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Batalla de Alarcos

La batalla de Alarcos (en árabe: معركة الأرك ma'rakat al-Arak) es una batalla que se libró junto al castillo de Alarcos (en árabe: al-Arak الأرك), situado en lo alto de un cerro junto al río Guadiana, cerca de la actual ciudad española de Ciudad Real, el 19 de julio de 1195, entre las tropas cristianas de Alfonso VIII de Castilla y las almohades de Abū Ya'qūb Yūsuf al-Mansūr (Yusuf II). La batalla se saldó con la derrota de las tropas cristianas, lo cual desestabilizó al Reino de Castilla y frenó el avance de la reconquista unos años, hasta que tuvo lugar la batalla de Las Navas de Tolosa en 1212.[2]

Batalla de Alarcos
Reconquista
Parte de Reconquista

Miniatura de tropas cristianas y musulmanas del siglo XIII
Fecha 19 de julio de 1195
Lugar Alarcos (España)
38°57′10″N 4°00′10″O / 38.95278, -4.00278
Coordenadas 38°57′10″N 4°00′00″O / 38.95277778, -4
Resultado Victoria almohade
Beligerantes
Comandantes
Fuerzas en combate
Indeterminadas
~10 000 caballeros de armadura pesada[a]
Estimación moderna:
Más de 25 000[1]
Indeterminadas. Estimación moderna:
20 000-30 000[1]
Bajas
Indeterminadas[b] Indeterminadas
Campo de batalla de Alarcos. A media distancia, el cerro donde las tropas de Yusuf II aposentaron el campamento del rey árabe.

Antecedentes

En 1177 el monarca castellano Alfonso VIII conquistó Cuenca con ayuda de Aragón. Inquieto, el califa Abū Yūsuf Ya'qūb al-Mansūr pactó en 1190 un periodo de paz para frenar el avance castellano sobre al-Ándalus. Cuando expiraba el trato, recibió noticias de que habían surgido revueltas en sus posesiones del norte de África. Alfonso VIII había empezado a levantar en una elevación sobre el río Guadiana la ciudad de Alarcos, que no tenía terminada su muralla, ni aún asentados todos sus nuevos pobladores, cuando una expedición, dirigida por el belicoso arzobispo de Toledo, Martín López de Pisuerga, penetró en las coras de Jaén y Córdoba y saqueó las cercanías de la capital almohade (Sevilla). Este desafío de la fuerza castellana enfureció sobremanera a Ya'qub, quien decidió mandar todas sus fuerzas disponibles para contener al monarca castellano. El historiador Vicente Silió (1892-1972) narra cuál fue el pretexto oficial para la invasión:[3]

En 1194, el rey Alfonso VIII cometió la imprudencia de retar a Yasub enviándole un mensaje en tono altanero, por el cual le retaba a que mandase sus tropas a batirse en España o le facilitase navíos para que los cristianos pudiesen embarcar y derrotarle en África. Hacía treinta y un años que Yasub gobernaba el Imperio almohade. Contestó al de Castilla con unas breves líneas al dorso de su mensaje: «Estas son las palabras que ha pronunciado Alá, el Todopoderoso: Me lanzaré sobre ellos, les convertiré en polvo sirviéndome de ejércitos que no han visto nunca y de cuya fuerza no podrán librarse». Leyó a sus tribus el desafío de Alfonso y escuchó en respuesta un gran clamorío, exigiendo venganza. Con un poderoso ejército salió Yasub para Algeciras.
Vicente Silió.[3]

El 1 de junio de 1195 desembarcó sus tropas en la línea de costa entre Alcazarseguir y Tarifa con su ejército almohade.[4]​ El emir almohade llegó hasta Sevilla, donde logró reunir un ejército de treinta mil hombres, entre caballería y peones, formado por todo tipo de mercenarios, tropas regulares, etc. Alcanzó Córdoba el 30 de junio, donde se hallaban las tropas de Pedro Fernández de Castro "el Castellano", señor de la Casa de Castro y del Infantado de León, quien había roto sus vínculos de vasallaje con su primo el rey Alfonso VIII. Pedro Fernández de Castro era hijo de Fernando Rodríguez de Castro "el Castellano", señor de Trujillo, que, al igual que su hijo hacía ahora, había combatido en el pasado junto a los almohades.

El 4 de julio Abū Yūsuf partió de Córdoba cruzando Despeñaperros y avanzando sobre la explanada donde se alzaba el castillo de Salvatierra, enfrente del de Calatrava. Allí se aposentaban las huestes de la Orden de Santiago, con su tercer Maestre D. Sancho Fernández de Lemos a la cabeza; y las de la naciente Orden de San Julián del Pereiro, filial de Calatrava, que luego había de denominarse definitivamente Orden de Alcántara.[5]​ Un destacamento de la Orden de Calatrava, junto con algunos caballeros de fortalezas cercanas que intentaron dar con las fuerzas almohades, se toparon con ellas pero tuvieron la mala fortuna de encontrar un ejército muy superior al destacamento y fueron casi exterminados por completo. Alfonso VIII se alarmó tras lo acontecido y se apresuró a reunir todas las tropas posibles en Toledo y a marchar hacia Alarcos. El monarca castellano consiguió atraer la ayuda de los reyes de León, Navarra y Aragón, puesto que el poderío almohade amenazaba a todos por igual. Esta ciudad fortaleza estaba aún en construcción y era el extremo de las posesiones de Castilla formando frontera con al-Ándalus. Era determinante impedir el acceso al fértil valle del Tajo y, por darse prisa en presentar batalla, no esperó los refuerzos de Alfonso IX de León ni los de Sancho VII de Navarra que estaban de camino. El 16 de julio el gran ejército almohade fue avistado y era tan numeroso que no llegaron a saber cuántos hombres lo formaban. Cuenta el arzobispo Rodrigo Ximénez de Rada en su De rebus Hispaniae que:

Llenó los campos de varias lenguas, pues se formaba su ejército de partos, árabes, africanos, almohades... Su ejército era innumerable y como la arena del mar la muchedumbre. [6]

Aun así, malsufrido e impaciente, Alfonso VIII decidió presentar batalla sin prudencia al día siguiente de llegar finalmente las tropas a los alrededores de Alarcos (el 17 de julio). Tal vez por confiar en la fuerza del catafracto o caballería pesada castellana, no decidió retirarse a Talavera, donde ya habían llegado las tropas leonesas, tan solo a unos pocos días de distancia. Sin embargo, Abū Yūsuf no aceptó dar batalla en ese día (el 18 de julio) y prefirió con buen juicio esperar al resto de sus fuerzas. Al día siguiente, la madrugada del 19 de julio, el ejército almohade formó completo alrededor del cerro de "La cabeza", a cuyos pies discurría el Guadiana, y a dos tiros de flecha de Alarcos, según citan las fuentes árabes.[cita requerida]

Desarrollo de la batalla

 
Fachada este del castillo de Alarcos, con los restos de la torre pentagonal y el foso inconcluso.

