientos previos 2 La batalla 2 1 Disposicion 2 2 Desarrollo 3 Consecuencias 4 Leyendas tardias 5 La batalla en la cultura popular 6 Iconografia 7 Vease tambien 8 Referencias 8 1 Notas 8 2 Bibliografia 9 Enlaces externos 9 1 Multimedia 9 2 TextosAntecedentes Editar El papa Inocencio III concedio el caracter de cruzada al encuentro de las Navas de Tolosa para facilitar el refuerzo de las tropas hispanicas con caballeros de toda Europa En esta imagen del siglo XIII aparece cabalgando Alfonso VIII de Castilla concibio posiblemente tras la perdida del castillo de Salvatierra que era una posicion avanzada de la orden de Calatrava en territorio almohade la idea de librar una batalla decisiva contra el emir almohade Muhammad an Nasir llamado Miramamolin por las fuentes cristianas por adaptacion fonetica de su sobrenombre de Amir al Mu minin principe de los creyentes en arabe Para poder enfrentarse al Imperio almohade rompio la tregua que mantenia hasta entonces con el procuro la colaboracion de todos los reinos cristianos de la peninsula iberica y consiguio el apoyo de Pedro II de Aragon y con mas dificultades el de Sancho VII de Navarra que tardo en incorporarse a la hueste 9 Comenzo los preparativos en 1211 ano en que empezo a movilizar tropas y congregarlas en Toledo que era el punto de reunion de todo el contingente Ademas solicito del papa Inocencio III la consideracion de cruzada 10 para recabar caballeros de toda Europa especialmente de Francia Para estos preparativos diplomaticos contaba con el arzobispo de Toledo Rodrigo Jimenez de Rada Tras la derrota del rey castellano en la batalla de Alarcos 1195 y la caida del castillo de Salvatierra 1211 que habia tenido como consecuencia que los almohades empujaran la frontera hasta los Montes de Toledo viendo Alfonso VIII amenazada la propia ciudad de Toledo y el valle del Tajo el rey de Castilla queria resarcirse venciendo a los musulmanes en un combate decisivo y campal Habiendo fraguado diferentes alianzas con Aragon y Navarra con la mediacion del papa y de Jimenez de Rada y roto las distintas treguas que mantenia con los almohades se enfrento en 1212 contra el califa Fuerzas cristianas Editar El ejercito cristiano estaba formado por Las tropas castellanas al mando del rey Alfonso VIII de Castilla junto con varias milicias urbanas de concejos castellanos o milicias concejiles entre ellas las de Medina del Campo Valladolid Segovia Soria Avila Arevalo Almazan Medinaceli Bejar y San Esteban de Gormaz Constituian junto con las mesnadas de los senores entre 20 y 100 caballeros cada una dependiendo del poder de cada senor un gran ricohombre como el alferez de Castilla Alvaro Nunez de Lara podia llegar a contar con mas de 200 el grueso de las tropas cristianas Entre ellas destacaba la mesnada real que constituia la guardia personal del rey y los caballeros que formaban parte de su sequito habitual Las tropas de los reyes Sancho VII de Navarra y Pedro II de Aragon Entre las tropas del Pedro II de Aragon se encontraban los obispos de Barcelona Berenguer de Palou y Tarazona Garcia Frontin I asi como Sancho I de Cerdana Las tropas del rey de Aragon al ano siguiente lucharian en la batalla de Muret donde moriria entre otros el alferez real Miguel de Luesia Aproximadamente se congregaron mil caballeros del rey de Aragon y unos doscientos navarros El ejercito aragones no solo contaba con caballeros aragoneses sino que tambien acudieron de sus dominios occitanos entre ellos el conde Bernardo IV de Cominges Algunos caballeros portugueses y leoneses combatieron voluntariamente pero sus reyes Alfonso IX de Leon y Alfonso II de Portugal rechazaron el llamamiento de Alfonso VIII y el papa por conflictos entre ellos y con Castilla Por ello Alfonso VIII pidio la mediacion pontificia para evitar ser atacado por otros reinos peninsulares Inocencio III accedio y amenazo con la excomunion a todo aquel que se atreviera a violar la paz mientras los castellanos lucharan contra los musulmanes Este hecho contrasta con lo sucedido anos atras cuando el mismo papa habia obligado al monarca castellano sin exito a devolver esos castillos a Alfonso IX que eran los que causaban el litigio entre los reyes castellano y leones Alfonso VIII de Castilla y Leonor de Plantagenet entregan en 1174 el castillo de Ucles al Maestre de la Orden de Santiago Pedro Fernandez de Fuentecalada Magister P Ferrandi z Tumbo menor de Castilla Leyendas ALIENOR REGINA ALFONSUS REX MAGISTER P FERRANDI Z CASTELLUM DE UCLES QUIDAM FRATER Leonor reina Alfonso rey maestre P Fernandez castillo de Ucles y un fraile literalmente un hermano respectivamente Las tropas freires de las ordenes militares de Santiago Calatrava Temple y Hospital de San Juan Eran caballeros fuertemente pertrechados y especializados en la guerra que formaban parte de las fuerzas permanentes al servicio del ejercito cristiano No seria un gran numero de caballeros pero cada freire contaba con un escudero a caballo y uno o dos peones Un contingente de cien freires podia suponer un cuerpo de medio millar de efectivos en el combate Ademas su disciplina y jerarquizacion los convertia en una fuerza de elite que habitualmente se integraba en las grandes batallas en la mesnada real o militia regis que tenia como obligacion constituir la guardia personal del rey y estaba formada por los nobles del sequito regio Junto con los caballeros de las ordenes militares habria que incluir las guarniciones de los castillos que en gran parte estaban defendidos por freires de estas ordenes militares pero no solo por ellos Los castillos mas importantes y expuestos al ataque enemigo como los de