Probablemente el obispo Juan de Soria describió la batalla en la anónima Crónica latina de los reyes de Castilla / Chronica latina regum Castellae.[7]​Igualmente el arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada.[8]​ También los historiadores musulmanes dieron su testimonio, en especial el granadino Ibn Abdel Halim, compilador del Rawd al-Qirtas, que apenas difiere y fue extractado por el arabista decimonónico José Antonio Conde:

Obscureciose el día con la polvareda y vapor de los que peleaban, que parecía noche. Las cabilas de voluntarios alárabes, algazaces y ballesteros acudieron con admirable constancia y rodearon con su muchedumbre a los cristianos y los envolvieron por todas partes. Senanid, con sus andaluces Cenetes, Musamudes, Gomares y otros se adelantó al collado donde estaba Alfonso, y allí venció, rompió y deshizo sus tropas infinitas, que eran más de trescientos mil, entre caballería y peones. Allí fue muy sangrienta la pelea para los cristianos y en ellos hicieron horrible matanza. Había entre ellos como diez mil caballeros de los armados de hierro como los primeros que habían acometido, que eran la flor de la caballería de Alfonso y habían hecho su azala cristianesca y jurado por sus cruces que no huirían de la pelea hasta que no quedase hombre a vida; y Dios quiso cumplir y verificar su promesa en favor de los suyos. Cuando la batalla andaba muy recia, y trabada contra los infieles [cristianos], viéndose ya perdidos comenzaron a huir y acogerse al collado en que estaba Alfonso para valerse de su amparo y encontraron allí a los muslimes, que entraban rompiendo y destrozando y daban cabo de ellos. Entonces volvieron brida y tornaron sobre sus pasos, y huyeron desordenadamente hacia sus tierras y donde podían. Entraron por fuerza en la fortaleza los vencedores quemando sus puertas y matando a los que las defendían, apoderándose de cuanto allí había y en campo de armas, riquezas, mantenimientos, provisiones, caballos y ganado; cautivaron muchas mujeres y niños y mataron muchos enemigos, que no se pudieron contar, pues su número cabal solo Dios que los crio lo sabe. Halláronse en Alarcos veinte mil cautivos, a los cuales dio libertad Amir Amuminin después de tenerlos en su poder, cosa que desagradó a los almohades y a los otros muslimes; y lo tuvieron todos por una de las extravagancias caballerescas de los reyes. (José Antonio Conde, Historia de la Dominación de los Árabes en España, sacada de varios manuscritos y memorias arábigas, 1820-1821).

Los cristianos disponían de dos regimientos de caballería: en primera línea estaba la caballería pesada (de unos 10 000 hombres) al mando de don Diego López de Haro y sus tropas, seguida después de la segunda línea, donde se encontraba el propio Alfonso VIII con su caballería e infantería.[cita requerida]

Por parte de las tropas almohades, en vanguardia se hallaban la milicia de voluntarios benimerines, alárabes, algazaces y ballesteros, que eran unidades básicas y muy maniobrables. Inmediatamente tras ellos estaban Abu Yahya ibn Abi Hafs (Abu Yahya) y los Henteta, la tropa de élite almohade. En los flancos, su caballería ligera equipada con arco y en la retaguardia el propio Al-Mansur con su guardia personal.[cita requerida]

Ya'qub siguió los consejos del qā'id andalusí Abū 'abd Allāh ibn Sanadí y dividió su numeroso ejército, dejando que el ğund andaluz (soldados de las provincias militarizadas) y los cuerpos de voluntarios del ğihād sufrieran la embestida del ejército cristiano y que más adelante, aprovechando la superioridad del ejército almohade, y el agotamiento del ejército cristiano, atacaría con las tropas de refresco que mantenía en reserva, la guardia negra y los almohades.[9]

El califa le dio a su visir, Abu Yahya Ibn Abi Hafs, el mando de la vanguardia: en la primera línea de los voluntarios benimerín. A Abu Jalil Mahyu ibn Abi Bakr, con un gran cuerpo de arqueros y las cabilas zeneta; detrás de ellos, en la colina antes mencionada, Abu Yahya con el estandarte del califa y su guardia personal, de las cabilas Henteta; a la izquierda los árabes a las órdenes de Yarmun ibn Riyah, y a la derecha, las fuerzas de al-Ándalus mandadas por el popular qā'id ibn Sanadid. El propio califa llevaba el mando de la retaguardia, que comprende las mejores fuerzas almohades (las comandadas por Yabir Ibn Yusuf, Abdel Qawi, Tayliyun, Mohammed ibn Munqafad y Abu Jazir Yajluf al Awrabi) y la guardia negra de los esclavos. Se trataba de un formidable ejército, cuyos efectivos el rey Alfonso VIII había subestimado gravemente.[cita requerida]

La carga cristiana no se hizo esperar, fue un tanto desordenada pero su impulso fue formidable. La primera carga fue rechazada por los zenetas y los benimerín, retrocedieron y volvieron a cargar para volver a ser rechazados. Solo a la tercera carga consiguió la caballería cristiana romper la formación del centro de la vanguardia almohade, haciéndolos retroceder colina arriba, donde habían formado sus haces antes de la batalla, y causando numerosas bajas entre los benimerín (voluntarios), zenetas (que trataron de proteger al visir, Abu Yahya) y la élite Henteta donde se encontraba el visir, que cayó en combate. Las tribus Motavah y Henteta sufrieron enormes bajas, tantas, que dice el historiador granadino Ibn Abdel Halim que Allah les anticipó aquel día las delicias del martirio.[10]​ A pesar de la muerte del visir, el ejército almohade no vaciló y prosiguió con el ataque. La caballería cristiana maniobró hacia la izquierda para enfrentarse con las tropas de al-Ándalus al mando de ibn Sanadid, pero el ejército castellano había quedado copado en el collado de Alarcos, según el imán granadino Ibn Abdel Halim.[10]

Tres horas habían pasado ya desde el comienzo de la batalla; era entonces mediodía, pero la polvareda levantada dificultaba la visión. El calor y la fatiga acumulada en pesadas armaduras comenzaron a debilitar la caballería pesada castellana, que se movía ya más lentamente, fieramente menguada y con dificultad. Aun tras haber sufrido numerosas bajas en las tres acometidas, los musulmanes no tardaron en reagruparse cerrando del todo la salida a la caballería cristiana en el collado del cerro de Alarcos, y haciendo uso de su caballería ligera al mando de Yarmun, rebasaron a las tropas cristianas por los flancos y empezaron a atacarlas por su retaguardia, lo que, junto a la constante y concentrada lluvia de flechas de los arqueros, que se aprovechaban de ese estancamiento,[11]​ y las maniobras de desgaste, acabó por encoger aún más el cerco. Fue entonces cuando Ya'qub decidió enviar el resto de sus tropas. El ejército castellano no estaba preparado para aquella nueva táctica, y finalmente se vio en la necesidad de huir admitiendo la derrota. Diego López de Haro, por su parte, trató de abrirse paso a toda costa y finalmente tuvo que refugiarse en el inacabado castillo, el cual, tras haber sido cercado por 5000 agarenos, tuvo que rendirse. Pedro Fernández "el Castellano", cuyas fuerzas apenas habían combatido en la batalla, fue enviado por el califa para negociar la rendición. A unos pocos supervivientes, entre ellos López de Haro, se les permitió marchar, pero doce caballeros fueron retenidos como rehenes a cambio del pago de un rescate.[c]​ Nadie vino a pagarlo y estos caballeros fueron decapitados.

Entre los castellanos que murieron en la batalla se encontraban Juan, obispo de Ávila y Gutierre, obispo de Segovia,[12]​ así como Pedro Rodríguez de Guzmán y su yerno, Rodrigo Sánchez, según consta en la Crónica latina de los Reyes de Castilla al mencionar algunos de los fallecidos en dicha batalla, Petrus Roderici de Guzman et Rodericus Sancii, gener eius,[13]Ordoño García de Roa, los maestres tanto de la Orden de Santiago (Sancho Fernández de Lemus) como de la portuguesa Orden de Évora (Gonçalo Viegas). Las pérdidas también resultaron elevadas para los musulmanes. No solo el visir, Abu Yahya, sino también Abi Bakr, comandante de los benimerín (voluntarios), perecieron en la batalla, o a consecuencia de las heridas sufridas. La noticia de tan gran batalla conmovió a toda Europa.[cita requerida]

Vicente Silió escribe que «las tropas de Yasub eran tan superiores como para inducir al monarca cristiano a rehusar la pelea», pero se hallaba Alfonso VIII en la plenitud de su vida, con el vigor de sus cuarenta años, y no pensó en ningún instante retroceder ante el enemigo. Hubiera preferido morir antes que contemplar la gran catástrofe que se avecinaba. Y a fe que, si no hubiese sido por la intervención de algunos nobles que muy en contra de su voluntad le sacaron del castillo por una poterna, habría sucumbido.[cita requerida]

Consecuencias de la batalla

Como consecuencia, los almohades se adueñaron de las tierras entonces controladas por la Orden de Calatrava; seis meses después cayó la fortaleza de Calatrava la Nueva, entonces llamada castillo de Dueñas, y llegaron incluso hasta las proximidades de Toledo, donde se habían refugiado los combatientes cristianos que habían sobrevivido a la batalla. Desestabilizó al Reino de Castilla durante años. Todas las fortalezas de la región cayeron en manos almohades: Malagón, Benavente, Calatrava la Vieja, Caracuel, etc., y el camino hacia Toledo quedó despejado. Afortunadamente para Castilla, Abu Yusuf volvió a Sevilla para restablecer sus numerosas bajas y tomó el título de al-Mansur Billah (el victorioso por Alá).[cita requerida]

En los dos años siguientes a la batalla, las tropas de al-Mansur devastaron Extremadura, el valle del Tajo, La Mancha y toda el área cercana a Toledo, marcharon contra Montánchez, Trujillo, Plasencia, Talavera, Escalona y Maqueda, pero fueron rechazadas por Pedro Fernández de Castro "el Castellano", que tras la batalla pasó a servir al rey Alfonso IX de León, quien le nombró su Mayordomo mayor. Estas expediciones no aportaron más terreno para el Califato. Aunque su diplomacia obtuvo una alianza con el rey Alfonso IX de León (que estaba enfurecido con el rey castellano por no haberle esperado antes de la batalla de Alarcos) y la neutralidad de Navarra, ambos pactos temporales. Abū Yūsuf abandonó sus asuntos en al-Ándalus volviendo enfermo al norte de África, donde acabaría muriendo.[cita requerida]

En un audaz golpe de mano de los caballeros calatravos, solo el castillo de Salvatierra, junto a Sierra Morena, pudo ser recuperado (1198) en los diecisiete años en los que la zona estuvo en poder almohade. Quedó como una posición aislada castellana en territorio almohade, hasta que fue tomado por éstos en 1211.[cita requerida]

Sin embargo, las consecuencias de la batalla demostraron ser poco duraderas cuando el nuevo Califa Muhammed al-Nasir intentó frenar el nuevo avance hispánico sobre al-Ándalus.[d]​ Se decidió todo en la batalla de Las Navas de Tolosa que marcó un punto de inflexión en la Reconquista y que provocaría la pérdida del control en la península por parte del Imperio almohade tan solo una década después.[14]