Calatrava Consuegra o Ucles podian llegar a contar con una guarnicion de cincuenta caballeros a los que habria que anadir los peones con un numero total de 100 a 200 hombres Pero habia fortalezas guarnecidas por dos o tres caballeros y muchas estaban defendidas por una decena o dos de caballeros y medio centenar de hombres en total 11 Un gran numero de cruzados Alfonso VIII los cifra en 2000 aunque las fuentes medievales suelen exagerar provenientes de otros paises europeos o ultramontanos llamados asi por haber llegado desde mas alla de los Pirineos Estos guerreros en su mayoria franceses vinieron atraidos por el llamado del papa Inocencio III quien a su vez habia sido contactado por el arzobispo de Toledo Jimenez de Rada por encargo del rey de Castilla La mayor parte de ellos no llego a participar en la batalla ya que abandono el ejercito antes de entrar en liza Entre los convocados extranjeros figuraban tambien varios obispos como los de Nantes o Burdeos Quedaron unos 150 occitanos sobre todo con el arzobispo de Narbona Arnaldo Amalric cuya archidiocesis era una importante sede vinculada a la Corona de Aragon 12 Pese a que las cifras son inciertas quien mejor ha contribuido a esclarecer el numero de soldados en la batalla es Carlos Vara Thorbeck quien calculando el espacio que ocupo el campamento cristiano 2 5 hectareas llego a la conclusion de que el bando cristiano lo formaban aproximadamente 12 000 hombres Alvira Cabrer juzga esta cifra compatible con sus calculos similar a las que dan las fuentes de fines del siglo XIII razonable verosimil y aceptada por los trabajos mas recientes como el de Rosado y Lopez Payer 2001 o Garcia Fitz 2005 13 El numero de caballeros cristianos estaria entre 3500 y 5500 jinetes y de 7000 a 12 000 infantes segun las estimaciones de Martin Alvira Cabrer Garcia Fitz concluyo en 2014 que el numero de caballeros cristianos seria de alrededor de 4000 a los que acompanarian 8000 peones lo que suma un total de 12 000 efectivos Los musulmanes contarian con aproximadamente el doble de combatientes De todos modos era un numero extraordinario para una epoca en que los ejercitos cristianos no llegaban casi nunca a 3000 soldados un millar de caballeros y dos mil peones ya era un importante contingente pues lo normal es que las batallas medievales se dirimieran con unos centenares de caballeros por bando 2 Sello de Pedro II de Aragon 1196 1213 donde se le representa con lanza pendon escudo y gualdrapas del caballo ornamentadas con su senal real En cuanto al desglose del ejercito cristiano y ateniendose solo a las fuentes que ofrecen cifras creibles y concordantes con las estimaciones cientificas actuales el mayor numero de caballeros lo aportaba Castilla que contaria con aproximadamente el doble que Aragon tambien era muy nutrido con unos mil segun el consenso de los especialistas actuales En las fuentes cronisticas mas verosimiles para el contingente aragones se da una estimacion que va desde los 1300 caballeros de la Cronica ocampiana una de las cronicas de la familia alfonsi hasta los 1700 de la Cronica de veinte reyes Para los navarros se documentan cifras de 200 a 300 caballeros aunque la mayor parte de los estudiosos se decantan por la primera de las estimaciones El numero de ultramontanos venidos a Toledo se suele exagerar Las fuentes mas verosimiles ofrecen datos de entre 1000 Cronica latina de los reyes de Castilla y 2000 caballeros Carta de Alfonso VIII al papa Inocencio III Pero para resaltar la magnitud de la desercion y el valor de los reyes espanoles tras perder buena parte del ejercito minimizan la cantidad de caballeros que permanecieron que cifran entre 130 y 150 y por ello los historiadores tienden a quedarse con la mayor de estas cifras A estos numeros habria que sumar el de los caballeros villanos de las milicias concejiles cuyo armamento podia ser muy heterogeneo yendo desde caballeros de frontera equipados como los de linaje hasta tropas de caballeria ligera por la precariedad de su armamento Finalmente habria que sumar los caballeros de las ordenes militares que serian pocos unas decenas aunque bien armados y las milicias de los prelados que tambien dispondrian de caballeria concejil y altos aristocratas equipados como caballeria pesada Por cada caballero hay que sumar dependiendo de la posicion social entre uno y cuatro soldados mas que pueden llegar a ser un escudero a caballo y dos o tres peones en los casos de los ricoshombres de modo que podria estimarse el total de tropas como el triple aproximadamente del de caballeros Segun estos datos podria ofrecerse el siguiente cuadro sinoptico donde la primera cifra es la de las estimaciones medias o mas frecuentes de los estudiosos recientes y entre parentesis las mas veraces de entre las que aparecen en las fuentes indicandola a pie de pagina 14 Caballeros del ejercito cristiano Castilla Aragon Navarra Ultramontanos inicio Ultramontanos batalla 2000 2000 2300 15 16 1000 1300 16 1700 15 200 200 17 300 15 1500 1000 18 2000 17 150 130 15 150 17 Fuerzas musulmanas Editar La Historia de los hechos de Espana De rebus Hispaniae fue una historia de la peninsula iberica escrita en latin por el arzobispo de Toledo Rodrigo Jimenez de Rada en la primera mitad del siglo XIII por encargo del rey Fernando III el Santo El Toledano estuvo presente en la batalla y en toda la campana en la que tuvo un papel muy destacado por lo que su obra es una de las fuentes mas valoradas por los historiadores para conocer los sucesos del enfrentamiento de Las Navas de Tolosa El ejercito cristiano tenia un tamano ciertamente respetable pero el gran numero de