La leyenda de la judía Raquel y el rey Alfonso

El autor de los Castigos del rey Sancho IV, después de 1292, da cuenta de una leyenda creada ad hoc para justificar a posteriori tan gran derrota por parte del rey de Castilla, la de la judía de Toledo Raquel o Rahel la Fermosa:

Otrosí, para mientes, mío fijo, e toma ende, mío fijo, castigo de lo que contesció al rey don Alfonso de Castilla, el que venció la batalla de Úbeda. Por siete años que viscó mala vida con una judía de Toledo, diole Dios gran llaga e grand majamiento en la batalla de Alarcos en que fue vencido e fuyó e fue mal andante él e todos los de su regno […]. E porque el rey se conosció después a Dios […] e se repintió de tan mal pecado como éste que había hecho, por el cual pecado por enmienda hizo después el monasterio de las Huelgas de Burgos de Monjas de Cistel e el Hospital. E Dios diole después buena andanza contra los moros en la batalla de Úbeda.[15]

Véase también

Notas

  1. Más de 300 000 hombres según las fuentes almohades. Las cifras de soldados que combatieron en ambos bandos parecen estar muy abultadas por los cronistas de la época aunque existen varias fuentes que afirman que el ejército almohade era mucho más numeroso que el ejército cristiano.
  2. Acorde con la cifra de hombres de 300 000 según las fuentes almohades pudieron haber 250 000 bajas. Cifras tremendamente exageradas de igual forma por las fuentes de la época.
  3. Según Vicente Coscollá los rehenes fueron tomados como prenda hasta que Diego López de Haro se presentase como prisionero en Marrakech; no lo hizo y los doce caballeros fueron decapitados.
  4. Concretamente diecisite años hay entre la batalla de Alarcos y la de las Navas de Tolosa (1212) y el fin de su dominio efectivo en la peninsula se produjo en 1223.

Referencias

  1. Kaufmann, Kaufmann y Jurga, 2004, p. 101.
  2. Nafziger, George F. y Mark W. Walton (en inglés). Islam at War: A History, pp. 86-7. Greenwood Publishing Group, 2003. En Google Books. Consultado el 12 de octubre de 2018.
  3. Z. Navas, Estanislao (3 de ebrero, 2013). «De Iberia a los almohades». Laccuris, Larcuris, al Araq, Alarcos. Consultado el 30 de octubre de 2021. 
  4. Suárez Fernández, Luis. Historia de España. Edad Media. Gredos. ISBN 84-249-3134-3. [página requerida]
  5. Martínez Val, José María (1962). «La batalla de Alarcos». Cuadernos de Estudios Manchegos XII. ISSN 0526-2623. Consultado el 18 de noviembre de 2021. [página requerida]
  6. Lafuente, 1851, p. 166.
  7. Hay bastantes ediciones y traducciones modernas de Luis Charlo Brea, Crónica latina de los reyes de Castilla, Cádiz, Universidad, 1984 y María Desamparados Cabanes Pecourt, Crónica latina de los reyes de Castilla, Zaragoza, Anubar, 1985, entre otras.
  8. Cf. Rodrigo Ximénez de Rada, De rebus Hispaniae, p. 184 b.
  9. Historia de España, Vol. III. Al-Andalus: musulmanes y cristianos. (s. VIII-XIII). p. 561. ISBN 84-320-8373-9. 
  10. Lafuente, 1851, p. 168.
  11. Cf. Crónica latina, ed. L. Charlo Brea, p. 14. «Los árabes se mueven de una parte a otra para perdición del pueblo cristiano. Una infinita multitud de flechas, sacadas de los carcajes de los arcos, vuela por los aires y enviadas hacia lo incierto infligen heridas certeras a los cristianos».
  12. Ayala Martínez, 2013, p. 254.
  13. Martínez Diez, Gonzalo (1994). «Orígenes familiares de Santo Domingo, los linajes de Aza y Guzmán». Santo Domingo de Caleruega en su contexto socio-político, 1170-1221. Salamanca: San Esteban. p. 201. ISBN 978-84-87557-77-4. 
  14. P. Bañuelos, Luis; G. Martín, Juan Andrés; P. Leiva, Carlos (2021). Introducción a la historia de España. Almuzara. p. III: Una larga decadencia, párrafo 6. ISBN 9788418709180. 
  15. Cf. Castigos del rey don Sancho IV, pp. 205-206.

Bibliografía

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  • Ayala Martínez, Carlos de (2013). «Alfonso VIII y la Iglesia de su reino». 1212, un año, un reinado, un tiempo de despegue. XXIII semana de estudios medievales. Esther López Ojeda, coord. Logroño: Instituto de Estudios Riojanos. ISBN 978-84-9960-045-1. Consultado el 20 de noviembre de 2021. 
  • Benelhaj Soulami, Jaafar (1996). «La batalla de Alarcos en la mitología árabe». Alarcos 1195: Actas del Congreso Internacional Conmemorativo del VIII centenario de la batalla de Alarcos. Ricardo Izquierdo Benito y Francisco Ruiz Gómez, Coord. Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. pp. 283-288. ISBN 84-89492-34-4. 
  • García Fitz, Francisco (1996). «La batalla en su contexto estratégico: a propósito de Alarcos». Alarcos 1195: Actas del Congreso Internacional Conmemorativo del VIII centenario de la batalla de Alarcos. Ricardo Izquierdo Benito y Francisco Ruiz Gómez, Coord. Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. pp. 265-282. ISBN 84-89492-34-4. 
  • Huici Miranda, Ambrosio (2000). Historia política del Imperio Almohade. Vol. 1. 2 vol. Granada: Universidad de Granada. ISBN 84-338-2660-3. 
  • Juan, A. de; Caballero, A.; Fernández, M. (1995). «Alarcos medieval». En Zozaya, Juan, ed. Catálogo de la Exposición, Alarcos'95. El Fiel de la balanza. Toledo: Servicio de Publicaciones de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. pp. 41-60. ISBN 84-7788-153-7. 
  • Kaufmann, J. E.; Kaufmann, H. W.; Jurga, Robert M. (2004). The Medieval Fortress: Castles, Forts, And Walled Cities Of The Middle Ages. Cambridge: Da Capo Press. ISBN 978-0-306-81358-0. 
  • Lafuente, Modesto (1851). Historia general de España. Tomo V. Madrid: Est. Tipográfico de Francisco de P. Mellado. 
  • Ruiz Gómez, Francisco (1996). «La guerra y los pactos. A propósito de la batalla de Alarcos». Alarcos 1195: Actas del Congreso Internacional Conmemorativo del VIII centenario de la batalla de Alarcos. Ricardo Izquierdo Benito y Francisco Ruiz Gómez, Coord. Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. pp. 145-168. ISBN 84-89492-34-4. 