tropas convocadas por el califa almohade Muhammad an Nasir Miramamolin para los cristianos hacia que pareciera pequeno a su lado Su tamano fue enormemente exagerado por las cronicas tanto cristianas como musulmanas 80 000 caballeros y peones sin cuenta segun Rodrigo Jimenez de Rada y las cronicas alfonsies la Carta de Alfonso VIII cifra los caballeros en 185 000 a los que Alberico de Trois Fontaines suma otros 925 000 jinetes ademas de incontables peones Al Maqqari por la parte islamica habla de 600 000 hombres 19 Frente a todas estas cifras irreales hoy en dia se tiende a cifrar su numero en poco mas de 20 000 efectivos Su composicion no era menos heterogenea que la de su oponente Ademas del ejercito regular que estaba profesionalizado y dependia del Estado se componia de levas temporales reclutamientos forzosos y de voluntarios yihadistas El ejercito regular estaba formado a su vez por diferentes etnias y tribus bereberes almoravides otras tribus bereberes arabes caballeria ligera especialistas en la tactica del tornafuye andalusies kurdos los agzaz la caballeria ligera de arqueros esclavos negros de la guardia personal del emir e incluso mercenarios cristianos como fue el caso de Pedro Fernandez el Castellano que combatio en el bando almohade en la batalla de Alarcos 1195 En primera linea se situaban los peones voluntarios encargados de entrar en combate los primeros contra las filas enemigas aunque su preparacion militar era muy irregular y su valor como tropa escaso Muchos acudian a la llamada desde la yihad o guerra santa de todos los rincones del mundo islamico Inmediatamente detras se situarian arqueros ballesteros ademas de peones armados con jabalinas y caballeria ligera que podia desplazarse con rapidez hacia los flancos y que tambien podia utilizar lanzas arrojadizas Un cuerpo fundamental era el contingente de arqueros a caballo kurdos conocidos como agzaz Esta unidad de mercenarios de elite habia llegado a la Peninsula tras haber sido capturados en lo que ahora es Libia durante la guerra que mantenian los almohades del Magreb con los ayubies de Egipto Todo este despliegue tenia como fin recibir la primera carga del enemigo y lanzar sobre el dardos El grueso del ejercito regular almohade formado por cuerpos heterogeneos se encontraba en una segunda linea o haz detras de los peones voluntarios con la potente caballeria andalusi cuyo armamento era similar al de los caballeros cristianos y la caballeria ligera almohade y arabe que habia sido muy eficaz contra los ejercitos cristianos maniobrando por los flancos La mayoria de sus veteranos y bien armados hombres procedian del noroeste de Africa pertenecian a tribus arabes y guerreaban con rapidos movimientos de caballeria En la retaguardia habia otro haz del ejercito regular almohade y tras el formando una apretada linea en torno a la tienda personal del sultan se encontraba la llamada Guardia Negra tambien denominados imesebelen integrada por soldados esclavos procedentes de zonas subsaharianas que protegian con sus grandes lanzas dispuestas hacia el enemigo y las conteras apoyadas o clavadas en el suelo el palenque o recinto fortificado mediante objetos del bagaje los recipientes de las flechas bestias de carga e incluso camellos en que se encontraba la tienda del emir La Guardia Negra era un cuerpo de elite que conformaba la guardia personal del emir y cuya mision era protegerlo hasta el final de la batalla Finalmente lo reforzaban arqueros y ballesteros En las Navas este dispositivo de la zaga del ejercito islamico se situo en una colina posiblemente el cerro de los Olivares lo que aumentaba la seguridad y permitia al califa una mayor visibilidad para seguir el curso de los acontecimientos de la batalla 20 Movimientos previos Editar El castillo de Calatrava de epoca almohade desde el este El foso seco en primer termino detras una torre albarrana El ejercito cristiano estaba citado en Toledo el dia de Pentecostes de 1212 20 de mayo y se puso en camino el 20 de junio avanzando hacia el sur al encuentro de las huestes almohades Durante la marcha inicial tras las tomas del castillo de Malagon y el de Calatrava se produjo la desercion de casi todos los ultramontanos y las causas aun estan por esclaracerse Segun testimonio de Alfonso VIII al papa Inocencio III se produjo por el calor y las incomodidades Otras fuentes como la relacion del abad de Trois Fontaines Alberico y las cronicas castellanas senalan que por no estar de acuerdo con la politica permisiva con la vida de los vencidos Las tropas ultramontanas ya habrian causado disturbios en Toledo Los cruzados habian pasado a cuchillo a toda la guarnicion de Malagon tras conquistarla cuando la costumbre habitual en Espana era forzar una capitulacion y permitir que los andalusies se marcharan e incluso que vivieran extramuros lo que permitia conservar la fuerza de trabajo maxime cuando escaseaban los repobladores cristianos En la posterior toma de la fortaleza de Calatrava Calatrava la Vieja Alfonso VIII habia pactado con los miembros de la guarnicion no matarlos en caso de que fueran vencidos impidiendo lo ocurrido tras la toma de Malagon Al Marrakusi historiador musulman corrobora la version de que fueron los franceses y gente de Cruzada en expresion de las cronicas quienes no aceptaron el trato y exigian que los matasen En principio habria que tener en cuenta el testimonio de la carta que Alfonso VIII escribio al papa explicando que el regreso de los cruzados se debio al desgaste fisico causado por el calor en gentes que solian vivir entre sombras en regiones templadas pero el rey castellano quiza no quiso mostrar excesiva disidencia con los cruzados convocados por la predicacion del papado Otra causa posible fue la impaciencia por encontrarse con el ejercito almohade ya que durante la marcha se estaban demorando demasiado en tomar fortificaciones y los ultramontanos temian que Alfonso VIII los estuviera utilizando para ampliar su reino en lugar de para acabar con los infieles almohades Segun el testimonio de Blanca de Castilla el rey de Castilla penso en aprovechar el gran ejercito reunido para atacar al de Leon y estos rumores se habrian propagado entre los cruzados En todo caso sin descartar el cansancio psiquico y fisico causado por el calor del verano del centro sur peninsular los caballeros estaban ataviados con gruesas telas y cotas de malla la falta de logistica que ocasiono numerosos problemas de abastecimiento e incluso hambre no parece suficiente causa para tamana desafeccion 21 Caballeria y peones luchando en una zona boscosa en una miniatura de las Cantigas de Santa Maria del rey Alfonso X el Sabio 1252 1284 Cantiga 106 La desercion de los ultramontanos fue masiva Solo eligieron quedarse unos 150 caballeros entre los cuales se pueden citar a varios nobles de la diocesis de Vienne y de la region de Poitou como Teobaldo de Blazon Thibaut de Blaison hijo del castellano Pedro Rodriguez de Guzman 22 en su mayor parte del Languedoc con el arzobispo de Narbona Arnaldo Amalric a la cabeza ya que muchos de sus senores eran vasallos o aliados de Pedro II de Aragon Mermo en buena medida las huestes cristianas pero el ejercito restante de unos 12 000 hombres seguia siendo uno de los mas grandes que se habian visto en la peninsula Aunque no muy numerosos despues de la conquista de Calatrava se anadieron 200 caballeros navarros dirigidos por Sancho VII Las tropas cristianas se encaminaron hacia la zona rasa en que se encontraban acantonados los musulmanes Es decir Navas de Tolosa o llanos de La Losa puntos cercanos a la localidad de Santa Elena donde se ha abierto un Centro de Interpretacion de la Batalla al noroeste de la provincia de Jaen La prevision era pues librar una gran batalla campal Sin embargo An Nasir decidio cortar el acceso del enemigo al valle y para ello situo hombres en puntos clave de forma tal que los cristianos quedaron rodeados por montanas y por tanto con una muy limitada capacidad de maniobra A pesar de todo los cristianos consiguieron superar la adversidad harian el movimiento de aproximacion al enemigo por el oeste a traves de un paso llamado Puerto del Rey que les permitio cruzar la sierra para luego ya en terreno llano marchar contra el rival Cuentan las cronicas castellanas que quien revelo a las tropas la existencia de esta senda fue un pastor local a quien algunos autores identifican con Martin Alhaja mientras que otros relatos atribuyen la revelacion del paso a San Isidro polemica que genero encendidos debates en el siglo XVIII 23 La batalla EditarDisposicion Editar Representacion moderna del sello de Sancho VII de Navarra su emblema personal no continuado como emblema heraldico por su linaje que adopto el escudo de Teobaldo I constituido por unos radios que semejaban a los refuerzos metalicos miniatura y bloca de los escudos del siglo XII El blason de la dinastia de Navarra solo adoptara valor emblematico a partir de 1260 con Teobaldo II Los ejercitos cristianos llegan el viernes 13 de julio de 1212 a Las Navas y se producen pequenas escaramuzas durante el sabado y domingo siguientes El lunes 16 de julio atacan a las huestes almohades Se dispusieron en tres haces o lineas de cuerpos de ejercito En el centro de la vanguardia se situo la hueste del senor de Vizcaya Diego Lopez II de Haro compuesta segun las cronicas por quinientos caballeros que incluia su mesnada senorial con su hijo Lope Diaz y otros parientes algunos caballeros cistercienses los occitanos al mando del arzobispo de Narbona Arnaldo Amalric si bien segun su propio testimonio se colocaria mas retrasado 24 los escasos ultramontanos restantes voluntarios leoneses entre otros Sancho Fernandez de Leon segun el Tudense en su Chronicon mundi y otras posteriores como la Cronica de veinte reyes y la Cronica de Castilla hijo del rey de Leon Fernando II 25 portugueses y otros caballeros jovenes En el flanco izquierdo se posiciono el rey de Aragon Pedro II y a su vanguardia pudo estar su sobrino Nuno Sanchez que habia sido armado caballero antes de la batalla y Garcia Romeu aunque otras fuentes los situan en la medianera o la zaga como Jeronimo Zurita 26 junto a su rey Ocupando el centro del haz medianero se situaron los caballeros de las ordenes militares santiaguistas templarios hospitalarios calatravos comandados por Pedro Arias Gomez Ramirez Gutierre Ramirez y Rodrigo Diaz de Yanguas respectivamente junto con otras mesnadas de magnates castellanos y milicias concejiles de Toledo Valladolid Soria o Cuenca entre otras Fue dirigido por Gonzalo Nunez de la Casa de Lara Otros senores de Castilla destacados fueron el portaestandarte del rey de Castilla Alvaro Nunez y Fernando Nunez el mayor de los tres hijos de Nuno Perez de Lara presentes en la contienda Rodrigo Diaz del linaje de los Cameros comandaba el costado derecho del cuerpo central donde lucho su hermano Alvaro Diaz De los Giron destaca el mayordomo real Gonzalo Ruiz que combatio con sus hermanos Pedro Nuno y posiblemente Alvaro Hugo IV de Ampurias con Pedro Maza durante la conquista de Mallorca Hugo IV del Condado de Ampurias rindio vasallaje a Pedro II de Aragon en 1210 y marcho con el a la campana de Las Navas Tanto la Cronica de Castilla c 1300 como Zurita citan al aragones Pedro