Enlaces externos

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  • Dos grandes batallas de la Reconquista: Alarcos (1195) y Las Navas de Tolosa (1212) el 14 de septiembre de 2014 en Wayback Machine.. Reconstrucción virtual. Comunicación multimedia para la Arqueología, en alawat.com
  • , en ordenesmilitares.tierradecaballeros.com
  • Batalla de Alarcos
  • Manuel Jesús Ruiz Moreno, La batalla de Alarcos (1195) el 8 de agosto de 2014 en Wayback Machine., 31 de agosto de 2012. En
  • Olaya, Vicente G. (27 de marzo de 2019). . El País. Madrid. Consultado el 27 de marzo de 2019. 
  •   Datos: Q1481920
  •   Multimedia: Battle of Alarcos

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La batalla de Alarcos en arabe معركة الأرك ma rakat al Arak es una batalla que se libro junto al castillo de Alarcos en arabe al Arak الأرك situado en lo alto de un cerro junto al rio Guadiana cerca de la actual ciudad espanola de Ciudad Real el 19 de julio de 1195 entre las tropas cristianas de Alfonso VIII de Castilla y las almohades de Abu Ya qub Yusuf al Mansur Yusuf II La batalla se saldo con la derrota de las tropas cristianas lo cual desestabilizo al Reino de Castilla y freno el avance de la reconquista unos anos hasta que tuvo lugar la batalla de Las Navas de Tolosa en 1212 2 Batalla de AlarcosReconquistaParte de ReconquistaMiniatura de tropas cristianas y musulmanas del siglo XIIIFecha19 de julio de 1195LugarAlarcos Espana 38 57 10 N 4 00 10 O 38 95278 4 00278Coordenadas38 57 10 N 4 00 00 O 38 95277778 4ResultadoVictoria almohadeBeligerantesReino de Castilla Imperio almohadeComandantesAlfonso VIII de Castilla Diego II de Haro Gutierre Rodriguez Giron Yusuf II Abu Yahya ibn Abi Hafs Fuerzas en combateIndeterminadas 10 000 caballeros de armadura pesada a Estimacion moderna Mas de 25 000 1 Indeterminadas Estimacion moderna 20 000 30 000 1 BajasIndeterminadas b Indeterminadas editar datos en Wikidata Campo de batalla de Alarcos A media distancia el cerro donde las tropas de Yusuf II aposentaron el campamento del rey arabe Indice 1 Antecedentes 2 Desarrollo de la batalla 3 Consecuencias de la batalla 4 La leyenda de la judia Raquel y el rey Alfonso 5 Vease tambien 6 Notas 7 Referencias 8 Bibliografia 9 Enlaces externosAntecedentes EditarEn 1177 el monarca castellano Alfonso VIII conquisto Cuenca con ayuda de Aragon Inquieto el califa Abu Yusuf Ya qub al Mansur pacto en 1190 un periodo de paz para frenar el avance castellano sobre al Andalus Cuando expiraba el trato recibio noticias de que habian surgido revueltas en sus posesiones del norte de Africa Alfonso VIII habia empezado a levantar en una elevacion sobre el rio Guadiana la ciudad de Alarcos que no tenia terminada su muralla ni aun asentados todos sus nuevos pobladores cuando una expedicion dirigida por el belicoso arzobispo de Toledo Martin Lopez de Pisuerga penetro en las coras de Jaen y Cordoba y saqueo las cercanias de la capital almohade Sevilla Este desafio de la fuerza castellana enfurecio sobremanera a Ya qub quien decidio mandar todas sus fuerzas disponibles para contener al monarca castellano El historiador Vicente Silio 1892 1972 narra cual fue el pretexto oficial para la invasion 3 En 1194 el rey Alfonso VIII cometio la imprudencia de retar a Yasub enviandole un mensaje en tono altanero por el cual le retaba a que mandase sus tropas a batirse en Espana o le facilitase navios para que los cristianos pudiesen embarcar y derrotarle en Africa Hacia treinta y un anos que Yasub gobernaba el Imperio almohade Contesto al de Castilla con unas breves lineas al dorso de su mensaje Estas son las palabras que ha pronunciado Ala el Todopoderoso Me lanzare sobre ellos les convertire en polvo sirviendome de ejercitos que no han visto nunca y de cuya fuerza no podran librarse Leyo a sus tribus el desafio de Alfonso y escucho en respuesta un gran clamorio exigiendo venganza Con un poderoso ejercito salio Yasub para Algeciras Vicente Silio 3 El 1 de junio de 1195 desembarco sus tropas en la linea de costa entre Alcazarseguir y Tarifa con su ejercito almohade 4 El emir almohade llego hasta Sevilla donde logro reunir un ejercito de treinta mil hombres entre caballeria y peones formado por todo tipo de mercenarios tropas regulares etc Alcanzo Cordoba el 30 de junio donde se hallaban las tropas de Pedro Fernandez de Castro el Castellano senor de la Casa de Castro y del Infantado de Leon quien habia roto sus vinculos de vasallaje con su primo el rey Alfonso VIII Pedro Fernandez de Castro era hijo de Fernando Rodriguez de Castro el Castellano senor de Trujillo que al igual que su hijo hacia ahora habia combatido en el pasado junto a los almohades El 4 de julio Abu Yusuf partio de Cordoba cruzando Despenaperros y avanzando sobre la explanada donde se alzaba el castillo de Salvatierra enfrente del de Calatrava Alli se aposentaban las huestes de la Orden de Santiago con su tercer Maestre D Sancho Fernandez de Lemos a la cabeza y las de la naciente Orden de San Julian del Pereiro filial de Calatrava que luego habia de denominarse definitivamente Orden de Alcantara 5 Un destacamento de la Orden de Calatrava junto con algunos caballeros de fortalezas cercanas que intentaron dar con las fuerzas almohades se toparon con ellas pero tuvieron la mala fortuna de encontrar un ejercito muy superior al destacamento y fueron casi exterminados por completo Alfonso VIII se alarmo tras lo acontecido y se apresuro a reunir todas las tropas posibles en Toledo y a marchar hacia Alarcos El monarca castellano consiguio atraer la ayuda de los reyes de Leon Navarra y Aragon puesto que el poderio almohade amenazaba a todos por igual Esta ciudad fortaleza estaba aun en construccion y era el extremo