Maza combatiendo en esta batalla con el conde Hugo 27 26 28 Todo el flanco izquierdo lo ocupo dividido en vanguardia medianera y retaguardia el ejercito de Pedro II de Aragon reforzado por infanteria y ballesteros y con milicias concejiles y de otros senores como el conde de Urgel Guerau IV de Cabrera el de Ampurias Hugo IV posteriormente comandante de Jaime I en la conquista de Mallorca Sancho I de Cerdana hermano menor de los reyes Alfonso II de Aragon y Pedro II el mayordomo real y quiza tambien alferez Miguel de Luesia Artal de Foces Rodrigo de Lizana Jimeno de Aibar el vizconde de Cardona Guillem I y su hijo Ramon Folc o Ramon Fulcon Guillem IV de Cervera y su hijo Ramon de Cervera o Ramon de Ponteves Guillem Aguilo de Tarragona Lope Martinez de Luna 29 o Lope Ferrench de Luna 30 31 Lope Fernandez en las fuentes castellanas de Luna Arnaldo o Arnal de Alascaun Blasco Romeo o Romeu quiza pariente de Garcia Romeu Pedro de Ahones Martin de Caneto o Blasco de Alagon entre otros ricoshombres Garcia Romeu Romero en las fuentes castellanas dirigio la vanguardia al costado izquierdo de la castellana mientras que Aznar Pardo y Simon Cornel comandaron los costados del haz central y Jimeno Cornel o Ximen el nucleo Entre los prelados que previsiblemente se situaron en retaguardia junto al rey se citan al recien elegido obispo de Barcelona Berenguer de Palou y al de Tarazona Garcia Frontin I El flanco derecho del ejercito cristiano lo sostuvo Sancho VII el Fuerte de Navarra llamado asi por su gran estatura que se ha calculado en torno a los 220 cm con los caballeros navarros y las milicias concejiles castellanas de Avila Segovia y Medina del Campo entre otras fuerzas Entre las potestades que componian su sequito se citan aunque en cronicas castellanas tardias su alferez Gomez Garceiz de Agoncillo Garcia Almoravid Pedro Martinez de Lehet y Pedro Garcia de Arroniz 32 En la retaguardia se situaron los reyes al frente de sus mesnadas reales En el centro Alfonso VIII dirigiendo toda la estrategia con los caballeros de su curia real y las tropas del arzobispo de Toledo Jimenez de Rada y los obispos de las principales sedes castellanas Tello Tellez de Meneses de Palencia quien combatio junto con sus hermanos Alfonso y Suero Rodrigo de Siguenza Melendo de Osma Bricio de Plasencia Pedro Instancio de Avila Juan Mate de Burgos y Juan Garcia de Agoncillo de Calahorra 33 34 35 El grueso de las tropas almohades provenian de los territorios de al Andalus y soldados bereberes del norte de Africa ademas de la guardia real tropa de elite que rodeaba el corral de Miramamolin compuesta fundamentalmente por fornidos subsaharianos Tambien situo a los voluntarios en la vanguardia que eran los mas predispuestos para el sacrificio de la yihad y con ellos formaba la caballeria ligera las tropas de mas movilidad que podian usar venablos o arcos incluso desde la caballeria ligera como los arqueros a caballo kurdos y ballestas Tras los voluntarios yihadistas coloco los cuerpos centrales del ejercito tanto de origen magrebi como andalusi Las tropas andalusies contaban con una caballeria mas similar a la cristiana una caballeria pesada producto del contacto tecnologico en las guerras peninsulares desde hacia largo tiempo Finalmente los cuerpos de elite en la retaguardia y por ultimo el palenque de An Nasir una estructura fortificada con cestos de flechas e incluso animales camellos bestias de carga y otros elementos defensivos todo el recinto estaba protegido por filas de arqueros lanceros y ballesteros Finalmente un cuerpo de guardia de hombres de gran envergadura fisica la celebre Guardia Negra formada en falange con grandes picas apoyadas en el suelo con arqueros y ballesteros de refuerzo 34 Desarrollo Editar Tras una carga de la primera linea de las tropas cristianas capitaneadas por el vizcaino don Diego Lopez II de Haro que hicieron huir a la vanguardia de voluntarios musulmanes los almohades que doblaban ampliamente en numero a los cristianos realizan la misma tactica que anos antes les habia dado tanta gloria La caballeria ligera y los arqueros de la vanguardia poco armados pero ligeros simulan una retirada inicial frente a la carga para contraatacar luego tactica de los ejercitos islamicos conocida como tornafuye con el apoyo final del grueso de sus fuerzas de elite en el centro A su vez desde los flancos de caballeria ligera almohade equipada con arco tratan de danar a los atacantes realizando una excelente labor de desgaste y finalmente las haces centrales andalusies y bereberes rematarian la maniobra envolviendo al ejercito cristiano gracias a su mayor numero de tropas Recordando la batalla de Alarcos era de esperar esa tactica por parte de los almohades Monumento a la batalla de Las Navas de Tolosa La Carolina Jaen Sin embargo ante el peligro de verse rodeados por el enorme ejercito almohade Diego Lopez II de Haro ordeno en este caso estabilizar el haz y mantener una linea de frente sin internarse excesivamente en el ejercito enemigo persiguiendo a los fugitivos voluntarios y a la caballeria ligera En ese momento el haz central del ejercito almohade avanzo hacia la linea de Lopez de Haro que comenzaba a flaquear ante la duracion del esfuerzo anterior y el hecho de que su avance habia sido en subida Mientras la caballeria andalusi comenzo el movimiento envolvente Este punto critico de la batalla sucedio al mediodia y se mantuvo con movimientos de ataque y contraataque a lo largo de bastante tiempo sin que la iniciativa se decantara claramente por ninguno de los bandos Posiblemente en un momento de la batalla el avance y la maniobra envolvente desde