de las posesiones de Castilla formando frontera con al Andalus Era determinante impedir el acceso al fertil valle del Tajo y por darse prisa en presentar batalla no espero los refuerzos de Alfonso IX de Leon ni los de Sancho VII de Navarra que estaban de camino El 16 de julio el gran ejercito almohade fue avistado y era tan numeroso que no llegaron a saber cuantos hombres lo formaban Cuenta el arzobispo Rodrigo Ximenez de Rada en su De rebus Hispaniae que Lleno los campos de varias lenguas pues se formaba su ejercito de partos arabes africanos almohades Su ejercito era innumerable y como la arena del mar la muchedumbre 6 Aun asi malsufrido e impaciente Alfonso VIII decidio presentar batalla sin prudencia al dia siguiente de llegar finalmente las tropas a los alrededores de Alarcos el 17 de julio Tal vez por confiar en la fuerza del catafracto o caballeria pesada castellana no decidio retirarse a Talavera donde ya habian llegado las tropas leonesas tan solo a unos pocos dias de distancia Sin embargo Abu Yusuf no acepto dar batalla en ese dia el 18 de julio y prefirio con buen juicio esperar al resto de sus fuerzas Al dia siguiente la madrugada del 19 de julio el ejercito almohade formo completo alrededor del cerro de La cabeza a cuyos pies discurria el Guadiana y a dos tiros de flecha de Alarcos segun citan las fuentes arabes cita requerida Desarrollo de la batalla Editar Fachada este del castillo de Alarcos con los restos de la torre pentagonal y el foso inconcluso Probablemente el obispo Juan de Soria describio la batalla en la anonima Cronica latina de los reyes de Castilla Chronica latina regum Castellae 7 Igualmente el arzobispo Rodrigo Jimenez de Rada 8 Tambien los historiadores musulmanes dieron su testimonio en especial el granadino Ibn Abdel Halim compilador del Rawd al Qirtas que apenas difiere y fue extractado por el arabista decimononico Jose Antonio Conde Obscureciose el dia con la polvareda y vapor de los que peleaban que parecia noche Las cabilas de voluntarios alarabes algazaces y ballesteros acudieron con admirable constancia y rodearon con su muchedumbre a los cristianos y los envolvieron por todas partes Senanid con sus andaluces Cenetes Musamudes Gomares y otros se adelanto al collado donde estaba Alfonso y alli vencio rompio y deshizo sus tropas infinitas que eran mas de trescientos mil entre caballeria y peones Alli fue muy sangrienta la pelea para los cristianos y en ellos hicieron horrible matanza Habia entre ellos como diez mil caballeros de los armados de hierro como los primeros que habian acometido que eran la flor de la caballeria de Alfonso y habian hecho su azala cristianesca y jurado por sus cruces que no huirian de la pelea hasta que no quedase hombre a vida y Dios quiso cumplir y verificar su promesa en favor de los suyos Cuando la batalla andaba muy recia y trabada contra los infieles cristianos viendose ya perdidos comenzaron a huir y acogerse al collado en que estaba Alfonso para valerse de su amparo y encontraron alli a los muslimes que entraban rompiendo y destrozando y daban cabo de ellos Entonces volvieron brida y tornaron sobre sus pasos y huyeron desordenadamente hacia sus tierras y donde podian Entraron por fuerza en la fortaleza los vencedores quemando sus puertas y matando a los que las defendian apoderandose de cuanto alli habia y en campo de armas riquezas mantenimientos provisiones caballos y ganado cautivaron muchas mujeres y ninos y mataron muchos enemigos que no se pudieron contar pues su numero cabal solo Dios que los crio lo sabe Hallaronse en Alarcos veinte mil cautivos a los cuales dio libertad Amir Amuminin despues de tenerlos en su poder cosa que desagrado a los almohades y a los otros muslimes y lo tuvieron todos por una de las extravagancias caballerescas de los reyes Jose Antonio Conde Historia de la Dominacion de los Arabes en Espana sacada de varios manuscritos y memorias arabigas 1820 1821 Los cristianos disponian de dos regimientos de caballeria en primera linea estaba la caballeria pesada de unos 10 000 hombres al mando de don Diego Lopez de Haro y sus tropas seguida despues de la segunda linea donde se encontraba el propio Alfonso VIII con su caballeria e infanteria cita requerida Por parte de las tropas almohades en vanguardia se hallaban la milicia de voluntarios benimerines alarabes algazaces y ballesteros que eran unidades basicas y muy maniobrables Inmediatamente tras ellos estaban Abu Yahya ibn Abi Hafs Abu Yahya y los Henteta la tropa de elite almohade En los flancos su caballeria ligera equipada con arco y en la retaguardia el propio Al Mansur con su guardia personal cita requerida Ya qub siguio los consejos del qa id andalusi Abu abd Allah ibn Sanadi y dividio su numeroso ejercito dejando que el gund andaluz soldados de las provincias militarizadas y los cuerpos de voluntarios del gihad sufrieran la embestida del ejercito cristiano y que mas adelante aprovechando la superioridad del ejercito almohade y el agotamiento del ejercito cristiano atacaria con las tropas de refresco que mantenia en reserva la guardia negra y los almohades 9 El califa le dio a su visir Abu Yahya Ibn Abi Hafs el mando de la vanguardia en la primera linea de los voluntarios benimerin A Abu Jalil Mahyu ibn Abi Bakr con un gran cuerpo de arqueros y las cabilas zeneta detras de ellos en la colina antes mencionada Abu Yahya con el estandarte del califa y su guardia personal de las cabilas Henteta a la izquierda los arabes a las ordenes de Yarmun ibn Riyah y a la derecha las fuerzas de al Andalus mandadas por el popular qa id ibn Sanadid El propio califa llevaba el mando de la retaguardia que comprende las mejores fuerzas almohades las comandadas por Yabir Ibn