los flancos de las tropas almohades estuvieron a punto de decidir la victoria En ese punto Alfonso VIII ordena rechazar los avances por los flancos del enemigo para sostener un haz central solido Es entonces cuando entraria en juego el grueso de la caballeria cristiana quiza la aragonesa por el flanco izquierdo y la navarra y concejil por el derecho o incluso con un movimiento de la caballeria castellana hacia el flanco mas debil En todo caso el bando cristiano consiguio detener a los musulmanes en los flancos y estabilizar de nuevo las haces Finalmente ya entrada la tarde Alfonso VIII ordeno el avance en bloque de toda la retaguardia cristiana poniendo en combate la mejor parte de sus tropas la caballeria pesada y todo el resto del ejercito en un esfuerzo de avance intenso que hizo ceder la estabilidad de las lineas islamicas hasta obligarlas a su retirada Cuando se produjo la desbandada la multitud de efectivos musulmanes agravo la situacion y los cristianos lograron acceder hasta el real de An Nasir de donde tuvo que huir precipitadamente Segun las fuentes mas fiables la ocupacion del palenque se llevo a cabo practicamente a un tiempo por parte de castellanos por la derecha y aragoneses por la izquierda por lo que la leyenda de que fue el rey de Navarra quien accedio el primero al real almohade ha de ser rechazada Esta leyenda es una recreacion posterior que sirvio para dar origen a las cadenas del escudo de Navarra Como se ha visto el real no estaba fortificado por cadenas sino que era un elemento que en ocasiones utilizaba la guardia personal del califa para que no tuvieran la tentacion de huir aunque este aspecto pudo ser ocasional y hasta legendario pues dificilmente se puede pensar en que un cuerpo de elite vaya encadenado ya que disminuiria mucho su capacidad para el combate cita requerida Tras la retirada almohade el ejercito cristiano emprendio la persecucion hasta la caida del sol movimiento final habitual que servia para adquirir el botin de guerra El alcance o persecucion se extendio por espacio de unos veinte o veinticinco kilometros 36 La precipitada huida a Jaen de An Nasir proporciono a los cristianos un ingente botin de guerra De este botin la leyenda propago que se conserva el pendon de Las Navas de Tolosa en el monasterio de Las Huelgas en Burgos Sin embargo el celebre pendon de las Navas de Tolosa fue un trofeo conseguido por Fernando III de Castilla en la conquista del valle del Guadalquivir a mediados del siglo XIII 37 38 Consecuencias Editar Grabado del siglo XIX de la batalla Las consecuencias de esta batalla fueron decisivas Aunque no supuso el fin del Imperio almohade la derrota militar conllevo un significativo declive de los almohades en la peninsula iberica y el Magreb la decada posterior Tambien dio un impulso a las conquistas cristianas posteriores El mismo Alfonso VIII conquisto despues en la batalla de Ubeda en ese mismo ano Ubeda y Baeza llaves de la cuenca del Guadalquivir A partir de entonces el nieto de Alfonso VIII Fernando III de Castilla tomo Cordoba en 1236 Jaen en 1246 y Sevilla en 1248 luego se apodero de Arcos Medina Sidonia y Jerez y su hijo Alfonso X el Sabio de Cadiz en 1265 En 1252 Fernando preparaba su flota y ejercito para la invasion de las tierras almohades en Africa Pero murio en Sevilla el 30 de mayo de 1252 durante un brote de peste en el sur de Espana Solo la muerte de Fernando impidio que los castellanos llevaran la guerra a los almohades en la costa mediterranea Jaime I de Aragon conquisto las Islas Baleares desde 1228 en los siguientes cuatro anos y Valencia la ciudad capitulo el 28 de septiembre de 1238 En 1252 el imperio almohade estaba casi acabado a merced de otra potencia africana emergente En 1269 una nueva asociacion de tribus africanas los merinies tomo el control del Magreb y la mayor parte del antiguo imperio almohade estaba bajo su dominio Mas tarde los merinies trataron de recuperar los antiguos territorios almohades en Iberia pero fueron definitivamente derrotados por Alfonso XI de Castilla y Alfonso IV de Portugal en la Batalla del Salado el ultimo gran encuentro militar entre grandes ejercitos cristianos y musulmanes en Espana Las consecuencias inmediatas de la batalla fueron los cristianos obtuvieron el control de algunos pasos de Sierra Morena los castillos de Vilches Ferral Banos de la Encina y Tolosa La adquisicion de Baeza se debio a que habia sido abandonada por los musulmanes y en lugar de ocuparla inmediatamente la destruyeron Ubeda fue conquistada por asedio pero los cristianos la tuvieron que abandonar pasados pocos dias 39 La fortaleza de Calatrava la Nueva perteneciente al termino de Aldea del Rey fue construida por los Caballeros de la Orden de Calatrava utilizando prisioneros musulmanes de la batalla de Las Navas de Tolosa entre 1213 y 1217 Llevaron a cabo un arduo proceso de reevangelizacion del territorio que comprendia la construccion de nuevos templos y santuarios y la reconstruccion de los primitivos edificios visigodos como el santuario de Santa Maria del Monte de Bolanos de Calatrava Por otro lado supuso el dominio definitivo de la llanura manchega con la posterior conquista de la fortaleza de Alcaraz un ano despues Leyendas tardias Editar Caballeria en una biblia ilustrada navarra de 1197 Se aprecia el arzon en la parte trasera de la silla de montar que servia para sujetar al caballero en las cargas de caballeria en las que se arremetia al enemigo con una pesada lanza tactica que se consolido en el siglo XIII Son fuentes tardias las que transmiten que el rey Sancho VII de Navarra aprovecho que la milicia habia trabado