Yusuf Abdel Qawi Tayliyun Mohammed ibn Munqafad y Abu Jazir Yajluf al Awrabi y la guardia negra de los esclavos Se trataba de un formidable ejercito cuyos efectivos el rey Alfonso VIII habia subestimado gravemente cita requerida La carga cristiana no se hizo esperar fue un tanto desordenada pero su impulso fue formidable La primera carga fue rechazada por los zenetas y los benimerin retrocedieron y volvieron a cargar para volver a ser rechazados Solo a la tercera carga consiguio la caballeria cristiana romper la formacion del centro de la vanguardia almohade haciendolos retroceder colina arriba donde habian formado sus haces antes de la batalla y causando numerosas bajas entre los benimerin voluntarios zenetas que trataron de proteger al visir Abu Yahya y la elite Henteta donde se encontraba el visir que cayo en combate Las tribus Motavah y Henteta sufrieron enormes bajas tantas que dice el historiador granadino Ibn Abdel Halim que Allah les anticipo aquel dia las delicias del martirio 10 A pesar de la muerte del visir el ejercito almohade no vacilo y prosiguio con el ataque La caballeria cristiana maniobro hacia la izquierda para enfrentarse con las tropas de al Andalus al mando de ibn Sanadid pero el ejercito castellano habia quedado copado en el collado de Alarcos segun el iman granadino Ibn Abdel Halim 10 Tres horas habian pasado ya desde el comienzo de la batalla era entonces mediodia pero la polvareda levantada dificultaba la vision El calor y la fatiga acumulada en pesadas armaduras comenzaron a debilitar la caballeria pesada castellana que se movia ya mas lentamente fieramente menguada y con dificultad Aun tras haber sufrido numerosas bajas en las tres acometidas los musulmanes no tardaron en reagruparse cerrando del todo la salida a la caballeria cristiana en el collado del cerro de Alarcos y haciendo uso de su caballeria ligera al mando de Yarmun rebasaron a las tropas cristianas por los flancos y empezaron a atacarlas por su retaguardia lo que junto a la constante y concentrada lluvia de flechas de los arqueros que se aprovechaban de ese estancamiento 11 y las maniobras de desgaste acabo por encoger aun mas el cerco Fue entonces cuando Ya qub decidio enviar el resto de sus tropas El ejercito castellano no estaba preparado para aquella nueva tactica y finalmente se vio en la necesidad de huir admitiendo la derrota Diego Lopez de Haro por su parte trato de abrirse paso a toda costa y finalmente tuvo que refugiarse en el inacabado castillo el cual tras haber sido cercado por 5000 agarenos tuvo que rendirse Pedro Fernandez el Castellano cuyas fuerzas apenas habian combatido en la batalla fue enviado por el califa para negociar la rendicion A unos pocos supervivientes entre ellos Lopez de Haro se les permitio marchar pero doce caballeros fueron retenidos como rehenes a cambio del pago de un rescate c Nadie vino a pagarlo y estos caballeros fueron decapitados Entre los castellanos que murieron en la batalla se encontraban Juan obispo de Avila y Gutierre obispo de Segovia 12 asi como Pedro Rodriguez de Guzman y su yerno Rodrigo Sanchez segun consta en la Cronica latina de los Reyes de Castilla al mencionar algunos de los fallecidos en dicha batalla Petrus Roderici de Guzman et Rodericus Sancii gener eius 13 Ordono Garcia de Roa los maestres tanto de la Orden de Santiago Sancho Fernandez de Lemus como de la portuguesa Orden de Evora Goncalo Viegas Las perdidas tambien resultaron elevadas para los musulmanes No solo el visir Abu Yahya sino tambien Abi Bakr comandante de los benimerin voluntarios perecieron en la batalla o a consecuencia de las heridas sufridas La noticia de tan gran batalla conmovio a toda Europa cita requerida Vicente Silio escribe que las tropas de Yasub eran tan superiores como para inducir al monarca cristiano a rehusar la pelea pero se hallaba Alfonso VIII en la plenitud de su vida con el vigor de sus cuarenta anos y no penso en ningun instante retroceder ante el enemigo Hubiera preferido morir antes que contemplar la gran catastrofe que se avecinaba Y a fe que si no hubiese sido por la intervencion de algunos nobles que muy en contra de su voluntad le sacaron del castillo por una poterna habria sucumbido cita requerida Consecuencias de la batalla EditarComo consecuencia los almohades se aduenaron de las tierras entonces controladas por la Orden de Calatrava seis meses despues cayo la fortaleza de Calatrava la Nueva entonces llamada castillo de Duenas y llegaron incluso hasta las proximidades de Toledo donde se habian refugiado los combatientes cristianos que habian sobrevivido a la batalla Desestabilizo al Reino de Castilla durante anos Todas las fortalezas de la region cayeron en manos almohades Malagon Benavente Calatrava la Vieja Caracuel etc y el camino hacia Toledo quedo despejado Afortunadamente para Castilla Abu Yusuf volvio a Sevilla para restablecer sus numerosas bajas y tomo el titulo de al Mansur Billah el victorioso por Ala cita requerida En los dos anos siguientes a la batalla las tropas de al Mansur devastaron Extremadura el valle del Tajo La Mancha y toda el area cercana a Toledo marcharon contra Montanchez Trujillo Plasencia Talavera Escalona y Maqueda pero fueron rechazadas por Pedro Fernandez de Castro el Castellano que tras la batalla paso a servir al rey Alfonso IX de Leon quien le nombro su Mayordomo mayor Estas expediciones no aportaron mas terreno para el Califato Aunque su diplomacia obtuvo una alianza con el rey Alfonso IX de Leon que estaba enfurecido con el rey castellano por no haberle esperado antes de la batalla de Alarcos y la neutralidad de Navarra ambos pactos temporales Abu Yusuf abandono sus asuntos en al Andalus volviendo enfermo al norte de Africa