combate a su flanco para dirigirse directamente hacia Al Nasir Segun estas tradiciones los doscientos caballeros navarros junto con parte de su flanco atravesaron su ultima defensa los im esebelen una tropa escogida especialmente por su bravura que se enterraban en el suelo o se anclaban con cadenas para mostrar que no iban a huir En realidad la Guardia Negra del emir An Nasir estaba armada con picas o hastas con las que creaban una especie de falange para defender el real almohade pero no es seguro que estuvieran encadenados como afirman las leyendas posteriores Segun esta leyenda la unidad navarra fue la primera en romper las cadenas suponiendo que el palenque estuviera rodeado de cadenas y pasar la empalizada lo que explicaba la incorporacion de cadenas al escudo de Navarra 40 Estas cronicas legendarias relatan que en recuerdo de su gesta el rey de Navarra incorporo las cadenas a su escudo de armas cadenas que posteriormente tambien se anadieron en el cuartel inferior derecho del escudo de Espana Sin embargo esta demostrado que Sancho VII no cambio de escudo despues de la batalla El origen del escudo de Navarra en realidad esta en la bloca y refuerzos metalicos que solian incorporar los escudos almendrados del siglo XII y de la que hay ejemplos anteriores segun Tomas Urzainki se puede encontrar en la iglesia de San Miguel de Estella 1160 en un relieve de la catedral de Chartres 1164 y en miniaturas de la Biblia de Pamplona 1189 el escudo blocado aparece en los sellos de los reyes Sancho VI el Sabio y Teobaldo I de Navarra ademas de en los del conde de Barcelona Ramon Berenguer IV y con el tiempo fue evolucionando y dando lugar a la leyenda La batalla en la cultura popular EditarEn Burgos se festeja cada ano la fiesta del Curpillos en conmemoracion a esta batalla Iconografia EditarLa batalla ha sido tema tratado en la pintura de historia con obras de Francisco de Paula Van Halen Batalla de Las Navas de Tolosa 41 Antonio Casanova y Estorach Alfonso VIII arengando a sus tropas antes de la batalla de las Navas de Tolosa 42 y Marceliano Santa Maria El triunfo de la Santa cruz 42 entre otros 43 Hay tambien una escultura en bronce por Jacinto Higueras Fuentes Monumento a las Batallas de las Navas de Tolosa y Bailen 44 Vease tambien EditarReconquista Batalla de Alarcos batalla precedente Batalla de Ubeda batalla posterior Museo de la batalla de las Navas de TolosaReferencias EditarNotas Editar a b Alvira Cabrer Las Navas de Tolosa 1212 idea liturgia y memoria de la batalla Silex Madrid 2012 pp 330 332 y Guerra e ideologia en la Espana medieval cultura y actitudes historicas ante el giro de principios del siglo XIII batallas de las Navas de Tolosa 1212 y Muret 1213 Archivado el 4 de marzo de 2016 en Wayback Machine Madrid Universidad Complutense 2000 pp 192 196 y 484 a b Garcia Fitz Francisco La batalla de Las Navas de Tolosa el impacto de un acontecimiento extraordinario en Patrice Cressier y Vicente Salvatierra eds Las Navas de Tolosa 1212 2012 Miradas cruzadas Universidad de Jaen 2014 ISBN 978 84 8439 830 1 a b c d Nafziger George F y Mark W Walton en ingles Islam at War A History pp 86 7 Greenwood Publishing Group 2003 En Google Books Consultado el 12 de octubre de 2018 a b c DK 2009 War Dorling Kindersley Limited p 383 Garcia Fitz Francisco Las Navas de Tolosa Barcelona Ariel 2012 1ª ed 2005 Edicion conmemorativa del 800 aniversario pag 490 a b Heath Ian Armies of Feudal Europe 1066 1300 en ingles p 123 ISBN 9781326686215 Bressler Richard 2018 The Thirteenth Century A World History Jefferson North Carolina McFarland amp Company Inc ISBN 978 1 4766 3323 7 Eggenberger David 2012 An Encyclopedia of Battles Accounts of Over 1 560 Battles from 1479 B C to the Present en ingles Courier Corporation p 232 ISBN 9780486142012 A partir de la perdida del castillo de Salvatierra Alfonso VIII tomo la decision de enfrentarse a los almohades en batalla campal segun testimonios contemporaneos y testigos de los hechos como Rodrigo Jimenez de Rada Juan de Soria o Lucas de Tuy vease Garcia Fitz 2012 86 87 Jose Fernandez Llamazares reproduce la carta enviada por el papa al rey de Castilla exhortandolo a llevar a cabo la cruzada Historia de la bula de la Santa Cruzada 1859 pags 28 33 Garcia Fitz 2012 184 201 Garcia Fitz 2012 224 Alvira Cabrer 2012 330 Garcia Fitz 2012 476 491 cf especialmente p 483 a b c d Cronica de veinte reyes lib XIII cap XXVIII a b Cronica ocampiana cap DCCLIX a b c Carta de Alfonso VIII Cronica latina de los reyes de Castilla 21 22 61 66 Alvira Cabrer Guerra e ideologia 2000 pags 483 484 Archivado desde el original el 4 de marzo de 2016 Consultado el 7 de julio de 2014 Garcia Fitz 2012 275 359 Garcia Fitz 2012 218 224 Alvira Cabrer Guerra e ideologia 2000 pag 202 Archivado desde el original el 4 de marzo de 2016 Consultado el 7 de julio de 2014 Sobre la disputa acerca de la identidad del pastor vease la discusion habida entre Gaspar Ibanez de Segovia de Mondejar Memorias historicas de la vida y acciones del rey D Alonso el Noble 1783 pags 333 y ss Manuel Rosell Apologia en defensa de la aparicion de San Isidro en la batalla de las Navas 1791 Juan Antonio Pellicer Carta historico apologetica que en defensa del marques de Mondexar examina de nuevo la aparicion de San Isidro en la batalla de las Navas de Tolosa 1793 y nuevamente Rosell Adiciones a la disertacion sobre la aparicion de S Isidro 1794 Segun testimonio recogido en la Carta de la reina Berenguela la posicion del arzobispo de Narbona en vanguardia del ejercito es dudosa segun su propio testimonio Nosotros al ver a los cristianos en fuga comenzamos a recorrer el