donde acabaria muriendo cita requerida En un audaz golpe de mano de los caballeros calatravos solo el castillo de Salvatierra junto a Sierra Morena pudo ser recuperado 1198 en los diecisiete anos en los que la zona estuvo en poder almohade Quedo como una posicion aislada castellana en territorio almohade hasta que fue tomado por estos en 1211 cita requerida Sin embargo las consecuencias de la batalla demostraron ser poco duraderas cuando el nuevo Califa Muhammed al Nasir intento frenar el nuevo avance hispanico sobre al Andalus d Se decidio todo en la batalla de Las Navas de Tolosa que marco un punto de inflexion en la Reconquista y que provocaria la perdida del control en la peninsula por parte del Imperio almohade tan solo una decada despues 14 La leyenda de la judia Raquel y el rey Alfonso EditarEl autor de los Castigos del rey Sancho IV despues de 1292 da cuenta de una leyenda creada ad hoc para justificar a posteriori tan gran derrota por parte del rey de Castilla la de la judia de Toledo Raquel o Rahel la Fermosa Otrosi para mientes mio fijo e toma ende mio fijo castigo de lo que contescio al rey don Alfonso de Castilla el que vencio la batalla de Ubeda Por siete anos que visco mala vida con una judia de Toledo diole Dios gran llaga e grand majamiento en la batalla de Alarcos en que fue vencido e fuyo e fue mal andante el e todos los de su regno E porque el rey se conoscio despues a Dios e se repintio de tan mal pecado como este que habia hecho por el cual pecado por enmienda hizo despues el monasterio de las Huelgas de Burgos de Monjas de Cistel e el Hospital E Dios diole despues buena andanza contra los moros en la batalla de Ubeda 15 Vease tambien EditarAlarcos Alfonso IX de Leon Batalla de las Navas de Tolosa Celestino III Reconquista Santuario de Nuestra Senora de AlarcosNotas Editar Mas de 300 000 hombres segun las fuentes almohades Las cifras de soldados que combatieron en ambos bandos parecen estar muy abultadas por los cronistas de la epoca aunque existen varias fuentes que afirman que el ejercito almohade era mucho mas numeroso que el ejercito cristiano Acorde con la cifra de hombres de 300 000 segun las fuentes almohades pudieron haber 250 000 bajas Cifras tremendamente exageradas de igual forma por las fuentes de la epoca Segun Vicente Coscolla los rehenes fueron tomados como prenda hasta que Diego Lopez de Haro se presentase como prisionero en Marrakech no lo hizo y los doce caballeros fueron decapitados Concretamente diecisite anos hay entre la batalla de Alarcos y la de las Navas de Tolosa 1212 y el fin de su dominio efectivo en la peninsula se produjo en 1223 Referencias Editar a b Kaufmann Kaufmann y Jurga 2004 p 101 Nafziger George F y Mark W Walton en ingles Islam at War A History pp 86 7 Greenwood Publishing Group 2003 En Google Books Consultado el 12 de octubre de 2018 a b Z Navas Estanislao 3 de ebrero 2013 De Iberia a los almohades Laccuris Larcuris al Araq Alarcos Consultado el 30 de octubre de 2021 Suarez Fernandez Luis Historia de Espana Edad Media Gredos ISBN 84 249 3134 3 pagina requerida Martinez Val Jose Maria 1962 La batalla de Alarcos Cuadernos de Estudios Manchegos XII ISSN 0526 2623 Consultado el 18 de noviembre de 2021 pagina requerida Lafuente 1851 p 166 Hay bastantes ediciones y traducciones modernas de Luis Charlo Brea Cronica latina de los reyes de Castilla Cadiz Universidad 1984 y Maria Desamparados Cabanes Pecourt Cronica latina de los reyes de Castilla Zaragoza Anubar 1985 entre otras Cf Rodrigo Ximenez de Rada De rebus Hispaniae p 184 b Historia de Espana Vol III Al Andalus musulmanes y cristianos s VIII XIII p 561 ISBN 84 320 8373 9 a b Lafuente 1851 p 168 Cf Cronica latina ed L Charlo Brea p 14 Los arabes se mueven de una parte a otra para perdicion del pueblo cristiano Una infinita multitud de flechas sacadas de los carcajes de los arcos vuela por los aires y enviadas hacia lo incierto infligen heridas certeras a los cristianos Ayala Martinez 2013 p 254 Martinez Diez Gonzalo 1994 Origenes familiares de Santo Domingo los linajes de Aza y Guzman Santo Domingo de Caleruega en su contexto socio politico 1170 1221 Salamanca San Esteban p 201 ISBN 978 84 87557 77 4 P Banuelos Luis G Martin Juan Andres P Leiva Carlos 2021 Introduccion a la historia de Espana Almuzara p III Una larga decadencia parrafo 6 ISBN 9788418709180 fechaacceso requiere url ayuda Cf Castigos del rey don Sancho IV pp 205 206 Bibliografia EditarAlvira Cabrer Martin 1996 De Alarcos a las Navas de Tolosa Idea y realidad 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Conmemorativo del VIII centenario de la batalla de Alarcos Ricardo Izquierdo Benito y Francisco Ruiz Gomez Coord Cuenca Ediciones de la Universidad de Castilla La Mancha pp 145 168 ISBN 84 89492 34 4 Enlaces externos Editar Wikimedia Commons alberga una categoria multimedia sobre Batalla de Alarcos Dos grandes batallas de la Reconquista Alarcos 1195 y Las Navas de Tolosa 1212 Archivado el 14 de septiembre de 2014 en Wayback Machine Reconstruccion virtual Comunicacion multimedia para la Arqueologia en alawat com Batalla de Alarcos Escenario de la Batalla en ordenesmilitares tierradecaballeros com Batalla de Alarcos Manuel Jesus Ruiz Moreno La batalla de Alarcos 1195 Archivado el 8 de agosto de 2014 en Wayback Machine 31 de agosto de 2012 En biblioteca culturadefensa org Olaya Vicente G 27 de marzo de 2019 Los ultimos defensores de Alarcos El Pais Madrid Consultado el 27 de marzo de 2019 Datos Q1481920 Multimedia Battle of Alarcos Obtenido de https es wikipedia org w index php title Batalla de Alarcos amp oldid 141300046, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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