ejercito y a exhortar a los fugitivos a detenerse CARTA de la reina Berenguela ed HUICI Navas de Tolosa Fuentes cristianas ap III pag 173 apud Alvira Cabrer Guerra e ideologia 2000 pag 449 Alvira Cabrer Guerra e ideologia 2000 pag 448 Archivado desde el original el 4 de marzo de 2016 Consultado el 7 de julio de 2014 a b Jeronimo Zurita 1562 Anales de la Corona de Aragon Angel Canellas Lopez ed lit lib II cap LXI De la gran batalla de Ubeda Edicion electronica de Jose Javier Iso coord Maria Isabel Yague y Pilar Rivero Como ordeno su ejercito el de Aragon para batalla Cuando los reyes se acercaron a los enemigos que se pusieron en la sierra junto a las Navas ordeno el rey de Aragon su ejercito Y en la delantera estuvo don Garcia Romeu que fue uno de los muy senalados caballeros que hubo en sus tiempos y en las batallas de medio en el un lado iban con el un escuadron don Jimeno Cornel don Aznar Pardo don Artal de Foces y don Atorella y con la otra batalla al otro lado iba segun en una historia antigua parece don Pedro Maza En la retaguardia se puso el rey y con el estuvieron el conde don Sancho y don Nuno Sanchez su hijo que se armo aquel dia caballero novel y el conde de Ampurias y don Miguel de Luesia que llevaba el estandarte real y los mas caballeros de su casa y corte y el conde don Suero J Zurita Anales de la Corona de Aragon 1562 l II cap LXI Cronica de Castilla ed de Rochwert Zuili 2010 cap VIII seccion 16 parrafo 65 Alvira Cabrer Orden de combate del ejercito cristiano Guerra e ideologia 2000 pag 606 Archivado desde el original el 4 de marzo de 2016 Consultado el 7 de julio de 2014 Juan Manuel Palacios Sanchez El celebre y caballeroso linaje de los Luna en su entronque con el senorio de la villa riojana de Cornago y la ilustre familia aragonesa de los Fantoni y Benedi Berceo n º 98 1980 pags 55 78 citado en pag 61 ISSN 0210 8550 Moxo y de Montoliu Francisco de 1990 La Casa de Luna 1276 1348 factor politico y lazos de sangre en la ascension de un linaje aragones Munster Westfalen Aschendorffsche Verlagsbuchhandlung ISBN 3 402 05825 1 pag 60 Artal de Luna hijo de Lope Ferrench el de las Navas y de su mujer Toda Perez de Azagra Jeronimo Zurita 1562 Anales de la Corona de Aragon Angel Canellas Lopez ed lit lib II cap LXI Garcia Fitz 2012 210 Alvira Cabrer Guerra e ideologia 2000 pag 446 Archivado el 4 de marzo de 2016 en Wayback Machine a b Alvira Cabrer 2012 228 237 Garcia Fitz 2012 183 241 y 499 528 Alvira Cabrer 2012 267 292 Pendon de las Navas de Tolosa Archivado el 1 de agosto de 2016 en Wayback Machine Qantara Centro Virtual Cervantes CVC El camino de Santiago Quinta etapa Garcia Fitz 2012 76 77 Puesto ya en duda por Ambrosio Huici Miranda en 1912 tal como refleja Inaki Iriarte Lopez Saltus y Ager Vasconum Cultura y politica en Navarra 1870 1960 tesis doctoral en concreto capitulo 5 Relatos de guerra La fiereza de los antepasados y el sacrificio de Navarra el epigrafe Interludio I La impertinencia de Ambrosio Huici Miranda para descarga del capitulo cinco ver paginas 49 52 Halen y Gil Francisco de Paula van Fundacion de Amigos del Museo del Prado Consultado el 16 de julio de 2016 a b Arias Angles Enrique Del Neoclasicismo al Impresionismo pag 283 Ediciones AKAL 1999 En Google Books Consultado el 16 de julio de 2016 Jose Maria Muruzabal Higueras Fuentes Jacinto Fundacion de Amigos del Museo del Prado Consultado el 16 de julio del 2016 Bibliografia Editar Alvira Cabrer Martin Guerra e ideologia en la 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Batallas ISBN 978 84 344 6795 8 reeditado en 2012 edicion VIII centenario ISBN 978 84 344 0056 6 La batalla de Las Navas de Tolosa el impacto de un acontecimiento extraordinario en Patrice Cressier y Vicente Salvatierra eds Las Navas de Tolosa 1212 2012 Miradas cruzadas Universidad de Jaen 2014 pags 11 36 ISBN 978 84 8439 830 1 Huici Miranda Ambrosio Las grandes batallas de la reconquista durante las invasiones africanas Universidad de Granada 2000 ISBN 84 338 2659 X Reproduce su clasica obra Estudio sobre la campana de las Navas de Tolosa publicado en Anales del Instituto General y Tecnico de Valencia vol I Valencia 1916 pags 1 196 Reeditado tambien en Estudio sobre la campana de Las Navas de Tolosa ed de Roldan Jimeno Aranguren Pamplona Pamiela 2011 Ensayo y Testimonio 121 ISBN 978 84 7681 700 1 Rosado Llamas Maria Dolores y Manuel Gabriel Lopez Payer La batalla de las Navas de Tolosa historia y mito Jaen Caja Rural 2001 ISBN 84 699 6793 2 Reeditado en 2012 Vara Thorbeck Carlos El lunes de Las Navas Universidad de Jaen 1999 Reeditado en Las Navas de Tolosa 1212 La batalla que decidio la Reconquista Barcelona Edhasa 2012 Enlaces externos Editar Wikimedia Commons alberga una categoria multimedia sobre la Batalla de Las Navas de Tolosa Multimedia Editar El lunes de Las Navas Video segun idea y guion de Carlos Vara Thorbeck La aventura de la historia Universidad de Malaga Francisco de Paula Van Halen La batalla de Las Navas de Tolosa 1864 Museo del Prado Textos Editar Las Navas de Tolosa Universidad de Navarra Carlos Vara Thorbeck Las Navas de Tolosa una batalla decisiva en la historia de Espana Anuario de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo ISSN e 1887 0953 n º 5 2005 pags 61 74 Miguel Angel Ladero Quesada 1212 Las Navas de Tolosa Nueva Revista de Politica Cultura y Arte n º 138 Junio de 2012 Datos Q219697 Multimedia Battle of Las Navas de Tolosa Obtenido de https es wikipedia org w index php title Batalla de Las Navas de Tolosa amp oldid 141015972, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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